~ en soledad ~
La mente de Mikey estaba nublada, ¿Cómo pudo ser tan tonto? Se había entregado al asesino de sus padres, nunca debió haber escuchado a Todd.
Si tan solo no hubiera hecho nada de lo que Todd le dijo que hiciera.
Si tan solo se hubiera desacido del demonio cuando pudo.
Si tan solo hubiera llegado momentos antes de que su familia hubiera sido asesinada.
Si hubiera.... Esa palabra resonaba tan fuertemente en el, el hubiera se queda en el pasado, ahora debía enfrentar el futuro...
El brillo de sus ojos se había desvanecido, ¡¿que pensaría Rafa de el?!. Probablemente ya lo hubiera matado, en primera por dejar que un demonio se metiera en el convento y segunda por qué cometió un acto indebido.
Miraba fijamente el espejo mientras estaba arrodillado, poso una de sus manos al reflejo de si mismo copiando las mismas cosas que sucedían, sin luces, sin brillo alguno, sin demonios que salieran de este.. nada, ahora era un espejo cualquiera.
Se levantó del frío piso, dando una última mirada vio que su cuerpo estaba hecho un desastre estaba manchado de los fluidos de Donatello y de uno que otro beso casto en su cuello. Después miro fijamente la cama, ¿Por qué era tan difícil volver a encontrar la felicidad? El cuarto, la cama y el mismo... Tenían la fragancia de el.
Cerro su puño con irá y comenzó a golpear la cama, culpadose a si mismo, dejando que su fuerza hiciera el trabajo de desahogo, así estuvo un buen rato y en poco tiempo recobro la cordura. Suspiro cansado, con el cuerpo sumamente agitado, aventó las sábanas de la cama al suelo y la uso para limpiarse su cuerpo.
Dejando así el colchón, no tenía frío, no tenía calor, no sentía nada.
Dejo qué sus cansados ojos se cerrarán poco a poco, ya había hecho mucho drama, no durmió sin su pijama ya había decidido dormir desnudo. — te odio Donatello —
....
Mientras Donatello, había sido arrastrado de nuevo a su celda de antes, no tenia escapatoria alguna. Tomo de los barrotes que separaban el lado de su libertad y la esclavitud siendo visto en un espectáculo patético por la mujer.
— oh pobre angel caído.. — el demonio no podía si quiera mirarla pues su cabeza estaba baja — te e estado vigilando chico y no puedo creer que hayas caído tan bajo, lástima que te hayas enterado por las malas sobre tu pequeño amorcito —
Esto hizo que la irá de Donatello explotará
— Por qué!?, Dijiste que estaría con ella y solo me arrastras te de nuevo aquí!? —
— y así lo hice Donatello, te di la pequeña sorpresa de que tú prometida había reencarnado, en vez de gritarme deberías estar dándome las gracias —
Dijo mostrando sus ojos completa mente rojos en forma amenazante, y después se fue dejándolo solo.
Sabía que no tenía escapatoria alguna, el mundo estaba condenado y el era el responsable.
Big mama camino saliendo de las celdas en donde el demonio de morado yacía. Abrió un portal para desaparecer de la vista y no volver a ver la estúpida cara de Donatello.
...
— ummm — Leonardo dormía plácidamente en la cama de a lado de Rafael, por Dios, era mucho más suave que las nubes en las que pasaba la mayor parte del tiempo.
Estaba tan sumergido en su dulce sueño, de no ser por los incontables pasos de los niños que caminaban directo al desayuno.
Somnoliento abrio sus ojos lentamete, tallando se uno de ellos, se estiró y bostezo
— oye Rafael, podrías decirle a los niños que trato de dormir?... Rafael?! —
Abrió sus ojos rotundamente dándose cuenta de que el de rojo no estaba si quiera en la habitación — genial — contesto un poco molesto
Sin ningún tipo de preocupación, voló con sus pequeñas alas, piés? No gracias el prefería volar a donde sea.
Voló de pasillo en pasillo hasta que llegó a la cocina, encontrando a Rafa preparando el desayuno, algo que lo hizo sonreír
— hey amigo — dijo cómo si nada
Rafael quedó helado en cuanto lo vio, en plena vista de todos comenzó a sudar — que haces aquí!!?? Pueden verte!!!—
— tranquilo, nadie me ve~ —
En eso un pequeño niño se acercó a dónde ambos estaban, algo que lo hizo extrañar ya que empezó a saludar a Leonardo, el de azul le devolvió el gesto sonriendo radiante mente
—... Nadie puede verte, he? —
— jeje bueno... Solo los niños pequeños y una que otra persona con el don — se encogió de hombros
— como sea — dijo el de rojo para servir el último plato que era para el. Después ambos se dirjieron a una mesa sola.
Rafael analizó el lugar, mientras comia, pronto vio que alguien faltaba y ese era mikey. Sabía que debía ver qué sucedían, tenía un mal presentimiento pero sería una groceria levantarse pues ya estaba en su desayuno.
una vez terminado sus alimentos, camino un poco, llegando hasta la habitación del menor « esto es raro » se dijo a su mismo mientras Leonardo estaba detrás de él.
La habitación estaba en orden a excepción de que hacía falta las sábanas de la cama y la ventana estaba abierta. Cerro la habitación, camino al patio sabía que el probablemente estaría ahí, pues conocía muy bien a mikey.
— oh mira ahí está — dijo Leonardo señalando a la pequeña tortuga.
— Mikey!! —
Este ni se inmutó en verlo, tenía la cara muy cansada como para que tuviera alguna expresión en su rostro.
—... Mikey —
Rafael se acercó más a el, tomándolo del rostro. Leonardo y Rafael miraron algo extraño en los ojos del más joven, no tenían brillo, ni un signo de vida. Algo que hizo preocupar más a Leonardo.
— estás bien amiguito? — cuestiono, el menor no dijo nada, solo se aferró más al traje de monja
— solo estoy cansado... Muy cansado — lo último lo dijo apenas si en un susurro audible como para que lo escucharán.
— oh mikey... ¿Que sucede? — Rafa estaba sumamente preocupado por el pequeñín, nunca antes lo había visto de esa forma.
Mirando el césped, mikey contesto — no has sentido alguna vez, que fuiste un inútil y que no vales la pena? —
Rafael se enojo por ese comentario, tomo el hombro de Mikey y este captó el toque llegando a fijar su mirada en el mayor.
— te confieso algo? Si, me e llegado a sentir así — se sentó junto a el para estar más o menos en la misma altura — pero me han dado las fuerzas para seguir adelante sin importar lo tan mal que me sienta con migo mismo —
— quien? —
— Draxum — contesto sin más — el me a ayudado en mis tiempos de conflicto, era un secreto pero.... El vendrá mañana en la noche, tal vez no soy la mejor persona con la que puedas hablar pero Draxum te dará mejores consejos que los míos — sonrió agradable mente para el menor.
Tenía razón, Draxum era como un padre para ambos, y si algo sabía es que confiaba plenamente en el.
Pero no sabía a lo que se esperaría mañana....
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