— ¿Puedo preguntar qué te sucede?

— Nada, mi amor, ¿Por qué?

— ¿Acaso ya no te gusto? — cuestionó directamente, hasta cierto punto ya no sentía enojo, más estaba triste.

Chan notó la voz baja de su novio, esto le hizo cuestionó si debía seguir con su juego de molestar a Felix o no. No le gustaba la idea de verlo decaído y que dude de su amor por él.

— ¿Es él? — volvió a preguntar.

— Uh — Chan lo miró con el ceño fruncido — ¿A qué te refieres con "él"?

— Al tal Jake, hoy tuviste mucha prisa en irte a tu trabajo, cuando te recogí andabas muy pegado a ese tipo y no me has dejado mimarte, ni porque estamos en casa. ¿Lo prefieres a él, no? Ahora te gusta ese.

Sonaba tan enojado pero triste en su teoría, pero por tan malo que parezca esto terminó por confirmar lo que Chan sospechaba, y es que Felix estaba en definitiva, celoso.

Una sonrisa se formaba en los labios de Chan y así cerró la cobertura del libro dejándolo en la mesa de noche.

— ¿Por qué sonríes? Claro, era de suponerse, eres un idiota — Felix estaba por levantarse de la cama apartando bruscamente la cobija, pero Chan fue más rápido tomando su muñeca.

El australiano menor rápidamente lo miró en un intento de zafarse, pero el agarre de Chan era más fuerte —. ¡No te vayas!

Felix rió sin gracia y se sentó nuevamente frente al mayor —. Evades mis toques todo el día por irte con ese tipo y te ríes porque lo confirmo, ¿Ahora no quieres que me vaya? no soy tu juguete Bang.

— Y yo no dije que lo fueras, Felix, debes escucharme — el pecoso no respondió y en su lugar arqueó una ceja, una clara señal para que Chan prosiguiera —, primero que nada, Jake no significa para mí nada más allá de un simple amigo — el menor rodó la mirada, seguía sin estar del todo convencido —, segundo, si he sonreído es porque me da mucha gracia ver lo celoso que te pones al verme con otros chicos; mírate, creando historias paranoicas como si fuera a interesarme en otro hombre que no seas tú — Felix lo miró un poco ofendido y no pudo evitar el impulso de golpear al más alto en su hombro con fuerza —. ¡Auch!

— Debería golpearte más, nada de lo que me dices justifica como te has portado conmigo. No coqueteaste conmigo cuando estábamos en el auto, en la cena tampoco hablamos mucho y no me dejaste duchar contigo, para rematar te negabas a apagar la maldita luz siendo tan tarde por la noche, sabes que debo levantarme temprano a prepararte el desayuno — Felix habló tan frenético, pues la furia estaba presente, el mayor solo podía aguantarse las ganas de reír si es que no quería amanecer castrado.

Aún así, optó por seguir con el naturalismo y la seriedad para no hacer enojar más al menor —. Lo sé, y no sabes cómo lo lamento... Yo realmente quería ver hasta que punto llegabas al portarme tan diferente contigo, y verte celoso fue el mayor trofeo que me gané hoy.

— ¿Qué? — Lee preguntó incrédulo.

Al final si fue su broma de segunda mano para pasar el rato.

— ¡Por favor, no te vayas a enojar más! — suplicó Bang con un puchero y tomando ambas manos del pecoso.

Felix rió bajito y apartó las manos del moreno.

— Eres un tonto, Chan, y mi colmo es estar tan enamorado de ti.

— ¿Eh?

— Debo enseñarte a no jugar conmigo y mostrarle a esos tipos de afuera a quién le perteneces.

— ¿Fe-felix?

Era hora de que Lee Felix cobrase su recompensa luego de ser la víctima de esta broma de mal gusto.