- No... - niega Lalisa.

- ¡Ay, vamos! - pide Jennie con falsa amabilidad. - Si le enseñas el edificio a Chaeyoung-ah, Wendy unnie y Nayeon unnie puedes enseñarme a mi también.

- Cinco son multitud. - sentencia.

- ¿Y quien me puede mostrar a mi el edificio? - pregunta mirando a todos lados con un pronunciado puchero. Su vista se detiene en Yoongi, lo cual Lisa nota. - ¡Yoongi oppa...! - El nombrado se da vuelta y lo único que logra ver es a Lalisa tapando la boca de Jennie con su mano. - ¡Mmm mmmmmm! - intenta hablar.

- Qué lindo es el silencio... - suspira. Destapa su boca y la mira directo a los ojos. - Bien, yo te mostraré el edificio pero calladita te vez más bonita... - Jennie asiente y sigue al grupo liderado por Lisa.

Mientras camina, tipea un mensaje para Jimin, quien aún estaba en el salón.

Para Jimin:

Oppa, me debes una y muy grande... Espero que esta no se me pegue ahora.

Rato después, cuando todo había finalizado, Jimin había invitado a su mejor amigo a pasar la tarde a su casa. Su madre estaría muy contenta de verlo.

Luego de abrir la puerta, ingresan al hogar y dejan las mochilas por ahí.

- ¡Mamá! ¡Llegué...!

Una hermosa mujer se acerca a recibir a su hijo, llevándose una gran sorpresa al ver en Seúl al que era el mejor amigo de la infancia de Jimin.

- ¿Cómo te fue en...? - sus palabras quedan a la mitad. - ¿Taehyung-ssi?

El nombrado asiente mientras la señora Park abre los brazos en grande para recibir al que siempre consideró su segundo hijo con un fuerte abrazo.

- ¡Cuánto haz crecido! Incluso pasaste a Jiminnie...

- Yah, eso no es cierto. - murmura ofendido el otro.

- Lo es...

🔥

- ¿Entonces no son nada? - pregunta sin creerlo

- No, TaeTae.

Jimin había pasado un par de horas detallando a su mejor amigo todo lo que sucedió el tiempo que estuvieron separados. Afortunadamente tenían los bocadillos que su madre les había traído para soportar el paso del tiempo.

- Pero estaban muy juntitos hace un rato... - alza las cejas sugerentemente. - No sé, yo los shippeo.

- ¿Qué?

- Simple, a tí te gusta...

- Yo no dije eso. - lo interrumpe.

- Si, si... como digas. - resta importancia. - En fin, te gusta y está claro que tú a él también. - dice como si fuese una obviedad. - Dos más dos es cuatro y el Yoonmin es real.

- ¿Yoon qué? - pregunta confundido.

Antes de poder recibir cualquier explicación por parte del miembro de la Banda de Busan, la puerta del cuarto de Jimin es golpeada con tres toques, sorprendiendo al dueño de la casa al no esperar ninguna visita.

Park se levanta a abrir la puerta, encontrandose con su vecina.

- Oh, eres tú Siyeon... - dice.

- Yah, ¿así vas a recibir a tu vecina favorita? Y yo que venía a contarte algo. - pone una mano en su pecho fingiendo estar ofendida.

Jimin rueda los ojos.

- Pasa ya... - la rubia de cortos cabellos y mirada feroz se sienta en la silla junto al escritorio de Jimin y saluda a Taehyung con la cabeza. - Siyeon, mi mejor amigo Taehyung... Taehyung, mi vecina Siyeon.

- Un gusto, soy su vecina favorita... - Jimin suspira. - ¿De qué hablaban?

Taehyung retoma el relato desde el principio y mantiene a la muchacha al tanto.

- ... entonces justo cuando llegaste le estaba diciendo a Jimin que el Yoonmin es real.

- ¡Duh! ¡Claro que sí! - le da la razón.

Jimin toma una almohada y grita ahogando sus frustraciones en su relleno.

No suficiente con tener devuelta a Jungkook en su vida, sus amigos se complotaban en su contra.

- ¿Alguien quiere explicarme qué es Yoonmin? - murmura contra la almohada. Afortunadamente los demás llegaron a entender.

- Yoon de Yoongi y Min de Jimin.

Jimin destapa su cara y los mira como si estuviesen locos.

- Ustedes no están bien... Pero dejemos de hablar de mi. - pide. - ¿Qué venías a contarme, Siyeon?

- ¿Yo? Uhm... Lo olvidé. - miente.

🔥

Una hora después, Siyeon abandona la casa de los Park para dirigirse al Instituto dónde su vecino estudiaba, siendo recibida por uno de los docentes allí.

- Hola, Siyeon. - dice Jinki. - Me alegra que hayas llegado... ¿estás lista para la audición?

- Claro que si. - sonríe.

Algo me dice que el puesto de segundo guitarrista de la Escuela de Artes de Seúl no iba a permanecer vacante mucho tiempo más.