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—¿Donde estamos?— pregunto el pequeño mirando en todas las direcciones, el hombre junto a el sonrió contemplando cada cuadro detallando fascinado cada lienzo.
—Mira Taehyung— señalo la pintura —quiero que te fijes en los detalles, en las expresiones y en cada una de sus lineas— el pequeño manteniendo la mirada brillante hizo caso a su padre.
En el cuadro reposa una mujer, esta tiene los ojos de caídos y tristes, solo su mirada lograba trasmitir una pena profunda, su cuerpo esta maltratado y por las pequeñas gotas Tae asimila que son sus lágrimas, las líneas de cada razón son pronunciadas haciendo que la pintura sea más interesante, el pequeño Tae estaba fascinado —Es increíble— susurro.
—En el mundo Existen millones y millones de cuadros Tae— explicó el mayor abriendo sus grandes brazos para expresar lo que decía —Cada pintura refleja muchas cosas, todos tratan de buscar el significado, sabiendo que con solo una línea el cuadro se convierte en arte.
Tae estaba intrigado a más no poder, le encantaba la idea de tener esos cuadros, cada uno de ellos tiene un significado profundo y cada uno expresa cosas distintas, Pero ¿que era este lugar? ¿Porque nunca había visto el gran tesoro que guardaba?
El padre del niño siguió su camino y detalló cada una de las pinturas decidiéndose por la primera que vio junto a su hijo —Ven Tae es hora de comprar la pintura— sonrió con paternidad.
El pequeño asintió corriendo, tras ellos muchas personas suspiraban anhelando con poder comprar aquel cuadro -¿por que no pagamos lo que vale y ya?- pregunto extrañado al ver que ahora se encontraba en una sala con muchos asientos y otras pocas personas esperando.
—¿Sabes porque me gusta este tipo de lugares?— el menor negó haciendo reír a su padre —Gracias a estos lugares, podemos demostrar nuestro poder y cuanto realmente estamos dispuestos a dar por las pinturas— sonríe v
-Damas y caballeros la subasta dará inicio en unos minutos, Saquen sus chequeras, daremos inicio a la venta- anuncio una mujer pequeña y de gafas grandes.
Padre e hijo se acomodaron gustosos en las sillas, atrás de ellos dos escoltas y un asesor financiero —Iniciaremos la compra con Diez mil dolares— así Kim Taehyung aprendió la función de la subasta, cosa que le pareció un juego, uno muy divertido, excelente a su parecer.
Tras ellos se elevaban fichas, los números eran gritados por quien lleva la batuta de la subasta, la adrenalina corre cuando el cuadro por el cual han esperado, su padre inicia su función levantando la ficha una y otra vez, esta fascinado, escuchar las cifras elevadas le encanta —Tres millones a la una— Tae sabe que su padre obtendrá la victoria pues muchos niegan ante la cifra —Tres millones a las Dos, tres millones a las Tres... ¡Vendida!— sentencia aplaudiendo —el señor Kim se lleva el cuadro.
Muchos resoplidos se escuchan, Tae estaba chillando de alegría pidiendo ver el cuadro, como es de esperarse al llegar a casa, su padre coloca el cuadro en la parte más alta de la pared, para poder admirar la belleza de la dama y denotar su profunda tristeza.
—Es precioso— los ojitos de Tae brillan con solo ver el cuadro.
—Aprende Tae, se que cuando seas mayor tu deberás traerme cuadros aún más perfectos, cuadros que enseñen su verdadero ser— el pequeño asintió —Bien es hora de comer y luego a la camita.
Taehyung asintió riendo al ser cargado por su padre, después de ese día, taehyung no dejaba ir solo a su padre, siempre lo acompañaba y detallaba con precisión cada cuadro, si ninguno le parecía irrelevante permanecía callado, su padre no siendo tonto noto el gran talento de su hijo, el de verdad ama las pinturas tanto como el las ama y eso lo hace el hombre más feliz del universo.
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Kim Taehyung un muy exitoso empresario, con una fortuna sumamente grande, con tan solo 25 años de edad y un carácter de infarto, se ha convertido en el mayor criticó de cuadros, En el mundo de la pintura todos conocían su nombre, siempre codiciaban ser los elegidos para que el joven muchacho eligiera sus cuadros.
Para la mala fortuna de todos Taehyung no es de criterio fácil, sin duda cuando algo no le agrada habla abiertamente de lo que opina, eso lo ha hecho ganar enemigos cosa que no es muy buena pero el, siendo uno de los hombres más poderosos del mundo, ignora.
Taehyung hace todo por estar en las subastas que se encuentran a su alrededor, siempre con el ardiente deseo de poseer más de aquellos hermosos cuadros, siempre anhelando tener las más finas expresiones y las más realistas, cuando una pintura lo atraía no lo pensaba mucho tiempo, simplemente ofrecía una alta cantidad por el cuadro y lo compraba.
Nadie comprendía con exactitud porque la desesperación por conseguir un cuadro, aunque muchos trataran de conseguir información terminaban en la cárcel por acoso, muchos creen que el famoso empresario tiene un fetiche con las pinturas, otros murmura que tal vez posea una obsesión por estas, en su opinión todos estaban equivocados.
Taehyung actualmente reside en los Estados Unidos, siempre que encuentra la oportunidad de viajar encuentra lugares fabulosos donde hay cuadros llamativos, aunque las pinturas le parecen geniales, Tae no siente que sea suficiente, normalmente las pinturas que encuentra no lo satisfacen un cien por ciento.
Hoy, Kim Taehyung está viajando, debe ir a Corea del Sur debido a un importante negocio, su mejor amigo es quien está a la espera de este, en la mente del empresario solo estaba el deseo de encontrar una nueva obra de Arte.
—Valla el señor Kim esta más feo de lo que recordaba— en la salida del aeropuerto un hombre bajo, de piel pálida, cabellos negros y ojos color gris se encuentra sonriendo a espera de Kim Taehyung.
—Veo que no ha cambiado señor Min— acusó fingiendo enojo —¿Acaso el señor Park no le ha dado de su medicina?
Min Yoongi es su mejor amigo, un exitoso artista, el mejor compositor de todos los tiempos al mismo tiempo, un gran empresario, muy emprendedor —El señor Park me satisface siempre— Tae hizo una mueca para luego darle un cálido abrazo —Te extrañe— susurro YoonGi en-medio del abrazo
—También te extrañe gruñón— ambos amigos se separaron, sonrientes subieron al auto, minutos después se encontraban camino a casa —¿Cómo está mi madre?
YoonGi arrugó el entrecejo —No ha mejorado— dijo con tristeza —le afecto demasiado la partida de tu padre— Tae suspiro nostálgico —JiMin cuida bien de ella cuando nos visita, pero... es difícil cuando no se deja ayudar, suelen medicar su cuerpo constantemente.
—¿Has cuidado de mis pinturas?— Taehyung miraba con seriedad a su amigo.
YoonGi asintio sonriente —Todos los días un limpiador profesional las revisa.
—Lamento haberte dejado con tanta carga— Taehyung suspiro nostálgico —pero no podía seguir en este lugar.
—Tranquilo hermano— Tae le miro con una ceja alzada —Sin tu partida no abría conocido a mi esposo.
—Tienes razón.
—Ademas, Tu madre es muy dulce, siempre prepara cosas para JiMin y para mi, que decir cuando hay niños— YoonGi suelta un suspiro —Es un amor cada que la tenemos en casa a excepción de los días que parece hundirse en la depresión.
—¿Alguna subasta cerca?— pregunto cambiando de tema.
—No realmente, es difícil encontrar subastas en estos días, las personas se han concentrado solo en los negocios...— Yoongi sonrió picaron —¿Quieres que averigüe si hay subastas en estos días?
—Si hazlo por favor.
Después de risas y conversaciones respecto a negocios, el coche por fin se detuvo, estacionándose en la mansión Min, Taehyung soltó un suspiro pesado, en casa otra vez, después de que su padre falleció decidió irse de Corea, poco después vendió la mansión a su confiable amigo Min Yoongi, pidiéndole únicamente cuidar sus preciados cuadros, al tener un lazo de amistad tan grande Yoongi no dudó en aceptar, después de eso, Yoongi contrato a un joven muchacho para que lo ayudara con la mansión, gracias a el increíble ingenio de Park la casa quedó como nueva.
Al abrir la puerta pudo apreciar aquella pared donde colgó su primer cuadro, justo como lo recordaba, el lienzo no estaba desgastado y podía denotar la misma sensación al ver esa pintura, Melancolía, dolor, tristeza, pasado...
—Taehyung— la voz de su madre resonó en el pasillo haciéndolo sonreír.
Siempre extraño estar en sus brazos que no contuvo las lágrimas, simplemente lloro cual bebé recién nacido —Te extrañe— susurro melancólico.
—Ah— hablo Yoongi —Taetae esta melancólico— chillo burlón.
—No te rías de Taetae— de la Sala salió un chiquito, de cachetes regordetes y ojos marrones —Valla que guapo estas— lo elogio.
Tae se despegó de su madre y abrazo al esposo de su mejor amigo, después de esa calurosa bienvenida todos disfrutaron del banquete, su madre se quedaría solo dos días.
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Taehyung divaga solo por las calles de Seúl, después de su reunión de negocios fue a casa, melancólico recorrió los pasillos de la casa Min, los colores habían cambiado pero los recuerdos seguían siendo los mismos, no tenía ánimos de nada, con la tristeza plantada en su rostro decidió abandonar la casa para ir al centro, estaba al tope de pensamientos y tristeza, necesitaba liberar un poco de ese dolor, Yoongi, conociendo a Tete decidió darle espacio.
—¿Es usted el Señor Kim?— pregunto un señor canoso y de arrugas.
—Así es— firmo seco, levantando la mirada encontró que no estaba en el centro, Mierda, ¿Donde estoy? Se preguntó histérico.
El hombre frente a el sonrió —Sabe, usted es idéntico a su padre— Esa simple oración logro captar toda su atención —Hace años quiso buscar pinturas, era un criticó de primera— Taehyung asintió.
—¿Lo conocía?
—Por supuesto— afirmo el hombre con felicidad —Solía venir mucho, siempre buscaba tener algo nuevo— algo en la mirada del hombre no le agrado, se veía corrompida y perversa —debería venir— propuso el hombre caminando.
—¿Por que debería?— pregunto desconfiado.
—Tal vez encuentre algo de su agrado— debatiéndose mentalmente en ir o no ir término aceptado, esperando ser sorprendido.
Caminaron dos cuadras, el hombre permanecía en silencio y con sus manos en los bolsillos, cuando el sujeto se detuvo sonrió en grande al llegar al lugar, no era la gran cosa, el letrero solo decía "The auction" Tenía poca iluminación y las paredes parecían muy antiguas.
—¿Que es este lugar?— pregunto mirando sin gracia alguna las paredes maltratadas del lugar.
—Acompáñeme— pidió el sujeto, suspirando con enojo lo siguió, en la entrada habían dos mujeres, ambas sonreían dulcemente, entregando una pequeña boleta dejaron pasar al par, Taehyung se sorprendió enseguida, sus ojos se abrieron tanto que podían salir de órbita —Espero y sea tan bueno como su padre.
El pasillo estaba lleno de vitrinas grandes, todas transparentes y con una estructura perfecta, dentro de estas había un cuadro y un cuerpo, cada pintura era distinta al igual que cada personaje, Taehyung sentía repentinas mariposas, quería vomitar por la emoción de ver tan diversos cuadros, hasta que sus ojos se toparon con uno en particular, ignorando a todos los hombres y mujeres que hablaban sobre las pinturas se acercó a la vitrina.
Estaba fascinado, era una verdadera obra, podía jurar que veía el cielo y el infierno, la pintura retrataba eso, una hombre, de belleza absoluta, dividida en dos, mitad parecía quemarse y disfrutar de placer prohibido, el otro se veía angelical, temeroso, tierno... la pintura lo estaba enloqueciendo, era perfecto a su parecer, pero, todo lo que parecía perfecto, no era la pintura, sino el hombrecillo encadenado a esta, el chico de piel blanca y cuerpo delgado, que mantenía su mirada en el suelo.
—¿De que va todo esto?— hablo entre enojado y extrañado.
El sujeto canoso miro la figura, su sonrisa causó estragos en Taehyung —Joven Kim, déjeme le explico— hablo acercándose al vidrio —La pintura es lo que se ve, pero la verdadera compra son todos los chicos enlazados al cuadro— señalo a cada mujercita y hombrecito encadenado a la pintura —La subasta no vende cuadros, te vende el personaje, ya debería saberlo... Su padre amaba este lugar.
Taehyung se sintió desubicado, debía ser una broma, su padre, el no se metería en lugares vulgares, el respetaba a las personas y añoraba tener el poder a través de sus costosas pinturas... Su padre no...
—¿Cuanto vale?— Una parte de el gritaba, suplicaba tener esa pintura, dejaría sus dudas para después, ahora sólo necesitaba ese cuadro, necesitaba hacer suyo ese cuadro, a su parecer el cuadro era como droga, Taehyung necesitaba su medicina, en este caso, debía tener esa pintura.
—Oh, eso está más a la altura— hablo con satisfacción —El cuadro de Babel es el más codiciado aquí, la subasta será en tres días— explicó —Muchos quieren llevarse al muchacho por su cara bonita.
—Es un niño— hablo enojado.
—No señor Kim, es un chico de dieciocho años de edad— la sonrisa del hombre empezaba a causarle asco a Tae —Esta comprometido y solo le será fiel a su amo, Hasta la muerte— dictó más serio —Por eso es tan codiciado.
—Bien yo me lo llevaré, así que aparta un puesto para mi, asistiré en la subasta.
El canoso se inclinó —Será un honor tenerlo aquí señor Kim.
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