9
Taehyung
Jimin trajo su auto, ¡Qué mejor idea! ¿Verdad? porque ir apretado en el asiento de atrás, codo a codo con Jungkook, no me hace ninguna gracia, y el colmo es que Jimin parece disfrutar de mi incomodidad. En cambio, Jungkook está muy felíz a mi lado. Desde que me abrazó hace tan solo media hora atrás, tiene esa mueca de felicidad sobre los labios. De hecho, a veces siento como si estuviera acercando su rostro un poco a mi cuello para oler mi perfume. Suelo usar uno floral porque me agrada el aroma que desprende, no me gustan las colonias tan fuertes.
Jungkook está observando por la ventana cuando pasamos el Times Square, está fascinado. Yo me detengo a observar por unos segundos: tiene el cabello castaño y con un flequillo que le cubre apenas los ojos. Sus ojos son celestes y se iluminan cada vez que el sol le da en la cara. Está demasiado delgado y eso me pone de los nervios.
Tuve que traer mucho dinero, a petición de Jimin. Él disfruta de hacer de Jungkook una carga para mí. Supongo que esto es una especie de venganza por haberle pedido tantas veces que terminara mis tareas universitarias pendientes. Seguramente debe estar pensando "la venganza es dulce, Taehyung, muy dulce".
Ja, maldito enano. Haciendome derrochar mi dinero en otra persona ¡que no soy yo! Eso no me parece para nada justo.
— Falta poco, Kookie — anuncia Jimin desde el asiento del conductor, Jungkook le da un vistazo rápido y asiente con la cabeza. Parece un niño pequeño, aunque seguramente tenga más de dieciocho años. Su complexión física es muy delgada, por lo tanto lo hace ver pequeño, a pesar de que tenga casi mi misma altura.
— ¿Cuantos años tienes, Jungkook? — le pregunto sin mirarlo. Por un instante puedo ver por el retrovisor cómo jimin husmea mi reciente pregunta. El rubio me mira con una mueca cómplice y yo le saco la lengua sin que Jungkook me vea hacerlo.
Me atrevo a mirar al chico a mi lado, pero apenas lo hago me doy cuenta que sus ojos están brillando, me observa... detenidamente. ¿siquiera entendió la pregunta? ¿Sabrá contar?
Qué va, esas cosas no deberían importarme.
— Creo que... — comienza Jungkook a hablar, me observa dudando — veinte.
Lo miro con la boca desencajada.
— ¿Cómo es posible que supieras tu edad y no tu nombre? — le pregunto quitándole la vista de encima... si me observa de esa forma yo no...
— Es que... donde me robaron mis cosas... — Dios, debería enseñarle a armar oraciones coherentes — había un papel que guardo hace mucho tiempo... decía "cuatro años", desde ese momento cada año empecé a contar un día en especial, debo tener veinte si no perdí la cuenta que hice hace añitos.
— ¿Ni siquiera sabes el día de tu cumpleaños? — le vuelvo a preguntar cuando Jimin estaciona el auto, frente a nosotros está el gran centro comercial. Es un edificio gigantesco.
Y no se porqué, pero se me forma un nudo en la garganta al haberle preguntado eso.
O más bien... cuando él negó con la cabeza.
— Woah... — expresa Jimin, tiene algunas lágrimas en los ojos, él mira a Jungkook por el espejo. — Jungkook, no sabes nada de tí... ¿Crees que los de servicios sociales tengan alguna información? — esto me lo pregunta a mí.
— Lo dudo, Jungkook es un indocumentado. — estoy seguro que el mencionado ni siquiera entendió esa palabra — Para empezar ni siquiera se llama Jeon Jungkook, ¿Qué rayos le diríamos a los de servicios sociales, o la policía? ¡Oigan, hace veinte años que hay un chico en la calle, sin nombre, ni edad exacta, ni fecha de cumpleaños, sin familia, tiene cabello castaño, ojos celestes, es muy delgado y muy guapo ¿Acaso saben como se llama?! No, Jimin, eso es imposible. — mi dramatización fue bastante buena.
Esperaba que me contestara algo, pero en el auto solo hay silencio.
— ¿Qué? — pregunto yo en general, mirándolos alternativamente.
Jimin se está mordiendo el labio, y Jungkook me mira con los ojos agrandados, y parece contento. Yo los observo con una ceja alzada.
— ¿Soy guapo? — susurra Jungkook, solo yo lo he oído.
— ¿Y quien rayos dijo...? — oh...
Oh.. oh... oH... OHHH.
Los miro alternadamente y trago saliva. Solo me queda escapar del auto y que la tierra me trague, pero para mi mala suerte ( y Jimin lo disfruta), él me traba la puerta. Lo maldigo internamente.
— Contéstale — me exige mi mejor amigo. Jungkook, a mi lado está impaciente.
Lo miro sin saber que hacer, ahora solo quiero cortarme la lengua.
¡Yo y mi bocota!
— Aish... — me cruzo de brazos y miro hacia otro lado. — Sí, Jungkook, eres guapo ¿y qué? Ahora tú — señalo a Jimin — dejame salir del maldito auto o te corto los huevos, amigo.
Jungkook suelta una risa por mi amenaza poco creíble.
Jimin por fin suelta la puerta y yo puedo salir (correr) en paz hacia dentro del centro comercial. Apenas los espero cuando llegan a mi lado. Jimin tiene agarrado a Jungkook por el brazo, supongo para que no se pierda. El ultimo mencionado observa todo estupefacto.
— Es ¡gigantesco! Hay cosas... muchas cosas. — Jimin suelta una risita por como Jungkook se expresa. Yo solo me encuentro colocando mi capucha para que la gente no piense que soy un tomate viviente.
Hace tanto que no le hacía un cumplido a alguien... hace tanto tiempo que no coqueteo, que ahora cuando las palabras me salen solas, no me doy cuenta. Perdí el estilo.
¡¿POR QUÉ LE DIJE ESO?!
Porque es la maldita verdad...
A pesar de que Jungkook sea un chico de la calle, no puedo evitar fijarme en que tiene unas facciones realmente bonitas.
¡No, alto! ¿DESDE CUANDO ME FIJO EN ESO?
Alguien me quita la capucha. Jimin.
— Pareces sospechoso, todo de negro... espero que por tu culpa no nos estén vigilando — me dice entre risas mientras subimos la escalera mecánica. — ¡Jungkook! — le dice alegremente mirando hacia el escalón de abajo, él está detrás de nosotros. — ¿Quieres ropa nueva?
Y es la primera vez que Jungkook se ruboriza. Pero, por mala suerte, asiente con la cabeza.
— Genial, primera parada — Jimin se aclara la garganta y parece un guía turístico — la tienda favorita de Taehyung...
— ¡Ni si te ocurra Jimin! — Oh, por dios, me va a doler el bolsillo.
— Guc... — pero mi amigo tropieza con el escalón de arriba, mientras yo me carcajeo Jungkook preocupado lo ayuda a levantarse.
— Ah, la venganza es dulce, Jimin. — le digo cuando él se para mientras diviso una tienda comun de ropa mas normal y no tan "de marca" como en mi tienda favorita. ¿En serio, vestir a Jungkook en Gucci? Yo creo que hasta el mismo Jeon se sentiría incómodo ahí dentro, las cosas son demasiado lujosas y demasiado caras. — Jungkook si engordas un poco la ropa deportiva te va a quedar mejor. — confieso mientras me atrevo a agarrarlo del brazo para llevarlo a la tienda de Fila. — Mira, Jimin, si me vas a obligar a gastar mi dinero en Kook — señalo a Jeon con la cabeza — lo gastaré en lo que yo crea mejor para él.
Jimin frena en seco, y me sonríe macabramente desde su lugar. Yo me quedo a medio entrar a la tienda, con Jungkook tomado del brazo.
— Eso es exactamente lo que quería que dijeras, Taehyung — y luego me guiña un ojo, siendo demasiado cómplice.
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