CAPITULO 04
𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐎𝐒𝐒'𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑
Ha sido un día verdaderamente extraño. Si bien esperaba que el regreso de Mew viniera acompañado de caos, estos últimos sucesos van más allá de mi comprensión. Siguiendo el consejo de Tharn, pasé casi toda la jornada dedicándola al ocio. Intenté encerrarme en mi dormitorio con la novela que tengo pendiente terminar, pero me resultó imposible concentrarme en la lectura.
Mew Suppasit, su cálido cabello castaño, la sonrisa que forma dos hoyuelos en sus mejillas y su voz grave pero juvenil no dejan de torturarme.
En un segundo intento por distraerme, cerca del anochecer abandoné la casa y me dirigí al cine. Conduje hasta el centro de la ciudad con el automóvil que me ha regalado Tharn cuando cumplí veinticinco. La edad que Mew tiene ahora. Di algunas vueltas por la taquilla del cine y finalmente saqué mi boleto para una de suspenso. No quería ver nada romántico ni con escenas sexuales que reavivaran el fuego que había encendido Mew. Pero fue en vano intentar concentrarme en la película, parecía que los resplandecientes ojos negros de Mew brillaban en la oscuridad de la sala. Tenían el mismo tono café frio que los de su padre, pero a la vez eran increíblemente distintos. Los de Tharn asemejaban al acero, o al hielo seco, y aun así proyectaban una calidez que me envolvía. Una calidez a la cual yo deseaba rendirme. Los de Mew por otro lado, eran más redondos y vivaces, con una energía contagiosa y a la vez intensa. Y sin embargo, yo deseaba huir de aquellos ojos. Mientras intentaba seguir el argumento de la película, recordaba una y otra vez la expresión de aquellos ojos mientras me masturbaba. Intenté no pensar mucho en aquello, pues sabía que me iba a provocar una erección en medio de la sala.
Luego de la película di un breve paseo por el centro comercial; husmee las estanterías de las librerías pero ningún título llamó mi atención. Tal vez porque estaba demasiado disperso para pensar en literatura. Sin embargo, no volví a casa hasta cerca de la medianoche; le envié un mensaje de texto a Tharn diciéndoles que no estaría a tiempo para la cena y perdí algo de tiempo en una cafetería. No quería regresar a casa y crúzame con Mew, quería llegar cuando toda la casa estuviera dormida.
Pero ahora estoy en mi dormitorio una vez más, con toda la casa en silencio y las luces apagadas, y no puedo evitar sentir un cosquilleo entre mis piernas cuando recuerdo esas caricias.
Me lo he cruzado fugazmente en la cena pero ninguno de los dos ha dicho nada. Me apuré a abandonar la mesa para que no intentara otra de sus locuras, y ahora que estoy en la soledad de mi cama, secretamente deseo que lo hubiera hecho. Miro la puerta de mi dormitorio ¿La cruzará nuevamente esta noche?
Giro en mi cama, inquieto ¿Qué es lo que está ocurriendo? Mew siempre ha sido mujeriego; recuerdo que tuvo sus primeras noviecitas en la escuela elementaría, cuando yo ni siquiera imaginaba que era homosexual. Y todas las aventuras y romances que ha tenido en la preparatoria. Bah, si es que aquello puede catalogarse como romance; no eran más que polvos. En aquel entonces Mew llevaba el cabello largo, una descontrolada mata dorada que era un imán para las chicas. Todas deseaban deslizar sus dedos por esos cabellos, o sentirlos entre sus muslos ¡Yo le tenía tanta envidia! A su lado, yo era invisible.
Aunque ahora me estoy preguntando si realmente era envidia lo que me provocaba el rebelde Mew ¿es posible que yo me sintiera atraído hacia él y no quería admitirlo?
No, imposible. En aquellos años yo descubrí mi sexualidad, experimentado con mi propio cuerpo y deseo en la intimidad de mi habitación. Esta misma habitación, con paredes color azul marino y la biblioteca blanca siempre plagada de libros. Pronto fue obvio que no compartía el interés de Mew en chicas y revistas porno. Pero también descubrí que estaba enamorado de Tharn, el hombre amable y mayor que yo, que me había salvado la vida. Ansiaba ser protegido y amado por él, no el sexo desenfrenado y vacío que podía ofrecer alguien como Tharn.
Nunca nos hemos llevado bien. Supongo que porque yo siempre he sido frio y racional, y él, impulsivo y emocional. Por supuesto, eso es mucho más atractivo para la mayoría de las personas. De la misma manera que su cuerpo atlético, su cabello castaño oscuro y su sonrisa amplia es más atractivo que mi cabello negro, mi estatura promedio y mi apariencia seria y sombría.
Cuando Mew partió a la universidad me sentí tan aliviado; ¡Tendría a Tharn solo para mí! Sin las interrupciones y problemas que su hijo siempre traía bajo la manga. Y fueron unos años excelentes, en los cuales mi única prioridad fue servir a Tharn. No me importaba que mis sentimientos ocultos me torturaran noche tras noche, lo tenía solo para mí. Dejando de lado el tumulto que yo sentía en mi pecho, la paz reinaba entre Tharn y yo. Él insistía en que yo abandone el nido, en que parta a la Universidad al igual que su hijo. Pero honestamente, ninguna carrera me interesaba. Solo me interesaba vivir a su lado y hacerlo feliz.
Y ahora, este desgraciado ha llegado a romper la paz.
Debo ser paciente y aguantar, me digo a mi mismo bajo las sábanas. Debo aguantar hasta que Mew parta. Solos eran unos días. Luego todo esto quedara en el olvido.
Pero ¿Por qué? Es esa pregunta la que no me deja dormir, acompañada del ardor en todo mi cuerpo ¿Por qué de pronto muestra este súbito interés en mí? Nunca he conocido a ningún bisexual ¿es posible que Mew haya experimentado con muchachos en la universidad y haya descubierto que le gustan los hombres también?
Es posible; la verdad era bastante hábil con mi polla. Pero aun así ¿Por qué yo? ¿Por qué se ha escabullido en mi dormitorio ayer para mirar como me masturbo?
Tal vez Mew ni siquiera es bisexual; tal vez ni siquiera le gusto y todo ha sido un juego. Burlarse del idiota que está enamorado de su padre. Soy un imbécil por haber dejado que me descubra ¿Por qué no puse el pestillo en la estúpida puerta?
¡Hijo de puta! refunfuño y giro en mi cama con un movimientos súbito. Me cubro hasta arriba de la cabeza con las sábanas y cierro los ojos. Pero no puedo dormir; mi corazón late con fuerza contra mis costillas y toda mi piel arde. Con los ojos entrecerrados, observo la puerta de mi dormitorio ¿Acaso Mew volverá esta noche? Pensar que su cuarto está a escasos metros del mío, tan solo cruzando un breve pasillo, me pone la carne de gallina.
Si regresa, esta vez voy a resistirme. Si, voy a dejar todo en claro. No soy un juguete para que él se divierta. Mis sentimientos hacia su padre son algo privado, él no tiene nada que opinar al respecto. Y tampoco es correcto que me toque....¡hasta podría decirse que somos hermanos!
No, nunca he visto a Mew como un hermano. De la misma manera que tampoco veo a Tharn como a un padre.
¿Mew me verá como un hermano? ¿Acaso es eso parte de su perversión?
Sigo mirando la puerta de mi dormitorio, el único sonido es el latido de mi corazón desenfrenado. Trago saliva. Una parte de mi desea que él cruce esa puerta. Desea que regrese a mi cuarto y acaricie la erección que está surgiendo entre mis piernas.
Mierda, debo estar loco ¡es el hijo de Tharn!
Pero mi miembro duele, prisionero de mi ropa interior y sepultado bajo el peso de los cobertores. Lo siento palpitar a una velocidad deliciosa y ascendente, y solo puedo imaginar la mano de Mew a su alrededor ¡Qué bien se había sentido cuando se metió en mi cuarto y me hizo la puñeta! Con que habilidad su mano subía y bajaba por mi erección...y esos ojos de hielo observándome como una bestia hambrienta.
Basta, esto es una locura. Si realmente llega a cruzar esa puerta lo mandaré a la mierda. Es lo que se merece por manipulador. Y por meterse donde nadie lo llama.
Sin embargo, ahora, en la soledad de mi cama, parece que todo mi cuerpo lo está llamando. Llamando por sus manos y su boca ¡dios, su boca! Que increíble se sentían esos labios húmedos envueltos en mi polla, bajo la mesa, con Tharn apenas a unos metros de distancia, subiendo las escaleras. Y la cabeza de su hijo subía y bajaba en mi regazo, engullendo toda mi erección hasta que me corrí en su boca.
Las palpitaciones en mi miembro aumentan dramáticamente y miro la puerta una vez más ¡Quiero que Mew venga! ¡Quiero que el desgraciado visite mi cuarto una vez más!
Y esos comentarios que hacia sobre mi padre, sobre que imagine que eran las manos de Tharn y no las suyas las que me complacían ¡hijo de puta! Y lo peor es que lo deseo...deseo verlo ya mismo. No me importa si me humilla., no me importa si está jugando conmigo. Joder ¡ni siquiera me importa si me delata con su padre! Solo quiero sus manos y sus labios en mi polla...y tal vez más.
Cuando abandonó mi dormitorio anoche tenía la verga dura ¿Por qué se fue entonces? ¿Por qué no me folló? Hasta ahora yo ni siquiera he visto su miembro.
¿Realmente estoy pensando en Mew desnudo? Lo he visto varias veces, pero claro, éramos niños. Ahora debe lucir muy diferente desnudo. De tan solo imaginarlo mi polla duele, incluso coqueteo con la idea de levantarme e ir a su cuarto a buscarlo.
Me maldigo a mí mismo mientras deslizo mi mano hacia mi entrepierna. Libero mi polla de mi ropa interior y la envuelvo con mi palma caliente. Cierro los ojos y comienzo a subir y bajar por mi erección. Dejo escapar un suspiro de alivio cuando la fricción de mi mano me llena de placer. Siento un leve cosquilleo en mi muslo cuando acelero el ritmo. Intento no pensar en Mew. Él me ha puesto en este estado, pero no será él quien me haga acabar. No le daré ese lujo, a pesar de que ya lo ha hecho dos veces.
Tres, me he corrido tres veces con él.
Aprieto mis párpados para borrar su cara de mi mente. Me concentro en la inspiración habitual para mis puñetas; Tharn y su mirada dominante y paternal. Su voz cavernosa y sus manos grandes. Sus ojos tan oscuros y profundos y su cabello tan brillante. Mi mano sube y baja cada vez más rápido, pero acorde crece mi placer, el rostro de Tharn se transforma en el de su hijo. Y las punzadas en mi polla crecen en intensidad cuando imagino a Mew en lugar de su padre, cuando recuerdo sus labios envueltos en mi polla bajo la mesa de la cocina. Mi imaginación va más allá y continúo la escena; Mew se pone de pie y por fin revela su polla durísima frente a mi cara. Abre su cierre y yo abro la boca, ahora su erección está rozando mi garganta. Me la folla bien rápido mientras yo babeo y él dice improperios con respecto a su padre.
Gimo en la soledad de mi cuarto y acelero el ritmo. Siento que mi corazón va a explotar. Dentro de mi cabeza, estoy chupándole la polla a Mew Suppasit en la mesa del desayuno. El jala de mis cabellos y embiste bien duro dentro de mi boca. Folla mi cara sin piedad. Como mil veces he imaginado que me follaba su padre. Por algún motivo que ahora no quiero analizar, pensar en esto se siente mil veces más excitante.
Voy más allá; imagino que Mew me jala del brazo y me tumba sobre la mesa de la cocina. Imagino que me mete los dedos en el culo una vez más, como ha hecho sobre esta misma cama anoche, Imagino que me folla con ellos mientras yo aúllo, hasta que estoy bien dilatado. Ahora tengo su polla en mi culo, empujando en forma bestial. Imagino su voz de terciopelo susurrándome al oído mientras me penetra a toda velocidad, preguntándome si su polla es mejor que la de su padre, diciéndome lo sucio que soy, prohibiéndome que me corra sin su permiso....
Pero me corro. No en la cocina con su polla en mi culo, sino en mi cama con mi mano envuelta en mi erección. Todo mi cuerpo se retuerce en una fracción de segundo, la electricidad me recorre y emito un gemido agónico. Instantes después me da miedo pensar que alguien me haya oído. Mi semen brota con fuerza y moja mi mano, mis muslos y mis sabanas. Siento el calor húmedo en la parte baja de mi abdomen y sonrío aliviado. Miles de cosquilleos me recorren y por fin me siento relajado y listo para dormir.
Si no fuera porque el rostro de Mew permanece en mi memoria cuando cierro los ojos. Suspiro, odiándome a mí mismo por desear que me visite.
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