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Esa mañana todo estaba en silencio, incluso el cantar de los pájaros estaba ausente, el viento resoplaba frío secando casi al instante las lágrimas que resbalaban sobre sus mejillas.
Sus sollozos eran apenas audibles, nadie sabía realmente cuanto dolor se acumulaba en su interior, su amigo de piel pálida le apoyaba a su costado derecho, su mano palmeaba consolante su hombro. El cofre descendió hasta lo profundo de aquella zanja, una docena de rosas cayó una a una cubriendo el ataúd de madera brillante.
Hoseok sintió como un trozo de su alma se desprendía causándole un inmenso dolor, no quería despedirse, aun no quería decirle adiós, no sin decirle cuanto le amaba.
Los presentes se estremecieron en sollozos cuando por fin el ataúd comenzó a desaparecer por una espesa capa de tierra. Hoseok se desgarró la garganta en un grito de dolor, Yoongi lo abrazó con fuerza impidiendo que su amigo se lanzara en aquel hoyo profundo.
— ¡Déjame ir con él! Quiero irme con él, ¡suéltame Yoongi! — Jimin acudió en su ayuda, sujetaron a Hoseok quien luchaba por librarse de sus brazos. — Solo quiero abrazarlo una vez más. ¿A caso no pueden entenderlo?
El reluciente cofre término por cubrirse, Hoseok se aferraba fuertemente a la fina capa de tierra, miró al cielo suplicante y una gota de lluvia se mezcló en su lágrima cayendo en picada por su cuello.
Una lluvia torrencial se desató esa lúgubre mañana, el cielo retumbaba y el embravecido viento sacudía los arboles con fuerza, las hojas eran abatidas por el viento, la tierra que aferraba en sus manos se convirtió en lodo.
—Es hora de que vayas a casa Hoseok. — Yoongi sostuvo entre sus manos una enorme sombrilla con forro negro cubriendo a su destruido amigo.
—No quiero ir, quiero estar con él — su voz se quebraba entre sollozos.
—Hoseok, a Taehyung no le gustaría que pases por esto, ve a casa, será lo mejor. — El menor de aquellos aun hundido en sus sentimientos emergió de debajo de un árbol acercándose al joven que seguía tendido en el lodo.
Hoseok asintió lentamente, su rostro estaba empapado, quizás un fuerte resfriado lo tumbaría por días en cama, pero poco le importó, su alma estaba destrozada.
Uno a uno subió al auto del mayor de ellos, Jin. El silencio era abrumador, los más jóvenes lloraban en silencio, solo sus lágrimas podían observarse antes de que el dorso de sus manos las limpiara sin dejar rastro de ellas. Los mayores por lo contrario estaban estáticos, Seokjin solo se enfocó en el camino lluvioso, su mirada estaba pérdida la noche anterior no había dejado de llorar, Namjoon solo mantenía su mirada en el cristal empapado por las gotas, quizás mirando el descenso de aquellas, intentando olvidar por un momento lo sucedido, quería distraer su mente, Yoongi aferraba en sus brazos a Jimin sin decir nada. Hoseok era el más destrozado, ellos no podrían compartir su dolor, se había cansado de llorar, sus ojos ardían su garganta estaba desgarrada, pero su corazón estaba destrozado, ¿Cómo era posible que Taehyung haya muerto?
Salió del auto arrastrado por sus pies, apenas se giró para despedir con una señal a sus amigos, buscó la llave principal y la puerta se abrió después de tres giros.
Deseaba con sus fuerzas entrar y mirarlo, pero era solo un sueño imposible.
Su espalda se resbaló por la puerta de metal abrazó sus rodillas y comenzó a llorar, el llanto en el cementerio no había sido suficiente, no serían suficiente solo un par de lágrimas, su corazón dolía, él solo quería dejar ir su dolor de esta manera.
Los minutos pasaron lentamente, más que de costumbre, sus ojos se cerraron con fuerza, estaba demasiado cansado para subir hasta su habitación, solo atinó en dormirse en el frío suelo de la entrada.
Quería dormir y soñar que lo veía en su sueño una vez más.
♣ The Book ♣
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