Veía las grandes filas de ángeles preparados para luchar, suspiré profundo, mentalizándome para lo que se estaba por venir, hasta que una mano suave y cálida toma la mía. Miré hacia un lado y sonreí al ver a Rhys junto a mí.
-¿Segura que harás esto? -preguntó.
-Rhys, ya lo hablamos... Estoy segura -respondí.
Él resopló y no tuvo más remedio que asentir con la cabeza, aceptando que iría. Vimos a Amriel y Seraphine tomar sus posiciones frente a todos, me miraron y asintieron afirmando que ya era hora. Entonces el cielo se abrió, como si la barrera protectora finalmente se separaba para que todos nosotros y demás criaturas divinas salieran a luchar contra los demonios.
Rhys y yo volamos junto a ellos y caímos a la Tierra preparando nuestras armas. No solo habían demonios, sino también criaturas infernales horripilantes y llenas de ira.
Invoqué mi arco y disparé diez flechas a los demonios y criaturas a mi alrededor. Me di vuelta y golpeé con mi arco a un demonio que saltó sobre mí, Rhys lo toma por el cuello y este se desintegra enseguida.
Una oleada de demonios se acercan a mí, me costó un poco evitar que se acercaran. Pero el escudo de Rhys gracias al brazalete era de gran ayuda. Pero aun así, todos los demonios se acumularon sobre mí sin dejarme ni una salida, golpeaban la barrera pero esta los alejaba, sin embargo, eran demasiados.
-Manten la calma... -escuché la voz de mi madre.
Suspiré profundo y me concentré en ella. Con mi puño golpeé el suelo tan fuerte que creé unas ondas expansivas letales para los demonios, me levanté del suelo y cargué de nuevo contra ellos. Usé todo lo aprendido para no permitir que me hicieran daño. Rhys consigue acercarse a mí y protege mi espalda mientras yo cuidaba la suya. Sonreímos el uno al otro y atacamos de una manera en la que coordinamos nuestros movimientos, él aprovechaba mi flexibilidad y yo aprovechaba su fuerza.
-Nada mal, angelito -comentó bajándome de su hombro.
-Y lo dices luego de que te salvé de tu madre -lancé una flecha hacia arriba justo cuando un demonio se nos acercaba.
-Estaba inconsciente, así que no vi nada.
Los demonios que saltaron hacia nosotros explotaron enseguida creando una lluvia de sangre. Negué con la cabeza y le di un leve golpe en la frente con el dedo.
-Deja la arrogancia, ¿quieres, corazón? -me di vuelta y con dos espadas en un movimiento lancé ondas cortantes de luz que destruyeron a una gran cantidad de demonios.
Rhys me toma por la cintura y me saca de en medio cuando una serpiente demoníaca sale de la tierra donde hace un momento estábamos. Rhys no me suelta cuando recorre todo el cuerpo de la serpiente y terminamos en el suelo de nuevo.
-Mhm... Encuentra otro apodo, angelito, ese no combina conmigo.
La serpiente cae al suelo partida a la mitad, ni siquiera se había podido ver el momento o la forma en que Rhys la cortó por ahí está. Partida en dos.
-Está bien, ¿prefieres diablito? Para emparejar las cosas -convertí mi arma en una lanza que controlé con la mano para atravesar a varios demonios a la vez.
-Sigue intentando.
Rhys toma mi mano y me hace girar para apartarme cuando un demonio se me acercó, él levantó la mano hasta la altura de su rostro y creó una llamarada que incineró al demonio y a otros más.
-¿Príncipe?
-Vas por buen camino.
Me enderezó. Lo usé de apoyo para dar un salto y patear a otra criatura que lo iba a atacar por detrás. Parecíamos en algún tipo de baile extraño, ¿tango? Quizás.
-Ya sé. Flamitas -mi espalda golpea con su pecho mientras una de sus manos sostiene la mía y la otra presiona mi cintura.
-Retrocediste.
Rodé los ojos, él me toma por la cintura para elevarme y así li varias patadas que sumé con ondas expansivas para deshacernos de los demonios. Volvimos a pegar nuestros cuerpos, esta vez cara a cara.
-¿Qué te parece...-mi pierna izquierda se sostiene de la suya y extendí la derecha hasta patear por la mandíbula de otro-... mi amor?
Su sonrisa se hizo más grande, pegó nuestras frentes un segundo antes de hacerme bajar y dejarme en el suelo. Dos demonios se cuelgan de su espalda pero extendió tanto sus alas que los mandó a volar y explotaron en el aire.
-Me encanta -sonreí.
-Oigan, dejen de jugar y tomen esto en serio -Mark y Luke se reúnen con nosotros.
-Amriel está luchando contra Voragoth pero necesitará refuerzos -menciona Luke.
De repente vimos una sombra enorme caer hacia nosotros. Nos hicimos a un lado de inmediato y vimos a Amriel, en su forma más pura derrapar en el suelo con una herida en el pecho.
-¡Amriel! -Seraphine, también en su forma divina lo fue a ayudar a levantarse.
El suelo empezó a temblar, Rhys se tensó junto a mí. Miramos hacia un lado donde una silueta de más de cincuenta metros se alza sobre nosotros. Con cada paso que daba más cerca, más alto saltaba todo. Rhys me toma por la cintura de una manera protectora. La niebla espesa cubría em cuerpo de aquel monstruo, pero cuando soltó un rugido tan fuerte y atroz aquella niebla se disipó. Mi cuerpo entero tiembla, la presión que ejercía hacía crecer un terror enorme en mí.
Algunos se desmayaron como lo había previsto Rhys. Yo estaba por hacer lo mismo.
Retrocedí unos pasos temblorosa pero al hacerlo mis piernas se sintieron débiles, caí al suelo y Rhys me mira preocupado y... aterrado. Apretó sus manos en puños y volvió la mirada hacia el frente.
Aquel monstruo se para frente a nosotros y nos observa, pude ver que detuvo su mirada en nosotros dos... en mí.
Vi a través de aquellos huecos donde deberían ir los ojos en la calavera. Unos puntos rojos que podían ver a través de mi alma, sentía que con cada mirada me quebraba... podía escuchar susurros, maldiciones en el idioma demoníaco. Abrí los ojos de par en par y de pronto... todo se detuvo.
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