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Capítulo 30

Al escuchar todo lo que Rhys tenía para decir el miedo en muchos era evidente. Los entendía y comprendía el terror que sentían los más jóvenes.
Estaba tan agotada que prefería ir a mi habitación, darme una ducha relajante y acostarme a pensar... aunque no tuviéramos mucho tiempo. Aún habían ángeles en la Tierra peleando por salvarla, pero... ellos no pueden hacer nada en contra de Voragoth. Aún los arcángeles más fuertes no eran suficientes.

Pude derrotar a Ravenna, me hice más fuerte y eso que fue la primera vez que entraba en la guerra. Pero si Voragoth es mucho peor... me siento que volví a donde empecé. Cuando aún tenía solo un par de alas y le tenía tanto miedo a Rhys y no conocía lo aterradores que eran sus padres.

-Por favor, dime que me escucharás y te quedarás aquí -oí la voz de Rhys en la puerta.

Esta estaba abierta pero él no miraba dentro. Bajé la mirada al agua de la bañera y me metí un poco más en esta.

-Me gustaría hacerlo, quisiera quedarme y ocultarme del miedo... -murmuré sincera-. Pero no quiero estar tranquila mientras otros arriesgan sus vidas. Me sentirías culpable de haberme quedado.

-Da igual, prefiero a que te sientas culpable que verte tirada muerta en algún lugar -espetó.

-¿Realmente crees que... moriré si voy? -cuestioné, no con una actitud arrogante o en broma, realmente quería saber si no tenía otro destino más aparte de morir. Rhys resopla estaba segura que apoyó su mano contra su rostro.

-Ni siquiera estoy seguro de que yo salga con vida de esto. Quizás y ni pueda acercarme a él antes de que me mate...

Escuché sus pasos alejarse brevemente. Suspiré y salí del agua para enrollarme en mi toalla, solté mi cabello que decidí no mojarlo y salí del baño para ver a Rhys sentado sobre mi cama, sujetándose el cabello con frustración.

-Bueno... -llamé su atención haciendo que se levantara de la cama y me mirase al rostro-. Si esta es nuestra última noche juntos me gustaría que fuera inolvidable y... cumplirte el sueño.

Sujeté su mano y la llevé hasta mi cuerpo, la deslicé por mi cuello y luego por mi pecho, hasta toparse con el borde de la toalla. Él no intenta quitarla hasta que asentí con la cabeza, mete dos dedos y estira la toalla hasta que cayó al suelo. Mi rostro arde pero sonreí de todas formas.
Me acerqué a Rhys y besé sus labios con intensidad, él me correspondió al instante, sujetó mi cintura desnuda y me atrajo hasta él, pegando nuestros pechos. Empecé a levantar su remera y él se encargó de quitársela.

Dejé que se encargara de su ropa así que fui a sentarme en la cama y observe como se desvestía frente a mí. Tragué con dificultad al ver lo que escondía bajo su ropa, relamí mis labios. Rhys se me acerca y vuelve a besar mis labios antes de que yo bajara los besos por su cuello, cruzando por su pecho, su abdomen y terminando en su miembro. Besé la punta antes de lamerlo, pasé mi lengua por su longitud hasta sus testículos, entonces lo metí en mi boca. Aunque lo que no conseguía hacer que cupiera lo acariciaba con mi mano envuelta en él.

-Mhm... -lo escuché gemir-. Ah... Loren.

Mi cuerpo se estremece al escuchar mi nombre en un gemido suyo. Comenzaba a sentir que algo goteaba entre mis piernas mientras le causaba placer hasta el punto de hacerlo gemir. Rhys toma mi cabello y decide embestir mi boca, podía sentirlo llegar profundo en mi garganta haciéndome dejar los ojos en blanco. Entonces su miembro dejó salir aquel líquido preseminal que poco después se convirtió en un verdadero chorro que llenó mi boca.

-¡Hmmhg! -solté apretando las piernas por la incomodidad en mi intimidad. Quería que me tocara... sentía esa necesidad.

Tragué lo de mi boca y lamí el excedente de su miembro. Rhys jadeaba un poco pero me sonríe y me acomoda en la cama para colocarse sobre mí y besar mi cuello hasta pagar a mis senos. Se llevó uno a la boca y masajeó el otro, y viceversa. Jadeé sintiendo como mis pezones se endurecían y él mordía alrededor.
Volvió a bajar por mi cuerpo hasta llegar a aquel lugar, pasó su lengua haciéndome arquear, comenzó a succionar con su boca y de paso metió dos dedos en mí. Mordí mi labio inferior para intentar controlar mis gemidos pero el placer era tan fuerte que no pude hacerlo, incliné la cabeza hacia atrás, me aferré de su cabello con una mano y gemí.

-Rhys... ¡Mhm! Oh, cielos...

Movió sus dedos en mi interior, tocando el punto perfecto. Es como si supiera exactamente el lugar y la agilidad con la que tocarme.
Su lengua, realmente larga, se adentra en mi interior junto a sus dedos, simulando embestidas y consiguiendo que sintiera como si perdiera la cabeza. Jadeé con más fuerza al sentir aquel revoltijo en el estómago antes de sentir cómo me corría en su boca y él no permitía que se desperdiciara ni una sola gota de mí.
Volvió a colocarse sobre mí, besó y mordió mi cuello hasta bajar de nuevo. Lo sentí acomodarse entre mis piernas, fui consciente cuando empezó a frotar su miembro contra mi intimidad y así humedecer ambos sexos para cuando presionó la punta dentro de mí.

-Ah... -solté temblando cuando metió todo el capuchón de la punta. Entonces golpeó con brusquedad haciéndome sobresaltar- ¡Hmgh! ¡R..Rhys! S..Siento que y..ya no puedo.

Lo escuché reír entre dientes contra mi cuello, miró mi rostro y acarició mis labios con su pulgar.

-Tendrás que poder, angelito. Apenas he metido la mitad.

-¡¿Huh?! -lo miré sorprendida pero entonces me dio otra embestida que me hizo arquear aún más.

Empezó a moverse, metiendo y sacando su miembro de mi interior hasta que relajaba mi vagina, consiguiendo que fuera más profundo y por fin todo su miembro estaba dentro de mí. Con cada embestida soltaba gemidos que no podía controlar, me aferré con mis piernas a su cintura y mis manos acariciaban sus brazos musculosos. Gemía contra su oreja emocionando más sus movimientos, Rhys besa mi cuello mientras jadea por el placer.

-¡Joder...! Loren... Tenía razón, estar dentro de ti es el verdadero paraíso, cuando me aprietas... me excitas aún más que me hace desear ser más brusco contigo -sus palabras conseguían excitarme, nunca creí que el que me hablaran así fuera a causar este efecto.

Lo apreté de nuevo con mis paredes vaginales y él vuelve a gemir extasiado. Su sonrisa ladina me hizo saber que esa había sido la gota que colmó el vaso. Tomó mis piernas y me hizo girar hasta apoyarme en mis brazos y rodillas. Se inclinó sobre mí empujando más profundo y mordiendo mi nuca, lo hizo tan rápido y tan duro que apenas podía mantenerme consciente. Me estaba volviendo un desastre.

-¡R..Rhys! -me tomó por el cabello y la cintura para sostenerme y golpear más profundo.

Mi cuerpo tiembla del placer, mis brazos apenas podían sostener mi peso. Cuando salió de mí caí con mi pecho sobre la caba y suspiré profundo, pero sentí su lengua lamer mi intimidad antes de que su mano abofeteara mi trasero consiguiéndome sobresaltar. Se acomodó y volvió a meterse entre mis labios, tomando mis caderas y golpeando mi trasero con fuerza. Lo sujetó hundiendo sus dedos en mi piel e igualmente lo golpeó para hacerme apretarlo cada vez más. No podía callarme, mi voz era incontrolable, hasta cuando sentí como su mano ardía y se marcaba en mi piel como una advertencia de que le pertenecía.

Rhys me toma por el cuello para hacerme levantar la cabeza y girarla hacia un lado para besar mis labios. Su mano en mi cuello quemaba a la vez que apretaba hasta hacerme sentir que me ahogaba, pero en realidad no me importó... Me hizo sentir más placer del que debería.

-¿Sabes una cosa, angelito? -sonríe sobre mis labios sin dejar de embestirme-. Cuando mi madre quiso que te usara de esta forma fue para robarte poder, porque esta es una de las formas para hacerlo y la más placentera.

-Puedes hacerlo -solté con dificultad-. De todos modos... necesitarás fuerzas para enfrentar a tu padre. Haz un buen uso de mí, Rhys.

Su sonrisa se marca en mi cuello. Lame mi piel y mientras empuja hasta lo más profundo de mí pude sentir como parte de mi poder era absorbido por su cuerpo. Sentí algo filoso contra mi cuello y entonces solté un quejido cuando mordió mi cuerpo hasta que un hilillo de sangre recorría mi piel.
Rhys nos cambia de posición, me deja encima de él, aún tomándome por el trasero me mueve y embiste a la vez. Me apoyé en mis rodillas para estabilizarme y mover mis caderas mientras mis labios encontraban los suyos. Me abrazó con un brazo rodeando mi cintura y la otra mano apretando mi trasero, mis gemidos se ahogaban en su boca hasta que finalmente podía sentir que ambos estábamos al límite.

-¡A..Ah...! -solté cuando llenó mi interior por completo, impulsando mi orgasmo a la vez.

Caí rendida sobre él, sintiéndome extremadamente agotada. Él dejó de absorber mi poder y besó mi hombro con ternura, me acostó a un lado y salió de mí.

-Si no te hubiera dejado sin fuerzas por absorber tu poder... créeme, angelito, que aún te estaría penetrando hasta el amanecer.

Sonreí aunque fuera adormilada. Acaricié el rostro de Rhys quien sostuvo mi mano y besó mis nudillos, nos cubrió con las mantas y me atrajo a sí para abrazarme. No dijimos nada más, no hacia falta, solo me dejé llevar por lo calmada que me hizo sentir hasta cerrar los ojos y caer inconsciente finalmente.

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