Capítulo 29: Un Nuevo Universo
"Y dijeron que no podemos estar juntos
Porque, porque venimos de diferentes lados...
Tú, tú eres mi universo
Y yo solo quiero ponerte en el primer lugar
Y tú, tú eres mi universo
Y haces que mi mundo se ilumine por dentro"
My Universe, Coldplay&BTS
Jungkook había crecido mirando el cielo. Cuando era pequeño su padre le decía que probablemente su madre lo miraba desde allá arriba. Desde alguna de aquellas pequeñas lucecitas, llamadas estrellas. Y el pequeño niño buscaba entre todas esas lucecitas el rostro cada vez más borroso de su madre. Con el paso de los años y en la medida que estudiaba el maravilloso mundo del espacio, comprendió que las estrellas eran unos gigantescos emisores de gas que irradian luz y calor. Definitivamente su madre no lo miraba desde una. Aun así, aprendió a apreciar su simpleza y belleza. También, el rostro de su madre se fue diluyendo. Él amaba su recuerdo, naturalmente. Pero la persona que fue constante en su vida siempre había sido su padre. El hombre que le había mostrado que Busan apenas era una milésima parte de la milésima parte de todo el universo.
Ahora tendido bajo el cielo nocturno, envuelto en un saco de dormir y algunas frazadas, abrazado a su prometido, un hombre que había venido precisamente de una de aquellas lucecitas, le parecía poder ver el rostro de su madre. Verla sonreír. Y eso trajo paz a su corazón.
Para Seokjin, también el cielo nocturno parecía diferente. Desde que como el Capitán Jinseo, ahora convertido en Capitán Seokjin, había aterrizado en aquel terreno, el universo era algo totalmente diferente para él. Las estrellas, supernovas, planetas, agujeros negros, viajar en velocidades ilimitadas...todo era pequeño y menos hermoso que el amor que sentía por el hombre que estaba a su lado, con la nariz roja por el frío. Porque Jungkook se había convertido en su universo. Uno muy personal, uno que combinaba nuevas formas y palabras: hogar, familia, abrazos, besos, sexo, mucho y delicioso sexo...Jungkook era calor y era confort. Todo lo que nunca había sabido que alguna vez anhelaría con tanta necesidad.
Seokjin todavía se sorprendía por el amor que desbordaba su corazón o alma o lo que fuera la fuente de este sentimiento tan profundo. Todavía era torpe para demostrar afecto, para decir palabras bonitas, pero él estaba aprendiendo y con Jungkook no era tan difícil, porque su prometido tenía esa mirada preciosa y brillante y esa sonrisa cuando arrugaba sus ojos y mostraba sus dientes y él quería decirle tantas cosas...tantas emociones que se arremolinaban en su cerebro y que su boca no alcanzaba a pronunciarlas.
—Te amo—. Tan simple y profundo y tan verdadero, pensaba Seokjin cuando las pronunció. Ahí al oído de su terrano, que no había dejado de mirar el cielo.
Jungkook volvió su cabeza hacia el solariano y sonrió. Todavía parecía un sueño escucharlas. Todavía parecía irreal tenerlo a su lado. Poder tocarlo, aferrarse a su cuerpo caliente y protector.
—Yo también te amo, mucho.
—Siento no poder demostrarlo adecuadamente—. Jungkook sonrió ante las palabras de Seokjin. Porque entendía que probablemente le era difícil todavía comprender que no necesitaba tantos abrazos o caricias. Que el amor de Seokjin estaba en la forma como lo había arropado antes de salir de la tienda, porque era fines de febrero y todavía hacía frío. En la forma como estos tres días que llevaba en la Tierra de vuelta, había intentado cocinar y preparar bibimbap porque a Jungkook le encantaba. En la forma como cada noche se sentaba en el sofá a su lado y lo abrazaba y ponía gomitas en forma de oso en su boca, aun cuando el astronauta estaba obsesionado con ellas y no las compartía con nadie. El amor de Seokjin era todavía más evidente en cómo ahí en el sofá veía una y otra vez esas tontas películas de la Guerra de las Galaxias con todas sus inexactitudes y la ridiculez de un gran malvado estelar que destruía planetas. "Sabes que la Confederación y Spheres y otras galaxias jamás lo permitirían..." Sí, el amor de Seokjin se desbordaba ante los ojos de Jungkook, y el tonto de su prometido, sentía que no se lo demostraba lo suficiente.
—Seokjin..., sabes que no es así. ¿Sabías que existen muchos lenguajes del amor? No necesitas expresarlo en palabras en todo momento. Tampoco debes preocuparte porque aún te cueste tocarme o acariciar. Incluso aquí en la Tierra, todos tenemos distintas formas de expresar el amor. Sé que soy vocal y que te lo digo mucho..., pero tú, en muchas otras cosas me demuestras tu amor. En tu preocupación, en los detalles. Son las pequeñas cosas las que importan. Siempre. Hiciste que todo un planeta cambiara sus forma de hacer las cosas, sólo para poder estar conmigo... ¿no es una gran forma de demostrar tu amor?
Las orejas de Seokjin se pusieron rojas y no por el frío. Volvió a mirar el cielo. Su Jungkook era tan listo y empático. Era verdad, él había hecho una pequeña revolución en Solaris, todo en nombre del amor que sentía por el terrano. Pero Hobi y Tae también habían contribuido por el amor que tenían por Jimin y Yoongi. Pero todavía seguía estando seguro de que todo había valido la pena. Porque de alguna manera las fuerzas del universo se habían confabulado, para permitir que el Consejo diera su brazo a torcer y ahora estaba frente a los bonitos ojos de JungKook, que contenían todas las estrellas y constelaciones. Ese era su nuevo universo. Uno que estaban construyendo juntos. A partir de la unión de dos seres humanos de planetas diferentes, en las que en realidad no importaba más su origen, sino lo que sentían el uno por el otro.
—Una vez dijiste que te gustaría tener hijos. ¿Te gustaría que pudiéramos hacer un par de niños? —Seokjin pensó en cómo eso sería el nacimiento de una nueva raza entre terranos y solarianos. El Comienzo de un nuevo universo. De una nueva especie. Pero no estaba seguro de si su Jungkookie que era tan joven querría tenerlos. Tampoco él tenía prisa. Había tanto por mostrar y disfrutar juntos.
Jungkook no pudo evitar sonreír. "hacer un par de hijos" eso sonaba gracioso y un poco frío...sabía que ellos no podían "hacer" los hijo como en la Tierra, pero poder mezclar sus ADN y tener un hijo de ambos era mucho más que un sueño.
—¿También podemos tener hijos? —Era la primera vez que Seokjin tocaba el tema. Estos tres días habían pasado más en la cama, que hablando las "cosas importantes", pero tal vez en este oasis y con el cielo de compañía era el momento. Jungkook había olvidado como se hacían los bebés en Solaris y ahora al recordarlo se daba cuenta que la posibilidad era real.
—Soy Solariano y tú también lo serás cuando firmemos el acuerdo de compatibilidad. Podemos tener un hijo o los que queramos. No sé si eso será muy complicado en la Tierra..., tampoco sé si tu realmente...
—Yo si quiero. Claro que es algo que quiero. Un par de niños sería genial..., especialmente si pueden ser de ambos... ¡es increíble que eso pueda ser verdad! Pero, tal vez más adelante ¿no crees? ¡Debemos resolver tantas cosas aún! ¿Ellos serían diferentes? Si un médico en la Tierra...
—Sí..., no lo sé..., los Solarianos tenemos un cerebro más grande y nuestra capacidad física es el doble de mejor que la de un terrano..., no sé cómo serían nuestros hijos..., pero siempre podemos resolverlo con Taehyung...o tal vez podríamos pedir a un médico de niños de Solaris que vinera a verlos...a simple vista y un examen superficial...serían niños terranos.
—Está bien. Me emociona tener bebés contigo..., pero eso de que estén fuera de un vientre..., ¿no quiero que ellos sientan solos...tal vez ¿podríamos quedaron en Solaris cuando los queramos tener?
—Conseguiré un lugar más grande para nosotros..., eso es muy fácil en Rowen o donde tú quieras. El dinero no será problema ni en Solaris ni aquí en la Tierra. Los comerciantes solarianos que van y vienen, tienen un sofisticado sistema para convertir dinero solariano en terrano..., mis ingresos como astronauta son altos...aun cuando aquí en la Tierra no serán mucho...viviremos bien...quiero asegurarte eso...nada te va a faltar.
Jungkook comenzó a sonreír. Ahora sí que Seokjin parecía de esos novios del siglo diecinueve, que le aseguraba a su prometida un futuro tranquilo y sin sobresaltos.
—Yo también voy a trabajar Seokjin. Al principio no ganaré mucho, pero en la medida que avance en mi carrera, también tendré buenos ingresos..., no necesitas preocuparte tanto por eso...
—Sólo quiero cuidarte. Lo siento si eso sonó demasiado primitivo. Desde que te vi por primera vez, me he sentido así contigo...como si tuviera que protegerte y cuidarte. Un instinto muy primitivo nació en mí...es tonto...lo siento...
—Me encanta que seas así de protector, pero esto debe ser en ambos sentidos. Yo también cuidaré de ti, de nosotros, de nuestros hijos cuando lleguen...
Seokjin se acercó al telescopio y apuntó hacia la galaxia más lejana que se podía ver. En unos días estarían sobrepasándola largamente y estaba ansioso por mostrárselo a Jungkook. Llevarlo a través del universo. Y sabía que en esa travesía podría haber peligros para un inexperto terrano, pero él haría todo para que su Jungkook estuviera a salvo y sólo disfrutara cada viaje al espacio.
—Sé que puedes cuidarnos a ambos Jungkookie. Confío en ti también. Me cuidaste todo el tiempo que estuve aquí en la Tierra, cuando apenas podía entender el mundo que me rodeaba. Sin ti, hubiera cometido algún error o hubiese enloquecido. Sé que el amor es confianza y apoyarse el uno en el otro. Como un equipo. Y eso seremos. Aquí, en Solaris, en el espacio...
—¿De verdad podré ser un trainee de Astronauta? Esa es la parte que más me emociona...
—Pensé que lo que más te emocionaba era convertirte en mi compatible—. Seokjin lo miró seriamente y por un momento Jungkook pensó que había herido a Seokjin. Pero cuando éste no pudo conservar esa seriedad y comenzó a reír. Se relajó.
—No seas tonto. Eso ni siquiera cuenta. Es lo más emocionante que me ha pasado en la vida. Conocerte y tenerte y que seas mi marido. Porque eso serás. Mi marido. No importa como lo llamen en Solaris.
—Recuerdas la vez que vinimos aquí y estábamos en la tienda y tú me dijiste...Voy a besarte...y yo ni siquiera alcance a respirar y ya te tenía sobre mis labios...
—Lo recuerdo siempre Seokjin—Jungkook no podría haber olvidado aquel momento que luego los llevó a tocarse y correrse juntos...
—Entonces, es mi turno de devolverlo...voy a besarte Jeon Jungkook...
Y así antes de que Jungkook pudiera siquiera contestar, Seokjin juntó sus labios. Cerró sus ojos y tomó el rostro de Kook. Sus labios moviéndose a un ritmo tranquilo. Disfrutando realmente el sabor de sus bocas. Robándose el aliento mutuamente, pero con la paz de saber que tenían tiempo...todo el tiempo que quisieran. Que ya no había temor de no verse, de separarse. Seokjin hundió su lengua en la boca de JungKook que sin dudarlo le dio la bienvenida. Ambos enredados en jadeos y ruidos de satisfacción. Un beso prolongado, profundo, con los ojos cerrados, dejándose llevar por el puro placer de tocarse, de sentirse.
Seokjin dejó a Jungkook respirar, pero no soltó su cuello, mordisqueándolo y tocando con la punta de su lengua el lóbulo de la oreja donde colgaban los piercing que tanto le gustaban de su prometido.
—Estás helado. Creo que es hora de volver a casa. Te prometo que, en unos días, verás estas estrellas mucho más de cerca.
—Ni siquiera puedo imaginar ese momento. Papá apenas si duerme pensando en ese viaje. Aunque me pone muy nervioso conocer a tus padres. Sé que ellos no expresarán ninguna emoción al verme, pero me pregunto si estarán de acuerdo con que su famoso hijo, esté con alguien inferior.
Seokjin lo miró con la frente arrugada. No le gustaba que Jungkook pensara así. Tal vez él tenía un poco de culpa, pues al llegar a la Tierra, no podía negar que había mirado a los terranos y al propio Kook como una raza inferior. Sentía un poco de vergüenza por eso.
—Mis padres están muy abiertos a conocerte. Y créeme que los incomodé bastante antes de volver aquí. Los abracé e incluso besé a mi madre, quien al principio obviamente reclamó por los gérmenes. Pero créeme que se han ido acostumbrando. Ambos dijeron que no se harían una reprogramación hasta que yo volviera contigo. Quieren conocerte, tienen curiosidad, tanta como tu tenías por conocerme a mí. Los terranos son extraños para los Solarianos, por la forma como expresan sus emociones, pero ahora todos están más abiertos a aceptar eso...tal vez deberías preocuparte un poco más, por los medios...
Jungkook abrió sus ojos. ¿Cómo que medios? ¿En Solaris también existían los periodistas que te ponían un micrófono en la boca?
—¿Hay paparazis? ¿somos algo así, como unas celebridades?
Seokjin recorrió su base de datos para entender lo que eran los paparazis. Y sonrió.
—En realidad no. No estarán ahí. No al menos físicamente. Llegaremos a un recinto que en términos terrano es militar. Pero seguro que tienen cámaras e I.A. apostadas en mi edificio y en el recorrido que haremos. Querrán conocerte. Además, debo llevarte al Consejo y esas formalidades...
—¡El consejo! —Jungkook puso una mano en su pecho—Seokjin, ¿cuándo terminarás de matarme con tus sorpresas?¡ No habías hablado del Consejo!
—Lo siento, sólo ayer, Dransel me dijo que debía llevarte...ellos quieren hablar contigo. Asegurarse que no comprometerás el secreto de ...ya sabes, que somos extraterrestres.
—Jamás te pondría en peligro. A ninguno de nosotros. Es ridículo...
—Lo sé, pero es un pequeño precio por todo lo que nos están dando. ¿Lo harías por mí? ¿por nosotros?
—Claro cariño..., sólo me ponen nervioso pararme frente a seres extraterrestres más poderosos que yo...
—No te harán daño...sólo quieren conocerte.
Jungkook sentía que su corazón saldría de su pecho. Cada vez que hablaban acerca de su visita a Solaris, Seokjin agregaba nuevos detalles que no había mencionado y eso lo llenaba de ansiedad. Por supuesto que él quería causar una buena impresión. No sólo como la pareja del famoso Capitán, sino como un digno representante del planeta Tierra.
Seokjin dejó un beso en sus labios y miró por última vez el cielo. Estaba helando más y no quería que su precioso hombre se fuera a resfriar, así que comenzó a recoger las cosas para volver a casa.
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Al cabo de una semana desde que Seokjin había vuelto, la casa de Jungkook estaba completamente alborotada. Tres maletas y algunas cajas ocupaban casi todo el espacio de la sala, el comedor y la cocina. Incluso el sofá estaba ocupado, por lo que Mingyu no estaba seguro de donde poder desmayarse.
—¡Son unos jodidos extraterrestres! —El rostro pálido del mejor amigo de Jungkook se había contraído en una mueca de asombro y de terror—¡podrían matarnos! ¿Disparan rayos por los ojos? ¿O tienen espadas laser? ¿es su cuerpo real o son reptiles disfrazado de humanos?
—Mingyu..., escucha, olvida lo que has visto en televisión y cine—Jungkook tomó lo hombros del chico que parecía en shock hasta sentarlo en un pedazo desocupado de alfombra—. Ellos en primer lugar son seres humanos igual que nosotros. No son reptiles ni humanoides. ¿está bien? Los Solarianos además son un pueblo pacífico. Conoces a Hobi hyung desde hace cuatro años...no te harán daño.
Seokjin observaba de brazos cruzados a Mingyu que lo miraba con los ojos desorbitados. Y ya comenzaba a arrepentirse de haberse dejado convencer por Jungkook de contarle a otro terrano la verdad. Pero es que su prometido había sido muy persuasivo, mientras se lo pedía en medio de pucheros y besos en su cuello. "Quiero que esté en mi cosa...es como un hermano para mí..."
La "cosa" por supuesto, era la firma de los documentos de compatibilidad y la ceremonia que Chris se había comprometido a realizar, para sellar la unión de un terrícola y un Solariano.
Habían tenido que mostrarles imágenes de Solaris, algunos aparatos tecnológicos, para convencer a Mingyu, que al principio creyó que era una muy buena broma elaborada por su amigo. Pero al ver la seriedad en todos, pronto comprendió que Jungkook hablaba en serio y comenzaba a entender por qué su amigo se había puesto tan triste tras la partida de Seokjin. ¡Era un extraterrestre!
—¡Un Jodido extraterrestre!
—Preferiría que no usaras esas palabras—comentó Seokjin comenzando a sentirse incomodo.
—Lo siento, no quise ser grosero mmm...señor extraterrestre-nim...—Jungkook no pudo contener la risa.
—Mingyu, sólo es hyung. Seokjin-hyung. Y si te dijimos esto, no puedes decírselo a nadie. Ni a tus padres. Entiendes que si las autoridades tuvieran alguna sospecha...
—Lo entiendo, lo entiendo Kook. Es que de verdad estoy impresionado. Pero por supuesto que no se lo diré a nadie...ahora...¿me estabas diciendo que me llevarás a otro planeta porque te vas a casar? Jungkook ¡no puedes simplemente decirlo, así como así!
—Lo siento. Pero es así. Quiero que estés ahí. Hobi hyung te avisará cuando sea el momento...
—¿Me van a abducir?
—Algo así..., pero no será contra tu voluntad...a menos que no quieras ir...
—¡Estás loco! Es la mayor aventura de mi vida. Claro que iré. además, ¡es tu boda!
Jungkook se relajó. Había tenido miedo de que su mejor amigo huyera en cuanto le contara toda la verdad, pero había subestimado el entusiasmo de Mingyu frente a la noticia. Ahora ya tenía todo listo para irse por un par de meses a Solaris.
Y eso sucedió tres días después...prácticamente no había dormido por la emoción que le producía...todo.
Seokjin había tratado de calmarlo, pero se había dado por vencido. Era lógico que estuviera emocionado por algo que era casi irreal.
El General Jung le había comunicado que todo estaba listo y que un astronauta con tanta experiencia como Seokjin llevaría su nave espacial a la Tierra.
Jungkook estaba vestido con un traje que Seokjin le había traído de Solaris. Era muy parecido al uniforme que él llevaba cuando vino a la Tierra por primera vez. Todo de algodón y que se ajustaba perfectamente a todas y cada una de las curvas y músculos de Jungkook. El Solariano hubiera querido tener un par de minutos más para recorrer ese cuerpo..., pero debía ser todo muy sincronizado, para que estuvieran a tiempo en el punto de contacto. Eran cerca de las tres de la mañana y Jimin y Hoseok los esperaban para llevarlos al terreno donde la nave los recogería. Ellos se quedarían a cuidar la casa y recibirían al padre de Jungkook cuando éste viniera de Busan. Subieron todas los bultos al auto y esperaron a la pareja.
Antes de salir, Seokjin se llevó a JungKook al dormitorio. Sabía que su novio estaba emocionado y nervioso y quería de alguna manera tranquilizarlo. Tomó sus manos y buscó su mirada.
—Jungkook mírame—éste no dejaba de moverse y morder su labio—. Sé que esto es una gran aventura para ti y que estás nervioso por cómo te van a recibir. No te asustes por el trato que allá recibas. Los Solarianos son fríos y te aseguro que, aunque no lo demuestren, están tan nerviosos y preocupado como tú. Es sólo que ellos pueden esconderlo de buena manera. Pero no significa que no le estén sintiendo. ¿está bien? Pero te aseguro que, dentro de todo, son buenas personas...
—Sólo no te alejes de mí ¿sí? Estoy emocionado es verdad y a la vez un poco asustado, pero sí tú estás a mi lado, nada más importará...
—Te amo y te prometo que estáre todo el tiempo contigo—Seokjin tomó el rostro de Jungkook y le dio un largo y apasionado beso. —Ahora vamos a hacer realidad tu sueño.
Jungkook se aferró a la mano de Seokjin. Subieron al auto de Hobi, que también lucía nervioso y que condujo hasta el terreno. Hacía frío y Jungkook a la distancia pudo ver una pequeña luz en el cielo. Cuando Hoseok paró el auto, todos se bajaron y pudieron ver como esa pequeña luz crecía. Y tomaba una forma ovalada.
Entre todos bajaron los bultos y se posaron cerca del punto de encuentro.
—Todo va a estar bien. Llevaré a tu padre hasta allá y nos veremos en unos días. Sólo disfruta y sé feliz—Hobi lo abrazó con fuerza mientras le suplicaba con la mirada a Seokjin que cuidara de su querido hermano menor. Seokjin sonrió y se despidió de él, mientras Jimin abrazaba a Jungkook.
Luego, ambos se tomaron de la mano. De pronto una luz bajó desde la nave. El corazón de Jungkook se aceleró.
—¿Estás listo? —preguntó Seokjin.
—Estoy listo—contestó Jungkook.
Ambos caminaron unos pasos hacia la luz y pronto una fuerza increíble los arrancó de la tierra. Jungkook cerró sus ojos y apenas tuvo tiempo para darse cuenta de que habían sido subido a la nave espacial de Seokjin. Un astronauta lo recibió, lo saludó y se retiró.
—Saludos Capitán Jin...Capitán Seokjin, la nave es toda suya.
Seokjin besó a su novio, quien no pudo evitar ponerse colorado, frente al otro astronauta que se sorprendió por la muestra de afecto.
—Ven Ggukie. Siéntate a mi lado. Y disfruta del espacio...
Jungkook miró por los ventanales gigante de la nave. Todavía estaban en la atmósfera terrestre. Era como estar en un avión. Pero pronto en casi un abrir y cerrar de ojos, la nave comenzó a subir y subir y subir. Jungkook miró y allá a lo lejos...quedaba atrás la Tierra y una nueva vida, un nuevo universo se abría paso ante sus ojos.
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