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FREEN
—¿A dónde...vamos exactamente? .— Pregunté recibiendo una mirada fugaz por parte de Carol a través del espejo retrovisor.
—Ya lo verás querida.— Respondió emocionada.
Sonreí a labios juntos y continúe observando a través de la ventanilla del auto esperando ver algo que me diera un indicio de hacia dónde nos estábamos dirigiendo.
—Algo que debes saber sobre Carol, ama las sorpresas.
Paige murmuró para mí mientras su madre y la madre de Becky se enfrascaban en una conversación ajena a nosotras.
—A veces me impacienta mi propia curiosidad.— Admití y ella rio.
—Tranquila.— Me tranquilizó— De seguro ha planeado algo divertido.
Todo rastro de tranquilidad en mí se esfumó en cuanto entramos en el aparcamiento de una tienda, y no cualquier tienda, una muy, muy específica. Me congelé en el asiento del auto mirando en todas las direcciones para ver si había algún otro lugar alrededor al que pudiéramos estar dirigiéndonos además de aquella tienda, pero no.
Mis ojos recorrieron los maniquíes con impecables diseños luciéndose en las vitrinas y quise salir corriendo mientras el auto aún estaba en movimiento. Paige pareció notar en pánico en mi rostro y se encogió de hombros.
—Hemos llegado.— Anunció Carol sin perder la emoción de su voz.
—¿Qué...— Carraspeé tratando de encontrar mi propia voz que parecía un pitido en ese momento— ...qué hacemos aquí?
Carol compartió una mirada con Janice quien ocupaba el asiento del copiloto y ambas se echaron a reír como si yo acabara de contar el chiste más gracioso de todos.
Cuando bajamos del auto, las piernas me temblaban y por alguna razón sentí que me iba a vomitar o a desmayarme o a vomitar y luego desmayarme.
¿Dónde estaba Becky cuando la necesitaba para sacarme de apuros? ¡¿Dónde?!
'Ve con ellas', dijo.
'Será divertido', dijo.
'De seguro lo pasarás bien', dijo.
¿Qué crees, Becky? Todo aquel asunto no estaba siendo para nada divertido y definitivamente no me lo estaba pasando para nada bien.
Bien, cariño, este sería un buen momento para decidir qué estás cansado de mi útero y querer ver el mundo exterior, me dirigí mentalmente a mi bebé.
Ridículo, lo sé, pero tenía que intentarlo.
—Carol.— La llamé tratando de ocultar el temblor en mi voz— No sé si esto sea una buena idea.
—Tonterías querida.— Dijo.
Me tomó del brazo y me guió hasta la entrada de la tienda de vestidos de novia mientras yo trataba de oponerme resistencia de manera disimulada. Taylor, quien también nos acompañaba, pareció notar mi incomodidad, y estoy segura de que en cuanto lo hizo comenzó a sentirse tan incómoda como yo.
—¿Becky sabe de esto?
—¡Claro que no! .— Exclamó Janice un tanto escandalizada como mi pregunta— Será una sorpresa. Además, no puede verlo hasta el día de la boda, es mala suerte.
—¿Hay una fecha? .— Paige preguntó y yo negué con la cabeza de forma casi frenética.
—Aun no.— Dijo Carol— Pero estoy segura de que en cuanto te mires al espejo vestida de blanco cambiarás de opinión con respecto a aplazar la boda.— Me aseguro con una enorme sonrisa.
Estaba a punto de protestar cuando Carol tiró de mi brazo al tiempo en que llamaba a una de las vendedoras y asesoras de la tienda.
—¿En qué puedo ayudarlas?
La falsa sonrisa de aquella mujer me encandiló. Traté de encontrar las palabras adecuadas que lograran sacarme de allí antes de que fuera demasiado tarde, pero mi cerebro no alcanzó a pensar en siquiera una sílaba cuando la madre de Becky volvió a hablar.
—Tenemos una cita a nombre de Freen Chankimha.— Dijo.
La mujer de impecable y elegante uniforme con su nombre bordado en él, paseó su mirada por el resto de nosotras sin dejar de sonreír ampliamente hasta que preguntó.
—¿Quién de ustedes es la novia?
Carol me miró de inmediato animándome a hablar y yo tragué con fuerza.
—Supongo que esa soy yo.— Respondí esforzándome por sonreír.
—¿Freen Chankimha? — Preguntó la mujer llamada Edith y yo asentí— Bien señorita Chankimha, tengo la sección perfecta para usted. Si son tan amables de seguirme.
No fue necesario tomar la iniciativa de caminar para seguirla, pues Carol envuelta en su emoción volvió a tirar de mi brazo guiándome tras ella. Nos detuvimos en un área llena de vestidos de novia. Era tanto blanco que al verlos me sentí aún más mareada.
—Mi nombre es Edith, yo seré su asesora.— Nos informó— Aquí están todos los hermosos vestidos maternales con los que contamos en nuestro catálogo.
—¿Vestidos maternales? .— Paige preguntó.
—No es la primera mujer embarazada que se casa.— Edith respondió sonriéndome.
Su sonrisa comenzaba a parecerme espeluznante. De seguro tenía las mejillas entumecidas de tanto sonreír durante el día. Tanto Edith como Carol comenzaron a elegir diferentes vestidos para que me probara. Como seguía pasmada con lo que estaba pasando, no alcanzaba a opinar sobre uno y ya estábamos pasando al siguiente. Taylor, Paige y Janice se convirtieron en críticas dando sus opiniones acerca de los vestidos que me probaba. Por lo visto, ninguno parecía convencerlas.
Después del séptimo vestido decidí que había tenido suficiente y que necesitaba un respiro así que me escondí dentro del vestidor y busqué mi teléfono entre mis cosas.
Sin pensarlo dos veces, hice una video llamada.
—Hey, Freenky.
El rostro de Becky apareció en la pantalla de mi móvil y me sentí aliviada al verla.
—¿Dónde...?
Frunció el ceño y entrecerró los ojos tratando de ver en donde me encontraba.
—Shhh.— Dije indicándole que bajara la voz— No tienes idea de a dónde me ha traído tú madre.
Alzó las cejas interrogante esperando a que se lo dijera. En lugar de hablar lo que hice fue voltear la cámara y enfocar mi reflejo en el espejo del vestidor. Aún llevaba puesto el último vestido de novia que Carol había escogido para mí.
—Wow, te ves...hermosa.— La escuché decir.
—¡Becky! .— Chillé.
Claramente no estaba concentrada, porque al parecer ni siquiera se había percatado de lo que quise decirle al enseñarle lo que llevaba puesto.
—Espera un segundo...¡No! — Exclamó sin poder creerlo.
—Shhh.— Repetí con histeria— Baja la voz, no quiero que tu madre descubra que he decidido llamarte.— Susurré.
Volteé la cámara hacia mí otra vez y fui capaz de notar en la expresión de Becky que no podía creer en dónde me encontraba justo en ese momento.
—Lo siento, mi madre es así de intensa. Debí advertirte.— Se disculpó— Hablaré con ella. Esto es una locura.
—No.— Dije de inmediato y ella me miró sin comprender.
Cerré los ojos y respiré profundamente antes de volver a hablar.
—No le dirás nada hasta que regresemos a la casa. No quiero que se sienta mal y, además, ya sobreviví a siete vestidos puedo sobrevivir a unos cuantos más.
—¿Segura? .— Preguntó sin estar muy convencida.
Asentí.
—Sí, no te preocupes. Estaré bien. Solo tengo que asegurarme de que no se le ocurra pagar por ninguno de ellos.
—Esa es una buena idea.— Dijo.
—Solo...actuaré como si ninguno me gustara y quizás sugiera visitar otra tienda, o quizás finja tener contracciones, no lo sé, ya se me ocurrirá algo.
—De acuerdo.— Becky asintió— Bien, nos vemos más tarde ¿Si?
—Sí.
—Freen.— Llamó antes de que pudiera colgar la llamada— Te ves increíble vestida de novia.— Dijo sonriendo.
Su cumplido me hizo sonrojar, pero por alguna razón no me gustó escucharlo y sin decir nada más, finalice la llamada.
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—¿Te llevó a ver vestidos de novia? .— Charlotte preguntó a través de la línea.
—Sí, eso fue exactamente lo que hizo.
—Carol es lo máximo.— Fruncí el ceño— Es la más interesada en que este matrimonio se realice. Después de mí, claro.
—Charlotte, esto no estaba en los planes ¿Recuerdas? — Dije y la escuché bufar así que de seguro también acababa de rodar los ojos.
—¿Y por qué no puede estarlo? — Preguntó con exasperación.
—Porque...porque...
—Porque, porque...— Me imitó.
—Porque Becky y yo nos conocimos en una cita a ciegas, porque yo decidí que no necesitaba de otra persona para convertirme en madre y porque no puedo casarme con ella de la noche a la mañana considerando todo lo que nos costó empezar una relación.
Para mí todas esas eran razones válidas y más que suficientes para dejar en claro que, lo de seguir adelante con esta boda ignorando por completo que había comenzado con una mentira, era un enorme error.
—Saro, creo que por una vez en tu vida deberías dejar de rezar razonable y arriesgarte. Atrévete.
Esta vez su voz fue más suave y algo se removió dentro de mí al escucharla. Un golpe en la puerta de la habitación llamó mi atención y, cuando se abrió lentamente, desvíe la mirada para encontrarme con Becky.
—Tengo que irme.
—Hazme caso.— Charlotte insistió.
—Hablamos luego.— Dije antes de colgar.
Becky me sonrió y se acercó a la cama para sentarse a mí lado. Después de todo el asunto con los vestidos de novia, terminé realmente exhausta y me excusé para tomar un baño en cuanto regresamos a la casa. A pesar de mi insistencias de que no lo hiciera, Becky decidió que era una buena idea tener una seria conversación con su madre respecto a lo que había pasado hoy.
—¿Cómo ha ido?
—No dejara de insistir, pero creo que conseguí mantenerla a raya hasta que nos vayamos de aquí.— Respondió.
—Suena bien.
—Papá y yo iremos a la tienda a comprar algunas cosas que faltan para la cena ¿Necesitas algo?
—Mmmm...¿Helado?
Becky sonrió y me dio un beso rápido.
—Helado será.— Dijo antes de abandonar la habitación.
Minutos después nuevos golpes resonaron contra la madera de la puerta y esperé a que fuera Becky quien entrara, pero nada pasó así que me acerque para abrir. Paige estaba del otro lado y me regaló una cálida sonrisa en cuanto me vio.
—Creí que te vendría bien un poco de té.— Dijo tendiéndome una taza de té humeante.
—Gracias.— Sonreí— ¿Quieres pasar?
—No quiero ser invadir tu privacidad.— Comentó.
—Nada de eso, adelante.— Dije apartándome.
Paige era agradable y no veía motivos por lo que no pudiéramos compartir un poco más.
—Esto es justo lo que necesitaba.— Murmuré luego de tomar un poco de té— Muchas gracias.
—No es nada. La verdad es que noté que hoy te sentiste un poco abrumada con todo lo de la tienda y los vestidos de novia.
Hice una mueca.
—Sí, la verdad es que no me lo esperaba.
—Carol está muy entusiasmada con la boda, es todo.— Asentí.
—¿Siempre ha sido así? .— Pregunté.
—Al menos desde que tengo memoria.— Rio por lo bajo— Es una mujer increíble que comparte muy profundamente la felicidad de sus hijos.— Comentó— Fue exactamente igual cuando Richie y Taylor se casaron. También se emocionaba con cada cosa que Becky y yo hacíamos juntas.
Sus palabras me recordaron que ella y Becky habían estado juntas y una pregunta muy específica se abrió paso en mis pensamientos.
No la hagas Freen, de seguro no lo querrás saber.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
Ella asintió.
—¿Por qué terminaron las cosas entre Becky y tú?
Y...la hiciste de todos modos, bien hecho Chankimha.
—Diferencia de intereses, supongo.— Se encogió de hombros— Sé que ella me quería, después de todo nos conocemos desde que somos unas niñas, pero...yo era un poco más tradicional. Comencé a fantasear con una proposición y a pensar en formar una familia.— Hizo una pausa— En ese entonces, nada de eso estaba dentro de los planes de Becky así que...me cansé de esperar algo que no iba a pasar, y antes de hacerme más ilusiones y terminar aún más herida, decidí terminar las cosas entre nosotras.
—¿Cómo reaccionó ella?
—Lo entendió.— Dijo— Becky sabía que podía prometerme algo que no iba a ser capaz de cumplir.— Añadió— Es por eso que me sorprendió un poco lo de su compromiso y lo del embarazo.
A todos, y ya veo por qué.
—Supongo que las cosas cambiaron ¿No?
¿Lo hicieron?
Esa pregunta se quedó dando vueltas en mi cabeza durante la cena y el resto de la noche. Ni siquiera pude mantenerme concentrada en las conversaciones que se mantuvieron en la mesa durante la comida. De tanto pensar y pensar comencé a sentirme mareada otra vez.
Definitivamente no estaba teniendo un buen día.
—Me disculpan, necesito un poco de aire.— Dije levantándome de la mesa y recibiendo un montón de miradas.
Becky dejó de reír y me miró preocupada.
—¿Estás bien?
—Sí, solo necesito algo de aire fresco, es todo.— Traté de sonreír— Con permiso.
Me alejé del comedor lo más rápido que pude y me dirigí hacia la cocina para poder salir al porche trasero de la casa. Traté de despejar mi mente y relajarme, pero no funcionó. La puerta se abrió y no hizo falta que me diera la vuelta para saber que se trataba de Becky quien había salido a mi encuentro aun luciendo preocupada.
—Freenky ¿Estás bien?
—Creo que nos equivocamos con todo esto.— Dije esforzándome por respirar mejor.
—¿De qué hablas? .— Preguntó confundida.
—De todo esto.— Me giré a verla— Jamás debí acceder a ayudarte con esta mentira. Fue un error.
—Freen, creí que ya habíamos hablado de esto. Se solucionará, yo...
—Tenemos que decírselos.— La interrumpí— No podemos seguir adelante con esto. Es una locura ¿Qué no lo ves?
Tenía que mantener la calma o los demás notarían que estábamos discutiendo.
—¿Tan loco sería que lo hiciéramos? — Preguntó después de unos segundos de silencio.
—Pues...¡Sí!
—¿Por qué?
—Porque...porque yo no lo planeé así y porque tú nunca has querido nada de esto.— Becky frunció el ceño frente a mis palabras— Jamás has creído el matrimonio y desde luego nunca pensante en tener hijos.— Hice una pausa— Tú padre y tu hermano lo dijeron durante la fiesta de compromiso, y esa fue justamente la razón por la que lo tuyo con Paige se acabó.
—¿Ella te lo dijo? — Asentí— Bueno, las cosas cambian, Freen. Las personas cambian.— Aseguró— ¿Tan difícil es creer que quizás cambie de opinión?
—Estabas enamorada de Paige y no cambiaste de opinión, ni siquiera te lo replanteaste, ¿Por qué sería diferente conmigo?
—Porque ya no soy la misma de ese entonces y porque en verdad te quiero.— Se apresuró a decir— ¿Acaso aún no te has dado cuenta?
Guardé silencio y le sostuve la mirada sintiendo mis ojos picar debido a las lágrimas que comenzaban a acumularse en ellos. La mirada de Becky de pronto se llenó de amargura.
—No me crees, no confías en mí ¿Es eso? .— Seguí sin decir nada— Sé que Paul traicionó tu confianza, pero yo no soy igual a él, Freen y me apena que no seas capaz de verlo.— Dijo con dolor.
—No metas lo qué pasó con Paul en esto. Es algo totalmente distinto.
—¿Lo es? — Preguntó— Yo estoy dispuesta a ofrecerte lo que tanto buscas mientras él perdió la oportunidad de dártelo. Para mí tiene bastante relación.
—Creo que será mejor que me vaya.— Dije pasando junto a ella dispuesta a entrar en la casa.
—Freen...
Estaba por abrir la puerta cuando alguien desde el interior se me adelantó. Retrocedí un par de pasos al notar que se trataba de Richie.
—¿Todo está bien? — Alternó su mirada entre ambas— Mamá me envió para ver si te encontrabas bien.— Se dirigió a mí.
—Yo...ya me voy.
—¿Te vas? — Me vio confundido.
—Freen.
Becky volvió a llamarme, pero yo la ignoré y entre en la casa dirigiéndome a la habitación que compartíamos. Subí las escaleras tan rápido como pude y en cuanto estuve en el cuarto comencé a hacer mi maleta. La puerta se abrió de par en par y la paramédico entró cual torbellino.
—Freen, por favor no hagas esto. Vamos a hablar.
—Becky, ¿Qué está pasando?
—Mamá, ahora no por favor.— Dijo manteniendo sus ojos clavados en mí— Freen.— Insistió.
—¿Por qué estás empacando? ¿Ya se van?
Carol pasó a un lado de su hija para acercarse a mí. La miré y no fui capaz de seguir conteniendo las lágrimas.
—Oh cariño.— Murmuró antes de abrazarme— ¿Qué está mal? .— Preguntó en mi oído.
—Lo siento.— Me disculpé— En verdad lo siento, Becky podrá explicarlo todo.
Carol miró a su hija en busca de explicaciones. Becky tensó la mandíbula y apartó la mirada de ambas. Yo ni fui capaz de decir nada más.
—Freen, ¿Estás bien? .— Paige preguntó acercándose a mí de inmediato al verme bajar las escaleras cargando mi equipaje.
—¿Puedes sacarme de aquí, por favor?
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