Capítulo 3
Baekhyun nunca había estado en una situación así.
Normalmente, una vez que se acostaba con una de sus presas, procedía a borrarla de su vida y de su memoria. No había despedidas, no había llamadas después del sexo, y desde luego Baekhyun no iba a su facultad con una bolsa con una camisa en la que era posible que aún hubiera algún resto de su orgasmo en casa de Junmyeon. Tampoco es que realmente se hubiera follado a Chanyeol, en cualquier caso.
Pero allí estaba Baekhyun, su camisa blanca semiabierta, sus vaqueros gastados ciñéndose a sus muslos y las gafas de sol que no encajaban dentro de un edificio cubriendo sus ojos mientras esperaba a que el pollito saliera de clase. Por precaución, había ido a una hora en la que sabía que los alumnos aún estaban en clase, para darle tiempo a observar las clases por la pequeña ventana en las puertas y distinguir aquella cabellera naranja.
Durante todo el fin de semana, no había podido dejar de pensar en Chanyeol. El chico alto de pelo inusual había conseguido meterse en su sistema de una forma que nunca le había ocurrido, casi intoxicándolo desde dentro y llenando su mente de pensamientos sobre él. Ya no era una mera cuestión de sexo, Baekhyun quería que Chanyeol cediera a él voluntariamente, que se entregara a él en cuerpo y alma, que fuera suyo.
El timbre indicando que las clases habían acabado sonó, despertando a Baekhyun de su ensoñación y haciendo que se preparara. Observó a los alumnos salir en manadas casi, charlando animadamente e ignorándolo. Bien, tampoco quería mucha atención sobre él o su pollito. Chanyeol surgió de los últimos acompañado por el mismo amigo que estaba con él en el Two Moons, riendo presumiblemente por algún chiste que el otro le había contado. Eso molestó a Baekhyun, aún más cuando el amigo le pasó el brazo por los hombros.
No lo toques.
- Chanyeol -llamó su atención, haciendo que el alto dirigiera su atención hacia él, sorprendiéndose.
- ¿Baekhyun? -murmuró el otro asombrado, haciendo que Baekhyun se regodeara en el sonido de su nombre saliendo de los labios ajenos y en el hecho de que lo recordara.
- ¿Es ese tío del que me has hablado? -el otro chico se metió en la conversación, su brazo aún sobre los hombros de Chanyeol lo estaba llevando al límite de su paciencia.
- Sí, Sehun -asintió el chico-. ¿Podrías dejarnos a solas?
A Baekhyun no se le escapó la expresión de disgusto del tal Sehun, así como éste no pasó por alto la expresión de victoria del más bajo. Sin embargo, con una última mirada a Chanyeol, el tipo se fue, pasándose la mano por su pelo rubio y despeinándose. Baekhyun lo observó hasta que desapareció al doblar la esquina del pasillo, sabiendo muy bien a qué se debía aquella actitud. Podía olerlo.
- ¿Tu amigo está molesto conmigo porque te gusto y él no, o es otra cosa?
- ¿Cómo has...? -empezó, sorprendido, hasta que pareció recordar algo-. Ah, claro. Lobo.
- No lo digas de esa formas despectiva -Baekhyun arrugó la nariz mientras se quitaba las gafas de sol para mirar con sus ojos oscuros a los de Chanyeol aprovechando que se habían quedado solos en el pasillo.
- Hoy no tienes los ojos azules.
- Muy observador -remarcó con algo de ironía, sonriendo-. Hoy me estoy controlando.
- Controlando -bufó el alto, rodando los ojos, pero dejó estar ese tema-. ¿No es un poco presuntuoso por tu parte asumir que no me gusta mi amigo?
- Sé que no te gusta, puedo olerlo -lo miró con los ojos desafiantes-. Sé que yo te atraigo más de lo que lo hace él en cualquier caso.
- Presuntuoso -repitió, cruzándose de brazos y cambiando el peso de pierna.
Allí, en la facultad, no parecía el pollito indefenso y despistado que encontró en el Two Moons, estaba en un sitio que conocía y se sentía seguro. Baekhyun podía olerlo y verlo en su actitud, sin embargo, seguía teniendo ese aspecto adorable y blandito que le hizo ganarse su mote y Baekhyun encontraba divertida su actitud.
- ¿No te preguntas qué hago aquí, Pollito? -sonrió más ampliamente cuando lo vio rodar los ojos de nuevo por el apodo.
- Supongo que vienes a devolverme mi camiseta -señaló la bolsa en la mano del lobo.
- Un pollito inteligente -lo alabó con dulzura, tendiéndole la bolsa.
Sus dedos se rozaron cuando Chanyeol cogió la bolsa, el contacto creando chispas y haciendo que el calor lo recorriera de arriba abajo. Dios, cómo quería comérselo.
- ¿Vas a devolverme mi camisa, Chanyeol? -el chico lo miró algo sorprendido mientras sacaba su camiseta de la bolsa-. ¿Qué?
- Me llamaste por mi nombre.
- Sé cuál es tu nombre, Chanyeol -rodó los ojos el bajo esta vez, repitiendo su nombre adrede-. Otra cosa es que prefiera usar otro nombre más... apetecible -se relamió los labios, sin perderse cómo el alto siguió el recorrido de su lengua-. Podrías decirme tu apellido, eso sí.
¿Por qué narices preguntaba esas chorradas? Primero que si su amigo estaba celoso y ahora que le dijera su apellido. Su lobo lo controlaba a su antojo cuando se trataba de Chanyeol y Baekhyun no entendía qué tenía el pollito tan especial, pero no podía evitar que el lobo tomara el control. Hubo un silencio prolongado, en el cual Chanyeol, aún con su camiseta en las manos, lo miró intensamente. De repente, bajó de nuevo la vista hacia la prenda.
- Park -lo oyó decir. El chico le lanzó una mirada furtiva, algo cohibido, antes de volver a mirar la camiseta-. No recuerdo esa mancha blanca...
- Así que Park -lo cortó Baekhyun, no queriendo espantarlo diciéndole que se había masturbado con su camiseta porque le pareció sexy y olía a él-. Byun Baekhyun.
Chanyeol lo miró de arriba abajo, un amago de sonrisa en sus labios, pero guardó la camiseta en la bolsa sin decir nada más. Si era hábil, se daría cuenta de que ahora la camiseta también olía a Baekhyun, pero eso dependía de lo que tardara el chico en echarla a lavar.
- Pues bien, Byun Baekhyun, ya has cumplido tu misión -anunció Chanyeol-. No te queda nada más que hacer aquí.
- Eso no es del todo cierto -se acercó a él, agradeciendo el pasillo vacío para hacer lo que quisiera-. Creo que alguien se llevó una camisa que no era suya... Aunque confieso que no me importaría quitarte la que llevas en el lavabo del final del pasillo.
Chanyeol tragó saliva con dificultad.
- Es posible que a ese alguien... al intentar ponerse la camisa... ehm... -se rascó la nuca con timidez, haciendo que Baekhyun quisiera besarlo duro-. Se le rompiera.
Qué.
- ¿Qué? -Baekhyun parpadeó, confuso-. Espera, ¿qué?
- Bueno, me estaba estrecha de brazos, y al ponérmela deprisa, las costuras... Simplemente...
Baekhyun tuvo que inspirar y espirar, intentando calmarse. Realmente no era por la camisa en sí, era una sorpresa, sí, pero era una de tantas que tenía y lo mismo le daba usar una que otra, no es que fuera su favorita o algo así. Sin embargo, eso le fastidiaba sus planes. Porque él quería devolverle la camiseta a Chanyeol en la universidad, a sabiendas de que el alto no tendría la suya encima, y así usar su camisa de excusa para entrar en su casa y, si era posible, en su cama. Y ahora no había camisa ni había nada.
- No era mi intención -seguía disculpándose el chico-. No me di cuenta de que no era mi camiseta hasta que no me fui, y no iba a volver en ese momento a por la mía, pero al intentar ponérmela...
De repente, una idea cruzó la mente de Baekhyun. Paró la retahíla del menor alzando la mano, y sonrió.
- Muy mal, Chanyeolie -avanzó, su aura algo animal intimidando algo al menor y haciéndolo retroceder poco a poco hasta que la pared impidió que siguiera huyendo. Baekhyun colocó un solo dedo en su pecho, recorriéndolo de arriba abajo-. Era mi camisa favorita -mintió-. Y tú la has roto.
- N-no era mi intención -volvió a decir, pero Baekhyun le puso el dedo en los labios.
- Vas a tener que compensármelo -susurró, su cara muy cerca de la contraria-. Vas a tener que comprarme una camisa nueva.
El chico sólo pudo asentir, y Baekhyun sonrió triunfal y bastardo a partes iguales.
- Iremos juntos a comprar la camisa ahora -dijo, dejando caer la mano hasta el cuello ajeno.
- No puedo ahora -Chanyeol miró a los ojos al lobo y éste pudo ver sinceridad en sus ojos-. Pero puedo el viernes.
Baekhyun sonrió ampliamente, relamiéndose.
- Pero eso no es suficiente -ladeó un poco la cabeza y parpadeó, intentando verse adorable o algo así-. Tienes que hacer algo más por mí, pollito.
- ¿Q-qué es? -el mayor podía notar cómo el corazón de Chanyeol se aceleraba y eso lo hizo ser más bastardo aún de lo que pretendía en un principio.
- Vas a tener que darle un beso de disculpa a hyung -susurró, haciendo que Chanyeol contuviera la respiración.
Pudo ver a Chanyeol abrir mucho los ojos y ligeramente la boca mientras sus mejillas se coloreaban de forma deliciosa. Baekhyun no dejó de mirarlo con intensidad, comiéndoselo con los ojos mientras esperaba. Tímido, el alto se inclinó, rozando sus labios en un beso tan casto que apenas sí lo notó. El lobo gruñó.
- Ese beso no me vale, pollito. Hyung quiere uno como esos que le dabas el viernes pasado.
El color de la cara de Chanyeol podía competir con el de los tomates maduros para ese entonces, pero su mirada firme le dijo que iba a hacerlo. Agarró a Baekhyun por la nuca y estrelló sus bocas juntas, haciendo que Baekhyun gimiera suavemente por la fuerza de su agarre y el chispazo eléctrico que lo recorrió. Dejó que el menor tuviera el control del beso, moviendo los labios al compás que éste le marcaba y dejando que poseyera su boca cuando introdujo su lengua. Le gustaba saber que Chanyeol quería hacerlo suyo, que quería controlarlo y manejarlo; eso le hacía sentir un hormigueo de placer recorriendo su cuerpo.
Se separaron cuando el aire les hizo demasiada falta, mirándose intensamente a los ojos mientras Chanyeol aún lo sujetaba por la nuca y Baekhyun se controlaba para no cumplir lo que había dicho y follárselo en el baño.
- Muy bien, pollito -su voz era gutural, animal, y estaba casi seguro de que sus ojos le devolvían al menor una ardiente mirada azul-. El viernes tenemos una cita para ir de compras -lamió los labios ajenos, limpiando los restos de saliva que allí había-. Hyung esperará impaciente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro