2. Feliz Navidad
Por fin había llegado una de mis épocas favoritas del año, la Navidad. Supongo que era mi favorita porque la pasaba con la gente que de verdad me importaba, así que por ese lado estaba demasiado feliz.
Aunque es verdad que las cosas habían cambiado, al ser Finnick el ganador tuvo que hacer algunas cosas relacionadas con todo ese maldito mundo. Lo bueno es que la mayoría de las veces nos la pasábamos juntos.
Entrenábamos juntos, por petición mía. Supongo que tenía que estar preparada por si tenía la mala suerte de ser seleccionada como tributo. Conociendo a mi abuelo, sabía que eso era lo que deseaba, así podrían matarme y él no tendría que ensuciarse las manos. Pero igualmente tenía sangre en ellas por todas las vidas que había arrebatado.
Nunca pensé que una persona podría ser tan despiadada, pero me equivoque. Era el peor hombre que había conocido y no merecía seguir con vida. Solo esperaba que pronto cayera de una vez, tal vez solo así podría ser feliz.
¿Cómo podía ser tan cruel?
Además, se supone que era su familia y me había mandado lejos, sabiendo que esperaba cualquier oportunidad para verme muerta, era típico de él. Si sentía alguna amenaza, debía eliminarla.
Así había sido siempre.
De pronto alguien llamó a la puerta.
—Adelante —me encontraba sentada en mi cama viendo por la ventana la nieve caer, pero dirigí mi mirada a la puerta para poder ver a Finnick con una pequeña sonrisa.
—¿Qué haces Addie? Pensé que estarías ayudando a Mags con los pocos decorativos que faltan —se acercó a mí y se sentó a mi lado.
—Necesitaba un momento para mí sola, creo que es el primer año en el que todas esas ganas están desapareciendo y no puedo dejar de pensar en todo lo que pasó y en como casi te pierdo. Además, ni siquiera mi abuelo en este día no puede dejarme en paz —le señalé con la mirada la rosa que se encontraba en mi escritorio.
Una perfecta rosa blanca, típicas de mi maldito abuelo. Él las amaba y yo le odiaba.
Antes de llegar aquí solía decirme que eran tan bella como las rosas blancas que poseía y ahora pensándolo solo me daban arcadas.
—Ey, ya no tienes que preocuparte de nada. Yo estoy aquí y no me pienso ir de tu lado ni aunque me lo pidieras, así que sobre ese tema olvídalo. Estoy bien y con muchas ganas de tocarte las narices —solté una pequeña sonrisa—. Y sobre tu abuelo, pues al menos no dejes que esté día te lo arruine y nunca Addie, dejó de ser tu familia en el momento en que te trajo aquí, pero en parte se lo agradezco porque te tengo a mi lado. El caso es que no puedes dejar que él te afecte de esa manera, no dejes que él tenga el control sobre ti. Él no lo tiene por mucho que lo intenté porque tú eres más fuerte y sé que podrás salir de esta. Además, yo no voy a dejar que te hagan daño jamás, así que solo relájate y vamos a disfrutar de este día en familia.
Asentí con una pequeña sonrisa y él me abrazó por los hombros.
—Por no decir que debes abrir mis regalos navideños —le miré mal, él sabía que no me gustaba que gastara su dinero en mí y aun así lo hacía. A veces se merecía un golpe en esa cabeza que tenía.
—Cuantas veces te... —él me interrumpió.
—Lo sé, lo sé, pero debía aprovechar la oportunidad. Es más, no pude hacerte un regalo bueno en todos estos años y estoy convencido de que este te encantará demasiado. Y si te sirve de consuelo, es algo demasiado fundamental en estos tiempos —bufé asintiendo. Seguramente se había gastado bastante dinero en mi regalo y yo solo le había regalado un collar y una pulsera. Algo demasiado estúpido, pero lo había hecho con todo mi cariño. El problema es que tampoco sabía que podía comprarle porque no era una persona que necesitara alguna cosa material, así que también le compré un anillo con sus iniciales por dentro.
—Voy a matarte —él negó divertido, acercándose a mí para darme un beso en la mejilla.
—No podrías porque me amas demasiado como para hacerlo. Así que te toca soportarme por mucho tiempo más y si no te gusta, pues que pena por ti, pero no me voy a despegar de tu lado nunca. Te toca aguantarme por muchos años más —volteé los ojos divertida abrazándolo como podía.
Tenía mucha suerte de tenerlo y me alegraba demasiado saber que estaba aquí con vida. Era lo único que importaba, todo el miedo que había sentido al verlo ahí, había sido tan aterrador y agotador que tenerlo aquí hacía que estuviera más tranquila.
—No sabes lo feliz que estoy de tenerte aquí Finnick. Pensé que te perdería y la verdad es que no puedo imaginarme una vida donde tú no estés.
—Lo sé, es mi encanto mi querida Addie —bufé bajito.
—Ya no pienso decirte nada lindo, porque me vas a salir con cosas como estas. Tonto que eres, una intentando ser cariñosa por una vez y tú con tus tonterías —él soltó una pequeña risa.
—Es broma mujer, ya sabes que yo pienso exactamente lo mismo cuando se trata de ti. Eres demasiado importante en mi vida como para perderte. Así que haré todo lo posible para que eso no pase —sonreí un poco y me levanté a la par que él para salir juntos de mi habitación—. Pienso darte mi regalo en este momento porque luego estoy seguro de que pasaran cosas y no podré dártelo.
Asentí divertida.
Él tenía razón. Si no me lo daba ahora, seguramente no podría abrirlo, al menos no en el resto del día.
Al llegar abajo, él caminó hacia mi regalo demasiado feliz y la agarró con cuidado para volver hacia mí entregándomelo. No era muy pesado, así que sí estaba un poco ansiosa por ver de lo que se trataba.
—Espero que de verdad te guste Addie, intenté que fuera todo lo que estabas buscando y bueno, ya lo verás ahora —asentí con una pequeña sonrisa y me senté en el sofá abriéndolo con cuidado, para poder ver que se trataba de un arco.
Era ligero y era bastante simple, algo que me gustaba demasiado, además tenía algunos toques de plateado, dos de mis colores favoritos.
Incluso pude ver mis iniciales ahí.
Le miré emocionada y dejé el arco aun lado, tirándome a sus brazos para abrazarle muy fuerte. Él soltó una pequeña carcajada abrazándome por la cintura.
—Muchísimas gracias por este regalo —susurré demasiado feliz porque en ningún momento se me paso por la cabeza que me regalaría un arco.
—No es nada, me alegra saber que te ha gustado. Yo te dije que te sería muy útil en el futuro —murmuró él y yo me limité a asentir emocionada.
Sin duda alguna había sido un increíble regalo que no lo soltaría nunca.
NOTA DE LA AUTORA
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Perdón por la tardanza.
Os amo demasiado y gracias por todo el apoyo. Ya sabéis que podéis seguirme en tiktok para ver todos los edits de mis historias. La cuenta es lvprongs también hay un Hashtag por si queréis hacer edits de la historia yo encantada de verlos #thearcherfinnickodairwattpad ❤
Os amo ❤
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