─ Capítulo 6.0 夜: Un Duelo de Espadas.
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─ Ya di al menos 7 vueltas ¿Cuánto más tendré que correr? ─me quejé exhausto ─ ¡Maestra! estoy un poco oxidado ¿ya me puedo ir?
Me recosté en el pasto tratando de tomar el aire, recuerdo que cuando era mas joven fui el mejor de mi clase, me pregunto ¿Por qué ella se esta encargando de entrenarme? ¿A donde fue el profesor Pak?.
─ Veo que tiene una condición muy deficiente, joven príncipe, me temo que tendremos muchos momentos juntos ─se burló parándose frente a mi ─ Incluso su padre tiene un mejor rendimiento.
─ ¿"Entrenabas" a mi padre también? ¿Qué hay del profesor Pak? ─cuestione confundido.
─ No se porque "Entrenaba" esta entre comillas, pero si entrené al Emperador desde que aprendió a dar sus primeros pasos y en cuanto al profesor Pak, el se encarga de instruir a los estudiantes y al cuerpo de seguridad del palacio. ─explico brevemente, dejándome aún más confundido. ─ Así que como heredero legitimo al trono, es mi deber entrenarlo.
─ ¿Viste a mi padre dar sus primeros pasos? veo que estas exagerando un poco ─dije levantándome de mi lugar ─ a lo mucho tendrías mi edad, no hay manera que seas mucho mayor que mi padre.
─ No tiene porque creerme, pero si desea irse debe vencerme en un pequeño duelo de espadas ─dijo, tendiéndome una espada ─ Escuché que era el mejor de su clase, demuéstremelo.
Hay algo que no andaba bien, esa tez tersa y pálida y cabellera peliroja no puede tener más de 500 años, no todos los pura sangre alcanzan tal nivel de juventud e inmortalidad. Me erguí y afirme mi mano contra la empuñadura, Minho me mando ánimos a lo lejos, pero parecía que le animaba más ver a su "diosa" ahg este idiota va a provocarme un dolor de cabeza.
Comenzó el duelo "amistoso" solo quería irme de aquí, quería demostrarle a mi padre que no necesito de una "maestra" o de su apoyo, pero era difícil concentrarme, no podía seguir esquivando más ataques.
─ Debería rendirse ¿no cree? ─fanfarroneo deteniendo su paso ─ Esos años en el reino humano, lo han debilitado...seguro ni siquiera probó una sola gota de sangre en su estancia.
─ La sangre animal es una alternativa, maestra ─mentí, no quería depender de aquello que no podría conseguir. ─ Estar en el mundo humano, me sirvió para muchas cosas.
Mientras más cediera a mis instintos, podría causar el problema a mi raza y al reino...usé suplementos para calmar mi sed, no quería volver.
─ ¿Esta seguro? el alcohol, las mujeres, las fiestas; si parece que aprendió mucho su Alteza ─enumero cada una de las cosas que me dijo, a medida que me daba estocadas con la espada ─ claro que esto no lo hubiera descubierto por su cuenta, necesitaría ayuda.
Miro de reojo en dirección de Minho, que seguro ni esta enterado de nuestra conversación en el campo, era muy veloz demasiado ágil, parece como si danzara en cada movimiento que da.
Me descuide un segundo y me arrebató la espada dejándome completamente indefenso, demonios si que será un largo camino.
─ Fue un gran honor tener este duelo, sin embargo fue como jugar con un niño ─confesó burlonamente ─ por eso me temo que seguiremos entrenando un poco más.
Anunció firmemente, dejándome sin palabras.
La hora de la cena, mi padre había decidido reunir a mis otros hermanos y a sus esposas para "celebrar" mi primer entrenamiento, nunca antes nos habíamos reunido todos
La última vez fue para la séptima ceremonia nupcial, fue la última vez que estuve con la familia y fui a vivir al reino humano, lejos de todo y de todos.
Mi maestra habla de mi como si me conociera de toda mi vida, incluso habla informalmente con mi padre El Emperador y mi madre La Emperatriz de este reino. Aunque mantiene cierta formalidad conmigo, hay algo en ella que no me deja confiar y no me deja estar completamente tranquilo.
El ambiente era bueno y mi padre parecía estar mas feliz de lo normal, continúe cenando en silencio, esperando que todos ignoraran que me encontraba allí.
─ Maestra, ¿Qué opinas del rendimiento de nuestro príncipe? ─pregunto burlonamente mi padre ─ ¿Están fuerte como su padre?
─ El príncipe es muy joven aún, sin embargo es muy persistente y tiene el potencial para ser mucho mejor que todos los que están aquí ─respondió dejándome atónito ─ el mundo humano no le ha quitado su fuerza de linaje.
─ Debí suponer una respuesta como esta, después de todo el era el mejor de su clase ─dijo orgullosamente ─ Mañana después del entrenamiento, les daré un pase para que recorran la ciudad.
─ Papá no es necesario, yo ya iba a salir con Minho ─interrumpí rápidamente ─tenemos que ir por algunas cosas al departamento de Minho.
─ ¿Enloquecieron? ¿enserio, quieres llevar a tu amigo humano, a recorrer una ciudad repleta de vampiros? ─se burlo, soltando una carcajada ─ No todos son tolerantes, tu maestra los llevará para que compren lo que deseen y se diviertan, tenemos que camuflar un poco su aura humana.
No quise decir nada más, pero era verdad salir con Minho allá sabiendo que tendríamos que atravesar cierta parte de la ciudad para salir en dirección al reino humano, sería demasiado arriesgado.
─ Me encargaré muy bien de ellos, será como parte de su entrenamiento ─aseguró, comiendo su último bocado ─ Me retiró antes, tengo un asunto que atender.
─ Descanse bien maestra ─se despidió mi padre, inclinándose.
Creí que todo había quedado así, sin embargo mi descanso se vio interrumpido nuevamente por Minho que entró de forma escandalosa en la habitación.
─ Te ofreceré como sacrificio, si te sigues apareciendo de esta forma maldita sea ─murmuré molesto, abrazándome a mi almohada.
─ Ya planche tu ropa, solo debes levantar ese musculoso pero perezoso cuerpo tuyo ─parloteo tirando de mis pies. ─ Enserio eres como un niño.
─ Déjame dormir idiota, puedes ir tu y tener tu cita con tu "diosa" ─dije una vez más ─ solo déjame en paz.
─ ¡La diosa Rhee no me interesa de esa forma, por si no lo sabías! ─exclamo indignado ─ solo la admiro y creo que es genial, pero no me interesa románticamente, maldito pervertido
─ ¡Qué es este escandalo! los llevó esperando como una hora ─reclamó molesta ─ príncipe, la puntualidad es una de las primeras reglas que un miembro de la realeza debe seguir día a día.
No dije nada y me abracé a la cama, de aquí nadie me mueve aunque sea lo último que haga, antes nadie me interrumpía mi descanso, así podría disfrutar de la noche fría.
Un silencio se alojo en la habitación, me relaje un poco, cambié de posición y al abrir los ojos para saber si ya se habían ido, me tope con la cara sería de mi maestra.
No dijo nada y me tomo por la camisa colocándome sobre su hombro, que demonios ¿Cómo es posible que tenga fuerza?
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Z I D I A N
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