Capítulo 31 "Adiós, Gothel"
Okey, ¿Vieron tooooooodas las que me odian por haber matado a Hipo? Bueno, me van a odiar un poco más.
— ¡Jack cuidado!
Pero fue tarde, él... se fue...
Nah, joda. Pero bueno, hoy nos deshacemos de la Come-Flores-Momia-34.
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— ¡Despierta! —decía ella moviéndolo desesperada— ¡Hipo por favor! No...
Volvió a llorar con más ganas, Drago hizo una seña a Pitch y éste asintió, rápidamente los dragones se fueron al igual que todos los hombres de Drago. Jack corrió hacia donde estaba Hipo desesperado, su corazón latía a más de mil por hora, pero se detuvo al ver a Hipo en el suelo.
— No te vallas, por favor... —dijo la pelirroja llorando.
Estoico bajó la mirada y puso una mano en el hombro de ella intentando calmarla, pero hasta ver a Hipo sano y salvo no se calmaría. Rapunzel llegó un tiempo después y vio como todos estaban alrededor de Hipo.
— Mérida no te angusties, puedo curarlo —dijo Rapunzel sentándose junto a ella, comenzó a envolver a Hipo en su cabello, pero antes de empezar a cantar él comenzó a brillar, entonces, la luz blanca incandiló a todos, y cuando pudieron abrir los ojos Hipo ya no estaba.— ¿Qu-...?
— ¡¿QUÉ PASÓ?! —gritó Mérida.
— No lo sé, pero no creo que volvamos a ver a Hipo en mucho tiempo —dijo alguien detrás de ellos, se giraron a ver quién era, y era Norte que estaba con los brazos cruzados y una mirada comprensiva. Mérida respiró más agitada que antes—. Cálmate...
— ¿¡CALMARME!? ¿¡CÓMO QUIERES QUE ME CALME!? ¿¡NO ENTIENDES LO QUE ES PERDER A ALGUIEN!? ¡UN "CÁLMATE" NO SERVIRÁ DE NADA, NORTE! —gritó ella, se levantó y salió corriendo.
— Mérida, no... —dijo Rapunzel antes de salir tras ella pero Jack la interrumpió.
— No —dijo poniendo una mano en su hombro—, necesita estar sola un momento.
Rapunzel asintió, miró a Jack a los ojos y no lo resistió más, comenzó a llorar en los brazos del albino, a él sólo se le escapó una lágrima, luego otras y escondió el rostro en el cabello de la rubia. Valka corrió hacia Estoico y lo abrazó llorando amargamente. Estoico intentó contener las lágrimas, pero no llorar por alguien como Hipo... era inevitable. Astrid, Patán, Brutacio, Brutilda y Patapez, intentaron retener las lágrimas, pero siempre se escapaba una que otra. Hipo no tenía que haber muerto, pensaba Astrid mientras lloraba amargamente en los brazos de Patán, ¿Por qué él? se preguntaba. Hipo marcó una diferencia para todos en Berk, él dejó huellas y fue por más, un chico gentil, optimista, bueno, divertido... El chico que sólo con sonreír te probocaba repetir la misma acción, el chico que logró hacer la paz entre vikingos y dragones, el chico que fue un guardián de la nada y sin embargo siguió ayudando a todos. El chico que viendo como su pueblo era atacado, aún creía que la paz era posible. El chico terriblemente terco que ayudaba sin importar que fuera era el dragón más grande del mundo, o el insecto más pequeño que existiera... Él estaba ahí para todos. Sin embargo, ahora, no estaba ahí.
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Mérida corría alejándose más y más del pueblo, no quería estar ahí ¿Para qué? ¿Para escuchar como la gente intentaba colsolarse cuando nisiquiera ellos mismos podían sentirse mejor? Ella nunca sufrió de la pérdida de un ser querido como Hipo. Ella no conocía ese horrible remordimiento en el corazón, o esa pena tremenda en todo su cuerpo. Mérida podía ser fuerte, podía ser valiente, podía afrontar cualquier cosa si se lo proponía, pero ésto... pero Hipo, el único que la podía hacer derretir con sólo una sonrisa, que la amaba aun cuando era histérica o gritona, el único que la hacía volar con un beso, el único que por ella haría lo que fuese, el único que pudo robarse su corazón... Sí, Hipo era único, por más de que ella quisiera seguir con su vida viviendo con éste dolor, nunca encontraría a nadie como Hipo. Ella sabía perfectamente lo que significaba morir, ahora él no estaría aquí para ella, para abrazarla y calmarla cuando Pitch le hacía daño, para darle el amor que tanto le faltaba... Sus amigos eran un gran apoyo, siempre lo serían pero él no podía irse ¡No ahora que ella estaba más que enamorada!
Se sentó al borde del río y siguió llorando sola. Ahora no le importaba que la viesen así, de todas formas no existía persona fuerte que pudiese aguantar al menos una lágrima por la pérdida de Hipo.
— Así que... ¿El castaño te avandonó? —se oyó la voz de Pitch entre los arbustos, ella se quitó las manos de la cara, él apareció frente a ella, y a penas lo vio saltó sobre él tirándolo al suelo él se quedó impresionado.
— ¿¡POR QUÉ LO HICISTE!? ¿¡POR QUÉ!? ¡¿POR QUÉ LO HICISTE?! —gritó ella agarrándolo del cuello de la túnica.— ¡ERES UN MALDITO INFELIZ!
— Él ahora no estará aquí para protejerte...
— ¡NO NECESITO QUE ME PROTEJA, TE ROMPERÉ LA CARA IGUAL! —gritó ella, agarró una piedra que tenía el tamaño de la palma de su mano, y cuando estaba a punto de darle en la cara a Pitch, alguien detrás de ella la golpeó tirándola a un lado.
Se levantó rápidamente con ira, odio y dolor en sus ojos, pudo ver a Gothel ayudando a Pitch a levantarse, corrió hacia ambos y comenzó a tirarles de todo lo que encontraba en el suelo, las rocas golpeaban contra ellos, pero la detuvieron tomándola de los brazos.
— ¡SUELTENME! ¡SUELTENMEEEE! —gritó desgarradoramente— ¡JAAAAAAAACK! ¡PUUUNZIE!
— Cállate pelirroja, Hipo estará feliz de que en poco tiempo estés con él.
Podían secuestrarla, podían decirle que no era nada, podían hacerle creer que era un monstruo, pero cualquier palabra que llevase el nombre "Hipo" en ella la haría enfurecer más. Pegó una patada a ambos y logró zafarse del agarre, corrió en dirección a la aldea pero cuando estuvo a unos pocos pasos de ellos su vista se nubló y cayó al suelo.
....
Rapunzel estaba en su habitación sentada en posición de indio frente a su dibujo, los cuatro grandes en su pared. Miraba todo eso con nostálgia ¿Por qué no podía recordarlos? ¿Por qué ella? No sabía qué pensar ahora, todo había sucedido muy rápido, no sabía qué creer, ésto podía ser o no un simple sueño. Rapunzel era una chica optimista siempre, pero ahora ni ella misma podía pensar en el lado positivo de todo esto, tal vez por que quizás no existía. Entrecerró los ojos aún mirando el dibujo con atención, no le decía nada, ninguna simple imagen venía a su mente. Nada.
Escuchó el "Tock, tock" de la puerta y éste se abrió dejando ver a el albino con una cara algo triste. Caminó a pasos lentos y se sentó en la misma posición junto a la rubia. Jack también contempló el dibujo, a él sí le decía algo, le encantaría revivir ese momento, se habían conocido el 28 de Abril, un día antes del cumpleaños de Rapunzel. Jack era una persona fuerte y leal, pero no existe persona lo suficientemente fuerte como para no soltar ni una pequeña lágrima por la muerte de un fiel amigo como Hipo. Él entendía a la perfección lo que era perder a alguien, pero sabía también, que podía ser lo suficientemente fuerte para superarlo.
— Hola, Jack —dijo Rapunzel sin despegar la vista del dibujo.
— ¿Cómo te sientes? —preguntó él.
Rapunzel se encogió de hombros, miró hacia abajo y luego nuevamente a la pintura.
— No lo sé —respondió—, no sé cómo me siento ¿Tú cómo estás?
Jack también se encogió de hombros, abrazó sus piernas y miró hacia abajo apoyando la pera en ellas, tenía ganas de llorar, pero no lo haría, no frente a Punzie.
— Muy... Muy mal, Punz —dijo con una voz suave y quebrada.
— Jack, sé cómo te sientes. Entiendo tu impotencia y tu dolor, pero debemos aprender a convivir con ésto... con el vacío. Cuando una persona se va viene otra, jamás va a reemplazarlo, pero cariño no te va a faltar —dijo ella, le dio una sonrisa compasiva—, quiero que sepas que siempre estaré para ti, en las buenas y en las malas, hoy y siempre —Jack sonrió mientras una pequeña lágrima caía por su mejilla—. Oh ven aquí.
Rapunzel abrió sus brazos y abrazó a Jack, el apoyo de ella siempre lo haría poder con todo, con todo lo malo que le pasaba. Jack sabía que podía contar siempre con Rapunzel, y ella que siempre podía contar con Jack. Era un sentimiento mutuo de amistad.
Ya habían pasado tres días luego de la tragedia de Hipo, la relación entre Jack y Rapunzel se había fortalecido mucho, eran más que sólo amigos y más que sólo novios. No tenían noticias de su amiga pelirroja, pero era de esperarse, pues habían perdido a un ser querido, y era obvio que ella más que a nadie le afectaría, así que por eso decidieron dejar que el tiempo la ayudara a superarlo y seguieron con su vida.
Eran las 18:35 en el polo Norte, Jack estaba preparando la merienda mientras que Rapunzel estaba en su cuarto dibujando por milésima vez a The Big Four en su libreta. Tenía una sonrisa, pasó sus dedos por el dibujo de Hipo recordándolo y cerró su libreta. Se levantó de la cama y cuando estaba a punto de salir notó la presencia de alguien.
— ¡Mérida! —se sobresaltó— Uf, casi me matas de un infarto ¿Qué haces aquí?
— Hola, Rapunzel —dijo ella sonriente—, vengo a ver cómo estaban, veo que bastante bien ¿No?
— Sí, sí, muy bien —respondió Rapunzel— ¿Tú cómo estás?
— Muy bien —Mérida se acercó a Rapunzel y sonrió malévolamente dejando ver sus amarillos ojos.
— ¿Por qué me miras así? —preguntó Rapunzel sonriendo nerviosa.
— No por nada —respondió ella—, recordé algo, eso es todo.
Salió de la habitación, y Rapunzel se quedó pensando; la extraña actitud, los ojos amarillos, apariciones de la nada...
— Ahora la traeremos Gothel no seas impaciente, tendremos que hacer unos analizis primero, ella no esta muy bien de salud, ¿podrás aguantar eso? —preguntó Pitch.
— Por favor ¿Quién te crees que soy? Viví en una torre con una caprichosa niña que nisiquiera es mía, se ha escapado y ahora envejezco cada día... Pero cuando la transfución se haga tendré más años de vida, estaré con Rapunzel todos los días y rejuveneceré cada día más, y lo mejor es que nadie sabrá que soy yo —dijo Gothel contenta...
—¿Qué sucede Punzie? —preguntó mirándome a los ojos— ¿Por qué lloras?
— E-Es sólo que...—dije secando mis lagrimas e intentando no llorar tanto, pero era inútil— estoy preocupada eso es todo...
Él solo sonrió tristemente y levantó mi varbilla con su dedo índice.
— Lo sé yo también lo estoy, pero...No llores ¿Si? —dijo secando mis lágrimas— Ya todo pasará, y estaremos con los guardianes, en el taller tomando chocolate caliente y...
— ¿Pero qué pasaría si no detenemos a Pitch? ¿si le hace algo malo a Mérida?, no quiero perderlos, no lo soportaría —dije llorando más
— Nunca vuelvas a decir eso —dijo rápidamente y me besó...
Corro a todo lo que me dan las piernas e intento no chocarme, a medida que paso por los largos pasillos me doy cuenta de que no hay ningún guardia. Corro más rápido y llego a la habitación, entro y veo dos bultos en la cama. Silenciosamente corro hacia ellos saco la sabana y eran almohadas. Oh no...
Me giro y veo a Pitch con un pastelillo muy curioso en la mano y mirándome con una sonrisa maliciosa.
— Hola Rapunzel ¿Cómo estás pasando la noche eh? —Dijo él caminando alrededor mio.
—¿Dónde están? —Dije tan fría que casi ni pareció una pregunta.
— ¿Quienes?
— Sabes a que me refiero ¿¡Qué les hiciste!? —Grité furiosa.
— Oh... Tus padres —Dijo con tono de amabilidad— Verás Rapunzel quiero hacer un trato contigo...
— NO. —Dije antes de que comenzara a hablar.
Él me miró enfadado, chasqueó los dedos y de el armario salió... ¿Merida? Sosteniendo a mi madre y apuntándo con un cuchillo en su estómago y tapandole la boca con una mano.
Quedé con la boca abierta. Pitch rió malevolamente y me enojé tirándole mi cabello como soga pero él lo esquivo.
— Bien... ¿Ahora harás el trato? —Dijo divertido.
— ¿Sabes que puedo gritar e inmediatamente los guardianes pueden estar aquí?
— Y tú ¿Sabes que en menos de lo que tú gritas puedo degollar a tu madre? ─ Dijo.
Tushe...
— ¿Qué trato? —Dije enfadada.
— Así me gusta —Dijo orgulloso— Como ambos sabemos que TU ya sabes que Gothel estaba en el cuerpo de Merida e ibas a decirle a los guardianes y nuestro plan iba a fracasar, decidimos hacer esto, te borraremos la memoria y tu padres estarán bien. Así de simple. —Dijo Pitch— ¿Trato?
Rayos... Estoy dudando demasiado no puedo hablar ni moverme, tengo los ojos y la boca abierta formando una perfecta "O". ¿Que hago?
Uhhm..... Rápido Rapunzel piensa...
— Mamá —Digo y agarro el pastelillo dándole un mordisco.— Listo ahora sueltala —Dije una vez tragado el trozo.
Merida o debería decir Gothel soltó a mamá y los otros dos desaparecieron. Ella corre hacia mí abrazandome...
Rapunzel comenzó a respirar agitada, ahora lo entendía, lo entendía absolutamente todo ¡Era Gothel! Por eso la actitud extraña, los ojos amarillos, apariciones de la nada.
— ¿Rapunzel? —preguntó Gothel del otro lado— ¿Rapunzel estás bien?
Gothel entró en la habitación cerrando la puerta.
— No puedo creerlo... —murmuró Rapunzel.
— Ay Rapunzel, deja de balbucear ¡DETESTO que balbucees! —se quejó.
— Tú nu eres ella, ¿cierto Mérida? —dijo Rapunzel con seriedad y odio— ¿Sigo diciéndote así?
Gothel se quedó con la boca y los ojos muy abiertos.
— Rapunzel qué cosas di...
— ¡Lo sabía! ¡Fuiste tú todo éste tiempo! —dijo Rapunzel enojada— ¡Engañaste a mis amigos para atacarnos por detrás!.
— Deja de decir tonterías —dijo Gothel mirándola con odio.
— ¡Tú no eres Mérida! ¡Y no dejaré que los lastimes! —gritó amenazante
— Si eso es lo que quieres... — Gothel saca un cuchillo detrás de su vestido, Rapunzel retrosede asustada.
Jack subía las escaleras que conducían hacia las habitaciones, ya había terminado de hacer la merienda y Rapunzel todavía no había bajado, se preocupó un poco así que subió por ella y una vez que estuvo frente a la habitación:
— ¿Rapunzel estas ahí? —tocó la puerta unas cuantas veces pero Rapunzel no daba señales de vida, se preocupó y entró. Se sorprendió al ver sangre por todas las paredes y su corazón se partió cuando vio a Rapunzel tirada en el suelo inconciente, la ventana estaba rota y había varios vidrios esparcidos por el suelo.— ¡Rapunzel!
Jack corrió hacia ella alterado pero cuando estaba a punto de tocarla sintió un agudo dolor en las costillas. Gothel, le había atravesado un cuchillo. La supuesta "Rapunzel" que estaba tendida en el suelo desapareció como si fuese creada por un projector, y detrás de Gothel estaba la verdadera Rapunzel atada con cadenas y un pañuelo en la boca luchando por escapar.
— Ya basta, Rapunzel —dijo Gothel tirando de las cadenas— ¡Ya para de luchar conmigo!
— ¡NO! —dijo ella cuando el pañuelo calló de su boca—, hasta el último momento de mi vida voy a pelear... —dijo e hizo una pausa—, pero si me dejas salvar su vida, te prometo que iré contigo.
— ¡No Rapunzel! —dijo Jack con una voz quebrada.
— Pararé de luchar y no trataré de escapar... Sólo, déjame salvarlo —dijo mirándola a los ojos con lágrimas— lo prometo...
Gothel desamarró a Rapunzel y ella salió corriendo hacia Jack, se arrodilló y desesperadamente comenzó a envolverlo.
— No Rapunzel, no voy a dejar que lo hagas. —habló Jack con dificultad.
— Y yo no te dejaré morir —dijo ella al borde del llanto.
— Pero si lo haces, tú morirás...
— Estaré bien, tranquilo —dijo Rapunzel—, Flo...
— Espera... —Jack acercó a Rapunzel a su boca, ella creyó que iba a besarla, pero él tomó del suelo un pedazo de vidrio y con él cortó el cabello de Rapunzel.
— ¡NO! —Gritó Gothel.
— Jack ¿Qué..? —dijo Rapunzel viendo como su cabello se volvía castaño.
— ¿¡PERO QUÉ HAS HECHO!? —Gritó Gothel, comenzó a retorcerse y doblarse, soltó un gemido y ambos pudieron contemplar como una especie de sombra negra salía del cuerpo de su amiga y se hacía polvo y el cuerpo caía a el suelo.
Rapunzel se giró a Jack que había cerrado sus ojos.
— No... no, no ¡no! —dijo ella llorando— Jack no me dejes... ¡F-flor que da fulgor... c-con tu bri...!
— Rapunzel... —dijo él, Rapunzel lo miró—, te amo...
Ella lloró — Y yo a ti —respondió, se acercó a el pecho de Jack.— Mueve el tiempo atrás... volviendo lo que fue... a lo que fue...
Una lágrima calló sobre la herida de Jack y ésta se iluminó, Rapunzel lo notó y se apartó un poco de Jack, en eso miles de lazos de luz dorada invadieron la habitación Rapunzel los contempló todos con asombro, y todos estos se volvieron a ocultar en la herida de Jack ya sanado. Rapunzel lo miró con esperanza.
— ¿Rapunzel? —dijo.
— Jack...
— ¿Te dije que estoy loco por las morenas? —preguntó él esbozando una sonrisa, Rapunzel se alegró al instante, el viejo humor pesado de Jack había vuelto.
Rapunzel lo tomó del cuello de su buzo y le plantó un enorme beso que lo dejó sin aire, él la abrazó con cariño sonriendo.
— Adiós, Gothel. —murmuró Jack mirando el cuerpo en el suelo.
— Adiós, Gothel. —repitió ella.
La puerta se abrió dejando ver a unos muy confundidos Norte y Conejo, Rapunzel y Jack se apartaron y se pararon.
— ¿¡Qué rayos sucedió aquí!? —preguntó Norte alterado.
— ¡Te dije que no le dejaces el taller a Jack! —espetó Conejo.
Jack y Rapunzel intercambiaron miradas de "oh, oh", Norte miró la habitación horrorizado, pero fue peor cuando vio el cuerpo de la pelirroja en el suelo.
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Oie iakunzeeeel!! tieeeeeeeeeeeernos♥
creo que este es el capítulo más largo que hice en mi vida *-*
díganme qué opinan;)
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