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12

Taehyung

2 horas... ¡Dos horas estuve con Jungkook en la librería! Creo que jamás estuve tanto tiempo viendo libros en toda mi vida.

No sé porque siento que Jungkook parece más pequeño de lo que aparenta, quiero decir, cada vez que quería un libro de un estante que no llegaba a alcanzar, yo lo tenía que hacer por él,y cada vez que eso pasaba siempre me miraba con los ojos encantados.

Jungkook es raro.

Ahora hemos entrado a una tienda que vende accesorios, si se va a quedar en casa voy a necesitar comprarle varias cosas, ni modo que le preste las mías.

Sí. Jungkook se quedará en casa, por insistencia de Jimin, todavía me opongo a esto pero... ¡¿Que otra opción tengo?!

Ninguna. Porque si llamo a servicios sociales quizás se lo lleven a un lugar horrible, o quizás ni siquiera se lo lleven porque debe ser real que tiene veinte años o más, no creo que lo lleven a ningún lado. Y si llamo a la policía le harán mil y un preguntas que probablemente Jungkook no pueda responder.

Y si lo encarcelan o algo por no tener documentos, Jungkook me verá cómo el culpable de eso.

Y, siendo sincero, no quiero que pase eso.

— ¿Estás pensando? — me pregunta él de repente mientras mira la variedad de cepillos de dientes que le di para elegir. Se decide por uno violeta y otro amarillo. — haces mucho silencio. — señala él arrugando la nariz.  — no me gusta el silencio. Me hace sentir... Solito.

Cuando Jungkook baja la cabeza me acerco a él para tomar el canastito que tiene entre las manos, y yo le doy algunas bolsas no tan pesadas, tengo que ir a elegir más productos para él.

— La semana próxima iremos a hacerte los documentos.

— ¿Eso es posible?

Asiento con la cabeza y lo llevo a la sección donde hay peines y colitas de cabello, como él lo tiene un poco largo quizás le sirvan...

Incluso no le quedaría nada mal el cabello atado.

— ¿Jungkook tu en serio no sabes la fecha de tu nacimiento?

— No... Perdón.

— ¿Y quién escribió en ese papel que tenías cuatro años? Para mí ahora tienes más de veinte, pero no más que yo, quizás tienes veintidós.

— ¿Tu... Cuántos años tienes, Tae? — pregunta mirando un espejo pequeño que deja sobre el estante.

— Veinticuatro, y estoy a un año de terminar mi carrera universitaria por si te lo preguntas.

¿Por qué rayos acabo de darle esa información?

— ¿Y sabes la fecha de tu nacimiento? — me pregunta él otra vez, curioso.

—  El ante último día del año. — quiero saber si sabe los meses y fechas.

— Oh... — se detiene a ver un par de pulseras hechas con hilo de macramé que yo también me detengo a mirar, son muy bonitas. En esta tienda parece que hay de todo. — Treinta de... ¿Diciembre?

— Sí.

— ¡Que lindo día! — admite alegre mirándome a los ojos. — yo no tengo un cumpleaños, así que nunca me he sentido especial. ¿Es bonito tener un cumpleaños?

Me quedo pasmado ante su pregunta.

— Depende. Hay personas que no les gusta el día de su cumpleaños, vaya alguien a saber por qué. A mí me gusta, pero... No lo festejo con mucha gente, mis padres están viviendo en otro lado y no pueden venir a Nueva York a pasar solo un día conmigo. Siempre están ocupados. — observo una pulsera roja, y me gusta bastante, así que la pongo en la canastita— ¿Quieres esa? — le cambio de tema señalando una pulsera azul.

— ¿Para qué es?

Ay Dios... Parece un bebé la primera vez que sale al mundo.

— Es un accesorio, para usar en la muñeca, se ven lindos, a ti te gustan las cosas lindas ¿O no?

— ¡Si! — la pone en la canastita y nos vamos para la caja a apagar todo. Una vez tengo la compra lista, nos repartirnos las cosas, yo las más pesadas como la ropa y las zapatillas y el todas mis cosas de maquillaje y esto que acabo de comprar. Jungkook no tiene fuerza física, sólo puede alzar cosas que no sean extremadamente pesadas, y es que las zapatillas que le compré no pesan tanto, para mí, pero para él hace que el brazo le cuelgue más hacia abajo y le duela la espalda.

— Vamos a comer, tengo hambre. — nos dirigimos hacia la escalera mecánica de arriba para subir al último piso — arriba de todo están los patios de comida. Jungkook se durmió de camino a casa. Y creo que no se hubiera despertado si el chico del Uber no hubiera tocado la bocina antes de cruzar la cuadra que da a mi casa.

— ¿No me dirás que quieres seguir durmiendo o sí? — le pregunto a Jungkook dejando todas las bolsas arriba de la mesa. Todavía no le he mostrado el peluche.— ¿Quieres hamburguesa de pollo o carne?

Jimin me envió cientos de mensajes diciendo que le dé comida con toda la grasa posible. No sé cómo quiere que lo engorde con estas cosas. Quizás estando tan delgado no logre ganar nada de peso.

— Jungkook tu... ¿No comías todos los días, cierto?

Él baja la cabeza apenado mientras bajamos de la escalera y lo llevo a mi lado recorriendo pasillos y pasillo llenos de locales de comida chatarra.

— No podía comer todos los días. Y tomaba agua de esa cosa que estaba en el parque, dónde salía agua.

— La fuente, Jungkook, la fuente.

— Sí... Eso. El agua era fea. Y yo tenía poco dinero en los días, no compraba nada. A veces alguien me daba un... ¿Cuál es el nombre?

— Si me lo describes puedo decirte.

— Como una hamburguesa, pero más... ¿Largo? — él mira los puestos de comida, uno por uno y se detiene en un local de color amarillo — ¡Como eso!

Observo hacia donde está mirando.

— Oh... Se llaman "hot dog" en otros países de dice "pancho" — pongo a prueba mi español.

— "Pancho" — Ow, le ha salido tan... ¿Tierno?

¡¿Tierno?!

— ¿Podemos comer uno? ¡Son bonitos!

— Se dicen "son ricos", bonito es otra cosa. — pongo los ojos en blanco, tengo que enseñarle a hablar mejor.

Dejo a Jungkook con todas las bolsas en una mesa cercana.

— ¿Cuántos quieres? — me agacho un poco para estar a su altura.

— Uno... — y luego más bajo dice — como siempre.

— Mmm... — asiento con la cabeza.

Cuando llega mi turno en la caja hago mi pedido.

— Quiero seis hot dogs, dos papas fritas con queso cheddar agregado y... Dos refrescos Coca Cola.

La chica de la caja me entrega un ticket y yo me voy a esperar al otro lado mi pedido.

Observo a Jungkook mientras saca de la bolsa de papel madera algunos de mis labiales. Están cerrados con plástico, pero de todas formas quiere abrirlos. No sé porque pero me causa gracia, él es tan curioso.

Cuarenta y Siete — llaman mi número de orden y yo me acerco para retirar la bandeja con mi comida.

Agradezco y me voy a la mesa, me siento al lado Jungkook y le entrego sus papas con cheddar agregado en una bandeja y los cuatro Hot Dogs que pedí para él, yo me quedo con dos más mi propia bandeja de papas fritas, le entrego una bebida y dejo las bolsas debajo de la mesa. El lugar donde estamos sentados es como un sillón largo y una mesa redonda, también bastante grande.

— ¡Woaah! ¿Puedo comer todo esto? — pregunta con los ojos brillando.

— Tú debes comer eso. Jimin dice que tengo que engordarte. Estás demasiado delgado, así que debes comer si o si. Cuando tengas un poco de masa muscular te enseñaré a hacer algún ejercicio para que puedas sacar músculo.

Jungkook estaba a punto de llevarse una papa a la boca pero se detiene para mirarme.

— ¿Pero no volveré al parque luego de esto? — dice señalando las bolsas con sus "regalitos".

Por mucho que me oponga ante esto, debo ceder. Vamos... Tengo que hacerlo.

Jin también dijo que la compañía no me hará mal. Y si Jin lo dice, él es todo un experto, debe tener razón.

— Tú... Bueno... — me rasco la nuca sin saber cómo decirle. Quizás se pone a llorar o se emocione y comience a saltar de alegría o ¡vaya alguien a saber! — Te quedarás en mi casa...

— ¿Hoy por la noche? — pregunta tomando un sorbo de la lata de Coca Cola, sorprendentemente la sabe abrir.

Yo le doy un mordisco a mi Hot Dog antes de contestar.

— No...

— ¿Hasta cuando? ¿En la tarde de hoy?

— Te quedarás conmigo... No lo sé... Por un tiempo ¿Supongo? Yo vivo solo, Jimin no puede tenerte en su casa porque tiene tres hermanos más pequeños que cuidar.

— ¿Un tiempo? ¿Mucho tiempo? — los ojos se le achican, y ahí está: sonríe primero con los ojos, y luego con la boca. — ¿En serio? ¿No volveré al parque?

— Solo para ir a caminar.

Jungkook abre la boca para decir algo, pero la vuelve a cerrar.

— ¿No me dejaras ir? ¿No te enojas?

Mierda... Él si ya se dió cuenta que lo estaba tratando mal.

¿Debería disculparme?

— No te dejaré ir a la calle otra vez, Jimin va a arrancarme la cabeza si lo hago. — digo de mala gana, pero eso a él le hace gracia.

Cuando vuelvo a mirarlo noto algo extraño en sus ojos. ¿Alegría?

¿Qué es lo que debe estar sintiendo?

— Gracias, Taeieung...

—  Es "Hyung".

— Hy... Ung. "Tae...Hyung..."

— Sí.

— Tu nombre es bonito.

— Para ti todo es bonito. — lanzo una risa ahogada y sigo comiendo. Siento que Jungkook me está mirando, pero aún así lo ignoro.

Y me sorprendo cuando siento la calidez de sus labios otra vez en la mejilla.

— Deja de besarme. — le digo llevándome una papa frita a la boca, sin mirarlo siquiera.

Por el rabillo del ojo veo que Jungkook hace un puchero.

— No te gusta.

No lo preguntó, lo afirmó.

— No es que no me guste. Tú no puedes andar besando a todas las personas que te den algo o que dejen quedarte en sus casas.

Bueno... A decir verdad soy el único que sin pensarlo lo invitó a la casa. Yo he visto que la gente lo trata mal, muy mal. Vi como esa señora le gritó el otro día.

Lo peor es que yo también lo he tratado mal. Pero solo porque estoy enojado conmigo mismo.

¿Qué es esto? ¿Culpa, tal vez?

— Chimin dijo que te diera un beso aquí — pica mi mejilla con su dedo índice.

— Primero: es "Jimin" no "Chimin", segundo: ¿Porque le haces caso?

Jungkook come un poco antes de contestarme. Se lo ve hambriento.

— Porque dijo que eso te sacaría una sonrisa, tú estás con cara fea todo el día dijo él. ¡Así que te daré muchos besitos hasta que sonrías! Yo siempre soy triste y no es lindo estar así.

Me río ante lo que dijo.

— No me sacarás una sonrisa Jungkook. Ya nadie puede hacerlo, no realmente.

Sus ojos se entristecen.

— ¿Por qué, Tae... Hyung?

— Es que... Una persona que me hacía feliz ya no está. Y yo no quiero ser feliz, porque siento que ya no debo serlo.

Jungkook hace otro puchero y yo sigo comiendo. Pero ahora de repente pone ambos de sus huesudos brazos en mi torso y su cabeza apoyada en mi hombro. Me quedo como una estatua ante el abrazo.

— Yo intentaré darte una sonrisa. Ya has hecho mucho por mi ¡Me diste regalitos! Déjame hacer algo por tí, Taehyung. Así ya no estarás triste ni enojado.

Seguido de eso me da otro beso en la mejilla y sigue comiendo.

Y yo dudo que pueda probar un bocado después de eso... Mi corazón no me dejará en paz.

Pasó mucho tiempo desde la última vez que mi corazón se aceleró de esta manera.

— ¡Taehyung! Estás rojito, como una manzana — señala Jungkook riendo.

¡Santa mierda!

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Jajaja pobre Taehyung.

Les va gustando la historia?????












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