No era como si los celos hubieran manipulado a Jimin y por ello haya cogido las llaves del carro, se montará en este y condujera hasta el trabajo de su amado chico. Sólo lo recogería, era un gesto noble. 

¿Cualquiera haría eso por su pareja, no es así? 

Eran casi diez minutos en vehículo hasta llegar al edificio de la corporación donde Jungkook supuestamente ya debió haber salido; Jimin estacionó el coche frente a este y tomó un largo suspiro antes de dirigir su vista a su izquierda, mirando atentamente la entrada principal. 

Sus labios se curvaron en una alegre sonrisa al ver a Jeon cruzar las puertas de vidrio. Como eran casi las siete de la noche los postes de luz y las del edificio ya se habían encendido, pero era el suficiente reflejo para iluminar la simpática sonrisa de dientes y hoyuelo que Jungkook tenía en su rostro. 

Pero había un detalle que causaba esa linda característica en él, pues a su lado, un lindo castaño de piel pálida reía bien agarrado del brazo del más alto. 

Y pues Jungkook estaba muy cómodo con aquello. 

Jimin frunció el ceño y quitó las llaves del vehículo, dispuesto a salir de este y hacer su acto de presencia. 

El azabache alzó la vista y se sorprendió al ver a su novio; aunque estaba del otro lado de la calle pudo notar una resplandeciente sonrisa que antes no había visto en el mayor. 

─Oh, lo lamento, Kija, creo que debes cancelar con los demás el plan que teníamos ahora ─el menor lo miró extrañado. 

─¿Por qué? Ya íbamos a tomar el taxi, de repente has cambiado de opinión así no más. 

Jungkook negó de inmediato:─Mi novio ha venido a recogerme ─hizo un ligero gesto con la cabeza señalando al castaño al frente. Kija se impresionó. 

Pensó que el chico era igual de bonito que Jungkook, y mirándolo bien se acoplaban muy bien como pareja. Le pareció tierno el gesto del castaño al venir a recoger a Jeon al término de su jornada laboral. 

─Uh, ya veo, entonces será para otro día, supongo ─Hwang palmeó el hombro del mayor─. Por cierto, lindo chico tu novio, cuídalo, nunca sabes qué gatos puedan intentar quitártelo. 

Jungkook rió negando y agitó su mano despidiéndose de su amigo, quién siguió su camino hasta encontrarse con un trío de chicos en una parada de buses.