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Capítulo 16: Quédate Conmigo

Seokjin seguía besando a Jungkook. A este ritmo, jamás saldrían de la casa y él realmente deseaba conocer algunos lugares, aunque besarlo era completamente agradable y bueno. Pero una vez más, el timbre de la casa sonó. Ambos se separaron y se miraron sorprendidos. ¿sería que Namjoon había olvidado algo?

Jungkook fue a abrir y se sorprendió de ver la alegre sonrisa de su amigo Kim Mingyu. Quien tiró de él para darle un gran abrazo.

—¡Entonces aun estás aquí! ¡Creí que al fin una nave espacial había aterrizado en tu patio y que seres extraterrestres te habían abducido! ¡No puedes no contestar mis mensajes por dos semanas Jeon Jungkook!

Cuando Jungkook escuchó lo de la nave y seres extraterrestres, instintivamente miró hacia dentro de la casa, donde Seokjin lo miraba con el ceño un poco fruncido, esperando alguna explicación. Y luego miró a su amigo, que ya no tenía una bonita sonrisa y también lo miraba con el ceño fruncido. Y en el fondo, sabía que debía estar enojado con él, después de ignorar sus mensajes y llamadas.

—Mingyu...lo siento. Te dije que estaba ocupado. Tuve...tengo una visita de una amigo...

—Kook, ¿no me vas a invitar a pasar? ¿Qué sucede? ¿Desde cuándo no me puedes presentar a tus amigos? No te he visto desde el término del semestre, no contestas mis llamadas. Realmente estaba preocupado por ti.

—Lo siento. Pasa por favor.

Jungkook entendía a Mingyu. En la universidad era su mejor amigo. A pesar de estudiar diferentes carreras, se veían cada vez que podían y compartían todo. Tenían el mismo grupo de amigos y en muchas ocasiones se habían defendido unos a otros de algunos ataques homofóbicos que habían recibido de otros compañeros. Mingyu se había quedado a su lado cuando rompió con Eun-Woo a pesar de que este último era compañero de carrera. Se daba cuenta ahora, que las últimas semanas sólo había estado concentrado en una persona. La que ahora miraba con curiosidad al recién llegado, quien a su vez también lo miraba con curiosidad y sorpresa.

—Seokjin-hyung..., él es mi amigo Kim Mingyu. Estudia artes escénicas en la misma universidad donde yo estudio...nos conocemos de hace mucho tiempo. Tiene mi edad—Jungkook quiso agregar ese dato, porque seguramente su amigo usaría honoríficos y el solariano no sabía cómo reaccionar a eso—. Él es Kim Seokjin—Jungkook apuntó al astronauta que seguía con el ceño fruncido—viene de...Estados Unidos...ya sabes...nos conocimos por el grupo de astronomía...está de visita en Corea y bueno...vino a conocerme...y conocer la ciudad...de hecho ahora íbamos saliendo...

—Mucho gusto Seokjin-nim. Es una lástima que Kook te haya tenido escondido todo este tiempo.

—En realidad...Seokjin no es muy sociable...y no conoce mucho de la cultura coreana...

—¿No eres coreano?

—No—fue la escueta respuesta de Seokjin. No sabía porque no le gustaba la presencia del amigo  de Jungkook. Tal vez era por la forma como lo había abrazado. Tanta intimidad..., ¿por qué a los terranos les gustaba tanto eso de tocarse? Además, nadie podía tocar a su Jungkookie...él era suy...—cortó rápidamente esa línea de pensamiento totalmente fuera de lugar y primitiva. Él necesitaba una reprogramación. Su conciencia estaba cada vez en un nivel más básico y eso le molestaba.

—Es de origen coreano, pero ha vivido fuera toda su vida, por eso vino ahora, para conocer un poco de su cultura de origen.

Mingyu miró a Seokjin. Era guapo. Un hombre hermoso. Con esos labios rellenos y su frente despejada, parecía una escultura y ahora podía entender porque Jungkook había estado desaparecido por todo el periodo de vacaciones. Seguro que eran más que amigos y estaban follando. Probablemente él también habría desaparecido de la faz de la tierra con un hombre así en la cama.

—Bien, entonces tal vez sea tiempo de que conozca un poco más...de hecho vine para saber si continuas con vida y para invitarte a una fiesta, será el viernes en casa de Jaehyun, aunque debo advertirte que —miró a Seokjin que seguía atento la conversación, pero sin intervenir—Eun-Woo estará ahí. Él quiere verte...ya sabes...hablar.

Jungkook sintió como los colores subían a su cara. Habían pasado más de seis meses de su ruptura con Eun-Woo. Había sido en buenos términos. Era un buen chico, pero se había dado cuenta que sentía más un cariño de amigos que amor. Lo sintió cuando su cuerpo ya no respondía de la misma manera cuando tenían sexo. Eun-Woo se había dado cuenta y de común acuerdo, había decidido terminar la relación. Se prometieron ser amigos, pero en realidad casi no se habían hablado en estos meses. No entendía por qué ahora, Eun-Woo mostraba interés en el él de nuevo.

—No creo que vaya Mingyu, agradezco la invitación, pero sabes que no me gustan mucho las fiestas y, además—miró a Seokjin—no conoce a nadie por aquí.

—¡Con mayor razón! Es la oportunidad para que todos lo conozcan. Yugyeom y los otros irán...vamos Kookie, no te he visto en semanas, estamos de vacaciones y lo único que has hecho es estar encerrando. Estoy seguro que tu amigo también se divertirá—Mingyu se dirigió ahora a Jin—tú que piensas, ¿te gustaría ir a una fiesta? Sólo amigos.

Seokjin no tenía muy claro a que se refería con fiesta. No existía una palabra en solariano que fuera sinónimo. Lo más cercano fue "celebración". Pero en Solaris no había muchas de esas. Sólo cuando nacía un bebé, o dos compatibles comenzaban su vida en común; y eran reuniones sociales, en que las personas se reunían a comer y conversar. No podía negar que sentía curiosidad. Y tal cómo últimamente le pasaba, su cerebro pareció dejar de funcionar, cuando se volvió hacia Mingyu.

—Será un placer ir a tu fiesta—por la cara que puso el amigo de Jungkook, se dio cuenta que tal vez no había utilizado las palabras más adecuadas. Probablemente era un lenguaje demasiado formal, si se consideraba la forma como el terrano había hablado todo el rato, pero no se le había ocurrido otra cosa.

Mingyu miró a Jin y evitó reírse en su cara. El chico necesita relajarse, pensó. ¿Dónde había estado viviendo todo este tiempo que parecía tan formal y serio? Podía darse cuenta de que era joven. Tal vez unos cuantos años mayor que él y JungKook, pero en ningún caso tan mayor, para hablar con él de esa forma. Sin embargo, trató de obviar todo eso, al darse cuenta de que había obtenido una respuesta favorable.

Jungkook no tendría como negarse.

—¿Estás seguro de que deseas ir?, habrá música, ruido, luces... ¿no será demasiado para ti? —Jungkook estaba preocupado por Seokjin. Tal vez una fiesta sería un golpe un poco fuerte para sus sentidos.

Demasiados estímulos, para procesar.

—Estaré bien, si tú estás ahí—. Seokjin miró a Kook y le dio una tímida sonrisa. Sus orejas se pusieron rojas. Sólo ahora que había verbalizado aquellas palabras, comenzaba a darse cuenta de lo necesario que se estaba volviendo la presencia del terrano en su vida. No se asustó.

Simplemente se sentía correcto.

—Uhhhh...bien chicos...me alegro de saber que irán...y me alegra saber que estás vivo Kook y no te preocupes, hablaré con Eun-Woo para que sepa... ya sabes que tú...estás ocupado...

Jungkook tenía el rostro ardiendo y su corazón acelerado. Sabía que para Mingyu, aquellas palabras dichas por Jin podían ser sólo un poco de cursilería, pero para él significaban muchas cosas. El empezaba a ser importante, o al menos un poco importante en la vida de Jin. Alguien que el solariano, tan autosuficiente, necesitaba. Esperaba que ese sentimiento creciera lo suficiente para que se quedara.

—Está bien. Iremos. Le diré a Jimin y Hobi si nos quieren acompañar.

—Maravilloso. Me encantan tus vecinos. Ahora me voy... y por favor Kook, contesta tus mensajes. De verdad estaba preocupado por ti.

—Lo siento, prometo que lo haré.

—Adiós Seokjin-nim, fue un gusto conocerte. Espero verte el viernes.

Seokjin sólo movió su cabeza en afirmación y no dijo nada más. Se fijó como Jungkook acompañaba a su amigo hasta fuera y cerró la puerta tras de sí.

Una vez afuera, Mingyu al fin se atrevió a preguntar todo lo que no había dicho adentro.

—¿Me puedes explicar ahora, quien este chico, Kookie? ¿Cómo es que de pronto está en tu casa? Nunca te escuché hablar de él. Se que tienes ese grupo de astronomía, pero nunca imaginé que eras tan cercano con ellos...

—Mingyu...es difícil de explicar. El necesitaba ayuda y llegó de forma inesperada. No pude negarme. Y ahora nos hemos conocido un poco más. Y no, no estamos follando—no aún pensó Kook—, pero no voy a negar que estamos en algo así como una relación. Pero ya te dije es complicado. Eventualmente debe volver a Sol...Estados Unidos.

—Jungkook no voy a juzgar tus decisiones. Sólo asegúrate de resguardar tu corazón. Veo que él está interesado en ti, pude notar sus celos..., pero si te va a romper el corazón...

—No seas tonto...él no siente celos, pero te prometo que estoy bien. Te veré el viernes, ¿está bien?

Mingyu asintió y abrazó a su amigo. Pudo ver como Seokjin los observaba desde la ventana, así que rápidamente soltó a su amigo. Si Jungkook pensaba que ese chico no sentía celos...estaba completamente ciego.

Cuando Jungkook volvió a entrar a la casa, encontró a Seokjin en el dormitorio junto a Wootteo. Generalmente cuando estaba con su I.A. era porque estaba pidiéndole que investigara algo relacionado con la vida en la tierra. El pequeño robot se había convertido en un experto en relaciones terranas. El solariano alzó sus ojos cuando sintió la presencia de Kook. Estaba celoso...eso le había dicho Wootteo. Celoso del chico que recién se había ido y celoso de Eun-Woo que quería buscar a su Jungkookie, sabia que era su ex pareja.

Se sentía mal. Racionalmente sabía que era estúpido e infantil. En esos breves minutos que leyó y escuchó a su I.A. hablarle de los celos, luego de salir de la ventana donde había "espiado" a Kook, supo que no era un sentimiento agradable y que debía superarlo y arrojarlo lejos de su cabeza.

—Estoy celoso—Jungkook alzó sus cejas y quedó con su boca un poco abierta sin saber que decir frente a la declaración de Jin—. ¿Puedes arreglar eso? No me gusta. Es un sentimiento demasiado primitivo y, además, no es sano.

Jungkook no pudo evitar reír y fuerte. Seokjin estaba tan molesto. Y no pudo evitar sentirse feliz, que estuviera celoso. Wootteo al sentir la risa del terrano, salió de la habitación.

—Es normal que a veces, puedas sentir celos. Lo que no es bueno es que te consuman. El que seas capaz de decírmelo es muy bueno. Y sí, puedo arreglarlo—se movió hacia el solariano que seguía sentado en la cama y se sentó a horcajadas en sus piernas. Rodeó con sus brazos su cuello y lo besó. Seokjin cerró sus ojos y respondió de inmediato. Quería consumirlo en ese beso. Todas esas extrañas emociones que había sentido un momento atrás con la presencia de Mingyu desaparecían.

Metió su lengua y Kook dejó que tomara el control, haciendo además, esos sonidos que lo hacían ponerse duro, que le hacían doler su pene. Lo acercó más a su cuerpo y lo apretó. Era tan bueno sentirlo así, tan pegado a él. Como una segunda piel...esto era tan bueno y a la vez tan malo..., porque se estaba volviendo absolutamente incontrolable.

Jadearon por la falta de aire y juntaron sus frentes, tomando bocanadas de aire.

—Lo siento me cuesta tanto entender todo esto. Ese amigo tuyo te tocó y yo sentí...me sentí mal. Y luego dijo que otro chico quería hablarte... ¿es tu exnovio, verdad? —Jungkook asintió, sin dejar de sonreír. Él no quería burlarse de Jin, pero se veía tan lindo, todo aturdido por sus emociones.

—Mingyu es mi amigo. A veces, los amigos son demostrativos físicamente del cariño. Él estaba preocupado por mí. Al igual que Hobi y Jimin hyung son como hermanos para mí. No tienes que sentir celos. Y sobre Eun-Woo. Fue mi último novio, pero créeme que no tengo interés en él. No románticamente. Yo sólo..., tú eres de quien...de quien...

—Yo soy de quien...

—De quien estoy enamorado...—dijo finalmente Jungkook. Sabía que esas palabras podían asustar a Seokjin, pero era absurdo no decirlo...

—Jungkook...

—Oye...no te asustes. Es así. Estamos juntos. Sé que no puedes decir nada, porque todo es nuevo para ti. Y de alguna manera sé que tú también estás enamorado de mí...sólo que no reconoces el sentimiento...porque supongo que nunca habías sentido esto...es decir, sé que no sentías mucho por nadie antes..., pero yo puedo decirlo. Quiero decirlo. Te dije que disfrutaríamos de esto, de estar juntos el tiempo que podamos..., por eso, vamos ahí fuera. Quero mostrarte mi ciudad, mi pequeño mundo. Ese minúsculo pedazo de mi plantea, de lo que es mi vida. Quiero compartirlo contigo. Olvida por un momento si está bien o no las emociones o sentimientos que tienes. Sólo déjalas, dejémoslas y vamos a disfrutar estar juntos. Ahora, hoy.

—Quiero eso. Quiero descubrir todo eso que quieres mostrarme. No tengo idea lo que siento. Pero debo decirlo, Jungkook...nunca me había sentido así. Tan conmovido por alguien...debo reconocer que el espacio exterior, el silencio del universo, en algún punto había hecho crecer un sentimiento de felicidad...de bienestar., pero ahora, esto es diferente, mucho más.

Jungkook lo volvió a besar. Se bajó de su regazo y lo tomó de la mano. Salieron de casa, a conocer el mundo de Kook, dejando en el aire todos esos sentimientos a su alrededor que flotaban y que eran inevitables.

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La Universidad de Daejeon era imponente y con una arquitectura original. Seokjin admiró el lugar donde Jungkook estudiaba. Era inmenso y ellos apenas estaban en la entrada, pues estaba cerrada por las vacaciones de verano. Habían partido por ese lugar, pero ahora el solariano, insistía en volver una vez más al parque, le gustaba el lugar y Jungkook comenzaba a sentirlo también como "su lugar", de ambos.

Subieron al auto y al llegar caminaron por el sendero que ya conocían y se recostaron en la hierba, cerca del estanque de peces. Era mediodía y el sol pegaba fuerte, pero aun era agradable. Ambos miraban en silencio el cielo azul, pensando en todo lo que había más allá.

—Nunca me has dicho si tu trabajo es peligroso—. Jungkook había escuchado a Seokjin hablar acerca de los planetas, del espacio exterior, pero nunca le había hablado especialmente de su trabajo.

—A veces lo es. El espacio es hermoso, pero también tiene sus peligros. Viajamos a través de agujeros espaciales y en ocasiones podemos caer en una lluvia de meteoritos o el estallido de una estrella. Nuestras naves están hechas para resistir, pero se necesita tener mucho control y pericia para pilotear. También hay planetas donde he estado que tienen criaturas muy primitivas no muy amistosas...cómo dirías tú. Son hostiles, sin evolución..., pero intentamos no alterarlas. Nunca he sido herido por alguna. Y si existe mucho peligro, nos acompañan algunos agentes de seguridad, algo así como militares entrenados en combate...

Jungkook miró a Seokjin quien relataba con toda calma aquello que a él le ponía de nervios. Su Jinnie si corría peligro en su trabajo y él nunca se había detenido a pensarlo.

—Me dices eso y ya no me siento tan seguro de querer conocer el espacio. Tal vez es más seguro sólo mirar a través de mi telescopio.

Jin lo miró y le sonrió. Ahora hacía eso, sonreír muy seguido. Especialmente cuando Jungkook decía cosas como esas...era tan...bonito...

—No digas eso Kookie. Si yo pudiera llevarte allí arriba..., verías el mundo de otra forma. Esas estrellas y planetas que ves a través del telescopio...son mucho más hermosas de lo que imaginas. El universo completo es hermoso.

Jungkook cerró sus ojos e imaginó estar en ahí en medio del universo con Seokjin. Sabía que era un sueño imposible y también sentía dolor de desear que el astronauta se quedara en la tierra. Él perdería todo eso definitivamente y no estaba seguro que su amor bastara para compensarlo. No, él debía quitar esos pensamientos egoístas...Seokjin debía volver a Solaris...a su mundo. A lo que era importante para él.

Dolía, pero si amaba a Jin y lo hacía, debía dejar que así fuera.

Se mantuvieron un buen rato en silencio. Cuando el calor comenzó a quemar sus caras, decidieron que era mejor moverse. Irían a la última parte del tour. El centro de la ciudad. Fueron al Mercado de Daejeon y comieron hasta llenarse. Seokjin se sentía de un excelente humor, luego de la mañana llena de visitas inesperadas y sorpresas incluidas. Ahora disfrutaba de la comida y de la compañía de Jungkook. No existían lugares como estos en Solaris. Todos los lugares de comida eran iguales, otra vez, sin color, neutrales. Con la gente comiendo casi en silencio, con pequeños intercambios de diálogos. En cambio, aquí el lugar bullía. Gente comprando, compartiendo en los puestos de comida. Se sentía un poco ansiosos por estar rodeado de tantas personas, pero la mano de Jungkook sobre la suya lo tranquilizaba. Además, había tanta gente que parecía que nadie los notaba.

Jungkook, por su parte, miraba a Seokjin y sonreía. Mantenía su mano sobre la del solariano, aun a riesgo de que alguien lo notara y los molestara. Pero hoy, parecía que nadie los veía y podían relajarse.

Muchos pensamientos cruzaban su mente. Había sido una mañana llena de emociones. Incluso le había confesado a Seokjin lo que sentía, aun cuando sabía que éste no lo entendía del todo. Y lo que le había dicho acerca de no pensar, era verdad. ¿Para qué? El momento para disfrutar era este...ya habría tiempo para pensar en las consecuencias.

—La comida coreana es deliciosa. En Solaris probé algunas cosas de la tierra, pero nada como esto. Gracias por mostrarme este pedazo de tu mundo. Es agradable. Tengo muchas ganas de besarte, pero sé que no sería bien visto ahora. No entiendo porque no pueden estar dos personas del mismo género juntas...

—Son prejuicios religiosos, sociales..., tampoco entiendo porque en Solaris no permiten que Hobi esté con Jimin o Tae con Yoongi... ¿no crees que es el mismo prejuicio?

—Es diferente..., somo mundos diferentes...la tierra no está lista aun...— Seokjin sabía que sus argumentos eran débiles y que en el fondo Jungkook tenía razón.

—Entonces, ¿estás seguro que quieres ir a esa fiesta? —Jungkook prefirió cambiar de tema. No era el momento para discutir. Además, hasta ahora no había tocado el tema de la invitación, pero era importante hablarlo.

—Sinceramente estoy asustado de ir. Pero no quiero que dejes tu vida por mi. Como dije, si tú estás ahí, todo saldrá bien para mí. Sólo dime lo que debo hacer, para no avergonzarte con tus amigos.

Jungkook movió la cabeza. Seokjin era tan considerado y amable. Estaba seguro que ni siquiera era consciente de eso. De cómo cada cosa que le decía lo llevaba a enamorarse más y más.

—No tienes que hacer nada especial, pero estaba pensando que tal vez podríamos comprar algo distinto para que uses esa noche. ¿Qué te parece?

—Me gusta tu idea—tocó también su cabello perfectamente peinado—¿Crees que también debería hacer algo con esto? Estoy empezando a darme cuenta que tal vez es demasiado ¿formal?

—Eres hermoso Jin-hyung. ¡Tan guapo!—las orejas de Seokjin comenzaron a arder—, pero podemos hacer algo...mmm, puedo llevarte con Min Young noona. Ella sabrá que hacer.

Así es que después de comer, Jungkook lo llevó a través de Sky Road, donde Jin se maravilló por la cantidad de tiendas y su variedad de ropa. Recorrieron varios lugares, hasta que el solariano vio un elegante traje y pensó que sería perfecto para él. Lo complementó con una fina camisa blanca y una corbata.

Jungkook no dijo nada. Era ropa demasiado formal para una simple fiesta, pero él no iba a negarle el placer de escoger lo que quisiera para ponerse.

Luego de eso, fueron hasta el salón donde trabajaba Min-Young, la estilista de Jungkook y de sus vecinos, Jinin y Hoseok. Quien al verlo y acompañado por un hombre tan guapo se sorprendió.

—Noona, lamento haber venido sin avisar, pero él, es mi amigo Seokjin y quiere un cambio de estilo.

La mujer se quedó admirando la belleza de Seokjin y pensando como podría hacer que luciera aún mejor—¿Te atreverías a hacer algo radical?—Seokjin la miró un poco asustado. Y luego miró a Kook.

—Hyung no tienes que hacer algo radical. Pero noona sabe hacer su trabajo..., ¿qué piensas?

Fue en ese momento que Seokjin se dio cuenta de dos cosas: Nunca en su vida había sido radical. Nadie en Solaris lo era. Todo era cuidadosamente planeado, limitado y racionalizado. Y ahora, él deseaba romper con eso. Y lo segundo, era que confiaría su maldita vida (si había maldecido mentalmente) a Jeon Jungkook.

—Vamos a hacerlo—le dio una sonrisa confiada a Min-Young y a su Jungkookie.

Una hora después y luego de haber contando acerca de su "vida" en USA, con la vivida imaginación de Kook, y que volviera con su cabello recien lavado, se miró al espejo y apenas se reconoció.

—¡Wow! Te ves...—Jungkook se quedó sin palabras. Su pelo rizado y sobre su frente lo hacía lucir...tan inocente y precioso.

—No puedo creerlo...es como si fuera otra persona—Jin, se acercó al espejo y vio su imagen. No quedaba nada del serio y frío Capitán Jinseo. Ese era Kim Seokjin. Y le gustó. Sonrió en forma tímida hacia Jungkook, cuyos ojos brillaban de emoción y admiración.

—Me acabo de enamorar un poco más de ti—dijo sin tapujos.

Salieron del salón, subieron al auto y fueron hasta el terreno de Hoseok. Jungkook tendió una manta y miraron al cielo.

Jin se sentía diferente. No sólo en su nuevo aspecto, sino dentro de él. Como si de pronto un montón de sensaciones hubieran despertado. Las estrellas estaban sobre sus cabezas. Y ahí acostado al lado de su Kook, con sus manos enlazadas, lo miró y dijo las palabras que jamás pensó que podría pronunciar.

—Estoy enamorado de ti, Jungkook. Ahora lo sé. Kook miró a Seokjin y unas tontas lágrimas asomaron.

—Entonces, quédate conmigo....

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