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— Gracias por la comida — le dijo Jungkook entregándole el plato a Tae sin mirarlo a la cara. Otra vez el pelinegro no le contestó y solo lavó los platos sin detenerse a mirar a Jungkook siquiera.
A pesar de que el chico ya estaba limpio Taehyung rascaba hasta la más mínima mugre del plato donde él comió, solo por si acaso...
— Bien, vete ya. — esas palabras tan rudas hicieron que Jungkook se sintiera como una hormiga. La voz del otro era demasiado pesada como para recriminarle algo. Tampoco es que Jungkook le fuera a hacer frente, pero lo estaba haciendo sentir mal.
A Taehyung se le fueron al diablo las ganas de explicarle cosas sobre corea a Jungkook, ya que estaba pensando que si le hablaba él le pediría dinero y cómoda más seguido. Taehyung quería matarse ya que no sabía porque rayos le había ofrecido entrar a la casa. El joven lo miro con un puchero en los labios, pero no dijo nada y se encamino a la puerta, antes de salir le dijo:
— ¿Tienes una taza?
Taehyung puso cara de pocos amigos y resopló en su lugar. Ya le había dado un baño, ropa y comida ¿Y tenía el descaro de pedirle una maldita taza? ¿Acaso no podía sacar una de la basura y ya?
Cómo Taehyung no se movió del lugar, más solo fingió no haberlo escuchado, Jungkook se volteó y salió de la cálida casa al frío de afuera. Taehyung le cerró la puerta a sus espaldas y fue al baño para limpiar todo con lavandina y mucho alcohol. Lo que él no sabía era que Jungkook estaba sentado en los escalones de afuera, abrazándose del frío.
Jungkook quería llorar en soledad, pero si lo hacía no tendría con que limpiarse la nariz, así que solo se quedó allí, abrazándose las rodillas y metiéndose un poco para mantener el calor corporal. Él estaba destruido por dentro ¿Porque todas las personas lo trataban de esa forma? ¿Solamente porque estaba feo y olía mal? El no tenía dinero y no lo aceptaban en ningun lado, no hacía más que pedir unas monedas y era tratado como basura. Era mejor estar muerto ante que vivir de esa manera... Pero él no tenía el valor suficiente para matarse.
La garganta se le cerró mientras aguantaba las lágrimas que amenazaban con caer de su rostro ahora limpio.
Jungkook se levantó pensando que no era buena idea quedarse ahí y se dirigió al parque pero no sé sentó en el banco de siempre, sino en el de la esquina que daba a la casa de Taehyung, si Jungkook tenía suerte, el otro se asomaria y lo dejase entrar otra vez. El amigo de Taehyung parecía más amable que él, pero ese chico bajito del cual desconocía el nombre, no estaba allí.
Por otro lado, Taehyung estaba en su casa limpiado con guantes y un barbilla el suelo de en dónde Jungkook se había parado. Hasta había limpiado la bañera con lejía y el olor lo estaba matando. Ya todo estaba bien desinfectado. Recojio la toalla y la esponja con la que había lavado al chico y lo puso en una bolsa aparte para luego tirarlo, él no volvería a usar esas cosas.
Él estaba por ir a recostarse cuando recibió un menaje de Jimin diciéndole que podía invitar al chico a dormir, que lo haría más felíz. Pero cuando Tae le dijo que lo echó de la casa, recibió una llamada entrante de su amigo.
— ¿Eres un demonio acaso? — le grito al otro lado de la línea. — ¡Taehyung hace frío y dicen que por la noche lloverá! Yo me tengo que quedar en el maldito aeropuerto porque me cancelaron el vuelo de hoy para mañana por la mañana cuando la lluvia pare. ¿Acaso quieres que el chico se muera de hipotermia o qué?
— No entiendo porqué eres tan generoso. Jungkook no es mi asunto.
— Lo convertiste en tu propio asunto cuando le diste un nombre. ¿Por qué le darías un nombre si no lo ayudarás? ¿Cuál era tu plan, entonces? Mira... Seguro que lo has tratado muy mal, eso... No deberías hacerlo. Te lo digo de verdad, quizás si lo haces feliz, eso te haga feliz a tí.
— No mientas. ¿Acaso me va a hacer feliz ayudar a un pobretón? No me jodas, Jimin. Ese es tu estilo, no el mío.
— Justamente por eso me gustaría que también fuera "tu estilo" ¡Taehyung tienes mucho dinero, tus padres son prácticamente ricos y por mes te mandan más del dinero necesario! ¡Podrías gastarlo de una buena vez por todas en algo más generoso que ropa Channel, Fila o Gucci, maldita sea!
Él le iba a recriminar algo pero Jimin le cortó la llamada.
— Mierda... ¡Más feliz tus huevos, idiota! — Taehyung le gritó a la nada.
Se dirigió a la puerta hasta llegar al parque y encontrar a Jungkook en una banca, en la esquina de su casa. Tenía la carita hinchada, ya había estado llorando.
— ¡Por Dios, ven adentro de una maldita vez, Jungkook! — Taehyung no estaba furioso, estaba... ¿Extraño?
Lo llevó arrastrando a la casa y el chico se quedó más tranquilo al sentir el calor del hogar.
— Siéntate ahí. — le señaló el sillón. Jungkook dudó un instante pero al final lo hizo. Se hundió rápidamente y se puso muy cómodo. — escúchame bien. — Oh, Taehyung era tan rudo hablando. — tengo que ir a trabajar, te vas a quedar en este lugar y te juro que si me llegas a robar algo llamaré a la policía o a servicios sociales para que te lleven ¿Me oíste?
Jungkook lo miraba con los ojos abiertos como platos mientras asentía con la cabeza.
— Está bi-bien...
Taehyung rugió molesto y se fue a cambiar a su cuarto. Cuando volvió a la sala principal puso a funcionar las cámaras de vigilancia que tenía por toda la casa, insistencia de sus padres. Se aseguró de que todavía funcionaran, mediante su celular comprobó la señal y todo estaba perfecto.
— Me iré. Si quieres comer las cosas están en la cocina, no toques nada que pueda romperse. — y dicho esto salió dándole un portazo a la puerta, y se fue en bicicleta hasta el trabajo.
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