Sinopsis
Dean toca por accidente las alas de Cas cuando están en plena acción y descubre que son algo muy útil.

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Dean pasaba las manos lentamente por la espalda de su ángel mientras besaba con pasión sus labios. Podía sentir su piel desnuda con sus manos. Castiel besaba su cuello mientras Dean acariciaba su espalda. Nunca lo había hecho con tanto esmero hasta ahora.

Pasó sus yemas por la columna hasta subir a su omóplato. Tocó justo abajo del hombro donde sintió una extraña cicatriz.

-Dean- Castiel gimió bajito cuando rozó apenas esa marca -Estas tocando el nacimiento de mis alas-

-¿Tus qué? -

-Mis alas, estas tocándolas-

Dean se separó solo un poco para mirarlo a la cara.

-¿En serio tienes alas? -Preguntó incrédulo -¿Por qué no las he visto?-

-No todos pueden verlas -rió pasando sus labios por el cuello de su pareja y este reaccionó con un pequeño gemido -Es como mi voz. Tú no pudiste oírme cuando la primera vez que nos conocimos, por lo tanto no puedes ver mis alas-

Dean bufó y lo tiró a la cama para subirse encima.

-Aunque no pueda verlas igual te follaré duro esta noche-

Castiel gimió alto cuando Dean entró en él, lo abrazo por la espalda mientras besaba su mandíbula y gemía. Dean paso sus brazos por la cintura de su ángel mientras se movía. Tocaba sus costados subiendo por su espalda hasta tocar el nacimiento de sus alas. Castiel gimió muy alto al sentir como Dean enterró sus dedos en la cicatriz.

-¡Dean!-

Dean amó como se sintió eso, por ello tomó al ángel y lo volteó dejándolo boca abajo. Pronto lo tomó de las caderas y volvió a penetrarlo con fuerza mientras se sostenía de su cadera y hombro. Subió la mano de la cadera y rasguñó el nacimiento. Castiel soltó un gran gemido encorvandose, hecho la cabeza atrás y apretó la sabana en sus manos.

Los movimientos eran rápidos y casi bruscos. Dean gemía entre gruñidos y Castiel se derretía de placer al sentir las manos de su pareja en sus alas.

-Mm...Cas-

-¡Dean!-

-¿Te gusta cuando toco tus alas, ángel? -

--¡Si! -gimió -¡Oh, Dean!-

El nombrado estrujó la piel bajo su mano y Castiel se encorvó gritando su nombre para finalmente correrse. Dean solo necesito la imagen de su ángel gritando con el orgasmo para llegar al suyo.

Castiel cayó en la cama sin fuerzas en sus brazos y Dean sonrió tratando de recuperar el aliento.

-Dios, eso fue...wow-

-No menciones a mi padre cuando acabamos de cometer un sacrílego-

Dean rodó a su lado.

--¿Sacrílego? -

-Si. Acabas de follarte un ángel del señor, ¿no crees que es el termino correcto?-

-A eso lo llamo una noche de viernes. ¡Oh, mira! Es viernes-

Castiel rió y lo abrazó.

-Ame el saber de tus alas, creo que deberíamos usarlas mas seguido-

-Definitivamente-.

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