Capítulo 15
Desde que amenacé a Rhys con la Ancerita no se ha vuelto a acercar, ni él ni sus amigos. Kathe estaba más callada de lo normal, y me gustaría creer que solo es por la culpa de algún poder extraño de Luke y no... por sentimientos reales, quiero decir, ¡él no es el adecuado! Kathe tiene que saber eso, quizás no lo entienda ahora pero en algún momento verá que lo que sentía por él no era de verdad, solo era la manipulación de Luke... ¿cierto?
La miré de nuevo, se veía decaída pero intentaba esconderlo al hablarme de cosas que en realidad ni a ella le importan. Noté cuando vio de reojo hacia la mesa en donde estaban los tres demonios, Rhys me veía como si esperase el momento en el que me quite el collar para matarme, pero en cambio Luke se veía como si igualmente estuviera decaído. Volví la vista a Katherin quien me sonreía al hablar, hasta que se escucha el timbre de la escuela.
-¿Ya acabó el almuerzo? No lo sentí -mencionó-. Vamos, es mejor llegar antes que la profesora.
Suspiré asintiendo y junto a ella nos fuimos a clase. Los chicos apenas asistían o si lo hacían se sentaban realmente lejos de nosotras... bueno, de mí. Así fue por una semana desde lo ocurrido con Rhys, sinceramente... estaba empezando a sentirme mal por Kathe, ya que esto claramente no era algo de un poder demoníaco, esto era verdadero... y mutuo.
-Bueno, nos vemos el lunes -se despide Kathe saliendo casi a las apuradas.
Estaba casi cien por ciento segura de que iría a verse con Luke, pues si no está cerca de mí... pueden estar juntos. Gruñí frustrada pues mis intentos de querer protegernos me estaba volviendo una terrible persona que... según mi sobre pensar, estaba siendo egoísta.
-Mamá... ¿puedo preguntarte algo? -cuestioné estando al borde de un acantilado junto a ella.
-Por supuesto, dime.
-¿Es malo querer alejar a ciertas personas para proteger a otra aunque se gusten? Es que... ellos no...
-Hablas de Katherine y Luke, ¿cierto? -cuestionó, asentí con la mirada baja-. Ciertamente el amor es un tema muy delicado, muy ciego. No elegimos a quien amar y eso es lo peligroso, como sucedió con tu padre y conmigo. Pero, ¿sabes algo? No me arrepiento de nada, no me arrepiento de conocer a tu padre y mucho menos de enamorarme de él a pesar de las consecuencias.
Mamá levanta mi cabeza para que la viera, ella me sonríe con ternura.
-Querer proteger a quienes amas no es malo, pero... hay límites. Katherine conoce las consecuencias de amar a Luke y aún así lo hace con sinceridad.
-Pero ella no sabe las verdaderas consecuencias -suspiré.
-Créeme, cariño... lo sabe. Así que no es tu responsabilidad obligarla a separarse de quien le gusta, tú le diste una advertencia y ella lo pensó con cuidado, pero la decisión de seguir o no depende de ella. No de ti.
Bajé la mirada de nuevo asintiendo levemente. Mamá besa mi coronilla y me abraza apoyando mi cabeza en su hombro.
-Mamá... ¿te molestaría que dejara de usar el collar?
-Por supuesto que no, ese collar lo hice para protegerte pero ahora no hace falta... y si tú también dejas de lado las diferencias y rencores, menos lo vas a necesitar.
-¿Qué significa eso? -hice una mueca.
-Ya lo comprenderás. Es hora de despertar.
Abrí los ojos con tranquilidad. Me senté en mi cama pensando en las palabras de mi madre todo el tiempo que me tomó ducharme y alistarme para la escuela. Estuve lista luego de casi una hora y cuando estaba por salir de la habitación me detuve a ver el collar en mi mesita de luz, lo tomé entre mis manos y sonreí ligeramente mientras lo apoyaba contra mi pecho y pensaba en mi madre. Lo guardé en mi cajón y salí de casa para ir a la escuela.
Como había llegado más temprano pude ver a Kathe y Luke juntos sin que ninguno se diera cuenta hasta que estuve más cerca y se giraron rápidamente para verme con nervios, pero Luke se dio cuenta de que no traía el collar. Kathe lo miró y él a ella.
-Hey... hola -sonreí estando a metros de ellos.
-L..Loren... llegas antes -menciona Kathe sonriendo nerviosa pero entonces suspira profundo con culpa-. Lo siento, sé que no te agradan y no quería ocultarlo, yo...
-Kathe, está bien, no te preocupes. Lo entiendo -miré a Luke con una sonrisa sincera y disculpándome. Él asiente levemente y apoya su brazo sobre los hombros de Kathe.
-Te sugiero tengas cuidado ahora, alguien estará al acecho -murmura Luke con una sonrisa divertida.
-Lo sé... ya me he mentalizado.
Él ríe levemente mientras que yo sonreía nerviosa y miraba a todos lados. Ellos dicen algo sobre entrar al salón a esperar la hora, pues faltaba mucho tiempo aún. Fui con ellos manteniéndome atrás para no interferir más, mantenía la mirada en el suelo escuchando las pisadas de todos y sus charlas inentendibles hasta que de pronto... todo se detuvo.
-¿Mark? -levanté la mirada pero esta vez no era solo una parálisis, estaba completamente sola en el pasillo- ¿Qué...?
Abrí los ojos de par en par cuando mi corazón salió con pánico dentro de mí, mis piernas flaquearon, el terror recorría mi cuerpo de solo sentir su presencia haciéndome temblar. Miré a todos lados pero entonces toma una de mis muñecas y me golpea contra los casilleros, manteniendo mi mano inmovilizada sobre mi cabeza. Sus ojos estaban brillando al rojo vivo... tenía miedo.
-¿Cuál fue la causa? ¿Se te ha perdido o lo olvidaste esta vez? -su voz ronca y enfadada me hizo temblar aún más-. Sea lo que sea no importa, ahora estás desprotegida sin esa maldita piedra.
Su mano apretaba con fuerza mi muñeca, incluso sentía que comenzaba a quemarme, dolía...
-Ya no eres tan valiente, ¿eh? ¿Ya no vas a amenazarme? ¿No vas a pisarme? -me toma por las mejillas con fuerza y me hace mirarlo-. No eres nada sin esa cosa. Es una lástima para ti no tenerla a la mano, fuiste una idiota al no traerla ahora.
-S..Si lo traía... Kathe seguiría triste -me costó pronunciar.
-¿Hm? -Rhys suelta mis mejillas pero aún me hace mirarlo.
-La dejé a propósito... para que Luke y Kathe estén juntos aunque yo esté presente... ellos se aman... No quiero impedirles hacerlo -bajé la cabeza apenada pero me hizo volver a mirarlo.
-Al parecer sí tienes algo de empatía, creí que eras igual a los otros. Pero solo te diferencias en tan poco...
-¿Y qué esperabas? -solté-. Solo hace falta que te des cuenta cómo me tienes ahora para entender por qué lo hice. Me dices que soy igual a los otros pero por lo que sé tu no eres diferente a los demonios que mataron a mi madre, lo único que te hace diferente es que ellos no jugaron con ella, no la hicieron temblar del miedo hasta llorar. Ellos solo la mataron.
-Debería hacer lo mismo contigo -me apretó más contra los casilleros-. Debería matarte de una vez.
-Entonces... hazlo -respondí mirándolo a los ojos-. Mátame para no tener que pasar por esto de nuevo, ya no quiero que me veas como un juego, Rhys... Mátame, y acaba con esto de una buena vez.
Él se me queda mirando con impresión. Vi su mano libre listo para agarrarme del cuello y matarme, cerré los ojos esperando que lo hiciera, no pude evitar soltar una lágrima por pensar que en verdad lo haría.
-¡Agh! -soltó frustrado, me agarró del cuello pero no lo hizo con fuerza-. Ojalá hacerlo... ojalá ignorar esa maldita voz que me dice que no lo haga. Quiero matarte... pero no puedo.
Me soltó finalmente y desapareció, me dejé caer al suelo cuando el miedo provocado por él se esfumó pero solo quedaba mi propio miedo. Apoyé una mano sobre mi pecho y sentí los latidos acelerados de mi corazón mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas y los sollozos escapaban de mis labios. Estaba temblando y no podía parar.
-Loren... -Kathe aparece junto a mí para ayudarme.
Noté que todos volvieron a la normalidad pero no por mucho, pues Mark, quien estaba junto a Luke, detuvo el tiempo.
-No tienes que preocuparte más -escuché a Luke. Kathe me ayuda a levantarme mientras me abraza-. Ya hizo lo que quería conseguir.
-¿Y..Y eso qué es? -pregunté tragando con dificultad.
-Aterrarte, es todo lo que deseaba hacer. Por haberlo humillado y hacerlo sentir vulnerable.
-Pues lo consiguió -respondí-. No quiero volver a estar cerca de él, de verdad, no quiero.
Empecé a sollozar mientras temblaba junto a Kathe, ella intentó calmarme pero me sentía desesperada. Aún tenía miedo y más de él.
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