Capítulo 25: Spheres
2 meses desde la partida de Seokjin
Jungkook se miraba al espejo y jugaba con el nuevo piercing que tenía en su labio. Seguía pensando que era una idea terrible. Una cita...una cita con uno de los compañeros de carrera de Mingyu. ¿Cómo se había dejado convencer?
—Creo que el maquillaje está bien. Algo casual, ¿no crees? —Jimin lo miraba a través del reflejo en el espejo y sonreía. Había podido tapar con relativa facilidad las enormes ojeras de su vecino. Esas ojeras que sabía no eran sólo producto de los exámenes de la universidad. Sus ojos hinchados por las lágrimas que todavía derramaba por Seokjin.
Seokjin se había convertido en el Voldemort de su pequeño grupo. "El que no debe ser nombrado". Hoseok no preguntaba por él a su padre, quien también por estos días lucía un rostro preocupado. Sin embargo, siempre le decía que estaba bien. Que todo marchaba normalmente.
Cuando Taehyung llamaba a Jungkook, sabía que además de Seokjin, estaban vetadas las palabras Solaris, extraterrestre. Nada que recordara "eso". Yoongi opinaba que era muy hipócrita de parte de todos ellos fingir que nada había pasado. Que era mejor hablar con Jungkook de frente, pero éste últimamente también se negaba a escuchar ninguna palabra relacionada con el asunto.
Jungkook se miró y apenas sonrió. Se arrepentía un poco de haber dicho que sí. Era verdad que estaba teniendo una vida de mierda. El día no apestaba tanto, porque la universidad en el último semestre realmente estaba difícil y tenía mucho que estudiar. Pero las noches, luego de dejar la vista en libros y artículos de estudio, se volvía difícil. Le costaba dormir. Extrañaba a Seokjin, su cuerpo, su presencia. Simplemente tenerlo. Todavía con la esperanza que él volviera. Sabía que era absurdo, pero no terminaba de aferrarse a esa idea. Ni siquiera se animó a celebrar su cumpleaños, negándose a hacer algo especial como se lo habían pedido Hoseok y Jimin.
Incluso hoy, antes que Jimin llegara con su set de maquillajes a cuesta, había ido al terreno. Con la esperanza que Jin llegara. Dos noches antes, había compartido con su padre mirar las estrellas, pero ya no se sentía igual y había terminado llorando por teléfono y con su padre desesperado por no poder hacer nada por su hijo.
La psicóloga de su facultad, a la cual había asistido luego de la insistencia de Namjoon y el resto de sus amigos, le había dicho que los duelos amorosos duraban al menos seis meses, pero que él era demasiado joven para esperar ese tiempo para comenzar a salir con otras personas. Que debía intentarlo. Y aquí estaba, dejándose maquillar por Jimin para su gran cita con Jaehyun.
Mingyu le había asegurado que el chico era sencillo y al parecer también venía de una ruptura. Por lo que no necesariamente debían terminar en la cama en la primera cita. De eso estaba seguro Jungkook. Su libido no existía. Cuando su cuerpo exigía una liberación, inevitablemente su mente viajaba a los recuerdos de Seokjin haciéndole el amor y su mano hacía el resto. Al final terminaba llorando, por lo que no había realmente una satisfacción sexual ni mucho menos. Además de todo esto, en realidad él no era de terminar en la cama en la primera cita. Nunca fue así y no empezaría ahora, en que todavía estaba en su etapa de duelo.
Se miró al espejo y le costó reconocerse. No era la primera vez que Jimin lo maquillaba para una cita. Antes de "lo que pasó" a menudo su vecino era quien lo ayudaba a prepararse. Recordaba cuan emocionado se sentía, a diferencia de este momento, en que se sentía más bien ansioso y no de la buena manera.
—Kook, creo que debes poner de tu parte. Nadie te obliga a ir a esa cita si no quieres. Pero creemos que debes comenzar a salir. Eres demasiado joven para sentirte y verte tan triste.
—Si Hoseok no hubiera podido quedarse en la tierra, ¿Qué habrías hecho? Pensé que, entre todos, tú y Yoongi son los que más podrían entenderme.
Jimin se mordió el labio. Por supuesto que hace años, él temió perder a Hobi. Nada aseguraba que los solarianos le permitirían quedarse. Claro que su caso había sido diferente porque Hoseok tenía sangre terrana y su abuelo ya estaba aquí. Pero de igual forma, en algún momento temió no volver a verlo. Pensar en no tener a Hobi en su vida, le causaba un dolor muy grande y por un momento pudo entender a Jungkook.
—Puedo ponerme en tu lugar Jungkook, y probablemente al igual que tú, hubiese caído en una profunda depresión. Pero también sé, que Hoseok no hubiese querido verme así. Y hubiera luchado por salir adelante, por él. Creo que tú deberías hacer lo mismo. ¿Crees que Seokjin no estaría triste de verte así? ¿de saber que estás sufriendo y dejando de vivir?
—Probablemente a Seokjin ya no le importe...—bajó la vista. No quería llorar y arruinar el trabajo de su amigo. Respiró hondo y se tragó sus lágrimas—. Probablemente su mente ya debe estar reprogramada y no debe sentir nada. Debo ser apenas un recuerdo amable en su mente.
Jimin sabía que su vecino tenía razón. Hoseok se lo había dicho. Las reprogramaciones eran como un reseteo de tu mente. Por eso se hacían regularmente. Cuando tu cerebro comenzaba a enviarte sensaciones, emociones, te sometías a una y todo volvía a cero. Probablemente eso había sucedido con Seokjin.
—Entonces, con mayor razón debes mirar hacia adelante. Si él ya no te ama, debes comenzar a pensar en tu futuro.
—Lo sé Jimin, sólo que no es fácil. Yo lo amo. Sé que fue corto el tiempo que estuvimos juntos, pero compartimos tantos momentos. Él me enseñó tanto acerca del espacio, de las estrellas de los planetas. Sé que su forma de ver las cosas era totalmente diferente a la nuestra, pero me gustaba su lógica y sencillez. Incluso en aquellos momentos en que yo me sentía confundido, él me calmaba.
Jimin se arrodillo y acarició el rostro triste de Jungkook. Sabía que era más fácil decirlo que hacerlo. En el fondo, sus palabras eran para consolar a su amigo, pero él mismo sabía que si estuviera en sus zapatos, estaría igual de mal.
—Dale una oportunidad a este chico hoy. No pierdes nada. Sólo será un momento de distracción y hacer algo diferente. Si no te sientes cómodo, acaba ahí.
Jungkook asintió. Tal vez sería una buena forma de olvidar por un rato a Seokjin. Guardó su billetera y teléfono y salió un poco ansioso.
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Jinseo estaba sentado en un prado muy verde. El sol de Floris, uno de los planetas de Spheres estaba brillando en lo alto, pero la suave brisa que acompañaba la tarde hacía que la temperatura fuera perfectamente agradable. Podía sentir a lo lejos el agua cayendo de una cascada. Como todo el sistema planetario de Spheres, Floris no era un planeta tecnologizado, sino que abiertamente natural y salvaje. Apenas había algunas construcciones donde sus habitantes, viajeros interdimensionales, llegaban ocasionalmente. En una de ellas estaba alojando Jinseo, la de su amigo Chris. Llevaba tres semanas, intentando ordenar sus pensamientos y por sobre todo sus emociones. No era fácil. Había salido de Solaris con el ultimátum de Jung, acerca de decidir que quería para su vida. Perder todo lo que había conseguido hasta ahora y vivir en una depresión constante o volver a ser el mismo Jinseo antes de su viaje a la tierra. El mejor astronauta de su planeta, sólo dispuesto a explorar y encontrar riquezas para su planeta. Lo esperaba una gran misión, la misma que había sido interrumpida por el ataque de los rebeldes y su caída en la Tierra.
—Bueno, ya sabes que cuando voy a la tierra, vivo en Inglaterra, así es que te traje un té inglés. Espero lo disfrutes—. Chris se sentó a su lado con una taza humeante. Ya había escuchado toda la historia de Seokjin y Jungkook.
Seokjin se estremeció. En Solaris había estado evitando los alimentos de la Tierra. Ahora, al saborear el té, los sabores y aromas del planeta donde estaba su Jungkookie lo golpearon y lo remecieron.
—Lo amas mucho—Chris ni siquiera lo preguntó. Era una afirmación. Ni siquiera necesitaba leer los pensamiento de Seokjin. Era tan evidente el amor que sentía por el terreno. Lo pudo vislumbrar desde el momento en que el solariano bajó de su nave y luego del saludo de rigor, vio la mirada más triste en casi toda su vida material.
Seokjin le había asegurado que no sabía lo que sentía, pues las reprogramaciones lo habían afectado, pero Chris supo de inmediato que los sentimientos seguían ahí.
—Antes de ir a la tierra, ni siquiera podía entender el concepto de estar enamorado o amar a alguien. Por supuesto que siento cariño por mis padres y otras personas, pero esto...—sus ojos se llenaron de lágrimas. Al menos, aquí en Floris podía llorar. Chris no lo juzgaría, ni lo miraría raro. Al contrario, lo había invitado a desbordar sus emociones.
—El amor tiene muchas formas y grados, pero en el gran universo y a través del tiempo y el espacio, nunca desaparece. En Spheres hemos evolucionado hacia un amor a nivel colectivo y general, pero algunos todavía tienen una pareja. Es un sentimiento demasiado poderoso. Algunos lo llaman la fuerza del universo. Y creo que tienen razón.
Seokjin bebió un poco de té, cerró sus ojos. Varias lágrimas cayeron por su mejilla. El sabor le trajo a la memoria tardes sentado en el sofá junto a Jungkook mirando alguna película sobre extraterrestres que lo hacían reír y que le permitían burlarse del terrano. Siempre terminaban riéndose mucho y rodando por el suelo en una maraña de abrazos y besos.
—Creí que tenía todo bajo control. Sabía que las reprogramaciones estaban haciendo lo suyo. El sentimiento se había tranquilizado, pero con sólo ver el brillo del universo...y ahora el aroma y sabor de este té de la Tierra...mi memoria viaja de inmediato al recuerdo de Jungkook y entonces...todo este amor...esta fuerza del universo como la llamas aparece, pero ahora no sé cómo manejarla.
Chris era un ser evolucionado y entendía que cada civilización debía recorrer su propio camino, pero eso no le impedía desaprobar la forma como Solaris controlaba las emociones. Era un planeta próspero, pacifico, pero el precio era a su manera de ver, alto. Y ahora Jinseo o Seokjin era una víctima, así como lo habían sido Hoseok y Taehyung. El astronauta estaba completamente confundido y perdido entre los sentimientos, el amor, más específicamente el que tenía por JungKook y la extraña sensación de "no sentir nada". No era bueno y por esto entendía por qué Jung lo había empujado a ir a verlo. Él quería de vuelta al Capitán Jinseo que alguna vez fue y no a este defectuoso ser, a medio camino entre sus emociones y su fría lógica.
—Los sentimientos, especialmente el amor de pareja no es fácil. Nada es completamente perfecto. Estoy seguro de que tú y JungKook apenas si compartieron lo que los terranos llaman "la luna de miel" en que todo parece perfecto. Aun así, se puede crear un vínculo fuerte en poco tiempo. Especialmente si esa persona se siente de todas las formas, como la correcta, la definitiva.
—Los solarianos utilizan programas e I.A. para encontrar esa definitiva. Yo lo encontré en un accidente...y ahora no podemos estar juntos. Sé lo que Jung, el Consejo y todo Solaris esperan de mí. Y sé que, por mí mismo, aun con las reprogramaciones no podré serlo. Por eso vine aquí...
Sí, Chris ya le había respondido esa pregunta a Seokjin cuando llegó. Y la respuesta era afirmativa. Ellos podían cambiar y borrar sus recuerdos.
—No puedes manejar tu vida, o decidir su curso, por lo que los demás esperan de ti. Eres un hombre inteligente y lo sabes. Puedo borrar tus recuerdos y con un par de reprogramaciones serás otra vez Jinseo, pero lo principal es saber si es eso lo que quieres. Creo que debemos aprender a vivir con nuestro pasado y aceptarlo. Pero soy tu amigo y sé que estás sufriendo. Por eso te ofrezco borrar lo que pasó en la Tierra. Pero debes estar seguro de que eso es lo que realmente deseas.
Seokjin miró a Chris que tenía su rostro serio, pero que, aun así, resultaba acogedor y amable. La respuesta a esa pregunta determinaría el curso de su vida. Se sentía egoísta y dolido por Jungkook. Era tan fácil pensar que el terrano ya lo había olvidado, pero en el fondo de su corazón y con lo que lo había llegado a conocer, sabía que nunca lo haría. Y una parte de él, egoísta, primitiva, deseaba que Jungkook nunca lo dejara de amar. Pero la realidad era, que vivían y pertenecían a mundos completamente diferentes y ajenos entre sí. La Tierra estaba lejos de alcanzar un nivel de evolución como Solaris o los otros planetas gemelos o Confederados.
—Realmente no sé qué hacer. Vivir así..., con este dolor..., preferiría morir. Y borrar mis recuerdos...ese sería el camino fácil. Me olvidaría de todo...Ni siquiera lo sabría ¿verdad?, que alguna vez lo conocí.
Chris asintió—. Antes de borrar tus recuerdos, tú puedes decirme si hay algo que quieras conservar. Tal vez recordarlo como un amigo, alguien que te ayudó estando en la tierra...soy un constructor de sueños Seokjin, puedo hacer con tu mente cualquier cosa. ¿Por qué no hacemos un ejercicio previo? Ven, quiero llevarte a un lugar que tú ya conoces.
Seokjin no entendía hacia donde apuntaba su amigo, pero confiaba en él. Así que al verlo pararse y comenzar a caminar lo siguió. Pronto se dio cuenta donde lo llevaba. Era una especie de simulador. Desde allí se podía "ver" el universo infinito. Simplemente podía pararse en medio y de inmediato lo rodeaban todos los colores del espacio. Las constelaciones, explosiones solares, supernovas.
—Sólo quédate ahí y espera. Y pase lo que pase mantén tus ojos abiertos. Tienes que ver, Seokjin—Chris se alejó. Seokjin podía sentir a lo lejos una melodía. Era una canción que Jungkook escuchaba a menudo en la Tierra. No recordaba el nombre, pero recordaba parte de la letra...
"When I'm with you There is no one else
I get heaven to myself When I'm with you There is no one else
I feel this way I've never felt"...
Mientras se perdía en aquella conocido melodía y miraba el universo que lo rodeaba comenzó a sentir como si flotara ahí...no era una sensación nueva para él. Lo había hecho ciento de veces como Astronauta, pero ahora, era distinto. De pronto una serie de imágenes comenzaron a aparecer delante de él. Era como un sueño...uno muy vivido con sus recuerdos...
"Jin-Hyung, esto es un abrazo, no debes tener miedo" —la imagen de Jungkook envolviéndolo en sus brazos lo descolocó...había olvidado eso.
"Seokjin, te voy a enseñar el arte de cocinar" —ahora era Jungkook con su sonrisa de conejo mirándolo mientras señalaba un poco de carne y cebolla sobre la mesa de cocina...
"Voy a besarte" —cerró sus ojos dolorido por el recuerdo de aquel primer beso, pero Chris le había advertido...sus lágrimas corrían por todo su rostro.
"Tú acabas de decir...que ¿me amas?"
"Te amo"
"Yo también te amo, mucho..."
Seokjin cayó de rodillas, con la melodía de esa canción que Kook cantaba en su oído...con el universo rodeándolo, con las miles de estrellas y sistemas que tanto había apreciado por tanto años..., sus dos universos, frente a él. Los ojos de Jungkook riendo, brillando de una forma mucho más preciosa que todo lo que en ese momento lo rodeaba...
Chris fue a su encuentro y lo abrazó. Seokjin se derrumbó y comenzó a llorar. Comprendió que ninguna reprogramación lograría jamás borrar o cambiar su amor por Jungkook. Si iba a empezar de nuevo, tenía que borrar todos y cada uno de esos recuerdos...
—¿Comprendes ahora, lo que significará borrar tus recuerdos?
Jin asintió. Con un dolor tremendo en su corazón, comprendió que debía tomar una decisión. Miró a su amigo Chris y dejó que éste leyera su mente.
La decisión estaba tomada.
Una semana más tarde, un General Jung satisfecho, recibía a un Capitán Jinseo que le informaba estar listo para cumplir su misión más importante.
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