Capítulo 4 | 🍒
Miércoles.
A pesar del ahora brillante sol ardiendo en el cielo (no podría haber sido más diferente al lunes), Jisung no pudo haber corrido la distancia hasta la casa de Minho. No quería estropear su atuendo, o estar demasiado sudoroso ya que no estaría presentable. Hoy Jisung estaba vestido con un suéter azul de cuello alto y un holgado overol gris que sólo se abrochaba a un lado, con un conjunto de clásicas vans blancas adornando sus pies. También estaba usando sus anteojos, pero sólo porque se había quedado sin lentes de contacto. El rubio pensó que se veía un poco lindo en el atuendo, una noción que Felix había compartido con él cuando Jisung le envió una foto a su amigo.
Todavía no hacía demasiado calor afuera, ya que sólo eran las 8:45 de la mañana, pero Jisung esperaba que se enfriara o tal vez se arrepentiría de llevar un suéter de lana tan pesado. Aún así, la caminata fue una vez más agradable mientras Jisung se dirigía a la casa de Minho. Para ser honesto, estaba realmente emocionado por su primer día cuidando a Heijin y Heihyun, sobre todo porque los dos niños pequeños parecían tan amables y dulces para su edad. Nada malcriados o groseros. Minho realmente los cría bien. El castaño también fue otro gran contribuyente de porqué Jisung estaba tan feliz de trabajar en eso. El rubio no sabía exactamente porqué, pero ya le había gustado mucho Minho. Bueno, gustar de la forma, ya sabes, como un compañero, una persona, un adulto que ahora conocía como el hombre para el cuál trabajaba. Sí, de esa manera.
Jisung llegó a la casa, tocó el timbre y luego dio un paso atrás para esperar a que lo dejaran entrar. La puerta dio un clic y el rubio miró hacia arriba mientras se abría para revelar a Minho. El mayor vestía un abrigo negro largo y elegante sobre una camisa blanca y pantalones de traje negros similares. Su cabello castaño oscuro se levantó de su rostro para que su frente quedara descubierta, peinado hacia arriba sin un solo mechón fuera de lugar. Sus ojos marcados en círculos se iluminaron cuando vio a Jisung de pie allí, y su rostro se arrugó mientras sonreía cordialmente.
"Hola Jisung, muy bien por llegar a tiempo."
"Gracias, y hola, seh."
Hubo un silencio durante un par de segundos, en los que ambos chicos se ruborizaron sin motivo. "Vamos," Minho se rió entre dientes, "los chicos se mueren por que me vaya para poder tenerte por el día." Jisung esbozó una sonrisa, siguiendo al mayor dentro de la elegante casa. Desde la puerta de la sala de estar, Heihyun asomó la cabeza por la esquina como un cachorrito tímido. Sus pestañas revolotearon por la corriente de Jisung cerrando la puerta mientras las miraba con indudable inquietud, todavía razonablemente inseguro de que el rubio estuviera allí.
No es que a Heihyun no le agradara Jisung. Por el contrario, descubrió que el adolescente era extremadamente amigable y no era en absoluto a lo que esperaba que fueran los chicos mayores. Fue sólo por lo que había sucedido con la niñera anterior que hizo que Heihyun fuera demasiado cauteloso. No quería causarle más problemas a su padre, molestando a Jisung, y tampoco quería ver a Heijin asustado. Aunque por la forma en que Jisung ahora le dio una sonrisa admirable y cálida, Heihyun casi sintió que no necesitaba preocuparse en absoluto.
"Hola, señor Jisung."
"Heya Heihyun, ¿ha ya has comido algo? "
"Mhm, Heijin casi termina el suyo ahora."
"¿Qué comiste?"
Minho sonrió cuando Jisung se inclinó y se sentó sobre sus talones, comenzando una conversación con Heihyun que hizo que el moreno saliera de su pequeño escondite en el marco de la puerta. No pudo evitar seguir viendo a los dos charlar, el corazón se le retorció cuando Jisung hizo reír a su hijo. Fue un momento tan crudo y saludable, ya que nadie había tenido tal conexión con sus hijos antes, además del propio Minho.
Un pequeño grito vino desde la sala de estar, nada urgente pero más para notificar una presencia. "¡¡Está Jisung aquí!!" La ya amplia sonrisa del rubio centelleó ante el sonido de deleite en la voz de Heijin, subconscientemente extasiado de que a los dos chicos ya les agradara. Heihyun le hizo una seña a Jisung para que lo siguiera a la sala de estar, lo que hizo el mayor, dejando a Minho todavía fijo en el lugar donde habían estado los otros dos. Jisung volteó la cara para mirar al mayor, con los ojos brillantes.
"¿Tierra a Minho?" Minho parpadeó y miró a Jisung, antes de toser y frotarse torpemente una de sus sienes.
"Sí, lo siento." Jisung sólo se rió y volvió a meterse en la sala de estar, dándole a Minho la oportunidad de maldecirse a sí mismo y luego seguir adelante también.
Heijin estaba sentado con las piernas cruzadas en el sofá, con una pequeña mano envuelta alrededor de una cuchara que estaba usando para comerse el yogur. Cuando Heihyun llevó a Jisung adentro, el niño de 4 años colocó su tazón con el mayor cuidado posible mientras se apresuraba para arrojarse alrededor de las rodillas del rubio como lo había hecho el lunes.
"¡Hola, Jisung, estoy tan emocionado por hoy!"
"Hola a ti también, Heijin. ¡Yo también estoy emocionado!"
"No ha dejado de hablar de que vendrías hoy." Jisung miró a Minho, equilibrándose ya que sus piernas estaban unidas al abrazo de Heijin.
Minho sonrió, luego miró brevemente su reloj. "Debería irme", comentó, inclinándose y extendiendo los brazos hacia sus dos hijos, "¿no me van a decir adiós?" Heijin inmediatamente soltó su agarre de las piernas de Jisung y corrió hacia su padre, quien tiró de él y Heihyun en un abrazo. El rubio se puso de pie y observó la felicidad silenciosa mientras Minho llenaba a sus hijos de besos, haciéndolos retorcerse en un placer infantil.
Realmente debe amarlos... ¿Quizás pasó algo con su mamá?
Jisung decidió no pensar en eso. No era su lugar, aunque la pregunta permanecía, persistiendo en el lejano fondo de su mente. Minho miró a Jisung, quien ahora era el que se había apartado.
"Dejaré mi teléfono encendido mientras esté en el trabajo para que puedas llamar si hay alguna emergencia."
"Oh, sí, está bien."
Jisung sonrió para que pareciera que había estado prestando atención, a lo que Heijin le dijo "Jisung es tan tonto." El rubio hizo un puchero, fingiendo estar herido, lo que hizo que Heijin se riera y aplaudiera. Minho soltó a los dos niños y se puso de pie, pasando suavemente sus manos por su abrigo para suavizar las arrugas. El moreno miró a Jisung de manera significativa, antes de despedirse de sus hijos y salir por la puerta de la sala. Jisung entendió la indirecta y salió también, viendo a Minho hacia la puerta principal.
"No puedo agradecerte lo suficiente, Jisung, por aceptar este trabajo, no sabes cuánto me has ayudado."
"¿Por qué me das las gracias? Yo debería agradecerte por pagarme."
Ambos chicos se rieron entre dientes, cada uno notando internamente lo agradable que era la risa del otro. Minho dio un suspiro mientras salía al sol brillante, sus ojos arrugados por la luz intensa. "Regresaré alrededor de las 6 en punto, ¿de acuerdo?" Jisung asintió con firmeza. El mayor dio una sonrisa torcida, finalmente bajó hacia su auto y lo abrió con un pitido. Mientras tanto, Jisung permaneció junto a la puerta, queriendo ver a Minho irse. Cuando puso en marcha el coche, Minho se despidió de nuevo del chico rubio que estaba parado en su puerta, antes de salir del camino de entrada a la calle principal.
Jisung mantuvo su mirada en el auto mientras desaparecía de su vista, eventualmente regresó adentro y cerró la puerta con un clic seguro. Girándose, se encontró con Heijin y Heihyun mirándolo con emoción.
"Entonces," el rubio chasqueó la lengua, "¿qué querían hacer ustedes dos hoy?"
~~~
¿Matemáticas de nivel superior? Pensé que hacíamos esto en once grado.
Jisung estaba un poco confundido por decir lo menos, le habían metido. Estaba sentado en el piso de la sala con Heihyun y Heijin frente a él, y frente a sus piernas cruzadas había un libro de texto de matemáticas. Estaba abierto en una página sobre álgebra y ecuaciones, extraño considerando que este libro de texto era uno que el rubio usó en once grado, pero el álgebra la vio en decimo grado. Tal vez sólo sea extraño para mí.
Heihyun y Heijin miraron al chico mayor con curiosidad, obviamente esperando que usara el material que se le ofreció. "Ustedes dos, ¿realmente quieren hacer matemáticas?" Jisung cuestionó lentamente, levantando las cejas.
Heihyun asintió con seguridad. "Por supuesto, siempre tratamos de trabajar todos los días. Además, a Heijin le gustan más las matemáticas que aprender inglés." El chico de cabello oscuro asintió con la cabeza ante esto, haciendo pucheros sólo ante la mención de tener que hablar en otro idioma.
Jisung vaciló. ¿Debería preguntar? No dolería, ¿verdad? Aclarándose la garganta, el rubio preguntó "Así que ustedes no, ¿no van a la escuela ni nada?" Ambos niños negaron con la cabeza al unísono.
"No, no vamos a la escuela. Por eso papá te necesitaba como niñera." Heijin exclamó, juntando sus manos.
"Esperábamos", agregó Heihyun, "que estaría bien que nos ayudaras con nuestra educación en casa" Jisung hizo caso omiso de sus preguntas y sonrió con igual entusiasmo. Le encantaban las matemáticas y, para ser sincero, se alegraba de que los dos eligieran hacerlo en lugar del inglés. El rubio podía hablarlo, pero simplemente lo encontraba realmente aburrido. Las matemáticas, a su manera, eran como un lenguaje en sí; único, complejo y mucho más interesante que cualquier idioma hablado por la gente.
"Por supuesto, ¿así que quieren que repase álgebra?"
"¡O eso o cuadráticas, parecían fascinantes!"
"Bueno, primero haremos álgebra, ya que lo necesitarán un poco para las cuadráticas."
Jisung acercó el libro de texto y lo giró para que los tres pudieran leer las páginas. El rubio estaba preocupado por lo difícil que iba a ser este tipo de material para los niños de 4 y 5 años, considerando que estaba a nivel de preparatoria. Pero cuando empezaron, Jisung se dio cuenta de que Heijin y Heihyun eran curiosamente inteligentes. A ambos les resultó realmente sencillo seguir las explicaciones del mayor, completamente envueltos en las ideas formuladas que vinieron con este tema complicado.
O son increíblemente inteligentes, extremadamente ansiosos por aprender o simplemente soy un mejor maestro de lo que juzgué. O los tres.
Heihyun especialmente fue increíblemente rápido al pensar en soluciones, haciendo tapping en su calculadora de helado si era necesario y respondiendo las preguntas de práctica de Jisung en un instante. Heijin también fue bueno, por supuesto, haciendo muchas preguntas para que entendiera completamente y decorando las notas que hizo con su multicolor variedad de bolígrafos de gel con purpurina. No hace falta decir que Jisung estaba muy impresionado, y el rubio también se estaba divirtiendo (si es que puedes obtener alegría al resolver ecuaciones).
"Señor Jisung, ¿dónde aprendió a ser tan bueno en matemáticas?"
"Mi escuela, es uno de mis temas principales. Estoy apuntando a ser profesor de matemáticas cuando sea mayor."
"Eres muy bueno en matemáticas, ¡¡maestro Sungie!!"
Jisung casi sufre un paro cardíaco porque Heijin lo apodó 'Sungie' y se sonrojó aún más ante el cumplido. Estos niños eran demasiado dulces y puros para este mundo. Cuando el rubio recuperó la compostura, escuchó a Heihyun preguntar "¿Cómo es la escuela?" Jisung pensó por un momento, tratando de encontrar la mejor manera de dar una respuesta.
"Siendo honesto, no es demasiado. A veces puede ser estresante y los maestros pueden ser duros, pero también es muy útil aprender cosas nuevas." Jisung sonrió, justo cuando la mano de Heijin se levantó en el aire. El chico de cabello oscuro parecía estar tomando en serio esta educación en casa. "¿Sí, Heijin?" Jisung preguntó con sinceridad, no queriendo ser condescendiente con el joven.
"¿Puedo decir lo que quiero ser?"
"Por supuesto que puedes."
"Está bien, bueno, ¡¡yo quiero trabajar en una panadería o con animales!!"
"¿Te gustan los animales?" Preguntó Jisung, empujando el libro de texto a un lado para poder enfrentar a Heijin cómodamente.
"Sí", responde Heijin con orgullo, "especialmente los conejitos. ¡¡Son tan, tan, tan lindos!!" Jisung recordó cuando vio la habitación de los niños el lunes, y todas las fotos y dibujos de conejos con los que Heijin había decorado su pared.
"¿Qué hay de ti, Heihyun?" Dijo Jisung, moviéndose levemente para que su atención estuviera en el moreno. Heihyun pareció aturdido por un momento, antes de responder "Quiero ser como mi papá, trabajar con medicina. Sobre todo en cirugía." Los ojos de Jisung se agrandaron, cautivado por la elección del chico de lo que quería ser. Además, la cirugía hizo que el rubio se sintiera un poco mareado.
Minho es médico, ¿eh? Jisung realmente no sabía esa información, simplemente siempre encontraba a las personas que trabajaban en ese campo, no sé, ¿atractivas?
Los tres continuaron con su aprendizaje después de eso, absorbiéndose tanto en el trabajo que ni siquiera vieron pasar el tiempo. La única noción que tuvieron de que era alrededor de la hora del almuerzo fue cuando el estómago de Heijin rugió. El chico parecía avergonzado, susurrando un pequeño "lo siento."
"Oye, está bien, probablemente ya sea hora de almorzar de todos modos."
Jisung se levantó y se dirigió a la cocina, de pie con las manos en las caderas mientras se preguntaba qué podría hacer por los dos. Comenzando por la nevera, el rubio evaluó sus opciones de ingredientes. Había algunas rebanadas de cerdo frías y pan, así como otras cosas para rellenar sándwiches. Jisung buscó un poco más y encontró zanahorias, tomates y pepinos también. Bueno, sándwiches de cerdo y ensalada será entonces. Verificaré con los chicos para ver si está bien. El chico mayor se giró para llamar por el pasillo a la sala de estar donde había dejado a Heijin y Heihyun para jugar un rato.
"Chicos, ¿están bien los sándwiches y la ensalada para el almuerzo?"
"¡¡Oh, sí, por favor!!" Heijin gritó en respuesta, seguido de Heihyun agregando "¿Puedes agregar mayonesa a la mía, por favor, señor Jisung?"
"¡Por supuesto, Hyun!" Jisung reanudó la selección de todas las cosas que necesitaría para preparar un buen almuerzo, decidiendo por sí mismo que sólo comería la ensalada ya que tendría una cena grande más tarde. El rubio tarareaba mientras trabajaba, concentrándose en cortar las verduras y lavarlas para limpiarlas, mientras se mantenía atento a la charla tenue y las risitas ocasionales de los dos chicos en la habitación de al lado. Después de dividir la ensalada en tres tazones separados que encontró en uno de los gabinetes, Jisung continuó cortando las rebanadas de cerdo y colocándolas en capas sobre el pan integral fresco.
Añadió mayonesa a uno de ellos y también espolvoreó la mínima cantidad de pimienta sobre la carne, sólo para darle sabor. Para terminar, Jisung lo dispuso todo muy bien en un juego de platos, los colocó todos en la mesa de la isla y los sirvió con unos vasos de agua. El rubio se sentía un poco orgulloso de su trabajo, como siempre lo hacía cuando cocinaba o horneaba para alguien además de él mismo, aunque esta no era exactamente una comida muy hábil, todavía obtenía esa misma sensación.
"Heijin, Heihyun, el almuerzo está listo", anunció Jisung, riendo para sí mismo cuando escuchó el ruido de pies en su camino. Se sentó frente a su propio cuenco justo cuando los dos chicos entraron por la puerta, esperando subirse a los taburetes frente al mayor. Heihyun miró su sándwich con asombro, lo tomó y le dio un mordisco. Claramente, al moreno le gustó la comida, porque después de felicitar a Jisung por sus habilidades culinarias, Heihyun ya estaba a la mitad. Sin embargo, Jisung notó cómo Heijin miraba su ensalada con escepticismo, sin parecer nada complacido con la idea de que estuviera allí.
"¿Tu ensalada está bien, Jinnie?"
"Bueno... Es sólo que no me gustan las zanahorias."
Jisung sintió una punzada de culpa; en realidad había asumido que a Heijin le gustaría la verdura naranja en correlación con su amor por los conejitos. En lugar de llevarse la ensalada para quitarle las zanahorias, el rubio, por razones que ni él mismo conocía, decidió decir "bueno, a los conejos les gustan las zanahorias, ¿no?"
Heijin soltó un pequeño bufido, mirando a Jisung a los ojos con una actitud de mal humor menor. "Bueno, soy un conejito al que no le gustan las zanahorias." El rubio se tocó la barbilla pensativamente, tratando de pensar en una manera de hacer que el joven comiera la comida sin parecer enérgico. Tal vez encontrando la fuente de su odio por eso, y por la forma en que Heijin ahora miraba las zanahorias en su cuenco, Jisung supuso que era una aversión bastante profunda.
"¿Por qué no te gustan las zanahorias entonces, Heijin?" A esto, Heihyun fue quien respondió.
"No le gusta la textura, ya que son viscosas." Dijo el moreno con total naturalidad, antes de comenzar con su propia ensalada y tararear de vez en cuando deleitándose con la deliciosa comida. Esto a través de Jisung parecía un bucle, ya que normalmente las zanahorias tenían una textura mucho más crujiente. Entonces se le ocurrió.
"Ahh, ya sé," Jisung se volteó para sonreírle a Heijin, quien todavía estaba haciendo pucheros pero ahora miraba inquisitivamente al rubio, "¿no te gustan las zanahorias cuando están cocidas?"
"Tienen que cocinarse, ¿no? No se pueden comer zanahorias crudas." Dijo Heijin sin comprender, sus ojos marrón chocolate parpadeando. Jisung negó con la cabeza rápidamente, cogió una zanahoria y se la llevó a los labios.
"No, no, tienen qué. Mira." El rubio mordió el palito de naranja, haciéndolo crujiente entre sus dientes. Ese sonido hizo que la boca de Heijin se abriera completamente en estado de shock, nunca supo que podía comer verduras crudas. Probándolo por sí mismo, el chico de cabello oscuro tomó una zanahoria, copiando la acción de Jisung y mordiéndola. Cuanto más lo masticaba, más se le iluminaban los ojos de fascinación.
"Esto es mucho mejor. ¡Voy a comer zanahorias crudas todo el tiempo a partir de ahora!" Incluso Heihyun se rió de eso, sintiéndose feliz de que Jisung no sólo les había enseñado algo nuevo y les había proporcionado un delicioso almuerzo, sino que había conseguido que su hermano pequeño comiera una zanahoria. Papá estará encantado, ¡nunca antes habíamos visto a Heijin disfrutar tanto de una zanahoria!
El grupo continuó comiendo y charlando, Jisung escuchando todas las cosas que Heijin y Heihyun eligieron compartir con él y también contándoles un poco más sobre su vida. No fue hasta que Heijin y Heihyun discutieron si Lance debería haberse metido con Keith o Allura, un tema sobre el que el rubio sabía muy poco, ya que nunca había visto el programa del que eran estos personajes, por lo que Jisung se quedó a cargo sus propios pensamientos.
Me pregunto qué estará haciendo Minho en este momento.
~~~
Minho garabateó algo en el formulario antes de entregárselo a su paciente. "Ahí está, Sr. Sohn, esto explica todos los detalles de sus inyecciones. Ah, y por favor regrese de inmediato si su ojo empeora y haré un escaneo completo." El paciente le agradeció amablemente al moreno, se puso el abrigo y se dirigió a la puerta de la sala. Cuando la alcanzó, alguien del exterior abrió primero. Chan rápidamente se apartó para dejar pasar al hombre primero, inclinándose cuando se fue y luego entró en la habitación, dejando escapar una larga exhalación. Minho se rió suavemente mientras su compañero de trabajo y amigo dejaba algunos papeles más sobre el escritorio.
"Pobre chico, realmente pasa por mucho, ¿no?"
"Lo sé, él está tan decidido a seguir con su vida que me duele decirle que necesita descansar."
"¿Crees que su ojo empeorará?"
"Realmente espero que no, en el peor de los casos, está infectado o algo le ha pasado a la retina, pero rezo para que no llegue a eso."
Minho hojeó los papeles que Chan le había entregado, pero luego los dejó caer sobre el escritorio. "Dios, ni siquiera te agradecí, Chan. ¡Esa niñera que me encontraste es sinceramente perfecto!" Chan se rió entre dientes, encogiéndose de hombros humildemente.
"Oh, no fue nada, cualquier cosa para evitar que te fueras. Me importa una mierda lo que digan los demás, eres el mejor médico de esta clínica, de todo el edificio." Chan a menudo se ponía a la defensiva sobre lo que los otros médicos de cabecera solían decir sobre Minho, y el castaño podía sentir que su amigo se estaba enojando un poco. No es que le importara lo que los otros trabajadores dijeran sobre él; sabía que no era del agrado de sus compañeros, pero ese no era el objetivo del trabajo. Además, tenía a Chan para que se quedara con él, y realmente ese era el único amigo en su lugar de trabajo que necesitaba.
Los dos se habían conocido hace algún tiempo cuando Minho fue por primera vez a la escuela de medicina. Chan estaba en el sector de arriba y era responsable de dar un recorrido a los novatos. Los dos terminaron llevándose bien de inmediato, permaneciendo juntos durante todo el curso y luego postulándose al mismo hospital. Esa podría haber sido una de las principales razones por las que los dos eran menos que favorecidos por el resto de su clínica, pero no les importaba una mierda.
"Chan, lenguaje", bromeó Minho mientras el mayor se servía el dispensador de agua en la esquina de la habitación, "sabes que no puedes usar esas palabras aquí." Chan puso los ojos en blanco mientras miraba al más joven, sorbiendo su agua del vaso de papel.
"Confío en ti para regañarme a mí por maldecir. De todos modos yo debería regresar, creo que tengo a la Srta. Jung y la Srta. Ahn para una cita pronto." Minho asintió, volteando su silla hacia su computadora para ingresar la información que Chan había entregado en un documento digital. En el momento en que su amigo se fue de la habitación, dejando que la puerta se cerrara silenciosamente detrás de él, el teléfono de escritorio del moreno comenzó a sonar, Minho lo tomó sin cuestionar, se lo puso a la oreja y respondió con su habitual estilo profesional.
"Habla el doctor Lee Minho."
"Hey, Minho. No sabía que estarías en el trabajo."
El corazón de Minho dio un vuelco en su pecho, el agarre se apretó alrededor del dispositivo cuando escuchó una voz femenina familiar al otro lado de la línea. "Jodidamente sí lo sabías", respondió él, ya rompiendo su propia regla maldiciendo, "de lo contrario no habrías llamado a mi número de trabajo." Quienquiera que estuviera al otro lado de la llamada hizo un ruido de descontento.
"Estaré de vuelta en la ciudad por la próxima semana más o menos. Quiero venir ir para ver a los niños."
"No, no vas a acercarte a cualquiera de ellos."
"Disculpa, ¿qué derecho tienes para rechazarme de ver a mis jodidos propios hijos?"
"Desde que obtuve la custodia total. Ahora si no te importa, tengo trabajo que hacer."
"Aún no puedes hacer esto, Minho. Soy su madre, por el amor de Dios."
Esa declaración hizo que Minho se burlara forzadamente. Esta perra tiene el puto descaro.
"Por favor, nunca fuiste su madre."
Con eso, Minho golpeó el teléfono de nuevo en su lugar, el timbre de la línea bajó por los parlantes internos. Una llamada telefónica había puesto a Minho de mal humor. No sólo estaba furioso de que ella hubiera pensado en contactarlo, sino que también estaba molesto y preocupado por sus hijos. Sabía que no terminaría ahí, ella haría todo lo posible por ver a Heijin y Heihyun, incluso si eso significaba entrar por la ventana trasera de la casa.
Algo más también golpeó a Minho. ¿Jisung está ahora potencialmente en peligro? Cuanto más decidía concentrarse el castaño en ello, más parecía una opción totalmente posible. Rápidamente se apretó las sienes con los dedos, tratando desesperadamente de pensar en otra cosa que no fuera la noticia que acababa de escuchar. Fijándose finalmente en una sola pregunta positiva, Minho pensó en voz alta para sí mismo.
Me pregunto qué estarán haciendo Jisung y los chicos en este momento.
~~~
El día pronto comenzó a llegar a su fin, y Minho se encontró de regreso en su auto conduciendo de regreso a casa. Las ansiosas náuseas se habían asentado en la boca de su estómago como el pensamiento de nada más que la llamada telefónica de esta tarde. No se lo mencionaría a Heijin y Heihyun, (no es que alguna vez hablara de ella frente a sus hijos) y tampoco se lo diría a Jisung. El pobre adolescente no se merecía que le echaran ningún equipaje, así que no, Minho se lo guardaría para sí mismo sin importar cuánto le consumiera.
Una vez que llegó a casa, el castaño subió los escalones, sintiéndose como un zombi que entraba pasivamente. Pero luego escuchó la risa de la sala principal, y las voces chillonas de algo que estaba causando los gritos de alegría, y Minho pareció aligerarse de nuevo en sus propios sentidos. Al entrar en la sala de estar, el mayor encontró a Jisung sentado con dos peluches de juguete, uno en cada mano. Estaba poniendo una voz única para cada uno, representándolos como si estuvieran vivos para que pudieran conversar entre ellos y con él mismo.
La obra tuvo a Heijin en un ataque de risa total, mientras que Heihyun se sentó con una amplia sonrisa en su rostro que sólo se volvió más radiante a medida que Jisung avanzaba la pequeña y peculiar historia de los peluches. Minho se quedó en la puerta asombrado, sólo para admirar cómo el rubio tenía a los dos niños tan entretenidos. El mismo Jisung parecía estar ganando demasiada alegría con la actividad, el rubor se oscurecía por segundo y se reía cada vez que Heijin caía hacia atrás o Heihyun aplaudía. Fue una visión tan entrañable de experimentar para Minho, y por un momento reemplazó el dolor punzante que estaba preocupando su corazón y pensamientos.
Jisung estaba tan absorto en su actuación que no se dio cuenta de la entrada de Minho, pero después de una breve mirada a la puerta, casi saltó de su piel. Si el rubio se había sonrojado antes, no era nada comparado con ahora. El calor se extendió a sus oídos, haciéndolos de un rojo brillante mientras sus brazos caían a los costados. Jisung se sintió tan nervioso por la forma en que Minho le sonreía, y por un segundo el rubio podría haber jurado que vio un destello de algo en los ojos del mayor.
"Papá," Heijin se dio la vuelta y se sentó, contoneándose hacia Minho y arrastrándolo para que se sentara con ellos, "Sungie está montando un espectáculo, ¡tienes que mirar!" El mayor vio que la expresión de Jisung entraba en pánico, así que en lugar de hacer que el rubio sufriera más, Minho dijo apresuradamente: "Creo que Sungie está un poco cansado ahora, cariño." Heijin hizo un puchero como un patito bebé, pero no protestó más. Minho hizo contacto visual con Heihyun, quien sonrió tímidamente al suelo para no mostrar completamente su disfrute del espectáculo de Jisung.
Aunque Jisung se había acostumbrado un poco a que Heijin se refiriera a él como 'Sungie' en el corto lapso de tiempo que le habían otorgado el nombre, ciertamente sintió algo diferente cuando fue Minho quien lo dijo. No es que le importara, pero fue una sensación distintiva que se apoderó del rubio cuando sucedió. Manteniendo sus extrañas (lo que él llamó "adolescentes") emociones dentro de él, Jisung colocó los peluches en la alfombra y miró a Minho mientras el moreno hablaba con los dos niños.
"Ahora, ¿por qué no van ustedes dos a jugar en el jardín para que papá pueda preparar la cena? El clima está lo suficientemente liviano y seco para usar el trampolín." A Heijin le gustó el sonido de esa sugerencia y comenzó a regañar a su hermano para que lo acompañara. Heihyun, por supuesto, obedeció, siguiendo al chico más joven fuera de la habitación y a través de la cocina. Minho se rió entre dientes, luego sintió cómo la mirada de Jisung estaba sobre él. Mirando al rubio, los dos hicieron un cómodo contacto visual durante unos segundos.
En ese período de tiempo, Jisung notó cómo los ojos chispeantes de Minho vacilaron, como si hubiera algo pendiente en su mente que le estaba causando problemas.
"¿Estás bien, Minho? Pareces un poco inquieto."
"Oh no, estoy bien, Jisung, no te preocupes."
"Te ves como si no estuvieras bien. Vamos, te prepararé una bebida."
Justo cuando Heijin había agarrado a Heihyun por la manga, Jisung agarró el abrigo de Minho y lo llevó a la cocina, haciéndolo sentarse mientras el rubio se ocupaba en preparar un poco de té. Es tan considerado para ser un adolescente. Minho comenzó a mirar la parte posterior de la cabeza de Jisung, notando lo esponjosos que eran los mechones blanqueados y lo discretamente lindo que se veía con un overol y un suéter. El moreno se soltó donde su mente se había desvanecido y se frotó los ojos, descartando sus pensamientos para otro momento.
Jisung había hervido la tetera y la había vertido en una taza, sumergiendo la bolsita de té en el agua y preguntando "¿tomas leche?"
"Sí, por favor."
"¿Cuántas bolsitas de té?"
"Oh, sólo una gracias."
"¿Y azúcar?"
Minho arqueó una ceja ante las palabras de Jisung, que aparentemente eran una broma que solo el rubio entendía. Jisung agitó la mano mientras se reía en silencio para sí mismo, agregando el terrón de azúcar a la taza antes de sacar la leche del refrigerador y verterla junto con ella. "Entonces," comenzó el más joven, dejando la taza frente a Minho, "¿qué tienes en mente? Es decir, ¿si quieres hablar de eso?" El mayor tomó un sorbo de té, la bebida lo calmó casi instantáneamente y lo hizo sentir un poco más cómodo para hablar.
"Acabo de recibir una... Llamada telefónica preocupante en el trabajo."
"Oh, ¿un paciente? Heihyun me dijo que eras médico."
"No, no así. Es, es más que complicado".
Jisung asintió con aceptación, sin presionar a Minho para que explicara más. "¿Cómo pasaron los chicos su día?" Preguntó el moreno, queriendo alejar la conversación de su tarde.
"Realmente bien, creo", respondió Jisung, claramente sin darse el crédito suficiente. Por lo que Minho pudo decir que sus hijos que amaban absolutamente al adolescente rubio, desde el apodo hasta las reacciones de alegría a la mini actuación realizada cuando el mayor había regresado. Era evidente que Jisung realmente tenía un don con los niños, y Minho sintió que tenía que expresar eso de alguna manera.
"Puedo decir que ya te quieren tanto como yo." Las palabras no salieron exactamente como Minho había querido, y el cumplido había sonado más natural y menos espeluznante en su cabeza, pero afortunadamente Jisung no pareció encontrarlo en absoluto espeluznante. Las mejillas del rubio volvieron a sonrojarse como de costumbre, y presionó sus lentes contra el puente de su nariz.
"Awh, gracias, Minho. Yo también te quiero mucho." Jisung trató de empujar palabras similares a las de Minho más allá de sus labios para que sus 'emociones adolescentes' no interfirieran. No es que Minho lo hubiera dicho de una manera que pudiera haber provocado ciertos sentimientos dentro del joven de 17 años. ¿Por qué lo diría en serio de esa manera?
Los dos se encontraron envueltos en un fuerte contacto visual una vez más, sólo que esta vez se sintió menos incómodo y más intrigado. Preguntándose si hay algo más dentro del otro. Preguntándose sobre las traducciones de sus afectos internos. Preguntándose de qué manera deberían agradarse Jisung y Minho.
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