Capítulo 26: Home
4 meses desde la partida de Seokjin
Jungkook y su padre sonreían al ver a Bam correr y resbalar por el suelo con un poco de hielo del paseo de la playa Haeundae. Estaba helado y los tres llevaban gruesos abrigos para hacer frente al frío diciembre en Busan.
Había ido a casa a pasar las fiestas de fin de año. Si bien, para ninguno de los dos eran tan significativas, habían decidido que sería bueno compartir sus soledades.
Luego de la desastrosa cita con Jaehyun en la que ambos terminaron ebrios y llorando por la pérdida de sus parejas, Jungkook había tomado la decisión de estar solo. Al menos, había ganado un nuevo amigo, porque ambos tenían mucho en común, pero amaban a otra persona.
Unas semanas después supo que se había reconciliado con su antiguo novio. Incluso fueron presentados y de alguna extraña forma congeniaron. Esa reconciliación había provocado alegría, pero también un poco de envidia en Jungkook. El, aunque quisiera no podría nunca volver a reencontrase con el amor de su vida.
Y ahora, estaba en Busan, luego que Jimin y Hoseok se habían ido a Gwangju, el lugar donde vivía el abuelo de Hoseok y no volverían hasta mediados de enero.
—Pensé que te lo llevarías al salir de la universidad—ambos miraban al perrito que todavía corría resbalando sus patas en el piso.
—Creo que Bam se acostumbró a ti y también tú a él. No te lo voy a quitar. Además, no soy buena compañía ahora para nadie, ni siquiera para él.
—No digas eso. Estoy feliz que hayas venido conmigo, aun cuando todavía pienso que deberías estar con gente de tu edad. No lo sé, disfrutando la vida. Esperando el nuevo año en un bar, en una fiesta...con amigos.
—No puedo hacer eso papá. No me siento preparado todavía para un ambiente así. De verdad lo intenté. Salí con Mingyu, pero mi estado de ánimo no me deja disfrutar. Lo estoy intentando. La psicóloga de la universidad ayuda un poco. Pero es difícil cuando no le puedes decir totalmente la verdad. Lo extraño. No puedo olvidar a Seokjin y creo que nunca lo haré.
Jeon Hyuk podía entender a su hijo, pero no dejaba de dolerle. Su hijo era tan joven. Él había quedado viudo a los treinta años y nunca pudo casarse de nuevo. Lo intentó, conoció algunas mujeres, pero el recuerdo de la madre de Jungkook nunca lo abandonó. Y todavía la extrañaba cada día. Había seguido adelante con su vida, porque tenía a su hijo, pero una parte de él se había ido con su mujer. No quería esa misma vida para Kook. Debía alentarlo a seguir adelante.
—Tal vez, cuando te gradúes y consigas algo de experiencia, deberías pensar en irte de Corea. Recuerdas que alguna vez planeaste eso.
—Papá, no servirá de nada que me vaya de aquí. Me basta mirar el cielo para pensar en él. Y ser un astrónomo no servirá precisamente para olvidar. Además, quiero trabajar con Namjoon-hyung. Con la información que dejó Jin, podemos hacer mucho. Quiero hacer eso. No quiero que te preocupes demasiado por mí, estaré bien lo prometo.
Jungkook sabía que era una promesa difícil de cumplir, pero él se estaba esforzando. Tal vez no tendría una pareja pronto, pero si deseaba continuar con su vida. La astronomía había sido lo más importante para él, hasta antes de conocer a Seokjin y quería que así fuera otra vez.
Sabía que en algún momento tendría que dejar atrás sus sentimientos y recuerdos. Él necesitaba tiempo. Eso era todo. ¿No era lo que sus amigos y su propia terapeuta le decían? "El tiempo cura todo". El esperaba que, al cabo de un tiempo, no sabía cuánto, él pudiera vivir con el recuerdo del astronauta que un día cayó del cielo, sin el dolor que sentía ahora. Él podría, sólo tenía que poner un poco de su parte....
Dos noches después, todos esos pensamientos se fueron lejos, cuando junto a su padre, vieron los fuegos artificiales a orillas de la playa. Un sentimiento de nostalgia y tristeza lo invadió. ¿Dónde estaría Seokjin? ¿o sería simplemente el Capitán Jinseo y estaría ahora mismo recorriendo alguna galaxia en busca de minerales preciosos? Cuando su padre lo abrazó, también con lágrimas en los ojos, Jungkook comprendió que la vida debía continuar. Que no podía quedarse atascado en sus recuerdos y pérdidas. El seguiría adelante.
Fue así como comenzaron a pasar los días y semanas para Jungkook. El final de su carrera prácticamente absorbía todo su tiempo y energía.
Cuando tenía tiempo libre, lo pasaba con Mingyu, que, al fin, había renunciado a buscarle citas. También seguía yendo a comer con Hoseok y Jimin, sin por supuesto mencionar nada acerca de Solaris. Jungkook había bloqueado cualquier conversación referida a aquello. De hecho, cuando volvieron de visitar al abuelo de Hoseok, Jungkook había hecho sólo algunas preguntas y Hobi, tampoco había ahondado demasiado en detalles. Su abuelo gozaba de buena salud y había sido bueno verlo.
También Taehyung y Yoongi llamaban de vez en cuando. Debido a sus agendas, sería casi imposible verlos, pero esperaban pronto reunirse.
Y así fue como llegó febrero y el fin de sus estudios universitarios. El último día de clases, junto al resto de sus compañeros, fueron a emborracharse a un bar cercano. Se sentía eufórico, había completado con éxito su carrera universitaria y pronto sería un astrónomo. Aunque en el fondo de su corazón, sabía que siempre faltaría algo. O más bien alguien.
Luego de beber algunas cervezas, se convenció que no quería terminar borracho o vomitando en el baño del bar. Llamó a Hoseok y le preguntó si podía ir por él, encontrándose con él y Jimin, media hora después.
—¿Podrías llevarme allá? —Hoseok lo miró por el espejo. Sabía a lo que se refería—Hoy se cumplen seis meses, ¿lo sabes verdad?, sólo necesito ir allí por un momento.
Hoseok y Jimin se miraron. Sabían que sería inevitable. Así es que Hobi condujo hacia el terreno donde hacía seis meses Seokjin había dejado la Tierra. Al llegar allí, Jungkook bajó enseguida y se sentó a contemplar el lugar vacío, ahí donde la nave había caído.
—Han pasado seis meses desde que él se fue. Y sé que puede ser absurdo, pero hasta hoy todavía conservaba la esperanza de que volviera. Creí que si venía esta noche, una luz aparecería en el cielo y entonces, su nave se posaría justo aquí. Lo sé es tonto de mi parte.
—Jungkook—se acercó Hoseok a donde se había sentado—jamás hemos pensado que sea tonto de tu parte. La esperanza es parte del ser humano. Sólo queremos que seas feliz. Que disfrutes esto que estás viviendo. Conseguiste algo muy importante y estoy seguro de que Seokjin estaría muy orgulloso de ti.
Al escuchar el nombre del Astronauta, Jungkook se estremeció. Todo el mundo evitaba nombrarlo, pero ahora se daba cuenta que era absurdo. Él debía aceptarlo y aprender a vivir con el recuerdo.
—Lo sé Hobi hyung. Sé que empezaré una nueva etapa en mi vida y quiero hacerlo bien. No sé si él de alguna manera me recuerde o podría sentir algo por mí. Probablemente no. Pero quiero hacerlo bien por mí mismo. He luchado por esto por tantos años..., sólo quería venir aquí para en cierta forma despedirme de esto que viví con él..., es hora de seguir y avanzar...
Jimin también se sentó a su lado.
—Jungkook, nos alegra escucharte decir eso. Estoy seguro que la vida tiene todavía grandes alegrías para ti. Hay un mundo esperando por ti y tú sólo debes ir y conquistarlo.
—Tienes razón Jimin hyung. Eso haré. Sólo...voy a mirar la luna desde aquí...y diré adiós a Seokjin. Es el amor de mi vida y jamás lo olvidaré..., pero él no volverá...y yo...debo seguir. Mañana temprano iré por última vez a nuestro lugar....
Un sollozo interrumpió sus palabras. No pudo evitar llorar por el hombre que nunca podría olvidar. Donde fuera que estuviera Seokjin, sólo esperaba que fuera feliz.
Los tres se pararon de ahí. Jungkook miró por última vez el paisaje y el cielo...nada...ni una luz...todas sus esperanzas se habían ido...
Esa noche no durmió bien, tuvo sueños de aquel día en que Seokjin se había ido...cómo él gritaba su nombre y lo perdía. Cuando despertó una sensación nostálgica lo invadía. Seis meses...ya había pasado demasiado tiempo. Lo que les había dicho a sus amigos la noche anterior era verdad...él debía seguir adelante.
Se levantó, se duchó y subió a su auto. Él quería hacer un acto simbólico de despedida y que mejor que aquel estanque de peces en el Parque Boramae. Uno de sus lugares favoritos.
Estacionó y comenzó a caminar hacia el lugar. Miles de recuerdos golpeando su memoria. De las veces que recorrió ese mismo camino al lado de Jin, a quien le gustaban tanto las plantas y árboles de ese lugar.
Había poca gente, porque todavía era muy temprano. Estaba frío, aun cuando el invierno comenzaba ya a retroceder.
Caminó hacia el estanque.
Entonces lo vio.
Una figura estaba mirando el estanque de peces. Jungkook se fijó en el hombre de abrigo largo, de hombros anchos y cabello oscuro..., se parecía a...no...no...su mente lo engañaba...
De pronto la figura pareció sentir su presencia y se dio vuelta. Comenzó a caminar hacia él, hasta quedar frente a frente. Allí de pie, con sus ojos llenos de lágrimas, estaba Seokjin.
Jungkook se paralizó. Debía ser un sueño...
—Jungkook...—la voz profunda y masculina de Jin llegó a sus oídos y a su alma, como un bálsamo que suavizaba todas las heridas terribles de su corazón...—lamento haber tardado tanto en volver..., pero estoy aquí...por ti.
Jungkook temblaba. ¿era un sueño? ¿una alucinación? Si estiraba su mano, realmente ¿podría alcanzarlo? Tenía miedo de simplemente parpadear y que Seokjin desapareciera.
—¿Seokjin? ¿De verdad estás aquí?
—Si...de verdad.
JungKook entonces se lanzó a sus brazos con fuerza envolviendo el cuerpo de Seokjin con el suyo. Era real. Su olor, su presencia, su calor...él podía comenzar a respirar de verdad otra vez...era él...su amor, su vida...estaba aquí...
Un sollozo desgarrador salió de su garganta y Seokjin lo apretó contra su cuerpo todavía más.
—Lo siento tanto bebé...no llores mi amor...estoy aquí, perdóname...
Jungkook levantó su cabeza del pecho de Jin y tocó con sus dedos los labios de éste.
—Tú... ¿volviste por mí?
—Si mi amor...volví por ti...porque nada importa más que tú Jungkook. Tú eres mi universo, mi Tierra, mi todo...
Entonces Seokjin, lo besó. Lo besó porque al fin tenía entre sus brazos a Jungkook. Había luchado tanto por este momento y ahora era real.
Estaba con él.
Sus labios se movieron a un ritmo vertiginoso. Necesitaban deleitarse el uno en el otro. Volver a probarse. Volver a sentir sus sabores, sus formas. La lengua de Seokjin explorando cada centímetro de la boca de Jungkook y éste dejándose llevar. La boca de Jin era caliente, suave y dulce...todo lo que siempre había amado. Era cierto. No una ilusión. Tenía a Seokjin, había vuelto por él.
Cuando al fin se separaron del beso, Seokjin tomó el rostro de Jungkook entre sus manos. También para él se sentía irreal. Estar en la Tierra y poder ver y tocar de nuevo a su bonito y amado terrano.
—No entiendo—murmuró apenas Jungkook, todavía sin poder creer que tenía a Seokjin delante suyo—¿Cuándo volviste? ¿cómo? ¿ellos lo saben?
—Llegué esta madrugada. No aterricé, ellos me dejaron en el área de Hoseok. Y él me recogió...
—¿Hoseok? Él sabía...
—Kookie...tengo tanto que contarte y sí lo sabía. No podía decirte nada. No hasta estar seguro que todo saldría bien....
—Eres real, estás aquí—Jungkook volvió a abrazarlo. Temía que si por un momento lo soltaba, despertaría en su cama solo. Con la soledad como única compañía.
—No sabes cuanto te extrañé, cómo necesitaba volver a verte, olerte, sentirte—. Seokjin aspiraba el aroma suave de Jungkook, su nariz hundiéndose en su cuello. Era maravilloso volver a tener ese contacto físico que tanto había extrañado en Solaris. La necesidad ardiente de sentir el calor de Jungkook, su corazón latiendo junto al suyo. Lo tenía y ya nada ni nadie podría cambiar eso.
—Pero...y las reprogramaciones...creí...creí que me olvidarías...
—Nada, ni nadie me podían hacer olvidar Jungkook, además yo decidí no olvidarte. Y luchar por nuestro amor.
—Entonces... ¿no te irás? ...¿ellos? ¿los solarianos no vendrán por ti? ... ¿el padre de Hoseok?
—No, Kook. Ellos no vendrán por mí. Vine para quedarme. Tengo tanto que contarte. Pero, ¿sabes lo que quiero ahora mismo?
—¿Besarme? —Y Jungkook le regaló su bonita sonrisa de conejo.
Seokjin sonrió. Maldita sea. Había olvidado lo maravilloso que era sonreír. Lo besó. No una vez, sino muchas. En todo el rostro de Jungkook. En sus ojos, en su nariz, en sus mejillas y finalmente en su boca.
Jungkook se quedó sin aliento y se apretó al cuerpo del Solariano. Jin estaba aquí y venía a quedarse con él.
Seokjin una vez más lo besó. Robando todo el aliento de Jungkook. Quería devorarlo, sentirlo. Como aquellos primeros días en la tierra, cuando un sentimiento de posesividad lo inundó. Ahora sentía lo mismo. Jungkook era suyo y él era de Jungkook. Y el maldito universo se había al fin alineado para que pudieran estar juntos.
—En realidad no estaba pensando sólo en un beso. Quiero llevarte a casa y hacer el amor. Necesito tanto hacerte el amor, estar dentro de ti. Tocarte. ¡Maldita sea Jungkook! No podía dormir extrañando tu calor, tu cuerpo...
—¡Yo también te extrañaba tanto!, lo intenté...de verdad que lo intenté..., pero creo que soy como papá...nunca podré amar a nadie como te amo a ti.
—Yo también te amo mi dulce bebé. No sé cómo fue que pasó, pero supongo que conocerte fue la verdadera colisión que sufrió mi vida. Ahora, ¿vamos a casa? ¿a nuestro hogar?
Hogar. Seokjin al fin había vuelto a su hogar.
Jungkook volvió a abrazarlo y luego caminaron tomados de la mano hasta donde había estacionado. Seokjin había vuelto, era real y todo lo que ansiaba ahora, era sentir su piel, sus besos, su cuerpo unido al suyo.
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