
2
Si bien el primer encuentro que tuvieron fue con la pequeña participación de dos Alters más, y Jimin creyó que tendría más interacción con estos, se equivocó, porque en las siguientes dos semanas no hubo ninguna participación que fuera evidente de alguna otra identidad, Jungkook tenía un perfil tan bajo y tímido que se mezclaba con la presencia de las demás, ninguno quería destacar y ninguno hacía nada fuera de lo normal, de no ser por las veces que hablaban y había algún cambio evidente en su tono de voz o sus expresiones, no tenía ningún indicio de que el menor pareciera tener TID.
Jimin estaba llegando a la conclusión de que Jungkook y sus Alters podían hacer una vida normal, sin mayores problemas, sin que nadie se diera cuenta de la diferencia de identidades, y esa era una conclusión muy aburrida para su trabajo, sabía que su profesor no se quedaría conforme, sabía que el Señor Choi le echaría en cara todo lo que había hecho por él, desde darle el tema de su investigación hasta el haberlo acomodado como su compañero de cuarto, y le pondría una mala calificación, él había sido muy claro de que no quería trabajos ni conclusiones aburridas.
Su profesor, quería un trabajo interesante, que mostrara los conflictos de cada una de las identidades, los problemas que tenían para mantener una vida en conjunto, buscar una respuesta de porqué los compañeros de cuarto del menor duraban tan poco, ¿Era por la convivencia? ¿Era que había alguna identidad que no le gustaba compartir con alguien más?... Jimin creía que iba a encontrar algo malo que explicara el porqué Jungkook estaba solo y por qué sus compañeros de cuarto pedían un cambio, pero no estaba encontrando nada.
La mayor parte del tiempo era Jungkook, siendo un chico algo callado, tímido y bastante torpe, pero muy adorable y amable.
Jimin estaba seguro que había momentos, en los que no se daba cuenta, que era otra identidad tomando el control, de vez en cuando que algun otro Alter intervenía, con algún comentario o a veces ni siquiera eso, sino con acciones que pasaban desapercibidas. Por ejemplo, durante las mañanas, su compañero de cuarto se hacía un café puro, sin azúcar y muy oscuro, para tomarlo en silencio mientras usaba su celular.
Creía que era Jungkook, porque no demostraba ninguna diferencia en su comportamiento, hasta que luego de dos semanas de haberse mudado algo fue diferente.
—Agh esto es un asco— dijo el castaño, con una mueca de puro disgusto, luego de dar un sorbo, ya había tomado más de la mitad de la taza, fue directo a tirar el café al lavamanos de la cocina.
—Lo tomas todos los días, ¿Qué pasó esta vez?— preguntó Jimin alzando la vista de las fotocopias que tenía que resumir.
—Yo no lo tomo, es JK el que le gusta, el café puro es horrible y fuerte — abrió la heladera, para sacar un cartón de leche de banana, colocar rápido el sorbete de esta y tomarlo para sacarse el sabor.
Jimin rió un poco al ver la expresión de alivio y felicidad que puso el castaño al sacarse el sabor del café.
—¿Y te lo dejó a tí para que lo tomes? Qué malo.
— No, a veces no controlamos los cambios—se encogió de hombros—. Iré a la pastelería a comprar unos cupcakes, ¿Quieres algo?
—Mmm... No sé qué tengan, nunca fuí, ¿Qué tal si te acompaño?
—Claro— dijo, y sonrió mínimamente, luciendo adorable, sus mejillas estaban algo rojas, solían ponerse así con facilidad.
Abrigados con un buzo algo grueso para el frío del otoño, salieron del edificio por las escolares, y luego del terreno de la universidad para ir hacia la pastelería a un par de minutos de allí, caminaban en la vereda a la par.
— ¿Y Jungkookie?— El castaño estaba sorprendido por el apodo,nadie le decía apodos —. Cuéntame algo de tí, ¿Qué música te gusta?
—Pues... Escucho mucho de pop en inglés, aunque últimamente me están gustando las baladas o la música más alternativa, ¿A tí, Hyung?
—Pues escucho mucho de kpop, también disfruto mucho de las bandas instrumentales, son muy relajantes.
—Oh cuando era más joven fui parte de una de esas bandas— dijo—. Bueno, no yo, era alguien más, yo... Yo no recuerdo nada pero si he visto fotos y me han dicho que lo he hecho y que era bueno y eso... En realidad yo le tengo pánico a los escenarios, pero bueno, hay otros de nosotros que no tienen tanta verguenza.
Jimin rió un poco, Jungkook se había puesto algo nervioso y se notaba en la forma rápida de hablar.
—Sí, los escenarios pueden ser intimidantes, ¿Qué tocabas?
—El chelo —respondió—. Yo no sé tocarlo, pero no es muy difícil, además es muy lindo porque es muy grande.
"Te gusta tocar lo grande" dijo JK, y escuchó la risita de Kookie en su cabeza.
Sintió una gran vergüenza y sus pies se hicieron torpes, tropezando con una grieta de la vereda o sus propios pies, ni siquiera lo sabía, Jimin lo atrapó antes de irse al suelo.
— Hey, ¿Estás bien? — preguntó, aguantando una risa.
— S-Si, si —murmuró, rojo como un tomate—. Lo siento.
— ¿Por qué te disculpas? No hiciste nada malo, Jungkookie—Jimin palmeó su espalda como un consuelo, el menor siempre se chocaba con todo en el departamento así que no estaba sorprendido.
Jungkook sólo asintió, seguía avergonzado así que se quedó callado hasta llegar a la pastelería, cuando salieron de allí llevaba seis cupcakes de chocolate y unas galletas de avena y miel.
—Adivino, ¿Odias la miel? —preguntó Jimin, viendo cómo Jungkook fruncía sus labios al ver las galletas.
—Ajá, también la avena... Oh se pone peor, esto tiene pasas... La verdad no sé cómo es que a Bunny le puede gustar esto.
Jimin supuso que Bunny era otro de sus Alters así que no preguntó al respecto, pero no conocía esa identidad, era la primera vez que el castaño la nombraba.
—¿Los dejas comer lo que ellos quieren todos los días?
Jungkook asintió.
— No es tanto de si los dejo o no, cada uno tiene derecho a usar el cuerpo, lo usarán de todas formas, es uno para cinco así que... Pueden darse algunas libertades estando al frente, mientas no sean peligrosos.
—¿Peligrosos?— repitió.
—Para sí mismos, o sea, nuestro cuerpo o yo, digo-— Jungkook se había puesto nervioso otra vez—. No le harían daño a nadie más que no sea a sí mismos... Y a mí, o al cuerpo... U otros Alters.
"Por favor no pienses que soy un asesino psicópata" rogó Jungkook para sus adentros.
"Para mí que sí lo piensa" dijo JK.
—N-No podría matar a nadie— murmuró, más que nada para responderle a JK.
—Eso suena como a algo que una persona que podría matar a alguien diría—comentó Jimin, con una risa, intentando aligerar la conversación.
Jungkook se sintió realmente mal.
Podría sonar algo tonto, pero desde que había salido esa estúpida película del asesino con lo mismo que él no podía dejar de sentirse mal, principalmente porque había quienes lo habían comprado al protagonista, mucha gente había conocido el TID gracias a "Fragmentado" y de pronto todos parecían creer que en la vida real era de esa manera.
La peor parte de todo es que era él quien había estado cerca de morir, era él quien había sufrido, y nunca había lastimado a alguien, nunca podría.
Jungkook no era malo, no era ningún loco, ningún psicópata, era sólo alguien igual que los demás, que la había pasado muy mal en su temprana infancia, que había sufrido cosas que ningún niño debería sufrir.
De sólo pensar eso su cabeza comenzó a doler y repentinos flashbacks cubrieron la vista del mundo real, recuerdos que en realidad no eran de él, sino de un niño que había nacido en una familia muy buena y que luego se rompió.
Vió a aquel niño llorando en la oscuridad de un cuarto, asustado mientras unos pasos pesados se acercaban a la puerta y este se abría de golpe...
Sus pies se detuvieron y Jimin lo miró y bastante preocupado.
— ¿Jungkook? —se acercó a él, apoyó una mano en su brazo para llamar su atención al ver la mirada perdida del castaño.
— ¡No!— gritó con miedo, sus ojitos estaban llenos de lágrimas pero no podían mirarlo, su mirada estaba baja—. No, no me toques...
— De acuerdo, no lo haré— dijo Jimin, de forma automática, miro a su alrededor, no había mucha gente, sólo un par de personas del otro lado de la calle que lo miraron con curiosidad — ¿Eres Jungkook?
Asintió de forma rápida, notó cómo su cuerpo empezó a temblar.
Jimin se dió cuenta de inmediato que no era Jungkook.
—Soy Jimin, es un gusto conocerte— dijo, usando la voz más suave que pudo, su corazón latía más fuerte de lo normal, sin saber lo que hacer realmente con aquel Alter que no conocía.
— N-No conozco a ningún Jimin, ¿Quién es Jimin? — dijo, su voz sonaba confundida, perdida, e infantil.
—Soy amigo de Jungkook, yo soy Jimin— se agachó frente a él, esperando que sus ojos lo miraran, pero volteó el rostro, alejándose— ¿Puedes mirarme? Sino no podrás conocerme.
— Lo siento, lo siento... —dijo, su voz estaba cargada de miedo, continuó repitiendo lo mismo una y otra vez, mientras su vista continuaba en el suelo, apartado, su cabeza baja parecía un gesto entre una reverencia y una forma de esconderse.
— Hey, no has hecho nada malo, no te disculpes —murmuró Jimin intentando que dejara de disculparse, pero el otro pareció no escucharlo porque siguió con las mismas palabras una y otra vez.
Jimin lo miró de pies a cabeza, buscando algún indicio que le dijera quién era esa persona, hasta que sus ojos llegaron hasta sus manos, el castaño se abrazaba a si mismo y apretaba sus uñas contra la piel de sus palmas, en lo que parecía un puño, pero era tanta su fuerza que se había hecho cortes y estaban sangrando levemente.
— No, no, deja de hacer eso— se acercó preocupado hacia sus manos para separar sus dedos, evitando más daño, en cuanto le tocó alzó sus ojos hacia él.
Jimin nunca había visto una mirada tan cargada de pánico, tan asustada, en su vida, y se congeló un momento, con lentitud entrelazó sus dedos, tomando sus manos, para evitar que se siguiera lastimando. Fingió estar tranquilo y sonrió apenas un poco para darle algo de seguridad de que no era una amenaza para él.
—¿Ves? Ya me conoces, yo soy Jimin —dijo con una voz suave—. No pasa nada, no hay nada malo, hiciste todo bien, de verdad— intentó convencerlo.
Sus ojos se perdieron y su cuerpo se tambaleó, Jimin lo sostuvo pensando que iba a caerse, pero de pronto sólo parpadeó y volvió a mirarlo, frunció el ceño y apartó sus manos de las del mayor de forma rápida.
El castaño iró los pequeños cortes de su palma, las pequeñas medialunas que se teñían de rojo, no eran muy profundas, sólo lo suficiente como para que unas pequeñas gotas de sangre se notaran.
—Qué puta mierda... —dijo, su voz era más grave y se veía realmente molesto—. Las uñas están muy largas.
Jimin ya no tenía ni idea qué hacer, y retrocedió un paso, esperando que quien sea el castaño hiciera algo.
— Gracias por hacerlo salir —dijo, se notaba molesto— ¿Ves lo que logra hacer? No ha estado ni cinco minutos afuera que ya nos lastima.
Aquel nuevo Alter comenzó a caminar a paso apresurado, retomando el camino hacia la universidad y hacia el departamento que compartían, Jimin notó enseguida que aquella identidad caminaba más rápido que Jungkook porque no podía seguirle el paso.
—¿Discul-?
— No, no me hables, no quiero escuchar tu molesta voz chillona.
— Mi voz no es chillona.
— Hablas como un puto pato de goma.
— ¿Eso es un insulto? — Jimin seguía confundido— ¿Eres JK, no?
—Soy Jungkook —dijo, y Jimin sabía que no era cierto.
— Ahora todos son Jungkook.
—Soy Jungkook— repitió, en un tono serio y molesto que hizo a Jimin quedarse en silencio.
Para ese punto estaban entrando al edificio de los estudiantes, y aquel tipo caminaba muy rápido, por más que Jimin lo siguiera no podía alcanzarlo lo suficiente que volvía a adelantar el paso y lo perdía, llegó antes que él al departamento, sacó las llaves, entró y volvió a cerrar la puerta de forma rápida, dejando a Jimin fuera.
Y no tenía su copia.
Se quedó mirando la puerta cerrada y abrió sus brazos, preguntando al aire si aquello era en serio.
Por más que tocó la puerta varias veces, fue ignorado, y luego de unos treinta minutos, estaba dignado a ir hacia la secretaria de la universidad y pedir la llave de repuesto que tenían para entrar, cuando escuchó pasos del otro lado de la puerta, y luego de un momento de duda, esta se abrió.
Y allí estaba Jungkook, con ojos llorosos y rastro de lágrimas en sus mejillas, su nariz estaba roja, respiró agitado por el llanto al hablar.
— Lo siento, Jimin.
—Se están disculpando mucho hoy, Jungkookie —dijo, y sonrió con amabilidad.
Jungkook lo pensó un momento.
— Lo siento por eso.
—Tonto — murmuró Jimin, con una ligera risa, y fue a abrazarlo para consolarlo mejor.
Jungkook estaba asombrado por el repentino acto, no esperaba que después de todo el drama y tantos cambios bruscos, Jimin aún así lo abrazara, y de una forma tan firme y cálida, para hacerlo sentir mejor.
Y claro que le sirvió a Jungkook, pero era demasiado contacto y estaba demasiado sensible, necesitaba tiempo para regularse y todo el sistema dentro de su cabeza, los cinco, estaban dando vueltas, luego de tres cambios en un periodo tan corto estaban todos muy sensibles... Enseguida, otro Alter amenazaba con tomar el control.
—Jimin, necesito que te alejes porque sino Bunny va a salir...
— Ya, ya —se apartó enseguida, notó que su compañero estaba algo perdido, y parecía mareado, se apoyó en el marco de la puerta para estabilizarse, unos segundos después asintió, y luego de un suspiro pudo ponerse de pie.
— Ya, ya está, ya se se fué... —murmuró, se apartó de la puerta y lo hizo pasar—. Lo siento por dejarte afuera, bueno yo no quise, fue-
— Jungkook si escucho un "Lo siento" más salir de tu boca voy a volverme loco, en serio, no necesito disculpas.
—Bueno— asintió—. Aún así... Me siento mal.
Jimin lo miró un momento en silencio, el chico se veía como si hubiera llorado largo rato, tenía unas vendas en sus manos, allí donde sus uñas lo habían lastimado, y lo único podía pensar era en ir hasta él, abrazarlo, acariciar su largo cabello y decirle que todo estaría bien.
Aunque probablemente sólo haría que hubiera otro cambio y debía recordar lo que le decían siempre sus profesores y empezar a tomar una actitud más profesional.
—¿Te duele la cabeza? — preguntó, y Jungkook asintió, solía pasar cuando había muchos cambios—. Creo que soy yo el que te debe una disculpa.
>> No sé qué fue lo que dije, fue una broma tonta y fuera de lugar, seguramente, pero no quería que él... Tomara el control y los lastimara, lo siento, seré más cuidadoso con las cosas de diga de ahora en adelante.
—Se llama Nochu—dijo Jungkook, su voz sonaba más baja y rasposa, se notaba que quería volver a llorar, se apoyó en la mesada de la pequeña cocina, se sentía mareado—. Es un perseguidor... Y a JK le cuesta mucho controlarlo, cuando está adentro casi siempre está encerrado... En el fondo, en una sala, y a oscuras... Él le teme a la oscuridad pero allí se queda... Y cuando sale, tiene mucha energía y mucha fuerza.
—Él se veía que tenía mucho miedo— murmuró Jimin.
—Le tiene miedo a todo, se tiene miedo a sí mismo también, le tiene miedo a JK y por eso siempre que él intenta detenerlo y regresarlo a su cuarto nos lastima... Está vez no tenía nada cerca para lastimarnos pero aún así, mira— alzó sus manos para mostrar las vendas—. No sé de lo que es capaz de hacer, pero por lo que me han contado... Hace cosas mucho peores.
Jimin vió las lágrimas comenzar a correr por las mejillas de Jungkook, y con el corazón apretado de dolor de verlo llorar buscó unas servilletas que solían dejar sobre la mesa y regreso hacia él, para correr los mechones de cabello que se pegaban a su rostro y limpiar las lágrimas suavemente.
—Estás muy cerca, Jimin, necesito espacio— murmuró Jungkook, continuaba llorando.
—Cierto, lo siento... ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a sentirte mejor?—preguntó, se alejó de él para darle más espacio.
Jungkook se sentía mareado, sabía que un cambio era inevitable y eso lo hacía sentir mal, como si estuviera en alerta constante, lo que le generaba ansiedad y paranoia luego de un rato, se sentía fuera de control, odiaba no tener el control y eso lo hacía pelear mentalmente con Bunny para permanecer al mando, por más que el conejo quería tomar el control para cuidar del cuerpo y hacerlo descansar, no quería.
—Necesito acostarme un rato... Lo siento, puedes irte, no tienes que quedarte conmigo... Es molesto para los demás cuando estoy así —murmuró el castaño, Jimin ignoró aquel comentario, se sentía culpable de haber ocasionado todo aquello.
—Espera, te ayudo —tomó su mano y lo guió hasta el dormitorio, estaba pálido y parecía que se iba a desmayar, lo llevó con cuidado hasta el cuarto lo sentó en su cama y se sentó a su lado dejando un poco de espacio entre ellos, el castaño volvió a llorar y sentía la mundo dar vueltas, cerró sus ojos con fuerza y sostuvo su cabeza con sus manos.
— Jimin... N-No quiero cambiar...— murmuró en voz baja.
—Jungkook, ¿Quién quiere ponerse en tu lugar?— preguntó, intentando estar preparado para lo que aquella identidad necesitara.
— Bunny, a él... No le gusta que se acerquen mucho a mí, y ahora me siento incómodo por mi cuerpo, y porque estoy lastimado y eso, entonces él quiere cambiar lugares porque piensa que es mi mamá y tiene que cuidarnos... pero estoy cansado y no me gusta irme porque... No recuerdo nada de lo que pasará después— dijo, hablaba entre pucheros y llanto, le dolía aún más la cabeza.
— Jungkook, es la forma que él tiene de cuidarte ¿Sí? Volverás y todo estará bien, todo va a estar bien y te sentirás mejor después, ya es tarde así que puedes descansar, no pasará nada...— intentó consolarlo al menos un poco—. Yo te contaré todo lo que haga mientras tu no estás, te lo prometo.
—Jimin... — Jungkook intentó acostarse en la cama pero en el camino se encontró con el hombro del mayor, Park se apresuró a apartarse para no molestarlo, pero tuvo que sostenerlo para que el castaño pudiera recostarse—. Creo que voy a cambiar...— el menor sentía su mente nublada.
— Está bien, Jungkookie, yo estaré aquí— Jimin acomodó la almohada del menor debajo de su cabeza, el castaño respondió con un ruido de queja pero que le dió algo de ternura—. Bueno, cambia cuando estés listo, yo los voy a cuidar bien.
Jungkook asintió levemente, pareció que se quedó dormido unos segundos, pero luego de eso se levantó con suavidad y volvió a mirarlo, y a pesar de las lágrimas en sus ojos, y de sus mejillas empapadas no había ni un rastro de tristeza en su rostro, incluso, le sonrió a Jimin de forma pequeña y bonita, y tomó las servilletas para limpiar su rostro solo.
— ¿Tú eres Bunny?
Bunny asintió.
— Soy Jimin.
Volvió a asentir, e hizo un gesto con su mano a modo de saludo.
—¿Jungkook está bien? — no sabía por qué había preguntado eso.
El otro volvió a asentir, se levantó y tiró las servilletas en el pequeño tacho de basura que tenía el cuarto.
—¿Eres mudo? — preguntó, por lo bajo, y de nuevo, el chico asintió con una espléndida sonrisa, como si hubiera adivinado algo maravilloso.
Se retiró del dormitorio, con una toalla en la mano, una muda de ropa, y su pijama, entró al baño sin más, aún con una sonrisa en el rostro.
Jimin estaba totalmente impactado, y fueron un par de segundos en los que sólo repasó todo lo que había sucedido, antes de ir hacia su cama, tomar el cuaderno de su proyecto y anotar todo lo que había ocurrido con todos los detalles que pudo recordar, también como una manera de vaciar un poco su cabeza de todo lo había pasado.
Su profesor estaría contento con lo ocurrido aquel día.
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