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Capítulo 18: El Derrumbe de Un Sueño

—¿Por qué estás riendo solo?

Habían ido en bicicleta hasta el Parque Boramae. Y estaban ahí. En su pequeño lugar cerca del estanque de peces tendidos al sol. Era temprano, por lo que era agradable estar al aire libre. Habían decidido salir luego de pasar casi tres días encerrados en casa, básicamente...teniendo sexo.

Seokjin era como un adolescente recién descubriendo el placer sexual. Donde encontraba a Jungkook lo tomaba, lo desnudaba, y le hacía el amor. Y no es que éste último se quejara, bueno quizá su trasero estaba un poco resentido, pero era necesario salir a tomar un poco de aire. Y ahora había volteado su rostro hacia Jin que sonreía tontamente.

—En Solaris te enseñan acerca de la Tierra. Lo básico. —Jin comenzó a explicar—. Recuerdo cuando tenía como catorce años y supe que los terranos tenían relaciones sexuales no sólo para tener hijos sino también como placer. Todos hicimos muecas de asco. No sólo eran los besos y su largo intercambio bacteriano, sino que era el tener que entrar en el cuerpo del otro. Obviamente sólo nos mostraron sexo entre hombre y mujer, pero a mí me pareció algo tan...poco práctico y hasta antihigiénico. Y ahora, estoy aquí tendido al sol, porque no puedo mantenerme lejos de tu cuerpo. Pensando en todo lo que quiero experimentar esta noche...

Jungkook sintió como su corazón palpitaba de anticipación. A ambos les divertía explorar todas las alternativas posibles en relación a posturas, juguetes y juegos de rol. Estaba feliz que Seokjin se sintiera libre de abrirse a conocer su cuerpo y lo bien que se sentía fusionar ambos.

—Vinimos a relajarnos aquí. ¡Basta de pensar en sexo! Me dices esas cosas y mi cuerpo...

Seokjin miró hacia Jungkook y no pudo evitar sonreír...

—¿Qué es lo que le pasa a tu cuerpo Jungkookie? Kook se sonrojó y tapó su cara con su brazo.

—No lo voy a decir..., menos todavía aquí.

Seokjin se enderezó. Era cierto. Olvidaba que para los terranos y especialmente para los coreanos el que dos hombres estuvieran juntos, no era "normal". Eso le molestaba de sobremanera y comenzaba a entender también lo que significaban los prejuicios. Y los muchos que los solarianos tenían respecto a los terranos y otras razas menos "civilizadas". Tal vez ellos, Solaris y el resto de los planetas gemelos, deberían interesarse un poco más en la Tierra. Después de todo, ellos la habían colonizado.

El teléfono de Jungkook comenzó a sonar. Lo miró y se fijó que era su padre, así es que también se enderezó y contestó. Seokjin puso atención. Le gustaba y fascinaba a la vez, la forma como ellos se relacionaban. En realidad, esa era la clave. No es que nunca hablara con sus padres, pero no existía esa cercanía que veía en Kook y su padre.

Claro que había respeto y algo más, que ahora Seokjin finalmente podía reconocer como cariño. Y sabía que sus padres se sentían de la misma forma hacia él. El problema con los solarianos era que no sabían en absoluto expresar aquellos primitivos sentimientos que experimentaban. Desde pequeños se les había condicionado para controlarlos y ocultarlos. Ahora, Jin se preguntaba que pensarían sus padres sobre sus intenciones de quedarse en la Tierra.

—Mi papá quiere conocerte—le dijo apenas cortó la llamada. Jungkook le insinuó apenas a su padre que "tenía algo" con el chico que había venido "de lejos" por su grupo de astronomía y el señor Jeon se había entusiasmado al punto de invitarlos a ambos a Busan.

—Jungkook, no sé si es buena idea.

—El no podrá venir este verano, y yo tampoco iba a ir...por ti. Pero ahora papá está en casa y quiere que vayamos por el fin de semana. ¿No te gustaría conocer las playa de la Tierra? Busan tiene hermosos lugares que podríamos recorrer y papá tiene un lugar donde podemos ir a ver el cielo...

Para Seokjin fue imposible decirle que no. También sentía curiosidad por ver de cerca el mar y las playas de la tierra. En Solaris existían y la gente iba para relajarse y hacer algo similar a vacacionar. Pero él, pasaba la mayor parte del año en el espacio exterior. Apenas si conocía alguna playa al interior del planeta. Sólo recordaba las olas grandes y la arena negra. Sería interesante comparar. Su única preocupación era la conversación que más tarde tendría con el General Jung.

—Está bien Jungkookie. Será interesante hacer ese viaje. Quiero ir en tren. Pero debes entender que no podemos decirle la verdad a tu padre.

—Lo sé hyung. No me gusta mentirle, pero entiendo que no quieras que más personas se involucren. Papá te hablará del tema por supuesto. Él siempre ha creído que existe vida fuera de la tierra y que ya sabes...nos visitan...es su pasión junto con la astronomía.

Seokjin suspiró. Sería difícil contenerse, pero era mejor así. Sabía por el General Jung que el Consejo ya estaba levemente alterado, por el hecho de que dos terranos supieran acerca de su llegada y la existencia de Solaris. Suponía que estarían todavía más alterados, luego de enterarse de sus intenciones de permanecer en la Tierra.

—¿Quieres dar una vuelta más en bicicleta, antes de irnos? —. Se hacía tarde y el calor comenzaba a golpearlos, por lo que era mejor regresar a casa. Jungkook, además, notó a Seokjin más inquieto de lo habitual.

Sería un día difícil, esperando la conversación con el General Jung.

—Sí, me gustaría pasear un poco más antes de ir a casa. Debo confesar que el sentir tantas emociones me está agobiando un poco. Nunca antes había sentido miedo o angustia, pero ahora sí..., no sé qué va a decir el General ante mi petición o lo que los consejeros piensen. Tengo miedo Jungkook y no es agradable sentirse así.

—Seokjin, no podemos tener el control de todo, en todo momento. Nuestras emociones forman parte de nuestro día a día. Sé que ahora te sientes agobiado, pero por un momento deja de pensar en todo eso y mira a tu alrededor. Disfruta este día, el sol, el paisaje...

Seokjin miró a su alrededor. Y sabía que Jungkook tenía razón. Pero no podía dejar de pensar en todo lo que estaba sucediendo. ¿Y si estaba tomando una decisión incorrecta? ¿Y si en realidad, todo eso que pensaba que sentía por Jungkook no era real? Miró hacia el terrano que le sonreía y negó con su cabeza. No. Eran sentimientos reales. Él quería a su Jungkookie.

Jungkook se puso el casco negro que Seokjin le había regalado y montó su bicicleta. Ahora, se sentía feliz de saber montarla y poder pasear con él. No quería pensar en el día de mañana, en el futuro, en lo que pasaría una vez que el solariano pidiera quedarse en la tierra. Ahora su prioridad era disfrutar el día junto a él.

Recorrieron el Parque y volvieron a sacarse fotografías. Casi al final del recorrido, descubrieron una arboleda bastante tupida y que por lo mismo parecía bastante solitaria. Entraron allí y dejaron las bicicletas a un costado. Caminaron tomados de la mano, sin pensar en lo que vendría después. Seokjin lo detuvo y lo besó. Le encantaba como sus labios encajaban. Cómo parecían sincronizarse a un ritmo suave y relajado.

Jungkook mantenía sus ojos cerrados y rodeaba con sus brazos el cuello de Seokjin. Sus lenguas se encontraron y sus cuerpos se apretaron aun más el uno contra el otro. El calor que ambos irradiaban se volvía peligrosamente excitante. En ese momento decidieron separarse.

Sonrieron y se dieron un último beso suave. Caminaron otra vez tomados de las manos hasta sus bicicletas y admirando el paisaje regresaron a casa.

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Eran las seis de la tarde, cuando Seokjin entró a al cuarto de huéspedes donde tenía instalado el sistema de comunicaciones. Jungkook se quedó en la puerta, expectante. Hoseok y Jimin le habían enviado un mensaje de que pronto estarían en casa, en caso que los necesitaran. Era el momento decisivo. Jin al fin le diría la verdad al General Jung.

—Saludos Capitán Jinseo—El General Jung se sorprendió al ver la nueva apariencia de Seokjin.—Veo que tiene un buen semblante, por lo que asumo que todo está en orden. Traigo noticias.

—Saludos General Jung—. El sólo hecho que lo llamara Jinseo, se tornaba extraño para Seokjin. Jinseo parecía que fuera otra persona. Sin embargo, seguían siendo el mismo. Al menos su rostro no había mostrado el nerviosismo que sentía o al menos el General no lo había notado aún.

Jungkook se mordía los labios nervioso. El General había hablado de "noticias". Suponía que se refería a llevarse a Jin fuera de la Tierra.

—Debo informarte que la extracción será dentro de dos semanas. Todo está preparado. Yo personalmente comandaré la operación. Junto al grupo técnico, bajaremos hasta tu nave para hacer los arreglos necesarios y así poder sacarla. No debería tomarnos demasiado tiempo.

Jungkook cerró sus ojos. ¡Dos semanas! Eso era muy poco tiempo. Si las cosas no resultaban como ellos esperaban, les quedaban sólounos días para estar juntos.

Seokjin se sorprendió que el mismo General Jung viniera al rescate. Eso suponía lo muy interesado que estaba el Consejo en que la operación resultara. Pero ya no podía echarse para atrás. Debía poner las cartas sobre la mesa.

—Sí...sobre eso..., yo necesito pedirle algo. Necesito una audiencia con el Consejo, antes de salir de la Tierra—. Seokjin sentía como su corazón latía demasiado rápido. Sus orejas se habían puesto rojas y sus manos sudaban.

El General Jung se quedó mirando el rostro de Jinseo. Ahora lo podía ver mejor. No era el habitual. No era ese rostro serio y carente de emociones. Había algo. Algo que lo asustó, porque había visto esa mirada antes. En el propio rostro de su hijo, cuando le pidió ir a vivir a la tierra.

—No entiendo de que hablas Capitán. ¿Por qué necesitas hablar con el Consejo? Ellos son los más interesados en que te saque lo antes posible de la Tierra—. Escuchar eso, no era ninguna novedad para Seokjin.

Seguramente que a los consejeros no les parecía nada de bien tener a un solariano en un planeta que no sabía de su existencia. Pero había llegado la hora de ser valiente.

—Yo he decidido que quiero quedarme en la tierra, y quiero su consentimiento—Jin pudo notar como el rostro del General se contraía. Pudo notar que había intentado con todas sus fuerzas mantener su rostro sin ninguna expresión, pero la tensión era evidente—. Estoy enamorado de un terrano y quiero estar con él.

Seokjin se dio cuenta como el General Jung se derrumbaba. Su rostro pálido, sus ojos abiertos, su boca contraída...El hombre por un momento parecía que había perdido el control de si mismo.

—No tienes idea de lo que hablas Jinseo. ¡¿Cómo puedes decirme algo así?! Tú más que nadie tiene un control total de sus emociones, siempre. Eres frío y calculador. Lo has sido en cada una de las misiones que te hemos asignado... ¡no puede ser cierto lo que dices!

Jungkook estaba parado en la puerta escuchando y podía ver a Seokjin retorciéndose en el asiento. Sus manos se apretaban y mordía sus labios. Se esperaba una reacción que sorprendiera al solariano, pero no una tan mala. No del padre de Hoseok.

—Yo...ni siquiera puedo explicarlo señor. Simplemente sucedió. Desde que llegué a este planeta y lo vi...algo dentro de mí cambió. Jungkook es...especial.

El General Jung no podía creerlo. Todo lo que no debía suceder estaba sucediendo ante sus ojos. Él tenía que revertir esta situación a como diera lugar. Usó el tono más neutral que pudo.

—Jinseo...el Consejo me ha estado presionado para que te saque de la tierra lo antes posible. Ellos no querían que Hoseok o Taseo tuvieran alguna clase de "influencia" sobre ti. Prácticamente me amenazaron con sacarme del programa espacial, si tú siquiera insinuabas algo acerca de hacer cambiar las cosas para ellos..., imagínate si les dices o les digo que te quieres quedar... ¡porque estás enamorado! ...ellos no lo perdonarán...ni a ti, ni a mi...ni a Hoseok o Taseo. Les he asegurado que tú no tienes ninguna influencia de ellos. Que sigues siendo el mismo...aun cuando me había dado cuenta de que algo había cambiado en ti...

—Señor...General..., usted debe entenderlo...usted tiene emociones...su padre...Hobi...

—Trato de comprenderlo Jinseo. A ti, a mi hijo o a Taseo..., pero no puedo aceptar el que prefieran un planeta inferior a nuestro sistema de vida perfecta...y ...

—Su nombre es Taehyung...y el mío Seokjin.

—Jinseo...

—No. Nuestro sistema no es perfecto. Somos seres humanos...no podemos vivir sin emociones, sin sentir amor...alegría...tristeza...ira. Este planeta no es perfecto, pero sus habitantes la mayoría, luchan por ser feliz, por vivir bien...Jungkook es un hombre maravilloso...yo...

—¡Suficiente! ¡No permitiré tus arrebatos! ¡¿Qué harás en la tierra? ¿de qué vas a vivir? Eres un Astronauta, Capitán. Tu deber es servir a Solaris. Ahora estás confundido por estar rodeados de todos esos terranos...si es necesario te sacaré antes de la Tierra.

Jungkook no aguantó y entró a la habitación, interrumpiendo la conversación.

—No por favor General, no se lleve a Jin así. Debe haber una forma de aceptar...que podamos estar juntos.

El General vio al joven con sus ojos llenos de lágrimas. Claro que él tenía emociones y verlo así, tan destruido...

—Lo siento. Ahora es el peor momento para algo así. El planeta está alborotado. Los medios de comunicación a través de lo que pasó con los rebeldes y el traidor que trabajaba aquí, han intentado crear cierta controversia acerca de las reprogramaciones y el no tener emociones. El consejo no quiere más escándalos. Hasta el tema de Taseo ha salido a la luz. He mantenido a Hoseok en el anonimato gracias a mis contactos, pero en cualquier momento...no es posible...esto podría costar muy caro.

Seokjin miró a Jungkook que lloraba. Lo abrazó y besó su cabeza, intentando de alguna forma, consolarlo. No estaba muy seguro de cómo hacerlo. Tal vez sería mejor si estuviera Hoseok o Jimin con él.

—Kookie... ¿Por qué no llamas a Hobi o Jimin?, tal vez ya estén en casa. Déjame terminar de hablar con el General Jung...ya se me ocurrirá alguna salida.

Jungkook asintió. Sabía que era inútil su presencia ahí y que probablemente podía perjudicar a Seokjin. Salió de casa y se fue donde sus vecinos, que seguramente ya estaban ahí, por la luz que se filtraba por la ventana.

Seokjin volvió a situarse frente a la pantalla, donde un incómodo General Jung lo esperaba. Este le explicó con más detalle, los últimos acontecimientos en Solaris. Por primera vez en muchos milenios, se había formado una controversia. Por una parte, aquellos que querían endurecer las reprogramaciones y por otro aquellos que consideraban que debían suavizarse y ser más abiertos a experimentar emociones. La entrevista en los grandes medios de comunicación de Solaris a los padres de Taseo (Taehyung) había contribuido todavía más a la polémica. El que un alto oficial aeronáutico estuviera involucrado en el sabotaje a las naves, había sorprendido a los Solarianos que no solían sobresaltarse por nada. Pero ahora, especialmente los más mayores comenzaban a cuestionar ¿Qué tan efectivas eran la operación y las reprogramaciones? ¿Debían buscarse nuevos mecanismos? Por otro lado, una parte de los solarianos, los más jóvenes, comenzaban a pensar que eran inútiles todas esas medidas y que el bien y el mal siempre prevalecería en la raza humana y que, si bien podría controlarse mediante la supresión de emociones, no podía erradicarse completamente. ¿Entones, porque renunciar al lado positivo de las emociones?

—Podrás imaginar—continuó el General Jung—cómo está el Consejo. Por eso me han dado como prioridad sacarte de la Tierra. Quieren que regreses y demuestres que los terranos no han dejado ninguna huella en ti con sus emociones...no puedo simplemente decirles ahora que tú sucumbiste y te enamoraste...o lo que sea. No puedo Jinseo. Sería el caos. Ellos no te dejarían en paz, ni a ti, ni al joven terrano... o a Hoseok o Taehyung. No puedo arriesgarlos así. Te perseguirían, lo sabes...

Seokjin escuchaba intentando dejar cualquier sentimiento de lado. Debía retomar su objetividad y reconocer que el General Jung estaba en lo correcto. Lo entendía. Racionalmente, objetivamente él entendía. Pero su corazón...su corazón se rompía en mil pedazos. Y dolía, dolía muchísimo, como nunca imaginó que lo haría. Porque en ese momento se dio cuenta que estar con Jungkook no era posible. Que había sido una ilusión que se estaba desvaneciendo. Era el derrumbe de un sueño...imposible.

—En parte puedo entender lo que sientes Jinseo—El General Jung suavizó su voz. Estaba conmovido al ver el rostro lleno de tristeza de su Capitán. Era revivir el rostro de su hijo cuando lo condenó a no volver a Solaris—, pero debes pensar con claridad. Tu lugar es ser un astronauta en Solaris. Esa es tu naturaleza. Puede que ahora la Tierra resulte atractiva, pero ¿Qué harás en un lugar que no tiene la misma tecnología? Tu misma naturaleza es superior a cualquier terrano, en fuerza, rendimiento físico e intelectual. ¿Qué harías allí? ¿Sentarte a contemplar las estrellas, cuando aquí en Solaris, puedes ir a ellas?

En ese momento Seokjin levantó la vista y miró la pantalla. Cada una de las frases dichas por su superior eran una verdad que lo golpeaba. ¿En qué había estado pensando? Se había dejado arrastrar por la emocionalidad e incluso por el placer físico y había olvidado cuál era su misión? Miró a su alrededor. Este no era su mundo. No pertenecia ahí.

Sin embargo...Jungkook...él era su mundo...Sintió algo extraño. Las contradicciones en su mente, el latir de su corazón...Sabía lo que era. Él quería llorar. Sentía como sus ojos estaban llenos de lágrimas. Pero respiró y usó todas sus herramientas mentales para contenerlas.

—Lo entiendo General Jung. Lamento si esto ocasionó alguna molestia para usted. Estaré preparado para volver a Solaris.

—Jinseo...—Jung pudo notar como estaba conteniéndose. Y sabía que no era lo que en realidad quería decir. Se lamentaba y a la vez agradecía, que el Solariano estuvieran tan bien entrenado para contener todo el torrente de emociones que debía estar sintiendo en ese momento. El rostro de Seokjin seguía imperturbable—te informaré oportunamente para que estés listo. El equipo de rescate bajará a reparar tu nave y podrás salir de la Tierra. Te llamaré.

—Gracias General—. Fue todo lo que dijo antes de apagar la comunicación. Cuando la pantalla quedó negra, Seokjin se sentó en la cama que había ocupado cuando llegó a quedarse con Jungkook.

Millones de recuerdos vinieron a su mente. Cerró sus ojos y sintió como las lágrimas comenzaban a salir. Era la primera vez en su vida que lloraba. La primera vez que sentía como todo su interior se desgarraba. Como pudo salió de la casa, golpeó la puerta de Hoseok y en cuanto asomó Jungkook con los ojos también llenos de lágrimas se arrojó a sus brazos.

—Lo siento Jungkookie..., lo siento tanto...

—No llores cariño...lo entiendo...lo entiendo...

Hoseok y Jimin miraban a la pareja con el corazón destrozado. Se tomaron de la mano, porque se daban cuenta de lo afortunado que eran de poder estar juntos. Y que esa no sería la realidad para Seokjin y Jungkook.

Luego ambos, arrastraron a la pareja dentro de la casa. Los sentaron en el sofá y dejaron que permanecieran un rato más aferrado el uno al otro.

—Ellos no me dejarán quedarme Jungkookie...—Seokjin seguía llorando sin poder contenerse. En ese momento odiaba sentir. Hubiese preferido seguir siendo el frío y distante Capitán Jinseo..., pero entonces nunca hubiera conocido el amor por Jungkook...que lo llenaba y le daba impulso a toda su vida. ¿Cómo podría volver a Solaris y olvidar todo? ¿Cómo podría?

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