Chan se encontraba de lo más tranquilo sentado en la cama y apoyándose contra el espaldar de esta, mientras en sus manos sostenía un libro.

Como era costumbre, cada noche leía al menos una pagina de este, le servía de mucho para despejar la mente y relajarse antes que pensar que al día siguiente debía ir nuevamente a trabajar.

Sin embargo, Felix, quién anteriormente obtuvo un intento fallido de acercarse a su pareja en la ducha, tuvo que tomar un baño el solo y de mala manera; ahora, se encontraba bajo la cobija y dándole la espalda a su novio, en sus labios se formaba un mohín de enojo.

La luz encendida le irritaba.

— Chan, podrías apagar la luz, por favor, intento dormir y me interrumpe el sueño — pidió en un tono firme y serio.

El mayor le miró de reojo y arqueó una ceja.

Normalmente, Felix se sentaba a su lado a hacer cualquier otra cosa mientras esperaba a que él terminase de leer.

Pero hoy, era distinto.

— No — respondió con simpleza.

Felix frunció el ceño confundida.

— ¿Qué?

— Que no, sabes que todas las noches leo un libro y no apago la luz hasta acabar al menos dos carillas.

Felix frunció el ceño aún más, ¿Qué demonios le pasaba a su novio?