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Capítulo 26

Cuando cobré la conciencia los recuerdos golpearon mi cabeza en un segundo, ni siquiera me dejaron reaccionar mejor cuando ya había saltado de la cama. Me levanté de golpe pero todo mi cuerpo se sintió adolorido por hacerlo.
Me llevé una mano al hombro y al llevar mi vista hacia allí noté un parche bastante grande que cubría la herida más grave. Miré a todos lados aún así, esperando ver a Rhys y que no lo hayan matado o encerrado.

-¿Rhys? -lo llamé pero no hubo respuesta. Me levanté de la cama y abrí la puerta del baño, ni siquiera estaba cerrada del todo-. Rhys, si estás jugando de nuevo te mataré.

Nada.
Comencé a desesperarme y creer que en serio lo habían encerrado.

-Rhys, por favor... s..si te muestras, te enseño un pecho -dije como aquella vez pero no hubo respuesta. Mi corazón latió con fuerza en mi pecho, hasta que sorpresivamente siento unas manos en mi cintura.

-Deberías dejar de prometer esas cosas, angelito... -su voz acaricia mi oreja haciéndome estremecer-. Porque estamos en el mismo cielo y yo de santo no tengo nada como para no tomarte ahora mismo.

Me di vuelta rápidamente y lo vi de pie frente a mí, solté un suspiro de alivio a la vez que me aferré a él, pegando mi frente a su pecho. Rhys me rodea con sus brazos mientras ríe levemente.

-¿Y ahora qué tienes? ¿Eh?

-C..Creí que... te habían encerrado o que te habían matado con ancerita o algo -suspiré para calmarme y no llorar-. Me... Me preocupé.

Pude sentir cuando su corazón empezó a golpear más fuerte su pecho, apoyé una mano sobre este para sentir sus acelerados latidos pero entonces me cargó en brazos.

-¿Qué se supone que haces fuera de la cama? Debes de descansar -me regaña al llevarme a la cama.

No pude evitar dejar escapar una pequeña risa cuando eso.

-No tienes que preocuparte, angelito -me dejó en la cama nuevamente-. La ancerita se ha acabado completamente con la guerra, tu collar fue el último fragmento que había quedado.

Suspiré de nuevo con alivio, Rhys se levanta pero yo sujeté su mano antes de que pensara en irse. Solo había actuado por impulso, al darme cuenta lo solté y aparté la mirada sonrojada.

-¿Pensabas que iba a dejarte sola, angelito? -pregunta con un tono de burla- ¿Quieres que me quede?

-P..Por supuesto que no, no me importa siquiera -me crucé de brazos y mantuve la mirada apartada.

-¿En serio? -ríe levemente y me hace girar el rostro hacia él-. Eso no era lo que parecía.

Me encogí de hombros y aparté mi cabeza de su mano, él ríe pero me suelta de todos modos. Aunque aún así se acorrala contra la cama y acerca sus labios a mi oreja.

-¿Sabes algo? Todavía no se me olvida lo que dijiste en aquel momento cuando iban a matarme -murmura- ¿No quieres repetirlo de todas formas? Me gustaría oírlo de nuevo.

Rápidamente mi mente recuerda el momento en que estaba defendiendo a Rhys y... dije que lo amaba. ¡Joder!

-¡Ya quisieras! -lo empujé-. Solo lo dije para que te dejaran en paz.

-Sí, claro. Aprovechas demasiado que puedes mentir, angelito -se enderezó-. Pero está bien, si no quieres admitirlo ahora, haré que lo admitas con el tiempo.

Se apartó unos cuantos pasos, lo miré con atención pues comenzó a quitarse los zapatos y repentinamente se quitó la remera, demostrando su ancha espalda musculosa y con tatuajes... Cubrí mis ojos rápidamente.

-¿Q..Qué crees que haces? -pregunté.

-Quieres que me quede, ¿no? Pues es más cómodo así.

Se dio la vuelta y yo hice huecos entre mis dedos, vi entonces con más atención sus pectorales y abdominales muy bien marcados... la primera vez que lo vi, que también fue la primera vez que lo vi sin remera, no había podido notar esto... pero supongo que desde ahora me llamaré Regina.

-Una foto te dura más, puedo posar para ti si quieres -sonríe de lado.

-¡Ni siquiera te estaba viendo!

-Tu rostro sonrojado no dice lo mismo.

Me cubrí completamente con las mantas, lo escuché reír antes de sentir que se acostaba a mi lado y se metía junto a mí bajo la manta, me di vuelta para encontrarlo frente a frente conmigo. Su rostro era diferente, no físicamente, sino... la forma en que me estaba viendo, parecía fijarse en cada detalle de mi rostro hasta memorizarlo, y sus ojos se veían brillantes y como si sonriera con ellos.

-Okey, hace calor -me destapé y abaniqué mi rostro.

-Sí, suelo ocasionar eso en las personas, sobretodo en las mujeres.

Rodé los ojos, no sé por qué razón pero aquel comentario me había disgustado, ni siquiera que di cuenta cuando no estaba disimulando mi disgusto hasta que lo escuché soltar una carcajada.

-¿Te has puesto celosa, angelito?

-¿Por qué habría de estarlo? ¿Solo porque siempre mencionas que estuviste con muchas chicas y que nadie se resiste a ti? Por favor, que narcisista eres.

Si lo digo de esa forma sí parezco una completa celosa. ¿Puedo borrar lo que dije? Me gustaría borrar lo que dije.
Rhys ríe entre dientes y de repente me abraza por la cintura hasta esconder su rostro en mi cuello. Su respiración hacia cosquillas en mi piel.

-No tienes por qué ponerte celosa, angelito. Tú eres la única que me interesó que aún no la he follado y aún así conseguiste mucho más que esas otras.

-¿No te dicen Romeo, de casualidad? -rodé los ojos de nuevo.

-Pues es uno de mis nombres falsos así que... al menos en el milenio pasado me llamaban así.

-Ahora tengo muchas dudas.

-Pues dilas -él se separa para verme.

-¿Cuántos años tienes? -volví a preguntar.

-De nuevo con eso, no dejaré que vuelvas a llamarme pedófilo.

-Anda ya, si ya tengo claro que tienes más se mil años -me crucé de brazos y él ríe-. Solo dime y dejaré de insistir.

Bufó y negó con la cabeza por diversión.

-Bien... justamente ayer cumplí los tres mil años.

-¡¿Tres mil?! -solté completamente sorprendida. No esperaba que tanto.

-Sí -él vio mi expresión por lo que rodó los ojos-. Ya, puedes decirme pedófilo si quieres.

-No... No lo haré -aunque ganas no me faltaban-. Después de todo... supongo que no te has metido con ninguna menos de edad... eso me has dicho.

Sonrió y agradeció por lo comprensiva que fui. Suspiré para asimilar más rápido y asentí aceptándolo.

-Dijiste algo sobre nombres falsos, ¿Rhys también es falso?

-No, en realidad. Es verdad que mi verdadero nombre es Heatscar pero Rhys es como una definición en otro idioma, en el idioma maldito, más bien.

-Entiendo. Entonces... puedo seguir llamándote Rhys en vez de Heatscar.

Asintió y entonces atrajo su mano hasta mi rostro, acariciándome cuando colocó un mechón de cabello tras mi oreja con una sonrisa.

-Si es por mí, preferiría que olvidaras el nombre de Heatscar y solo usaras el otro. Suena mucho mejor cuando tú me llamas así.

Volví a sentir mis mejillas sonrojadas pero sonreí sin apartar la mirada. Aunque, sí bajé la vista hacia sus labios, los tenía tan cerca y quería probarlos de nuevo.

-Solo tienes que hacerlo si tantas ganas tienes, angelito.

No me dejó reaccionar cuando me atrajo hasta él y besó mis labios, cerré los ojos casi am instante y envolví su cuello con mis brazos. Me quitó el aliento tan rápido que para distraerlo y que me dejara tomar aire fui yo la que mordió su labio inferior y lo jaló levemente, él sonrió al soltarlo y volvió a besarme.
Una de sus manos se cuela bajo mi remera, acaricia mi piel haciéndome sentir ardor por donde sea que pase su mano. Un ardor placentero. Entonces se colocó sobre mí sin dejar de besarme, su mano sube hasta uno de mis senos y se mete bajo el brasier igualmente, no lo detuve. Jadeé sobre sus labios cuando apretó mi seno y presionó mi pezón como un verdadero botón.

Lo solté y con una sonrisa levanté mi remera junto a un lado de mi brasier, solo para destapar un seno.

-Te lo dije, si te aparecías te lo mostraba -reí al igual que él.

-¿No puedes mostrarme ambos mejor?

Negué con la cabeza.

-Si hubieras aparecido aquella vez lo haría ahora y sumaba a dos. Pero como no fue así, tendrás que conformarme.

-Está bien, con tal de que me dejes probarlo...

-E..Espera, e..eso no fue parte del... ¡Mhmg! -aferré mis manos a su cabello cuando su boca atrapó mi pezón.

Es ahora que descubro que soy demasiado sensible en aquel lugar. Su lengua lo rodeaba y jugaba con mi pezón, jadeé e incliné la cabeza hacia atrás, sentía que estaba empezando a sentirme húmeda allí abajo, cerré los piernas intentando calmar el sentimiento. Rhys suelta mi seno y me mira con una sonrisa antes de besar mi cuello y dejar unas cuantas mordidas.

-D..Dejarás marcas... -mencioné aún así tampoco hice nada para detenerlo.

-Aún mejor... -respondió sonriendo contra mis labios.

Solté quejidos cuando sus dientes mordieron con más fuerza, pero enseguida suspiré profundo. Bajó las mordidas por mi pecho, incluso por mi seno. Estaba sintiéndome tan agitada cuando llamaron a la puerta y yo me espanté, Rhys me observa divertido antes de desaparecer, sentí que la presión de su cuerpo sobre la cama igualmente desaparecía y yo me cubrí completamente hasta el cuello. Eran mis padrinos y Ariella queriendo saber cómo estaba.

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