Miri

Yo creía que esto se trataba de un sueño, un simple sueño bastante largo, pero conforme los días pasan, todo se siente tan realista, no sé qué creer.

¿Dios me está castigando por no ser una buena hija y estar a punto de causarle un gran dolor a mi mamá?

Quiero creer que esto es solo una prueba, una oportunidad de redimir todos mis malos actos. Quizá mi misión sea arreglar la vida de este hombre tan apuesto. Aunque no hay lógica porque según Internet y los diplomas colgados en las paredes, Park Jinyoung es alguien bastante inteligente, no dudo de sus capacidades de dirigir la empresa, presiento que su actitud es lo único malo en él.

Perdí la cuenta de en cuantos escándalos se ha metido, hay de todo tipo.

Estoy apunto de cerrar mis ojos, no dormí nada por estar viendo todos los videos de Park Jinyoung que hay en la red.

—Levántate pedazo de estiércol.

Youngjae. El chico con cara de ángel, pero que me trata mal. Entiendo su actitud, realmente no está conviviendo con Do Miri, él sigue viendo a su amigo. Espero que si tengo la oportunidad de estar frente a él con mi verdadera apariencia le agrade. Me parece muy buena persona, no solo es muy guapo. También es muy listo. Totalmente de mi tipo.

—Buenos días Youngjae.

—No me convencerás de hacer nada. Hoy es un día pesado, debes asistir a una reunión.

Trato de no tardar tanto bañandome, por suerte él elige el traje que usaré. Tengo dificultades por el brazo lastimado.

Por recomendación de Youngjae, no me pongo el cabestrillo, escondo la férula con el saco. Supuestamente porque no deben verme así.

Sin comer algo salimos de la mansión, le pido que me explique un poco sobre la reunión, de qué tratará y qué debo hacer.

Él se ríe de mi, pero lo hace.

—No sé qué está mal contigo, pero te noto diferente, estas más relajado, más tonto y me asustas. Temo que un día me entere que moriste, nunca imaginé que pudiera verte así.

—Hola hermanito. —Una mujer se mete en nuestro camino, trata de sonar amable, pero puedo ver en sus ojos odio.

La conozco, sí, ayer apareció en muchos de los videos. Park Jihyo. Mayor que él, no se por cuantos años, pero es mayor. La hija de enmedio.

—Buenos días. —Saludo.

—¿Listo para la reunión? Escuché por ahí que tuviste un accidente.

—¿Accidente? Para nada. ¿O acaso me ves herido? —Doy una vuelta, estiro ambos brazos.

Parece que tiene un escaner en los ojos, mira cada parte de mi. Al mirar a Youngjae de reojo, puedo ver una pizca de preocupación en su mirada.

—Estoy ocupado Jihyo, nos vemos después.

Vuelvo a caminar, primero con prisa, después bajo la velocidad para que Youngjae se adelante. No sé a dónde debo ir.

Gracias joven guapo, gracias por abrir la puerta de la oficina.

Ay, me asuste.

Park SungJin. Muy guapo.

Gracias a quien sea que me trajo aquí, es la primera vez que estoy rodeada de tantos hombres guapos, ojalá pudiera quedarme con alguno.

—Buenos días, ¿Quién te dejó entrar?

—Aún no eres nombrado el presidente, sigues siguiendo mis órdenes.

Que hombre, tan imponente, tan irresistible.

—¿Comemos juntos?

—Deja de perder el tiempo, nos vemos en... —Revisa el reloj en su muñeca. —Quince minutos. —Se va.

Si no estuviera Youngjae de pie en la puerta como una estatua me habría caído al suelo. Mis respetos al hermano mayor de Park Jinyoung, mejor dicho, mis respetos a sus padres, los tres hijos son tan bien parecidos.

Park Sungjin, Park Jihyo, Park Jinyoung.

Que buenos genes. Quiero llorar. Nunca tendré la suerte de tener una familia así, tal vez en otra vida.

—¿Cómo está tu brazo? —Pregunta mientras voy al gran escritorio. La silla es tan cómoda y tiene rueditas.

—Bien.

No me resisto demasiado, comienzo dar vueltas con la silla. Es tan divertido. Recuerdo que cuando iba al dentista y él salía del consultorio, yo aprovechaba para jugar con su silla, no me regañó en ninguna de las dos veces que fui.

—Compórtate Jinyoung, ya va a comenzar la reunión. ¿Tienes los documentos?

—¿Qué documentos?

—Te voy a...

Mientras él enloquece y busca los dichosos papeles en la oficina, yo me dirijo a la sala de juntas. Mi suerte es tan grande, no cabe duda. Me encuentro con los hermanos de Jinyoung, los termino siguiendo hasta la sala. Finjo que espero a Youngjae cuando llegamos, no se si deba tomar una silla cualquiera o si Park Jinyoung tiene su propio asiento.

—Siéntate ya, Jinyoung. No tenemos todo tu tiempo. —Expresa Sungjin con molestia.

Jihyo sonríe y palmea la silla junto a ella, en un santiamén la estoy ocupando. Instantes después la reunión comienza. Es tan aburrido, en serio, me cuesta mantener los ojos abiertos. Están proyectando algo, pero son más letras que dibujos y los pocos que hay no los entiendo. Demasiadas líneas en esos gráficos.

—Comencemos con la votación. Levanten la mano quienes están de acuerdo.

¿De acuerdo con qué? Miro a todos lados, no está Youngjae, no hay nadie que pueda ayudarme, miro a Jihyo de reojo, parece estar harta. No, no me ayudará.

Presiento que tampoco está de acuerdo con que su hermano menor herede todo.

Ahora miro a Sungjin, que sorpresa, él me está mirando con la ceja arqueada. Articula un "¿Qué?". Trago saliva.

Empiezan a levantar las manos, Jihyo no lo hace, pero Sungjin si, ¿a quién debería seguir?

¿Al guapo hermano o a la preciosa hermana?

De tin marin...

Trato de cruzar mis brazos, seguiré mi instinto femenino. No entiendo quién ganó o quién perdió, hablan de algo más y después podemos retirarnos.

—Espera, Jinyoung, dame la propuesta. —Sungjin extiende la mano hacia mi.

—¿Cuál propuesta? Ah, hubo un incidente. Youngjae está resolviendolo.

—¿Esto es un juego para ti? Dímelo, podemos hablar con papá al respecto, que no quieres la responsabilidad.

¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿Por qué reacciona de esta manera?

—Deja de ser un amargado. —Jihyo interviene. —Aún hay tiempo para revisar la propuesta. —Lo derrota, él ya no dice nada.

Ahora si termina la reunión. Quiero ser de los primeros en salir, pero la hermana me detiene.

—Dice mi esposo que deberíamos comer juntos.

Lo había olvidado, los hermanos mayores ya están casados. No, no, no, ¿por qué tengo tan mala suerte?

—Ya tengo la agenda llena, lo siento. —Respondo.

Soy capaz de terminar enamorada del marido, mejor no voy.

Voy de regreso a la oficina, pero aun no está Youngjae. Vuelvo a salir, ando por ahí hasta llegar al ascensor. Presiono el botón que lleva al sótano, por ahí llegamos.

—Señor Park. ¿Necesita un auto? —Un hombre de uniforme se acerca a mi apenas salgo de la caja de metal.

—Si. ¿Tengo... Un chófer?

—Normalmente es el señor Choi quien lo lleva, pero en este momento le consigo uno. Deme un momento.

—Gracias. —Abre los ojos sorprendido cuando me escucha decir eso.

Si, Park Jinyoung es odioso. Muy odioso.

—¿A dónde desea que lo lleve, señor?

A casa.

Me disculpo por lo lenta que va la historia, pero los capítulos son cortitos.
Mi meta es actualizar por lo menos cada tercer día, esperen los capítulos.
❤️💚