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CAPITULO 8

— Buenos días, lindo — dijo Yeon Jun, viendo al medio dormido Soo Bin que se frotaba sus ojitos, el castaño sonrió al verlo y se acercó a él para dejar un suave beso de buenos días en sus labios—. Estás muy precioso hoy.

— Siempre dices lo mismo, todos los días — dijo el menor, bostezó, aún bastante dormido.

— Será porque estás precioso todos los días.

Soo Bin sólo podía sonreír y ruborizarse.

En las últimas dos semanas habían estado muy empalagosos, nunca había sido un secreto de que a Yeon Jun le gustaba dar amor, pero no sabía que Soo Bin quería muchas muestras de amor y era muy necesitado.

Por más que a veces se hiciera el difícil, quería mimos y amor todos los días.

Cada oportunidad la usaba para darle un beso, o abrazarlo, dormían juntos y paseaban de la mano, sonreía más que nunca.

Yeon Jun sólo podía admirarlo con ternura y amor, porque era un ser muy cariñoso, y le encantaba.

Desde que habían empezado con esa relación informal, porque no habían arreglado ser nada aún, los otros Alters aparecían mucho menos.

— SB no quiere salir porque él es heterosexual y que un hombre esté cerca afecta su masculinidad débil— dijo Soo Bin estaban en la cafetería de la universidad, como les era recurrente.

— Hey, deja al chico que tenga sus gustos, si no le gusta una buena polla está bien, las tetas no están tan mal después de todo.

— Ese fue el mejor comentario que he escuchado decirte — dijo SB, su voz grave anunciaba su presencia—. No te voy a insultar está vez, te felicito.

— Qué honor, y viniendo de un chico tan lindo — le guiñó un ojo, con una sonrisa amplia, SB hizo una mueca de asco y se fue, dejando a un Soo Bin confundido— ¿Me perdí de algo?

— No realmente— dijo Yeon Jun, tomó su mano y entrelazó sus dedos—. Soo Binnie, ¿Cuándo tendrás una cita conmigo?

— Cuando me invites.

— ¿Cuándo estás libre?

— Los fines de semana.

— ¿Quieres salir conmigo este fin de semana?

— Claro que sí — dijo, y sonrió ampliamente — ¿A dónde vamos?

— Quiero ir al centro comercial y pasar una tarde en los juegos.

— Si me llevas a los juegos Binnie va a tomar el control, le encantan los juegos y las luces y los premios de peluche... Tengo que hablar con SB y preguntarle si es debido, es un niño.

— Lo sé, Soo Binnie, siempre podemos cambiar de planes e ir al cine o algo.

— Sé que cuidarás muy bien de Binnie, él no sale mucho, estaría bien darle un gusto.

— ¿Puedo tener una cita con Binnie en los juegos? Y después te llevo a comer a dónde quieras.

— A un restaurante de hamburguesas.

— Hecho.

— Será la mejor cita de mí vida — dijo el castaño, notoriamente feliz.

Ambos estaban muy felices y muy cómodos juntos, incluso podrían definirse como unos tontos, porque sonreían todo el día y cuando estaban a solas pensaban tanto en su compañero que se distraían se sus clases o de lo que estuvieran haciendo.

— Señor Lee— llamó Yeon Jun, la clase había terminado y sus compañeros se retiraban del aula, quedando los dos a solas—. Quería comentarle sobre mí trabajo.

— Oh, joven Choi, claro, ¿Siguió mí consejo e indagó en los desencadenantes?

— No, yo-

— ¿Va a investigar los traumas que provocan el trastorno del joven Choi Soo Bin?

Yeon Jun estaba molesto de que su profesor hablara con tanta ligereza y tanta frialdad de lo que Soo Bin, y los demás Alters, tuvieron que vivir, y luego sobrellevar.

Le parecía una falta de respeto.

— No, me ha parecido un tema muy delicado y personal para tratar— dijo, hablando rápido para no ser interrumpido de nuevo—. Y en realidad me estaba enfocado en su vida cotidiana pero creo que... Voy a cambiar de sujeto de estudio, y de tema, por supuesto.

El Señor Lee estaba más que sorprendido, sus ojos se abrieron ampliamente.

— Joven Choi, quedan cuatro meses de cursada, su trabajo debería de estar finalizado mínimo un mes antes del fin de curso para cualquier revisión o consulta, cambiar de sujeto de estudio a esta altura del año le perjudicaría en muchos sentidos.

— Sólo creo que ya no puedo seguir utilizando a Soo Bin como un estudio, un experimento, es una persona y está tratando de dar lo mejor de sí mismo. Quiero respetarlo en su vida privada, y en todo lo que respecta a los demás Alters también, merecen intimidad, no tengo por qué hablar de su convivencia.

El Señor Lee se mantuvo en silencio, mirándolo seriamente, como si todavía no se creyera lo que su alumno quería hacer.

— Planeaba investigar otro tema, relacionado con traumas infantiles, he encontrado que es bastante común que estudiantes de rescate acuático tengan pánico al agua, y ni siquiera lo sepan, podría abarcar temas del psicoanálisis y como un trauma del inconsciente afecta a las decisiones de su futuro.

— Yeon Jun el trabajo que estás haciendo de Choi Soo Bin es excelente— dijo su profesor—. Eres uno de los mejores alumnos que he tenido, y eres muy capaz, por eso tengo tanta fe en ti, por eso te recomendé estudiar a este sujeto, y por eso te ayude a quedar como su compañero de cuarto, para ser cercanos y facilitar tu investigación... Estabas muy emocionado con la investigación, fuiste el primero en estar de acuerdo con esto.

>> Lo siento pero yo no voy a permitir que cambies el tema de tu trabajo, menos a esta instancia, y menos luego de la molestia que me he tomado para que quedarás como compañero específicamente de Choi Soo Bin.

— Señor Lee, con todo el respeto, es mí trabajo, y yo decido de qué lo hago, yo cambié de opinión, y ya.

Yeon Jun estaba rojo de furia, cansado de discutir con un idiota como su profesor.

— Mira, Yeon Jun, no debes dejar que tus sentimientos interfieran en el estudio del sujeto.

— ¿Quién dijo algo de sentimientos?

— Joven Choi, me han comentado sus compañeros que se lo ha visto siendo cercano a Soo Bin de una forma romántica.

Yeon Jun se mantuvo en silencio.

— En una investigación de un sujeto hecha por un profesional, uno no se enamora de su objeto de estudio.

— Soo Bin no es ningún objeto de estudio, es una persona, y es excelente.

— Entiendo.

El Señor Lee asintió, juntó sus papeles y suspiró de forma pesada.

— Yeon Jun, piensa bien lo que harás, y después comunícamelo, yo que tú no tiraría meses de investigación y trabajo a la basura— el profesor cargó con sus cosas, le dió un ligero asentimiento con su cabeza a modo de saludo y salió del aula, dejándolo sólo.

Con un suspiro pesado, trató largo rato de calmarse, cuando regresó al cuarto, Soo Bin fue a recibirlo, igual que siempre, y le dió un tierno beso, hubiera correspondido de forma más correcta de no ser porque estaba molesto y cansado por culpa del Señor Lee.

— Te tardaste— dijo el castaño, había pasado largo rato desde que la clase había terminado, y entre la charla con el Señor Lee y los veinte minutos que estuvo caminando por la universidad para calmar su malhumor eran más de las seis de la tarde.

— Lo sé, lo siento, un amigo de la clase se me quedo hablando.

>> Está haciendo su trabajo final sobre el TID y me pidió que le comentará algo de ti, porque yo vivía contigo.

Soo Bin frunció el ceño, disgustado, se apartó un poco de él.

— ¿Qué le dijiste?

— Que eres como toda otra persona— dijo Yeon Jun, se acercó a él para acariciar su mejilla—. Y que cualquiera de los demás también lo es, que se llevan muy bien, y que con un poco de acuerdos de convivencia pueden manejar una buena vida entre todos.

Soo Bin sonrió mínimamente.   

— También que eres la cosita más linda del mundo y que me encantas — dejó un pequeño beso en sus labios.

Soo Bin rió un poco, se mantuvo unos segundos callados antes de hablar.

— Te agradezco por los cumplidos pero... Por favor no le digas a nadie como es nuestra vida, es nuestra, y todo lo que hemos pasado contigo, y todo lo que te he contado es porque confío en ti, y los demás también, porque te lo has ganado de alguna forma... Te has ganado nuestra confianza y por eso puedo ser como soy contigo, y los demás también.

>> Pero yo decido a quien contar mí vida, no tienes que hacerlo por mí.

>> Muchos de mis psicólogos han dicho muchas cosas privadas de mi y de los demás en el pasado, no quiero que pase de nuevo.

Yeon Jun se sentía más que mal, se sentía pésimo, asintió.

— Tienen todo el derecho a decidir sobre eso, Soo Bin— dijo, tomó su mano buscando sentirse mejor, pero incluso el ligero apretón que el menor le dedicó le dolió—. Lo siento mucho.

— Está bien — Soo Bin negó, restándole importancia, volvió a sonreírle —. Lo que le dijiste no está mal tampoco, es bastante general y también positivo, es lindo— intentó animarlo, pero el mayor seguía igual de serio.

— Si, supongo — murmuró.

Soo Bin no respondió, dejó un beso en su mejilla.

— Quizás una ducha te cambie la cara — dijo.

— Tienes razón— Yeon Jun asintió, y forzó una sonrisa para que Soo Bin estuviera más conforme—. Lo siento, estoy cansado.

— No te preocupes por eso, ve.

Lo dejó ir, pasó a buscar su toalla y se metió en el baño, y allí se pasó todo el rato pensando que era una persona horrible.

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