Noviembre 1038

Invierno

El susurro del demonio a veces puede ser muy convincente, pero eso es porque él dice solo lo que queremos escuchar. Palabras fáciles de recitar convertidas en promesas. Después de salvarle la vida, las promesas ya no existirían.

- Si yo fuera el rey tú serías mi reina y todo el pueblo te respetaría, no habría nadie que no te admirara, tendrías todo lo que mereces y más- susurro-. Por supuesto un hijo.

Segados por sus deseos los dos armaron un plan. Pero las cosas no son tan fáciles, la traición era inevitable. El trato de asesinarla y ella lo condeno a vagar por el resto de su vida sin conciencia.

En ese tiempo se dio a conocer un rumor sobre una bestia en una de las aldeas más alejadas del reino la cual fronteriza con el bosque del eterno invierno.

A veces el amor hace que las personas no quieran ver la verdad, ella le concedió una segunda oportunidad, consumida por la culpa de lo que había hecho, deshizo la maldición. Por perdonarlo obtuvo un bebe, pero las cosas no salieron como ella planeo y, una noche de luna llena el volvió a su antigua forma. Las personas no cambian, es lo que se repetía una y otra vez enfrente de la tumba del padre de su hijo. De eso ya han pasado varios años.

Y en las noches de luna llena el niño se cambiarte en bestia. Una terrible tragedia lo dejo sin su madre a los quince años, él ha vivido solo durante otros cinco años más, en aquel bosque rodeado del frio y penumbra acompañado solo de otros animales quienes no se acercan a él por miedo. Muchas veces suele caminar por las orillas de su territorio pensando en salir a conocer a la gente del pueblo pero, es obvio la diferencia entre ellos, su piel morena y cabello azul herencia de su madre hace que sea difícil tratar de acercarse a los demás.