Y... señores, estamos ante el último capítulo, no lo había calculado, pensé que faltaba un poco más, pero lo cierto es que este es el final. No descargo hacer epílogo, pero de primeras esto es todo.

Muchísimas gracias a todos los que habéis seguido ahí, a pie de cañón esperando y leyendo.

Espero que os guste el capítulo :D

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Estaba sentado en mi mesa, junto a mis amigos, almorzando tranquilamente, cuando ella se sentó frente a mí, junto al resto de sus amigas, haciendo que me atragantase, y que mis amigos pusiesen cara de sorpresa.

- Hola – saludó ella, sonreí, porque estaba preciosa, y la observé dar su primer bocado a las salchichas alemanas.

- ¿Por qué exactamente os sentáis aquí? – preguntaba Pete, sin dar crédito a todo aquello.

- ¿No te has enterado? – preguntaba Charlote – estos dos están saliendo, genio.

- ¿Qué dos? – insistió mi mejor amigo. Charlote señaló a Cris y luego a mí - ¡Venga ya! ¡Es meramente imposible que sea verdad, porque él está saliendo con otra chica! – Cris levantó la vista para mirarme, sorprendida con todo aquello. Miré hacia Pete, molesto y este respondió con rapidez – no me lo niegues tío, te gusta Isy Scott, me lo confesaste el año pasado en hallowen.

- ¿Me has mentido? – preguntó hacia mí, haciendo que mirase hacia ella, sin saber qué decir – Dijiste que lo habías hablado con ella.

- Eh... ¡No! – ella se levantó y caminó molesta hacia el exterior, mientras yo miraba con cara de pocos amigos a Pete, me levantaba y corría tras ella.

- Parece que al final el día se ha quedado bueno... - empezaba Pete, dándose cuenta de que la había cagado.

- Christine – la detuve, cerca de las gradas - ¿no puedes pararte un momento?

- ¿Lo he confundido? – preguntó sin más, haciendo que la mirase con incredulidad – anoche cuando dijiste que querías que fuésemos novios de verdad, no te referías a esto, ¿no?

- ¿Qué?

- Lo he confundido, ¿es eso? – negué con la cabeza, mientras ella me cruzaba la cara, y yo me quedaba terriblemente sin palabras – sólo querías acostarte conmigo, ¿es eso? – sus lágrimas salieron, y yo intenté llegar a ella, pero se echaba hacia atrás, sin permitírmelo – Sólo querías saber que se siente al acostarse con Christine Gleen, alias la guarra, ¿es eso? – negué con la cabeza.

- ¡No! ¡Claro que no! – me quejaba, mientras ella se alejaba de mí más y más.

- Fuiste bueno conmigo, y me hiciste creer que había algo más, pero en el fondo sólo querías meterte entre mis piernas, ¿es eso?

- ¡No! – me quejé, llegando hasta ella - ¡No es eso! ¡Es sólo que no pensé que pudieras decirles a todas tus amigas las populares que te habías fijado en un friki! Se supone que algo así nunca debe suceder, un friki y una popular, es de locos...

- ¿Sólo es eso? – insistió, mientras yo limpiaba sus lágrimas, asintiendo después.

- Me gustas – le dije, para luego besarla, sintiendo como ella entrelazaba sus brazos a mi cuello y me abrazaba.

- ¿Y qué sucedería si fuese cierto? – quiso saber – lo que mi hermano dice de mí, sobre que soy una adicta al sexo.

- Entonces lo haríamos a todas horas – la calmé. Ella sonrió, de oreja a oreja, y volvió a besarme – no voy a asustarme por esto, Gleen.

FIN.