"Tan hombrecito que se esconde en las faldas de su mamita"
La historia de Jungkook no difiere de muchas en hogares dónde reina la violencia, factores como el alcoholismo, comportamientos heredados y otros se suman a las muchas desgracias de hogares rotos, en este caso y en este hogar en específico el hombre que antes fue su inspiración, su Superman era ahora el monstruo por el que debían esconderse.
"Es un niño Bae-soo!" Grita su madre, quien luego de haber recibido una de las acostumbradas palizas por un esposo que disfrutaba más el sabor del licor con un poco de sangre como mezcla, intenta retener a su hijo de la fuerza con la que el hombre lo toma del brazo.
La madre de Jungkook comenzó a tener una vida de abusos y golpes por parte de su esposo que en ocasiones cuando ya no tenía lugar en su rostro o en su cuerpo para golpear se desbordaba en Jungkook su hijo, quien en esa época tenia tan solo 12 años de edad.
¿En qué momento paraba? Solo habían dos ocasiones; la primera, cuando el hombre adolorido de su brazo y por la borrachera no daba más y la segunda cuando el hermano de Jungkook Jeon Jung Hyun 5 años mayor que el intervenia y se agarraba a golpes con el hombre, pero ese día todo cambiaría para esa familia.
"Niños que estás criando como un par de maricas!!! Pero que puedo esperar de un escoria de mujer que nunca sirvió para nada, solo para abrir la boca y pedir!" Tomando a Jungkook de la camiseta y tirandolo al piso y luego colocar un pie en su cara.
La madre de Jungkook dedicó su vida a sus dos hijos, por decisión de ambos se había quedado en su hogar criandolos, decisión que más tarde olvidó cuando perdió su empleo por un accidente y ya nunca más pudo conseguir un buen trabajo más que el que le ofrecían por un salario injusto, esa crisis económica afecto su hogar al punto de comenzar a beber, calmando los dolores de ese hombro que se había visto afectado en ese accidente con dicha bebida, perdió el propósito de vida, el amor por su esposa y el respeto y consagración por sus hijos, la madre había comenzado a trabajar posteriormente como vendedora en un almacén de ropa llevando un poco más de dinero a su hogar pero ya no era suficiente, Jungkook se quedaba solo durante largas jornadas hasta que llegaba su hermano.
En este día Jung Hyung no había llegado aún pero su madre si y para su desgracia su padre con una tipica borrachera también, los golpes comenzaron, lastimosamente nada anormal hasta el momento que llegó su hermano con unos pocos tragos de más por haber ganado un partido de fútbol sus amigos le habían animado a celebrar con un par de cervezas, el joven llegó a su casa con la excitación normal de su victoria y del licor haciendo estragos en su cabeza al ver la típica escena pero este día él joven arde de ira más de lo normal.
"Suéltalo!" Grito Jungkook desde la entrada de la casa.
"Oh pero si llego maricon dos" se gira el hombre trastabillando en sus talones cuando gira para verlo.
"Te dije que lo sueltes, de verdad que estoy harto de ti hijo de puta!"
Su madre ve fuego en los ojos de su hijo mayor, lo ve empuñar sus manos mientras se acerca, pero está vez hay algo que no saldrá como siempre, dos hijos y una madre golpeada y un alcohólico perdido en el piso en su propio vomito.
"¿Que vas a hacer? Noquearme con tu baloncito de football?" Ríe, se burla del menor mientras un asustadizo Jungkook sigue presionado bajo el pie del hombre, no se mueve, tiene miedo, siempre que ha intentado zafarse sale más lastimado aún, él, su madre y su hermano, así que se deja solo golpear.
Jung Hyun se apresura a la cocina y toma un cuchillo, esos tragos de más no solo lo han hecho más valiente, siente que es más fuerte, que es invencible .
El hombre se aleja de Jungkook al ver al otro con el arma y lo reta, ambos con licor en su cabeza pueden ir más allá de sus límites por qué oh si, el licor es tu aliado "Tan hombrecito, vamos a qué no eres capaz!"
Grave error.
Jungk Hyun se abalanza sobre el hombre quien lo supera por una cabeza en altura y por físico pues era grueso y más pesado mientras que el joven de diecisiete años aún era menos fornido y no tuvo la suficiente fuerza para evitar que en el forcejeo el cuchillo fuera a parar al abdomen del mismo.
"Jung!" Grita Jungkook al ver la sangre correr en el piso, el hombre que decia ser su padre había caído al piso golpeandose con la mesa de la cocina cayendo inconsciente mientras la madre de Jungkook y el mismo joven corrían al piso donde su hermano mayor sostenía por última vez la mano de Jungkook.
La policía llegó, los gritos alarmaron como siempre a los vecinos, el cuerpo sin vida de Jung Hyun fue llevado al hospital, mientras que el hombre que alguna vez llamó con tanto amor 'papá' era apresado no sin antes proferir unas cuantas amenazas en contra de Jungkook y su madre.
Las horas de viaje desde que salió Jungkook del pueblo de Otgol hacia Busan se despliegan en un mar de recuerdos del pasado y de su presente.
A medida que se acerca recuerda a su hermano y lo valiente que siempre fue al enfrentarse a su abusivo padre, recuerda el dolor de los golpes y cortadas que sufrió en su cuerpo cuando en más de una ocasión estampó un vaso contra el joven, los recuerdos los tiene tan vividos en mente como en su cuerpo, algunas cicatrices un poco perceptibles como en su rostro, en su pelvis son cosas que agradeció que Taehyung no preguntara insistentemente.
Taehyung, su osito, su tigre, Jungkook no soportaba los hombres abusivos y el día que pasó lo de Park Seoojon recordó tantas cosas pero entre ellas la valentia que había carecido toda su vida para enfrentar a su padre y de la que su madre siempre le dijo que no tenía la culpa, que él solo era un niño.
Pero ahora no, y cuando vio a ese sujeto y sus aires de superioridad lo supo y su sangre ardió de ira cuando vio lo que el sujeto quería hacer con su bebé y aunque en ese momento no lo era, ya Jungkook había desarrollado sentimientos por él, así que nunca más iba a dejar desprotegidos a aquellos a quien amaba y eso incluía ahora a su madre.
Jungkook se fue de su hogar porque no solo su madre se culpaba, el mismo Jungkook lo hacía diariamente al no haber sido lo suficientemente valiente, al no haber sido como su hermano y enfrentarlo los dos, su hermano murió protegiendolos y el sentía que no había hecho nada.
Por ello tomo la decisión luego de algunos años de irse, cuando vio que su madre estaba mejor, cuando encontró a alguien bueno y que la cuidará, era tiempo para él de respirar unos aires nuevos, de sanar, de olvidar y había encontrado lo mejor de su vida, su Taehyung.
Lo extraña, maldita sea lo extraña tanto.
Su maraña de cabellos al despertar, la hinchazón de su rostro que luego de un baño es como si se diera el baño de la preciosidad, porque que hombre...¡oh Dios!, su cara con sus bellos lunares que le faltó tiempo para besar, su cuerpo, sus labios, su cabello sin ser del todo largo ni del todo corto, se amoldaba a la perfección a su cara, sus carnosos labios, su cintura, sus piernas, sus nalgas, todo el. Taehyung representaba lo mejor de los dos sexos, esas cualidades físicas , su voz, su manía de escandalizarse por todo para finalmente ser peor de sucio y entregado que el mismo Jungkook mantenía al joven deslumbrado.
Su inocencia, su orgullo, su pasión, su entrega.
Es un hombre fuerte, ha mantenido el negocio el solo, afrontó la muerte de sus padres y su pareja el solo, ayuda a su vecina y aún así es tan tierno y se deja mimar y cuidar de la manera más dulce.
Oh como duele su corazón.
Sabe que Taehyung lo ama, nadie puede mentir tan bien, el brillo en sus ojos cuando se besaban, la adoración en su mirada cuando cocinaban juntos, las risas ante las bromas ridículas, ellos eran el uno para el otro.
Eso lo tiene claro Jungkook, pero Taehyung aunque lo ame no está dispuesto a arriesgarse, esa vida de inseguridades y falta de empuje que lo llevarán a algún límite lo acostumbró a eso, a no querer arriesgar.
Debe dejarlo ir, si Taehyung no quiere, ni con el amor más grande cuando no hay voluntad se puede hacer mucho.
Por ahora Jungkook ha llegado a la misma esquina donde hace unos meses tomó el autobús que lo llevaría a conocer el amor de su vida, el amor que debía dejar ir.
"Hola madre"
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La violencia intrafamiliar es un terrible cáncer, yo tengo una melliza y su marido la cogía a golpes con un palo cuando estaba de ocho meses de embarazo de uno de mis sobrinos. 😞
Menos mal salió de ese matrimonio y a ese hombre el karma se las ha cobrado todas.
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