Capítulo 8: Orejas Rojas
Seokjin miraba la tarjeta de identidad que en unos pocos minutos Hoseok había creado para él y que lo acreditaba como: Kim Seokjin, nacido el 04 de diciembre de 1992, ciudadano de la República de Corea del Sur.
—¿Por qué tú tienes una de esas y yo no? —Taehyung estaba maravillado con todos "los juguetes" solarianos que le habían permitido tener a Hoseok. Ahora mismo miraba la maquina donde acababa de imprimir la identificación para Seokjin.
—En realidad fue mi madre quien me los dio. Ella, igual como era yo, es experta en tecnología de la información en Solaris y me dio todo esto...
Jungkook se mantenía en silencio. Según le había explicado Hoseok, había hackeado los sistemas gubernamentales de Corea para crear a un inexistente Kim Seokjin, tal como lo había hecho su madre para crearlo a él, cuando vino a la tierra y al parecer a Kim Taehyung, esto último sin saberlo hasta ahora.
—Entonces, no hay forma que lo descubran—preguntó examinando la tarjeta que Seokjin le había pasado.
—No. Los sistema de la tierra no son comparables con los de Solaris, son muy fáciles de hackear y dejé todo perfectamente enlazado. A los comerciantes solarianos también se les permite tener una identidad aquí. Aun cuando no pueden residir en forma permanente. Papá les pagará en Solaris, lo que ellos han depositado en mi cuenta, para cubrir los gastos de Seokjin. Por cierto...—Hoseok rebuscó en su billetera y sacó una tarjeta—con esto podrán comprar lo que él necesite mientras este aquí,
ropa, un celular, no lo sé... ¿deseas algo en especial? —Hoseok miró a Seokjin que continuaba tratando de entender todo.
—No sé exactamente que puedo necesitar. No pretendo salir demasiado, aun cuando el Consejo quiera que explore...tampoco quiero interferir demasiado en sus vidas. Sé que tienen ocupaciones y yo intentaré ayudar con los datos que el General Jung me envíe sobre la causa del sabotaje, quiero ir a ver la nave...
—Tú aun no estás del todo recuperado—intervino Taehyung—. Dijiste sentir un dolor en el pecho, ¿tal vez debería revisarte?
Seokjin no estaba seguro si Taehyung podría encontrar una causa a esa extrañas punzadas que había sentido en casa de JungKook. Comenzaba a sospechar que era el chico el que las causaba y no una dolencia física. Aun así, acepto la sugerencia de Tae.
Una vez que ambos se encerraron en el cuarto de Hobi y Jimin, éste último tomó a Jungkook y lo llevó afuera.
—¿Qué sucede hyung? —Jungkook conocía tan bien a sus vecinos. Ahora mismo podía ver el rostro preocupado de Jimin.
—Sólo quiero asegurarme que estás bien con todo esto, Jungkook. Te veo demasiado tranquilo. Recibiste una noticia que cambió tu vida y estás como si nada. Estás viviendo con un desconocido..., alguien que es muy diferente a nosotros... ¿no tienes nada que decirme al respecto?
Tal vez Jungkook también estaba sorprendido de su tranquilidad. Tal vez todavía estaba en un pequeño estado de shock. Si Hoseok se lo hubiera dicho antes, él estaría sobre él, haciendo miles de preguntas. Pero existía ahora otro factor: Seokjin. El astronauta ejercía una extraña influencia sobre él. Tenía curiosidad por Solaris, por su intervención en la
tierra y sobre el universo, pero quería hablarlo con él. Y de alguna manera no había enloquecido, salvo que Seokjin lo sacaba un poco de quicio con su arrogancia involuntaria.
—Estoy bien hyung. Todo ha pasado tan rápido que no he tenido tiempo para asimilar y pensar en todo. Supongo que la presencia de Seokjin cambia todo ¿no? Y no, no me molesta tenerlo en casa. Al contrario, es mi oportunidad de vivir una experiencia única. Él ha viajado por muchas galaxias, quiero saber muchas cosas...
—¿Me prometes que sólo será interés científico? Ese astronauta es muy guapo y yo no quiero que tú...él no es como Hoseok. Él no quiere estar aquí. Él es un solariano...
—¿Crees que me enamoraría de él? Es absolutamente irreal, hyung. Él es casi un robot, sin alma, sin sentimientos. Sabes que necesito alguien que me cuide y se preocupe por mí. Todo lo contrario, a Seokjin. Mi interés es científico. Nada más. Ni siquiera deberías preocuparte por eso.
Jimin no estaba tan seguro. Ya se había fijado como Jungkook miraba a Seokjin. Y no, no era con interés científico. Y sabía también, que su joven amigo se sentía solo. Llevaba demasiado tiempo absorto en sus estudios y en las estrellas y ahora había alguien por quien fácilmente podría sucumbir a un enamoramiento. Y era una idea terrible. Seokjin era todo lo contrario a lo que Jungkook deseaba en una pareja, pero, como el corazón nunca pedía permiso...
Estaba un poco molesto con Hobi, por haber permitido que Seokjin se fuera con Jungkook. Esperaba que nadie se arrepintiera.
Mientras tanto, en la habitación, Taehyung escaneaba el cuerpo del Capitán. Como siempre, éste estaba serio y hasta un poco tenso. El diseñador y exmédico, sabía que no confiaba en él y sus habilidades.
—Tu presión arterial está un poco más alta. Es absolutamente esperable. Te daré algo para eso. Lo demás, está en perfectas condiciones, incluyendo el golpe de tu cabeza.
—Tú, ¿estás seguro?, Solaris y la tierra no son tan diferentes ¿por qué entonces, siento una extraña opresión en el pecho?
Taehyung sonrió. Él tenía una premonición sobre el capitán, pero no sabía si debía verbalizarla o no. Yoongi le había dicho que no lo hiciera.
—Creo que tengo una explicación. Pero no sé si vas a entenderla. Aun así, quiero decirlo. Mi madre no es solariana. Ella es de un planeta llamado Gliese, supongo que lo conoces.
Seokjin asintió. Nunca lo había visitado, pero estaba en su misma galaxia. Había sufrido una guerra civil y muchos de sus habitantes habían huido a planetas cercanos.
—Las mujeres de Gliese se caracterizan por su fuerte intuición—Seokjin miró a Tae. El no creía que existiera tal cosa. Pero no dijo nada—. Yo heredé esa característica y desde que llegué a la tierra, ésta...se acentuó.
Seokjin se levantó de la cama donde Tae lo había recostado. El médico estaba serio.
—No lo entiendo...
—Tengo premoniciones Seokjin. Me ha pasado muchas veces con mi trabajo, con Yoongi. Antes de tu accidente sabía que algo pasaría
relacionado con Solaris. Y así fue...y ahora...también he tenido una premonición relacionada contigo y con Jung...
—Por favor, no sigas. No hay base científica para lo que dices. Respeto a tu madre y tu creencia, pero yo no...
—Lo sé. No crees. Tal vez Yoongi tiene razón y no debería decir nada..., pero esa opresión que sientes...se llaman emociones... y tú las sientes por Jungkook. Llámalo curiosidad o lo que sea, pero ese terrano impactó más en tu vida que cualquiera de lo que has conocido en estas pocas horas...podrás negármelo o negártelo, pero yo lo sé...porque tú y él...
—Suficiente. Si terminamos la revisión, debemos volver allá. No quiero seguir incomodando a Hoseok y Jimin. Debo irme. El General Jung dijo que llamaría. Debo estar en casa de Jungkook—. Al decir su nombre un sonrojo lo inundó.
Taehyung comprendió que era momento de callar. Guardó sus instrumentos y salió del cuarto.
—Él está bien. Su presión está un poco alta, pero ya la regulé. Todavía creo que debemos quedarnos unos días..., pero no creo que haya nuevas consecuencias de su golpe.
Jungkook vio entrar a Seokjin que venía serio. Mucho más serio, si es que era posible de lo que había estado hasta ahora.
—Jungkook ¿Te molesta si voy a tu casa ahora? Quiero hablar con el General Jung, no sé si es una hora prudente. Ni siquiera sé la hora de la tierra.
Hoseok pudo notar la tensión entre Tae y Seokjin y el apuro por irse del solariano se lo confirmó.
—Tenemos horas similares. Puedes llamarlo ahora...puedes ocupar mi equi...
—Prefiero hacerlo desde la casa de Jungkook...quiero probar si mi equipo funciona.
Jungkook se levantó del sofá y se acercó a Seokjin. Evitando que los demás escucharan, habló en voz baja.
—Oye, ¿por qué te pusiste nervioso de pronto, pasó algo?
—Sólo quiero salir de aquí. —JungKook se sorprendió por la honestidad con la que habló. También había contestado en voz baja. Definitivamente algo lo había incomodado en ese cuarto. Y no sabía si Seokjin se lo diría, pero ahora había confiado en él y eso lo conmovió un poco.
—Bien, nos vamos. Acompañaré a Seokjin y luego lo llevaré al centro comercial de aquí cerca para comprar algo de ropa y un celular.
Todos asintieron y vieron como la pareja salía de la casa.
Apenas cerraron la puerta, Yoongi miró con el ceño fruncido a su novio y le murmuró —Se lo dijiste—y esté se limitó a levantar los hombros.
Jungkook dejó que Seokjin fuera a su habitación. Por primera vez pudo notar que la fría y perfecta apariencia del solariano se había alterado.
¿Qué había ocurrido ahí dentro? Sabía que Tae era peculiar... ¿le había hecho algún comentario fuera de lugar?, ¿debería preguntar?, sin embargo, optó por dejarlo solo. Seguramente estaría hablando con el padre de Hoseok, ansioso por tener noticias que le permitieran salir de la tierra. Al menos eso pensaba Jungkook.
Mientras esperaba, llamó a su padre a quien por supuesto no le pudo decir nada. Le dolía. El mayor descubrimiento de su vida y no podía
compartirlo con la persona que sabía lo entendería de verdad. Ya hablaría con Hoseok. Quería contárselo a su padre, cuando lo visitara dentro de un mes más, con Bam. Había optado por no viajar a Busan y había sido una gran decisión.
Seokjin mientras tanto, estaba en la habitación. Antes de comunicarse con el General Jung, quería calmarse. Ese doctor desertor lo había alterado. No había querido escuchar aquello de sus premoniciones. Era absurdo. Nadie podía ver el futuro, si fuera así, todo sería más fácil. Sin embargo, lo tenía pensando. Tal vez había querido decirle que él y Jungkook no se llevarían bien. Ellos todavía no encontraban una forma calmada de relacionarse, principalmente porque él no conocía de emociones y JungKook era un manojo de ellas. Gran choque pensó.
Esperaba que en algún momento pudieran encontrar el equilibrio. Realmente estaba agradecido del joven terrano, por acogerlo en su casa, y no acosarlo demasiado. A pesar de sus arrebatos, era agradable y había sido honesto al decirle que esperaba que fueran amigos. Seokjin tenía amigos. Un par de astronautas, pero todo era tan diferente en Solaris. No se reunían a comer como lo habían hecho ahora con Hoseok y los otros. Simplemente se encontraban, charlaban de los intereses mutuos, de la economía, del clima. Tampoco es que él fuera tan sociable. En general, la sociedad solariana no lo era. Cada individuo se desarrollaba por sí mismo, sin tener mucho relación unos con otros. Pero Jungkook había hablado de sentimientos, de "quererse" y pasar tiempo juntos. Bueno eso sería inevitable. Y estaba seguro que podía llegar a estimarlo. Ya lo hacía. Le llamaba la atención su dualidad. A veces parecía un niño pequeño y luego todo una adulto a punto de convertirse en astrónomo.
Cuando apareció el rostro del General Jung en pantalla, ya estaba más calmado. Había despejado su mente de absurdos pensamientos y se había concentrado en las cosas importantes.
Media hora más tarde, no pudo ocultar su abatimiento a Jungkook que estaba sentado mirando televisión.
—¿No fueron buenas noticias? —Jungkook apagó el televisor, poniendo su atención en Seokjin, quien no lucía bien— Apenas te conozco de hace unas horas, pero tu rostro ha estado imperturbable desde que despertaste, pero ahora, tiene la misma cara que cuando saliste del cuarto de Hoseok y Jimin. ¿Quieres contarme?
Seokjin miró a Jungkook. No estaba seguro de lo que Taehyung había querido decir antes. O tal vez sí, pero lo consideraba absurdo. Sin embargo, podría compartir lo que el General Jung le había dicho pues de igual manera afectaba a Jungkook.
—En realidad, ellos aún no saben qué pasó. Los ingenieros han escaneados las naves y encontraron las fallas, pero no saben el origen. Es probable que haya sido detonado remotamente algún virus para hacer fallar los sistemas. Están investigando eso. Tampoco los servicios de inteligencia han localizado a los rebeldes que lo hicieron—Seokjin dio un suspiro y miró a Jungkook—El General Jung, piensa que no antes de un mes podrán rescatarme.
—Lo siento—dijo Jungkook—Sé cuán incómodo estás aquí. La tierra no es tu planeta favorito y viniste a caer con nosotros. Yo también me sentí así, cuando vine de Busan. Daejeon no era mi hogar y todo lo que quería era volver. Y estaba en el mismo país. Tú estás en otro planeta completamente diferente, con muchos defectos y atrasado respecto al tuyo. Lamento sinceramente escuchar esas noticias.
Seokjin miró el rostro del joven terrano. Estaba serio, su voz tenía un tono apagado, sus ojos no brillaban. Tal vez no lograba sentirlo, pero intelectualmente sabía que Jungkook estaba triste, por él, no por sí mismo. "Empatía". Conocía perfectamente esa palabra, aun cuando no lograba entenderla del todo. Pero ahora mismo la estaba experimentando hacia él y no pudo evitar la sensación de bienestar que eso le trajo.
—La tierra no es solaris, pero sé que haber caído aquí, me salvó la vida. Si no hubiera estado cerca, podría haberme estrellado en un planeta hostil. Simplemente no quiero interferir en tu vida o la de los demás...eso me preocupa. Sé que tarde o temprano encontrarán una solución y me iré de aquí, pero ahora mismo soy un invasor a tu vida y eso sí me incomoda. Los solarianos son reacios al contacto social y yo lo soy aún más—Seokjin no estaba seguro si debió haber dicho esto último, pero necesitaba ser lo más abierto posible con Jungkook, si iban a convivir por tanto tiempo—Toda mi vida me la he pasado estudiando en lo que ustedes podrían llamar internados y luego mi vida adulta ha sido a bordo de una nave, viajando...
—Bueno, debo decir que eso ultimo me provoca mucha envidia—Seokjin no pudo contener una pequeña sonrisa al ver la de Jungkook—mira...ya estás sonriendo...casi eres un terrano.
—Los solarianos no sonreímos mucho, pero eso no quiere decir que no disfruten la vida. Y otra vez, no quiero que te sientas obligado a modificar tus hábitos por mí.
—Oye, te das cuenta que desde los tres años he tenido los ojos en el cielo, soñando con recorrer el espacio, descubrir planetas, universos, y ahora tengo en mi casa y en la casa de al lado a un extraterrestre de un planeta que ni siquiera sabía que existía...con el que puedo hablar y aprender...
—Entonces, no te importa, que me quede tanto tiempo.
—No Seokjin, no me molesta. Si a ti no te importa que te interrogue sobre todos esos lugares que conoces. Prometo no decírselo a nadie.
Seokjin procesó toda la conversación. Los humanos de la tierra eran tan abiertos, éste en particular, era acogedor y amable...
—Hagamos un pacto. Yo te enseñaré de los lugares que he recorrido. Incluso puedo mostrarte algunas cosas que están guardadas en la memoria de Wootteo y en mi equipo. A cambio, tú me enseñarás acerca de los terranos y la vida aquí. Me enseñarás a parecer más un terrano y menos un solariano... ¿está bien para ti?
Jungkook estaba emocionado. Al fin Seokjin se veía más relajado y aunque había notado que no se había referido a lo que había pasado con Taehyung, lo respetó. Ahora mismo, estaba frente a Seokjin que lo miraba serio, pero con un brillo bonito en sus ojos...
—De acuerdo. Puedo hacerlo y ahora mismo iremos al centro comercial y compraremos algunas cosa y tú podrás observar un poco como es la vida cotidiana en la tierra. O a lo menos en una pequeña parte de Corea. Además, estoy de vacaciones e iba a quedarme en casa de todas formas. Creo que no alcanzas a entender lo que significa para mí descubrir todo esto...
—Para mí también es significativo y lo entiendo. No alcanzo a experimentar esa emoción que sientes.., pero para mí también es importante conocer otro planeta y sus habitantes. Siempre voy a planetas deshabitados...
—Entonces es tiempo que empieces a hablar con personas Seokjin..., vamos a ese centro comercial. Te haré comer un helado de chocolate y menta...
—Conozco esos sabores y es extraño mezclarlos..., pero sí tú lo dices, supongo que lo haré.
Jungkook sonrió y lo hizo salir. Miró a Wootteo que parecía estar apagado—¿debemos desconectarlo o algo? —preguntó preocupado.
—No. Él está en modo de descanso. Debe estar aburrido, en casa se preocupa de todo los detalles.
—Pensé que solo te acompañaba en los viajes...
—No...Wootteo es diferente. Yo lo armé cuando tenía diez años..., desde entonces lo he ido perfeccionando. Es mío..., no es sólo una I.A. de viaje...
—Wow! Así que además de guapo, eres un chico muy inteligente, Seokjin.
Seokjin ante las palabras de Jungkook sintió como se sonrojaba y como sus orejas se calentaban. Una reacción biológica que nunca había experimentado.
—¡Tus orejas están rojas! Lo siento no quise avergonzarte. Vamos a ese centro comercial a comprarte ropa terrana.
Seokjin volvió a sonreír. Llevaba unas pocas horas en la tierra y había sonreido más que en toda su vida. ¿Sería que los humanos terranos provocaban eso? ¿O era este humano en particular?
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