Prólogo
Nos encontramos en una sala de interrogatorios donde un peliverde se encontraba con una mirada vacía y perdido en sus pensamientos al mismo tiempo que jugaba con sus lentes los cuales se hayaban en la mesa, pero más que jugar parecía solo hacerlo como un gesto de que estaba vivo, algo que más destacaba de él era estar vestido con un traje negro y estar completamente mojado como si un auto lo hubiera bañado con el agua de un charco mientras el se encontraba en su propio mundo dos personas se hayaban viéndolo detrás del vidrio unidireccional, estos eran ni más ni menos que el Héroe Hawk y la heroina Rumi.
Hawk: a repetido el mismo movimiento por 15 minutos, debe estar muy afectado –sintiendo lástima por el chico.
Rumi: esto es una pérdida de tiempo –mientras daba un leve gruñido.
Hawk: si tu lo vez así no te juzgare –viendo con desaprobación a su amiga– bien quédate aquí yo me encargo de esto –dijo para luego ser detenido por la peliblanca.
Rumi: a dónde vas? Este caso es mío, yo soy la que va a interrogarlo –con un rostro que prometía dolor a aquel que la contradiga.
Hawk: si sabes no creo que seas la indicada para esto –ganándose una mirada lñña cual reflejaba varias torturas de la edad media– no me malentiendas pero eres algo insensible y el chico acá de recibir un golpe muy duro.
La heroina solo golpeó con fuerza el suelo con su pie para reafirmar su autoridad en esta situación.
Rumi: no pedí tu consejo, además los niños son estúpidos no saben cómo funciona el mundo –tomando un vaso con una malteada helada– espero y sea de mora azul –dijo para entrar a la sala.
El chico seguía en sus pensamientos hasta que escuchó la puerta abrirse al voltear a esa dirección vio a la heroina la cual no parecía tener la intención de dialogar pacíficamente por lo que sólo se limitó a colocarse sus lentes y a soltar un suspiró muy pesado.
Rumi: muy bien no necesitó que te presentes y yo tampoco lo haré así que vayamos al grano –dejando el vaso enfrente de el– toma es tu favorito me debés 500 yenes por el –dijo en voz baja para que nadie la escuche.
Por su parte el chico solo se limitó a empujar el vaso hasta el otro extremo de la mesa.
Izuku: mi cuerpo está luchando por mantenerse caliente si tomó un poco de eso podría resfriarme o algo peor, además no me gusta la mora azul –apartando la mirada de la heroina.
Rumi: ok, podemos dejar esto en otro lado –hablando con un tono amable mientras tomaba el vaso– que tal... –quitándole la tapa– ...aquí? –dijo con una sonrisa mientras derramaba todo el contenido sobre el peliverde– quien lo diría? el azul te queda bien.
El peliverde solo cerró sus ojos mientras se quitaba los lentes para limpiarlos.
Izuku: muy bien ya te divertiste ahora que quieres saber? –con un tono neutro.
Rumi: así me gusta, hablame sobre esa chica, la pelirosa que saltaba.
Izuku: ella era... –recordando los aspectos de su amiga– muy reservada pero amable, no importaba que tan malo era su día siempre trato de ayudar a otros, le gustaba dibujar y diseñar trajes de héroes, también adoraba escuchar sobre los logros de los héroes, era única y muy especial para mí –dijo mientras miraba sus manos con una sonrisa.
Rumi: pffff –mientras dejaba caer su cara contra la mesa– eso es lo más ESTÚPIDO QUE EH OÍDO!!! –levantándose de golpe para luego tomar al chico de la camisa– debes de saber que no soy muy paciente asuyque dime, ¿acaso tu sabías sobre su idea de ser una vigilante?
Izuku: no, no sabía nada –bajando la mirada–
Rumi: no mientas, revisamos su teléfono y fuiste la última persona con la que tuvo contacto, así que responde, ¿sabias algo de esa mierda? –apretando más si agarre–
Izuku: te dije que no se nada –tratando de calamarse–
La heroina soltó al chico le cual cayó al suelo, ella sin siquiera preocuparse tomó su silla y se sentó enfrente de él con una mirada seria.
Rumi: sabes nunca me preocupe por pequeñeces, ya sabes amigos, familia, el romance pero mi hermana murió por un accidente, accidente provocado por un villano y una vigilante, decido investigar un poco y que me encuentro que tu pequeño bastardo eras su único amigo, dejame decirte algo por esta vez te puedes ir pero si descubro que tuviste algo que ver, créeme te haré sufrir y mucho –dijo con un tono amenazante.
El chico solo se limitó a levantarse para luego ver a la heroina con una mirada que reflejaba un gran vacío.
Izuku: eso lo dudo, acabó de perder a mi madre, una persona que siempre estuvo para mí y tal parece que también acabo de perder a mi tía –dijo apra luego salir de lugar.
[...]
Tras el interrogatorio el chico llegó a su casa donde solamente pudo llegar a la sala antes de perder el control totalmente ya que el había empezado a gritar al mismo tiempo que destruía la sala en un intento por desahogarse, tras varios minutos de desahogo el chico se tiró al suelo donde comenzó a llorar de forma incontrolable mientras las palabras “debemos marcar la diferencia” lo atormentaban siendo algo que lo marcaría de por vida, el chico paso todo el día tirado en el suelo sin moverse hasta que vio su teléfono a un lado de él el chico lo tomó para marcar un número en especifico donde al poco tiempo comenzaría a reproducirse una grabación.
???: Izuku necesito tu ayuda –sé oyen varios destrozos– sé que dijiste que no planeabas ser un vigilante pero está situación es de vida –se escuchan ruidos de ella esquivando golpes– o muerte!!!! Como sea te necesito –se escucha como el teléfono cae al suelo– no detente, suelta me!!! Ayudame Izuku!!!!.
Una vez se terminó la grabación el chico abrazo el teléfono a su pecho mientras repetía varias veces "lo siento" entre sollozos.
Continuara...
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