Capitulo 5
Podía verse en esos momentos un pequeño cuadro el cual se encontraba en medio de una pequeña sala, en su interior contenía el retrato de un viejo hombre el cual tenía una mala cara, llevando en una de sus manos lo que parecía ser una antorcha y lo que parecían ser brujas quemadas en el fondo. Blair se encontraba de pie frente a aquel retrato, mirándole por unos momentos en total silencio.
-Creo que es un detalle soberbio. – Dijo para sí misma.
Entonces es que lo tomo con su brazo izquierdo para retirarlo con cuidado de la pared y dejarlo en la pequeña mesita que había debajo del mismo. Ella era una mujer de cabello oscuro algo gris, llevando en esos momentos una camiseta roja con el logo de una banda algo vieja en ella, acompañado de unos pantalones de pijama a cuadros. Aunque, lo que más destacaba en esos momentos era el yeso que tenía en su brazo derecho.
El sonido del teléfono empezó a resonar por la casa, haciendo que Blair levantara la mirada y saliera de la sala para ir a la cocina, estando allí el teléfono en la pared. Blair se acercó para atender la llamada.
-¿Hola?
-¿Estoy hablando con Blair Vaughan?
-Depende. ¿Quién pregunta?
-Agh... Soy Travis. – Comento con molestia del otro lado.
-Oh, Travis, debo decir que extrañaba tu gruñona voz. – Blair bromeo un poco. - ¿Qué necesitas? O, mejor dicho. ¿Cómo conseguiste mi número?
-¡Eso no importa! Mira, no me gusta usar estas cosas, pero es la única forma de decírtelo... Pronto tendremos una reunión con la Sociedad de Apreciación, y se requirió la presencia de todos los integrantes del Blackpool Club.
Blair al escuchar aquello es que se mostró un tanto sorprendida, se le había informado de que podrían haber negociaciones con la Sociedad de Apreciación y con el Pináculo, pero no esperaba que fuese tan pronto.
-Por lo que quería mantenerte al tanto, la reunión será dentro de una semana aproximadamente. – Travis explicaba, se le escuchaba un poco nervioso del otro lado. – También, te pediré un favor. No pude encontrar el número de Elliot, así que quería pedirte a ti que le informes sobre la situación en cuanto te sea posible.
-Entendido, no te preocupes, yo le informare de todo a Elliot. Gracias por el aviso Travis.
Y tras eso es que Blair cortaría la llamada, dejando el teléfono en su lugar. Dio media vuelta para caminar hacia la ventana en su cocina, mirando desde allí hacia la calle, pareciera que iba a llover por como el cielo se había nublado y se tiño de un color gris.
-Espero que no me agarre la lluvia.
[...]
-No puedo creer lo que hiciste...
Elliot se escuchaba realmente molesto y nervioso en esos momentos. Había despertado hace relativamente poco debido al sonido de las patrullas policiales acercarse y los gritos de personas horrorizadas, y entonces se dio cuenta que Clownzi estaba sentada en el sofá, totalmente bañada en sangre y bastante feliz.
- ¡Solo estaba saciando mi sed de sangre! Te dije ayer que me llevaras a matar, pero no, no me hiciste caso. – Clownzi se defendía.
- ¡No digas ni una sola palabra más! –Elliot exclamo con su ceño fruncido. –Tienes suerte de que ahora mismo no te eche a patadas de mi departamento...
Se podía ver como Elliot estaba llenando la bañera con algo de agua caliente, estando Clownzi de pie detrás suyo mirándole, moviéndose levemente de adelante hacia atrás como si de un personaje de caricatura antigua se tratase. Clownzi se acercó un poco, mirando con una sonrisa a Elliot.
-¿Finalmente tendremos nuestro ansiado baño juntos? Uuuuh, sabía que no resistirías por mucho tiempo mis encantos. – Clownzi hablo con un tono victorioso, llevando una mano a su pecho.
Elliot solo le miro de reojo por unos momentos respirando hondo y soltando un suspiro. Una vez que la bañera se lleno es que cerro la canilla, mirando a la payasa.
-Entra.
-Ay, que brusco.
-No me hagas repetirlo. - Elliot tenía la paciencia al límite.
Clownzi soltó un suspiro para entonces dejar caer su vestido al suelo, metiéndose de forma lenta dentro de la bañera mientras mantenía una mala mirada sobre Elliot. Este último le señalo.
-No me mires de esa forma... Tú provocaste eso.
Elliot empezaría a enjabonar el cuerpo de Clownzi, intentando como pueda quitar toda la sangre que ella tenía en su cuerpo. Clownzi solamente se dejaba, teniendo aún una mueca de molestia. Elliot de alguna manera sentía algunos escalofríos por aquello, pues a pesar de que Clownzi no tuviera ojos, podía sentir como miraba en el fondo de su alma.
-Ese sujeto... Te insulto e intento atacarte... No me agrado, por eso lo mate. – Clownzi confeso. – Él merecía morir por lo que te dijo...
Elliot se mostró algo sorprendido al escuchar eso, pues no esperaba que esa fuera la razón de Clownzi, esperaba que fuera más por su sed de sangre que por otra cosa. Elliot soltó un suspiro y tomo el shampoo.
-Bueno... Debo decir que, agradezco que al fin haya alguien que... Se preocupe por mí de alguna manera. -Elliot hablo esbozando una sonrisa.
Elliot se pondría algo de shampoo en la mano para entonces frotar un poco sus manos y así empezar a pasarlo por el cabello de ella, aunque lo que sorprendió a Elliot en esos momentos fue el como el cabello de Clownzi no se sentía de plástico o algo así, se sentía como si fuera cabello normal, liso, no parecía el de una muñeca.
Clownzi por su parte sonreía con total alegría al haber escuchado esas encantadoras y empalagosas palabras de Elliot, eran palabras cariñosas y algo bobas para ella, pero de alguna manera le alegraba en su hueco interior el que él le dijera eso.
-Awww... ¡Eres tan bueno con las palabras! –Clownzi rio encantada.
-Como digas...
-No tengas vergüenza. –Clownzi le dio una caricia en el mentón.
Elliot miro hacia otro lado con algo de molestia, apartando la mano de Clownzi. La payasa tarareo un poco mientras disfrutaba de cómo era tocada y bañada por su amoroso hombre.
[...]
-Esto es un desastre... -El detective se mostró indignado.
Había llegado a la escena del crimen hace poco, mirando con asco y horrorizado la cantidad de sangre, carne, órganos y demás esparcidos por la acera, calle y parte de las paredes de aquel hotel. Habían unos cuantos policías en la escena, habiendo puesto cinta policial para mantener a la gente que se acercaba alejada, escuchándose los susurros de la gente, quienes no podían creer lo que veían.
-Hablamos con la gerente del hotel, ella asegura que se trata de su ex esposo, Ryan Schizcky, dice que él siempre estaba tirado ahí, alcoholizado, justo donde está toda la sangre. –Explicaba uno de los oficiales al acercarse al detective, cubriéndose los labios con su mano.
-Y parece que fue el mismo método que se usó con Lady Woons. –El detective suspiro. -Saquen a la gente de aquí, debemos investigar y limpiar la zona... ¿Dónde está Grealish? Ella y su equipo deben limpiar la zona cuanto antes.
-No está presente, se tomó unos días libres para ir a ver su familia, dijo que su abuela está enferma. –Comento el oficial.
-Ya veo... Bien, entonces empiecen a sacar a la gente de aquí, llama al equipo forense. – Ordeno el Detective.
El oficial asintió y marcho a la patrulla, mientras otros oficiales le pedían a la gente que retrocediera y se alejasen de allí para darles espacio. El Detective observaba el desastre ocurrido, estaba indignado, se preguntaba qué clase de inmundo animal era capaz de asesinar a su víctima de esa forma.
-Quizás no nos enfrentamos a algo humano después de todo... -Susurro el Detective antes de dar la vuelta.
[...]
-Bien... Solo falta secarte por aquí...
Elliot estaba en esos momentos secando con una toalla a Clownzi, pasando la toalla por todo su cuerpo de una forma algo rápida que le hacía cosquillas a Clownzi, por lo que ella soltaba algunas risas leves y cortas.
-¿Sabes que pudo haber hecho mejor ese baño de burbujas?
-No.
- ¡Que tú hubieras entrado! –Clownzi exclamo alegremente antes de abrazarlo.
Elliot soltó un suspiro ante eso, dejando que la payasa le abrazara, no pudiendo evitar esbozar una leve sonrisa ante eso, pues era bueno saber que al menos le importaba a una muñeca endemoniada. Elliot se separó del abrazo, continuando secando a Clownzi, quien se mantuvo quieta como la buena payasita que era.
La puerta fue golpeada de forma algo suave. Un golpe, dos golpes, tres golpes, eso fue todo. Elliot al escucharlos fue que dejo de secar a Clownzi para levantarse y salir del baño, mirando hacia la puerta principal del departamento, levantando una ceja, miro a Clownzi.
-Dime por favor... Que no dejaste un rastro de sangre camino a mi departamento. –Parecía que le iba a reventar una vena de la frente.
-No.
- ¿Estás segura?
- ¿Quieres que te de una guía de por dónde fui? ¡No deje ningún rastro! ¿Tanto te cuesta confiar en mi palabra?
Elliot respiro hondo intentando no darle una patada a Clownzi en esos momentos, apretando un poco sus puños para negar con la cabeza. Elliot salió por completo del baño, cerrando poco a poco la puerta.
-Quédate aquí, no hagas ni un solo ruido ni nada tonto. ¿Okey?
- ¡Okey dokey, mister Dolly! –Clownzi llevo una mano a su frente saludándolo.
Elliot le miro confundido sin entender que quiso decir, solo cerrando la puerta del baño y soltando un suspiro. Nuevamente, tres golpes fueron dados a la puerta, un golpe, dos golpes, tres golpes, esta vez un poco más intensos cada uno. Elliot empezó a preocuparle que fuera algún policía, que sea algún vecino chismoso que buscaba saber que pasaba ahí dentro o lo que sea...
Elliot camino de forma algo lenta hacia la puerta, su mente estaba inundada en pensamientos de quien o que podría estar detrás de esa puerta. Elliot relamió un poco sus secos labios antes de pararse frente a la puerta, tomando la perilla.
- ¿Quién es?
-Soy yo Elliot, Blair.
Elliot apenas escucho eso es que quedo casi en shock, abriendo de inmediato la puerta para mirar entonces a aquella chica que estaba ahí parada. Elliot quedo boquiabierta.
- ¿Qué te pasa? Parece que estás viendo un fantasma. –Blair sonrió.
-A-Ah... Yo, bueno... Es solo que, no esperaba verte... - Elliot trago saliva, aun impresionado.
Blair soltó una leve risa ante eso, llevando su mano sana hacia sus labios. Elliot empezó a sentirse algo nervioso, apretando un poco la perilla de la puerta mientras esbozaba una sonrisa, moviéndose para darle el pase a Blair al departamento.
-Ha pasado algo de tiempo... La barba te queda de maravilla. –Comento Blair mientras daba un paso al frente, entrando al departamento.
-A-Ah, gracias... Creí que me haría ver mejor dejármela crecer. –Elliot comento con un tono un poco animado, cerrando la puerta del departamento.
Blair miraba a los lados, viendo el departamento de forma detenida, observando a Paris, quien estaba sentado en su esquina comiendo de su alimento, eso hizo que Blair sonriera encantada, ella amaba los gatos.
- ¿Cómo esta... Tu brazo? – Elliot pregunto con algo de curiosidad.
-Oh, no te preocupes, esta sanando progresivamente y de buena manera, el doctor dijo que en unas dos semanas aproximadamente me quitaran el yeso.
-Eso es bueno, las semanas pasan rápido, seguro pronto... Estarás como nueva. –Elliot sonó optimista.
De repente es que un ruido algo fuerte sonaría de dentro del baño, haciendo que Elliot y Blair mirasen la puerta. Elliot recordó que había dejado a Clownzi ahí encerrada, mirando a Blair para luego ver a la puerta del baño empezando a entrar en pánico al no saber qué hacer. ¿Cómo le presentas a alguien como Blair, alguien normal, a una muñeca de payasa endemoniada que tiene vida?
La puerta del baño se abrió de repente, saliendo Clownzi de allí dando un salto y lanzando patadas y golpes al aire, haciendo una pose de combate.
- ¡Escuche la voz de una gata rompe hogares! ¿Quién es esta intrusa Elliot? ¡Exijo una respuesta de inmediato! –Clownzi sonaba bastante enojada.
Elliot apretó los dientes con molestia al igual que sus puños, pues la estúpida payasa acababa de arruinar todo. Elliot golpeo su frente con una de sus manos a la vez que negaba con la cabeza, pero su mirada se dirigió hacia Blair, quien parecía mirar con indiferencia a Clownzi. Elliot se mantuvo en silencio, no sabiendo que decir.
-Elliot. –Blair hablo.
- ¿Si?
- ¿Es una muñeca de payaso?
-Si...
- ¿Y está hablando?
-Lamentablemente.
-Oh.
Blair se quedó en silencio mientras observaba a aquella muñeca. El ambiente estaba en total silencio, como si ninguno supiera bien que debía hacer o decir. ¡Ni siquiera Clownzi! Ella se quedó totalmente quieta, como si esperara una reacción mayor por parte de Blair y así tener una excusa para atacarla. Blair tomo del hombro a Elliot con algo de fuerza, pareciendo que iba a caerse en cualquier momento al suelo.
- ¡B-Blair! ¿Estás bien? – Elliot pregunto con preocupación, tomando con cuidado a Blair.
Elliot ayudaría a Blair a mantenerse de pie, llevándola hacia el sofá del departamento para que tomase asiento. Blair se mostraba en shock por unos momentos, negando levemente con su cabeza para mirar por unos momentos a Clownzi y luego a Elliot.
-D-De verdad es... ¿Una muñeca?
-... Si Blair, es una muñeca... Poseída o algo así, realmente no lo sé del todo. –Elliot miro a Clownzi por unos momentos.
Clownzi sonreía al ver que sin siquiera haber tenido que hacer algo, ya su rival se encontraba casi derrumbada ante su presencia. Blair, por su parte, llevaba su mano sana hacia sus labios, cubriéndolos por unos momentos para luego ver al frente, pensando por unos momentos.
A Elliot no le agradaba para nada ver a Blair de esa forma, lo hacía sentirse algo tenso, pues eran pocas las ocasiones en las que Blair perdía la compostura, por lo que él dirigió su mirada hacia Clownzi, totalmente molesto, pues le había dicho que se quedase en silencio en el baño y ni eso podía hacer bien.
-E-Es... Imposible de creer... ¿Cómo es que una muñeca puede ser poseída o traída a la vida? –Blair cuestiono, dirigiendo su mirada a Clownzi.
- ¡Primero que todo, tendrás que llamarme por mi nombre que es Clownzi! –La payasa exclamo, señalándose a sí misma.
Elliot le miro de mala forma, indicándole que cerrara la boca y no dijera nada más. Volvió su mirada a Blair, mostrándose preocupado mientras llevaba una mano a su nuca buscando pensar en una respuesta que no sonara tan descabellara.
-Bueno... No sé bien como es la cosa, pero... La duquesa la trajo a la vida mediante un ritual para... Acabar con Lady Woons. –Elliot explico, mirando de reojo a Clownzi.
La payasa asentía con orgullo, le parecía magnifico que Elliot supiera a la perfección su historia de origen. ¡La historia de origen es mucho mejor cuando otro la cuenta! De esa forma, se mantiene el misterio ya que no saben los jugosos detalles.
Blair se mantuvo en silencio al escuchar eso, recordando haber leído en uno de los periódicos sobre que el cuerpo de Lady Woons jamás había sido descubierto, que no se sabía bien que habría pasado... ¿Acaso la payasa endemoniada fue la causa de eso? Blair, luego de mucho tiempo, sintió cierto temor en su interior. ¿De qué era capaz esa enana?
- ¡Así que más vale que me respetes! ¡Porque soy la integrante honoraria del Blackpool Club chica! –Clownzi hablaba con arrogancia.
-Clownzi...
-Ahorita no Elliot. ¿No ves que tengo que acabar con la autoestima de esta gat-
-Ella es parte del club.
Clownzi al escuchar eso es que miro a Elliot por unos momentos, como si se hubiera quedado congelada en su lugar, y luego miro a Blair, viéndola de pies a cabeza. Luego volvió a mirar a Elliot.
-Pues muy del Club no parece...
Elliot soltó un suspiro llevando una mano a su frente.
Blair dirigió su mirada al frente para entonces recordar el por qué había venido a ver a Elliot, pero no sabría si sería buena idea decirlo en frente de aquella muñeca, y más sabiendo la importancia que tendría aquella reunión... ¿Realmente esa muñeca era una integrante más del Blackpool Club? No podía ser cierto, debía ser una broma de muy mal gusto por parte del Operador... Blair miro a Elliot, quien parecía regañar a Clownzi.
-Elliot, hay algo que debo decirte... En privado. –Blair miro a Clownzi.
- ¡No la escuches Elliot! ¡Esta serpiente lo único que quiere es morderte para inyectarte su veneno! –Clownzi expreso con horror, abrazando un brazo de Elliot.
Elliot ante eso es que miro a Clownzi, quitando su brazo de forma algo brusca para luego señalar a su habitación. Clownzi le miro cual niña caprichosa para soltar un largo y pesado suspiro acompañado de un quejido, empezando a caminar hacia la habitación de Elliot y metiéndose allí.
Finalmente, Elliot y Blair se quedaron solos. Blair se paró del sofá para quedar frente a frente con Elliot, conectando su mirada con la de él y dándole a entender con su expresión que se trataba de algo importante.
- ¿Qué sucede?
-Travis me informo que pronto habrá una reunión con la Sociedad de Apreciación... Y que han dejado como condición, que todos los integrantes del Blackpool Club deberán estar presentes en dicha reunión. –Blair comento en un tono algo bajo.
Elliot se mostró algo sorprendido al escuchar eso, pues no esperaba que fuera algo que se diera tan pronto. Elliot llevo una mano a su mentón para luego dirigir su mirada hacia la puerta de su habitación, viendo a Clownzi asomándose, pero ella se escondió apenas noto que Elliot la vio.
- ¿Todos los integrantes? –Elliot volvió a ver a Blair, susurrando.
-Veo que sabes a donde quiero ir con esto... No puedes dejar que esa muñeca vaya a la reunión.
-Al Operador no le gustara eso.
- ¿Cómo lo sabes?
-Él la recluto personalmente...
- ¡¿QUÉ?!
Blair se mostró un poco exaltada al escuchar esas palabras, alzando la voz por primera vez desde que llego, no creyéndose para nada eso de que el Operador haya reclutado personalmente a esa muñeca. ¡Solo tres integrantes del Blackpool Club tenían ese honor! Travis, Alexander y ella... ¡¿Cómo fue que una muñeca alcanzo tal privilegio?!
- ¿C-Cuanto tiempo le tomo al Operador tomar esa decisión? –Blair cuestiono un tanto nerviosa.
-Como 5 minutos o menos... -Elliot dijo, preocupándose por el estado de Blair.
- ¡¿5 MINUTOS?! – Blair se alteró aún más.
Elliot no pudo evitar dar un paso hacia atrás ante eso, tragando saliva y preocupándose aún más por Blair, eran pocas las veces que la había visto de esa forma.
-D-Deberías calmarte...
Blair al darse cuenta que se estaba alterando es que se mostró algo avergonzada, mirando hacia otro lado para respirar hondo e intentar relajarse. Elliot le miro por algunos momentos, quería de alguna manera ponerle la mano en el hombro, demostrar que estaba bien y que tenía su apoyo, pero no lo hizo, la mano le temblo un poco en esos momentos.
-Como sea... Lo importante es que estés al tanto de todo lo que va a suceder. ¿Si? Nos reuniremos en una semana... -Blair llevo su mano sana al hombro de Elliot, lo apretó un poco. –Escucha... Trata de que esa muñeca no arruine todo. ¿Si? Te has esforzado para obtener un estatus en el club, si no quieres que esa muñeca lo arruine... Te recomiendo deshacerte de ella, dejársela al Operador.
Elliot quedo sorprendido ante aquellas palabras por parte de Blair, mirándole por unos momentos. Elliot miro de reojo la puerta de su habitación, Clownzi ya no se estaba asomando, así que esperaba que no haya escuchado nada de lo que Blair dijo. Él lo había pensado, desde el día en que Clownzi llego a vivir con él, pero siempre llegaba a lo mismo: Jamás podría deshacerse de Clownzi, quiera o no, ella parecía estar arraigada a mantenerse junto a él lo que le restara de vida, de alguna manera, esperaba que fuera poca.
-Está bien... No tienes que preocuparte, yo sé lo que hago. –Elliot respondió, manteniendo la serenidad.
Blair ante eso es que miro por unos momentos a Elliot, asintiendo levemente antes de alejarse un poco de él y luego caminar ambos hacia la puerta. Blair esperaba quedarse un poco más, pero con la constante amenaza llamada "Clownzi" cerca, le sería imposible sentirse del todo cómoda. Ella y Elliot se despidieron y Blair se marcharía. Elliot cerró la puerta y soltó un suspiro, cerrando los ojos por unos momentos y apoyando la cabeza contra la puerta.
- ¿La gata ya se fue? ¡Bien! ¡Sabía que ella no soportaría mi estilo! –Clownzi diría con una sonrisa dibujada en su rostro y dando un salto, saliendo de la habitación. - ¡Ahora, vamos a hacer algo divertido! ¿Qué te parece reventar cabezas de vagabundos? ¡Adoro el olor a putrefacción de sus cuerpos vivos!
Elliot miro de reojo a Clownzi por unos momentos, no creyendo lo que escuchaba provenir de aquella payasa, no sabiendo bien que debía de responder. Elliot llevo una mano a su rostro, arrastrándola un poco antes de dar una caminata hacia la ventana, asomándose levemente para observar cómo es que el lugar habría quedado más despejado que antes, habiendo solamente unos dos policías y algunas cintas policiales alrededor. Elliot respiro hondo para ver hacia el cielo unos momentos.
-Iré a hacer las compras. ¿Hay algo que te gustaría cenar?
Clownzi fue tomada por sorpresa por esa pregunta, usualmente Elliot decidía todo en la casa. La payasa lo pensó por unos momentos, llevando un dedo a su nariz haciendo que suelte un sonido chillón, y entonces algo se le ocurrió.
- ¡Hamburguesas! ¡Oh, y manzanas acarameladas! Son la delicia que todo circo debe de tener. –Clownzi agito sus brazos con emoción.
Elliot al ver lo alegre que se mostraba Clownzi al poder pedir algo de comer es que dibujo una leve sonrisa en su rostro, asintiendo levemente. No sabía porque, pero el ver a Clownzi alegre por algo tan simple como eso, le hacía sentir bien de alguna manera.
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