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Jinyoung

Nuestro día comienza normal, nos levantamos temprano, a empujones tratamos de entrar al mismo tiempo al baño, pero como siempre termino ganando yo; comemos algo ligero antes de salir del departamento y después subimos al auto.

La única diferencia es que ahora estoy recibiendo una llamada de la madre de Miri.

—Buenos días mamá. —Saludo, el altavoz está colocado para que Miri también escuche.

Hay silencio por unos segundos, luego escuchamos a la madre y al mocoso cantar.

¿Cómo que hoy es el cumpleaños de Do Miri?

"¡Feliz cumpleaños tía Miri!" "¡Feliz cumpleaños hija! ", dicen cuando terminan de cantar. Luego la señora continúa con su típico sentimentalismo de que su hija ya está muy grande y que además pronto se casara y blah blah blah.

Suelto un suspiro algo profundo antes de responder, les agradezco por la felicitación y por lo que ha hecho "por mi" durante estos años. Ella misma termina la llamada diciendo que debe abrir el restaurante.

—Así que... Hoy es tu cumpleaños. —Digo después de guardar el celular. Asiente sonriendo tímidamente. —Feliz cumpleaños Miri.

—Gracias Jinyoung.

—Bájate.

—¿Qué?

—Que te bajes del auto, rápido.

Sin replicar lo hace, debo rodear el auto para llegar a su lado y poder darle un abrazo. Me reclama entonces que no conozca su fecha de nacimiento aún cuando tengo en mi poder sus documentos y pues, soy ella.

Me disculpo por ser alguien tan distraído, como regalo me ofrezco a conducir hoy.

—Pero no te sientes atrás, no soy tu chófer.

—No lo iba a hacer, lo juro. —Suelta la manija del asiento trasero.

—¿Hay algo que quieras hacer? —Pregunto cuando vamos a medio camino. Ella va respondiendole un mensaje a Dahyun, mi estilista también la felicitó.

—Algunas de las cosas que por lo menos una vez soñé hacer, ya las hice gracias a ti.

—Sin sentimentalismo por favor. —La miro de reojo, ambos llevamos gafas de sol. —Dime cómo quieres celebrar tu cumpleaños.

Como tarda en responder supongo que lo está pensando.

—Quisiera hacer algo de personas comunes, algo no tan lujoso o elegante como lo que he hecho este tiempo siendo tu. Quiero ir al cine.

—De acuerdo. Juntos terminaremos los pendientes temprano e iremos al cine, ¿satisfecha?

—¡Si!

Al llegar a la empresa Youngjae nos está esperando, con un pequeño ramo de flores.

—Feliz cumpleaños Miri. —Aunque me esta entregando las flores a mi, su vista está dirigida a ella.

—¿Por qué le regalas flores a mi futura esposa? —Reclamo.

—Te apuesto lo que quieras a que no lo sabías. —Ojalá pudiera vengarme. Youngjae está disfrutando bien de mi tiempo siendo Miri.

—Vamos a mi oficina, hoy debemos irnos temprano.

—Ya organicé los pendientes de el más urgente al menos, también los ayudaré.

—Que servicial.

Llegamos al ascensor y cuando las puertas se abren vemos a mi hermana dentro.

—¡Cuñada! —Grita al instante.

Claro, era obvio que todos sabrían que hoy, 8 de junio es el cumpleaños número... Alto, ¿Cuántos años tiene? ¿En qué año nació? Como sea, no es mayor que yo y tampoco hay demasiada diferencia.

Acepto el abrazo de mi hermana junto a sus felicitaciones, quiero que me suelte ya, pero ella parece tener mucho que decir.

—Acompaña un rato a mi hermano y luego te  iras a disfrutar de la reservacion que te hice en el mejor spa.

—Oh, no se hubiera molestado. Le agradezco por tan buen regalo, pero Jinyoung me dijo que ya tiene planes para hoy.

—Sí. —Interviene Miri. —Solo vengo a trabajar un rato, luego haré de este el mejor día para ella. —Aún me da escalofríos cuando pasa su brazo por detrás de mis hombros, pero ya no tantos.

—Entonces váyanse de una vez. No creo que haya problema con que el futuro presidente quiera consentir a su futura esposa.

Bueno, tiene razón. Entonces, nos vamos.

—Por cierto, hay algunas cosas en tu oficina que son para ella. No sé cómo los socios y algunas marcas se han enterado que es su cumpleaños. —Hubiera preferido que no lo supieran, ahora Miri ya no podrá volver a celebrar su cumpleaños tranquilamente. —Supongo que al señor Choi no le molestará llevarlos a su hogar.

—Claro que no, me encargaré de llevar todo. —Dice Youngjae. —Entonces me voy. Debo ver que tanto es.

—Yo también me despido de ustedes y nuevamente, felicidades Miri.

Esperamos que este lo suficientemente lejos para hablar. No, no vamos a hablar aquí. Arrastro a Miri de nuevo al auto.

—¿Recibí obsequios como tu?

—¿Estás sorda?

—Es que no alguien importante como tu, ¿por qué se molestaron en hacerlo?

—Porque en un par de semanas serás mi esposa y después yo seré el presidente de la empresa, los socios necesitan ser de mi agrado para que no teman ser reemplazados. En fin, ahora que tenemos el día libre, ¿qué quieres hacer?

—En primer lugar quisiera cambiarme, no estamos vestidos de manera adecuada para ir al cine.

—Al departamento entonces.






Paso uno para celebrar el cumpleaños de Do Miri: usar ropa cómoda. No más trajes y sacos, solo unos jeans y camisa. No más vestidos y tacones, solo zapatos de piso y un conjunto primaveral.

Supongo que para Miri el no usar traje es sinónimo de persona común.

Paso dos para celebrar el cumpleaños de Do Miri: caminar por la calle sin rumbo definido. Tenemos horas suficientes para vagar por ahí antes de ir al cine.

—¿Podemos entrar ahí? —Señala una tienda. No se como llamar a este tipo de lugar, solo se que no es el lugar indicado para que un hombre entre y se emocione con la mercancía.

—No, volveremos cuando estés en tu cuerpo. Te lo prometo.

Trata de hacer un berrinche para que entremos, pero yo no deseo entrar. Tendría que fingir estar interesado en esas cosas y no quiero.

—Otro lugar, el que sea, siempre y cuando no deba fingir ser tu.

—Pero volveremos alguna vez. Ya lo prometiste.

—Cumpliré mi palabra. Ahora sigue caminando.

Unos metros después Miri recupera la alegría al ver una panadería, sin preguntar toma mi mano y me obliga a entrar, mientras ella inspecciona cada cosa yo busco un lugar donde podamos sentarnos, pues el establecimiento también funciona como cafetería.

—¿Tu que quieres? —Pregunta, sin soltar mi mano. Quiere que la siga en su recorrido por el lugar.

—Café y galletas.

—Bien. —Vamos al mostrador y ella ordena como el hombre que es. —Y para mí... Una rebanada de pastel, por favor.

—¿Solo una? Es tu cumpleaños, pide uno entero.

—No me lo voy a terminar, a ti no te gusta.

—¿Quién dice que no? —Me volteo al chico que atiende. —Queremos un pastel, el más delicioso que tenga.

—De este lado están todos nuestros pasteles, si gustan elegir.

Para mi todos son iguales, es el mismo diseño solo que de diferentes colores y figuras de adorno.

—Este. —Señaló uno color azul. No es exactamente femenino, pero tampoco es como si Do Miri lo fuera también, en este momento.

Llegamos por fin a la mesa más alejada de todas, esperamos unos minutos para que nos lleven el pastel y nuestras bebidas.

—¿Quieres una foto con tu pastel? –Pregunto, ella asiente emocionada. Saco mi celular, abro la cámara y se lo paso. —Tómala entonces.

Me inclino sonriendo hacia el pastel.

—¡Oye! —Reclama. —Creí que me la tomarías a mi.

—Se supone que soy Do Miri y estoy cumpliendo años hoy. —Vuelvo a posar, pero ella no la toma. –Bien, como quieras.

Arrastro la silla a su lado, me aseguro que levante el pastel para tomar la foto. Los dos sonreímos cuando el temporizador de la cámara comienza a avanzar. Tomo varias fotos y luego regreso a mi lugar.

Vaya, nunca imagine que se emocionara con tan poco.

Ella parte las rebanadas, es bastante injusta, a mi me da poco.

—¿Quién te dijo que no me gustaba el pastel? —Pregunto. La verdad no es el mejor que he probado, pero está bien.

—Sungjin, cuando cenamos en tu cumpleaños real. Fue algo accidental, no tenía idea de que no te gustara o que ellos creyeran eso.

—Mi familia cree que no me gusta, pero es solo un pretexto para no convivir con ellos. La verdad es que mi favorito es el de chocolate.

—Creí que sería el de café, como este. Siempre estás tomando una taza.


La siguiente parada, mi regalo para ella. Que elija ropa a su gusto, se que lo usaré yo, pero Miri no está de acuerdo con mi estilo.

Por supuesto le pongo mis condiciones, debe tener en cuenta que sera una mujer casada, mi esposa. Y debe vestir bien.

—En estos momentos siento que soy el novio celoso que te prohíbe cualquier cosa. —Con rapidez revisa las prendas, supongo que es típico de las mujeres elegir ropa con un solo vistazo.

—Creo que no soy alguien posesivo, pero sí estaré al pendiente de lo que haces y vistes. No me hagas enojar o te irá mal.

—No te tengo miedo, Park Jinyoung.

—Sigue así y nos iremos sin comprar nada, y tampoco iremos al cine.

No responde nada, por el momento he ganado. Espero que no hable el resto del día.





. . .









—Deja de caminar tan rápido, el cine no se va a escapar.

—¿Y si hay mucha gente?

—Entramos a la función siguiente.

—¿Y si...?

—Entramos a la que vaya después y si esa también está llena esperaremos hasta encontrar una con asientos disponibles, aun si es la última del día. Tranquilízate Do Miri.

Buscamos el mapa de la plaza para ubicar el cine, no pienso dar vueltas por todos lados sabiendo que hay mapa. Busco sujetar su mano para evitar que nuevamente quiera correr, Miri ya me dijo la razón por la que le emociona tanto hacer esto, sin embargo no voy a ceder. Llegaremos a mi ritmo, que esta sea la primera vez que va al cine con un hombre y no con sus amigas de la preparatoria no es mi problema y no tiene por qué exagerar. Ni que esta fuera su única oportunidad de hacerlo.

Estamos casi llegando cuando nos detenemos porque suena su teléfono, mi verdadero teléfono.

Es Sungjin quien llama. Ella contesta y yo me acerco lo suficiente para escuchar.

—¡¿Planeas dejar a la empresa sin fondos o qué?! —Su grito nos sorprende, debemos alejarnos un poco para no quedar sordos.

—¿Cuál es tu problema? —Le responde Miri.

—Nos acaban de llamar del banco para avisarnos que una mujer fue a cobrar un cheque de una gran cantidad, ellos creen que es un robo, acudieron a la policía y resulta que es la hermana de tu mujer. ¿Qué tienes que decir al respecto? ¿Qué excusas piensas dar?

¿Qué?

—¿Cheque con una gran cantidad? No entiendo.

—Dime que no le cediste a tu mujer un cheque en blanco. El testimonio de esa mujer dice que tu accediste a darle dinero, que su hermana se encargo de fijar la cantidad y eso.

Le quito el celular a Miri, tapo la bocina para poder hablar.

—Dile que vas a averiguar que pasó y que después te comunicaras con él. Rápido.

Espero que termine la llamada para poder enfrentarla.

—Explícame qué es lo que pasó.

—No lo sé, yo escribí la cantidad que te pidió la primera vez. ¿Es eso una gran cantidad?

—¿Me estás diciendo la verdad?

—¿Por qué te mentiría?

—Debemos solucionar esto. —El cine puede esperar.

El celular vuelve a sonar, ahora son mensajes. Sungjin envío unas fotos, yo mismo las abro, capturas de pantalla de una conversación. La conversación de Miri con su hermana.

"Me hubiera encantado volver a vivir todos juntos, pero ahora te casaras y no volverá a pasar"

"Hay una posibilidad, dame tiempo y podremos estar los cuatro juntos otra vez"

No hace falta leer el resto de la conversación, ahora entiendo perfectamente a esta mujer.

—Creo que ya entiendo lo que planeas. No sólo aceptaste casarte para "ayudarme", buscabas dinero para regresar con tu familia después de los 18 meses.

—No Jinyoung, no es así. Yo no quiero tu dinero, debe haber un error con lo del cheque.

—Eso no me interesa, el punto aquí es que planeabas irte.

Me voy de aquí, no quiero estar aquí, no quiero verla. Ella sigue hablando, pero no le presto atención.

—¡Te estoy hablando!

—¿Ahora qué piensas decirme? ¿Qué no te aprovechaste de la situación? —Me sujeta para detenerme, la empujo para librarme.

Ella tiene las llaves del auto, tendré que tomar un taxi, quisiera no volver a verla jamás, pero sigo en su cuerpo.

—Espera.

—¿Qué?

—Tu mismo lo dijiste, propusiste los dieciocho meses. Fue tu idea.

—¿En serio lo consideraste? Lo dije para calmarte, no creí que realmente lo vieras como una posibilidad. Después de todo lo que pasamos, Do Miri, yo si me creía capaz de pasar contigo muchos años de mi vida por no decir el resto. Bajé la guardia y perdí, perdí la apuesta. Y ahora soy yo quien no se quiere casar contigo, no quiero verte jamás. Maldito sea el día que esto paso y nos conocimos.

Realmente creí que las cosas estaban cambiando, yo la consideraba una amiga sincera, era la amistad que ya no esperaba encontrar y menos en esas circunstancias. Luego lo que pasó cuando vimos el vestido y después la sesión, me convencí de que no era mala idea intentar algo más, en el futuro, puesto que no me considero enamorado de ella aún.

Pero esa mujer no piensa igual, ni siquiera se que soy para ella, que significo en su vida. Es un alivio descubrir a la verdadera Do Miri ahora, antes de casarnos. No creo soportar los 18 meses a su lado.

Soy un idiota. Maldición, ¿cómo ocurrió esto?

Detengo un taxi y subo a el, perdí a Miri antes de salir de la plaza. Quisiera regresar a mi cuerpo para cortar cualquier lazo que tenga con ella. La quiero fuera de mi vida.

Llego a un bar, ordeno una botella y me dispongo a embriagarme. Yo estaba tan bien con mi vida antes del septiembre pasado, hacía lo que quería, a nadie le interesaba lo que me pasara. Yo era la única persona por la que me preocupaba.

¿Cómo fue a cambiar tanto mi vida? Yo jamás pedí un cambio de cuerpos, ¿por qué fui castigado de esta manera?







—¿¡Qué quieres!?

—¿Dónde estás? —Creo que es Youngjae, a estas alturas, ya no puedo leer bien.

—No te importa. Déjame perderme y morir.

—No puedes tomar esa decisión estando en el cuerpo de alguien más. Dime dónde estás.

—Jamás. —Apago el celular para que no me vuelvan a molestar. Pido otra botella, para entregarmela piden que pague lo que debo.

Deslizo mi tarjeta por la barra, espero que haga el proceso y cuando tengo mi botella, salgo de ahí. De repente siento que estoy en un lugar aburrido.

Es difícil controlar mis piernas para poder salir de aquí, pero no mis manos para seguir bebiendo. Ojalá me atropelle un auto al salir de aquí.

Estoy tan mareado que tropiezo demasiado, en uno de tantos voy a aterrizar al suelo logrando así que se derrame mi licor.

Trato de levantarme. Tengo náuseas, creo que vomitare en medio de tantas personas. No me importa, no es a mi a quien ven.

—Lo encontré. —A lo lejos escucho a alguien, luego alguien me agarra con fuerza.

—Youngjae lárgate, no quiero ver a nadie.

—No soy Youngjae.

—¡No te pregunté!

Logro zafarme, sigo mi aventura para llegar a la salida. Las luces del exterior me alucinan, todo se mueve a mi alrededor.

—¡Taxi! —Grito, llego al borde de la calle y estiro mi mano. Ningún maldito auto se detiene.

Me duelen los pies, me voy a sentar un rato.

—¿Estás loco o qué? Te aplastara un carro. —No distingo si me hablan a mi ni quien es. —Eres un dolor de cabeza Jinyoung.

Alguien me levanta, me mueve tan rápido que las náuseas aumentan, ya no retengo más el líquido que lucha por salir de mi boca. Pobre el tipo que me lleva, tendrá una pequeña —gran— mancha de vomito en su ropa.




























Si mi conexión no hubiera fallado, habrían leído esto 6 horas antes. No me peguen por lo que escribí en este capítulo. Espero que estén bien, cuídense, no se enfermen. Que tengan un excelente día, una tarde y una excelente noche

Por cierto, ¿están viendo True beauty? (#TeamSuho)

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