Miento.
Cada vez que abro la boca lo hago. Sincero no soy,lo reconozco,sin embargo esa es mi fachada. Todos piensan "siempre dice la verdad" mientras que mi verdad es la mayor mentira que oirás. ¿Y por qué? Sencillamente porque una verdad a medias o una verdad oculta ya es de por sí una mentira. ¿Cuántas veces no hemos mentido en nuestras vidas?
Así funciona el mundo.
- ¿Cómo me queda este vestido,cariño? - Me pregunta mi esposa ensimismada por el atuendo que acaba de comprar.
- Te queda de maravilla,te ves preciosa - Respondo una vez más ocultando la verdad. Mentí,le queda horrible.
La tomo del brazo y salimos por el vestíbulo.
- Buen día,señor Edward. ¿Cómo está? - Pregunta el portero acercándose un poco.
- De maravilla,Mike - Una mentira más. Este día no podría ser peor - Y por cierto...
- Dígame señor.
- Es de noche,Mike,mira al cielo... O siquiera tu reloj.
- Oh,disculpe señor,he estado muy atareado hoy y se me han ido los minutos de lugar.
Otro mentiroso más. En todo el día no ha hecho más que holgazanear y dormitar en la puerta del edifico.
- Por supuesto,Mike,ya te hace falta un descanso - (lo que le hace falta es ser despedido por su incompetencia)
Y de nuevo miento,no le daré vacaciones este año.
Salimos del edificio y nos dirigimos a nuestro coche.
- Su auto está listo,señor Edward - me dice amable el chófer - lo he limpiado de extremo a extremo.
Observo detenidamente el auto y me doy cuenta de que es mentira. No ha limpiado los parachoques ni las llantas. Y las partes que limpió apenas parece que le halla pasado un trapo seco.
- Muchas gracias,chófer. Tendrás un aumento de seguro.
- ¡Oh,gracias señor!
- (Obviamente es mentira,estás despedido).
Subimos a nuestro lujoso vehículo y llegamos al casino "Blue Street".
Allí se daría una fiesta importante en honor a la llegada del nuevo embajador de nuestro país el cual vendría a inspeccionar nuestro trabajo en el casino. Yo como dueño era el más interesado en su visita por lo que le preparé una impactante bienvenida.
- Querida,quédate aquí atrás en la zona VIP - le dije a mi esposa Eva - Yo iré a recibir al embajador.
- De acuerdo, querido. No me moveré de aquí.
Obviamente era mentira. Ella no podía estarse quieta. Los guardias se encargarían de que no saliera.
Caminé hasta la puerta del casino y salí quedando en el recibidor.
- Señor,ya está todo listo - informó uno de mis guardias.
- Bien. ¿Cumplieron con lo que les pedí?
- En efecto,pero algunos no aceptaron el soborno. Tuvimos que silenciarlos.
- Ya veo. En ese caso no bajen la guardia,este sujeto está bien protegido.
- ¡Sí,señor!
Pude ver desde la lejanía cómo se acercaba una limosina blanca muy elegante rodeada de autos y motos con militares conduciéndolos.
La limosina se detuvo en frente del casino. Mi mayordomo Nelson abrió la puerta y del auto salió el embajador. Caminó observando todo lo que había a su alrededor como si se tratara de un basurero.
- Saludos,mi estimado. Es un placer para mí conocerle y estar en este agradable lugar - Dijo el embajador extendiendo la mano diplomáticamente.
Obviamente mentía. No había nada peor para él como el estar en un lugar así. Lo sabía pues conocía parte de su pasado. Al parecer se crió en un lugar similar,sin embargo no tengo todos los detalles.
- El placer es mutuo,señor embajador. Mi nombre es...
- Edward Hicketier. Por supuesto - me interrumpió antes de poder terminar de hablar.
- Vaya,me ha impresionado - ( de hecho no. Era costumbre que gente como él investigara bien a las personas)
- Lógicamente - Su arrogancia era más molesta que su acento francés y su bigote blanco perfilado.
- Lo invito a pasar dentro. Así podrá... - Levantó la mano derecha indicando que dejara de hablar,lo cual me incómodo.
- No hace falta,ya he visto suficiente. Ahora me gustaría retirarme y dar mi informe positivo de este majestuoso establecimiento.
Mentía. Su acento lo delataba,su voz se hizo más pesada y resentida. Claramente iba a dar un mal informe al estado para que cerraran el lugar. Tenía motivos de sobra para odiar establecimientos como este al parecer... Pero yo no lo permitiría.
- Mil disculpes. Gracias por su visita,señor embajador,hasta pronto.
Se devolvió por donde había venido y entró en su limosina para irse lenta y presumidamente.
Veía cómo se alejaba poco a poco planeando mi siguiente movimiento.
- Señor... El plan ha fracasado. ¿Qué hacemos?
- No te alarmes,ya he pensado en la solución...
- ¿Cuál,señor?
- Mátenlo.
- ¿Matarlo? Eso se sería muy evidente,señor.
- Hagan que parezca un accidente. Que vayan los guardias que no estaban afuera cuando el embajador llegó y usen máscaras de la pandilla del norte,les echarán la culpa a ellos y no nos descubrirán - Se me quedó viendo perplejo por algún motivo - ¿No me escuchaste? ¡Muévanse!
- Pero señor... ¿Y si luego tenemos problemas con la pandilla del norte?
- Ellos también están interesados en acabar con ese sujeto que quiere cerrar su bar. También quieren prestigio y poder, y este suceso se los dará. Ya verás que el mismo jefe vendrá a agradecerme. Ahora ve y haz lo que te dije.
- ¡Sí,señor!
Se fue corriendo dentro del casino y casi inmediatamente salió por detrás en un auto blindado.
-( A estas alturas su cuerpo de seguridad debe haberse desplegado dejando cerca de él tan solo 3 unidades de protección. Que ingenuo...)
Volví a entrar en el establecimiento para sentarme con mi esposa,quien sorpresivamente no se había movido de donde la dejé.
- ¿Cómo lograron contenerla? - Le pregunté a un mesero.
- Vodka con Tequila,señor.
- Vaya,tomaré nota a ver si me funciona.
___
- ¿Qué piensa hacer,señor embajador? - Le pregunta el guardaespaldas al embajador.
- Eso está claro. Voy a demoler ese horrendo lugar.
- Eso no fue lo que le dijo al señor Edward.
- Obviamente no le diría la verdad. Debes aprender que mentir te puede salvar el pellejo, o no sobrevivirás.
- Pues... - Miró atento por la ventana - no creo que su estrategia le halla salido tan bien.
- ¿Cómo dices? - ¡el embajador se asomó a ver por la ventana y observó cómo un auto blindado y varias motos rodeaban la limosina! - ¡¿Qué significa esto?!
- ¡Señor,vea sus máscaras,son la pandilla del norte! ¡Debieron darse cuenta de su engaño cuando fuimos ayer a inspeccionar su bar!
- ¡¿Estos inútiles no tienen nada mejor que hacer?! - El embajador estaba furioso. Y con razón. Si había algo que odiara era perder.
¡Los pandilleros en moto iban armados y abrieron fuego contra los guardias que protegían la limosina. El tiroteo era escandaloso y confuso!
- ¡¿Qué se supone que hacen mis estúpidos guardias?! - El embajador estaba enojado y asustado a la vez.
- Intentan repelerlos pero los pandilleros son muy hábiles esquivan...
¡Bang!
Una bala perforó la cabeza del guardaespaldas del embajador y este cayó en el pálido asiento de la limosina manchandola con un rojo que hacía un gran contraste.
- ¡Imbécil,no sirves para protegerme y además manchas mi asiento! - Reclamó el embajador - ¡yo mismo me encargaré de esto!
El embajador tomó el arma del muerto guardaespaldas y bajó la ventana de la limosina sacando su brazo para disparar acertadamente contra los pandilleros.
!Bang!
Disparó precisamente impactando contra el conductor de una de las motos,la cual se volcó por el precipicio por el que iban destrozando las vallas del borde.
- Bien,ya fueron dos. Faltan 6 más y el auto.
Los pandilleros disparaban sin cesar logrando acabar con todos los guardias que iban protegiendo la limosina. Todos chocaron contra la montaña al otro extremo de la carretera y otros caían por el precipicio.
¡Uno de los motorizados se acercó hasta la limosina para apuntar su arma contra el conductor y disparar dejándolo muerto encima del volante!
¡El vehículo se iba de un lado a otro siendo conducido levemente por la estática cabeza del conductor!
- ¡No puede ser, tendré que ocuparme yo! - el embajador se movió por los asientos de la limosina hasta llegar al puesto del conductor,al cual movió detrás del asiento para luego él colocarse al volante - Que asco... También mi volante está hecho un asco.
Como pudo tomó el curso de nuevo mientras conducía con una mano y con la otra disparaba hacia los motorizados.
Hasta que el auto blindado se hizo espacio entre la montaña y la limosina para chocar empujando el auto hacia las vallas del borde del camino.
- ¡No me matarás tan fácil,imbécil! - Gritó a todo pulmón el embajador soltando el volante.
Abrió la puerta del conductor,salió del auto subiendo encima del mismo y con habilidad y destreza camino por el techo.
- ¡¿Qué está haciendo?! - Los pandilleros estaban alarmados pues creían que el embajador era un simplón sin ninguna habilidad.
!El auto blindado chocó de nuevo la limosina haciendo que esta callera hacia el precipicio,pero en cuestión de instantes apenas el auto fue desplazado el embajador saltó logrando caer encima del vehículo blindado!
La limosina cayó hasta luego explotar generando mucho humo y fuego.
- En fin,no era mi limosina más cara - Afirmó relajado el embajador.
Los pandilleros seguían intentando dispararle al embajador sin tener éxito. El embajador apuntó con precisión y disparó su revolver logrando acabar con todos los motorizados. Después se colgó con los brazos del travesaño en el techo del vehículo blindado para impulsarse y con una fuerte patada con ambos pies destrozar el vidrio del auto y entrar en él empujando a los dos pandilleros que iban dentro fuera del auto. El embajador tomó el volante y siguió conduciendo al ver que los sujetos cayeron por el barranco.
- No saben con quién se han metido estos imbéciles.
Siguió conduciendo confiado de haber sobrevivido pensando en encontrarse con el siguiente escuadrón de protección y poder largarse. Sin embargo no contaba conque... ¡Edward lo esperaba al final del cruce de la carretera con un ejército armado!
- Vaya vaya... Esto no me lo esperaba de ti,Edward. Que bajo has caído - El embajador siguió conduciendo con más velocidad dispuesto a llevarse consigo unos cuantos soldados y con suerte a Edward.
Edward por su parte sacó de un auto blindado un maletín de gran tamaño,lo cargo con dificultad colocándolo en el suelo. Lo abrió y de él sacó nada más y nada menos que...
- ¡¿Una bazuca?! - Gritó alarmado el embajador - ¡Bien,que así sea,Edward,te llevaré conmigooo!
Aceleró aún más mientras Edward preparaba su arma. Una vez estando cerca Edward tan solo debía apuntar y disparar para acabar con él.
- Un poco más... Acércate más,escoria perfumada - decía Edward apuntando su arma contra la parte delantera del auto.
- Señor,¿Está seguro de que el arma destruirá el auto? - Preguntó el mayordomo Nelson quien iba armado y con un traje de protección militar negro.
- Previ que algo así pasaría y elegí que usaran este auto. Tiene un defecto y es que... Es muy antiguo,y la parte frontal es de un polímero menos resistente,el cual ya está muy gastado. Tan solo un impacto de mi bazuca lo volcará.
- En ese caso... Matará sin dudar al embajador.
- Quizá... O eso haremos que parezca - Respondí confiado.
- ¿De qué habla?
- Estuve pensando,y... Podemos hacer más secuestrandolo.
- ¿Secuestrarlo?
- Claro. Lo vendemos a la pandilla del norte,ellos piden un rescate al gobierno y recibimos el 20% del dinero. Es un plan más factible que el anterior. Ahora si me permites,debo disparar.
- Ah,claro,disculpe señor.
- ¡Vamos,¿Qué esperas?! - ¡Gritaba el embajador lleno de adrenalina!
!Adrenalina que desapareció por completo convirtiéndose en terror cuando Edward disparó su bazuca impactando contra el parachoques delantero del vehículo provocando que se volcara brutalmente arrastrado por el piso siendo destrozado casi por completo!
El humo cubría casi toda la escena y era complicado saber si el embajador había muerto o no. Edward se dirigió seguro hasta el auto envuelto en humo y llamas para observar a un embajador inconsciente aún respirando por suerte.
- Saquen al embajador del auto y coloquen dentro uno de los cuerpos que recogieron de los guardias que mandé enmascarados anteriormente. Dejen una de las máscaras suelta en la escena. Luego incineren el auto - Ordené a mis soldados yendo hacia mi auto - lleven al embajador a una de las celdas bajo el casino y inmovilizenlo con cadenas. Y que no hable. Hemos terminado aquí.
Luego de eso llegué al penthouse y mi esposa me recibió tan amorosa como de costumbre.
- Hola,querido,¿cómo estuvo tu día? Te noto algo agitado.
- Estuvo de maravilla. Nada emocionante ni fuera de lo normal.
Obviamente... Estaba mintiendo.
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