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Sun responde de forma positiva a las muestras de afecto también, demuestra que ser tratado como a un niño le gusta, no ha tenido miedo de mí.

Se ha levantado a mitad de la noche para que los demás Alters no le prohíban el acceso al cuerpo, aunque sabe que es indebido e iba a castigarse, lastimándose con cortes.

Sunghoon suspiró de forma temblorosa, habían pasado varias horas de aquel encuentro con Sun, pero no podía sacárselo de la cabeza, no dejaba de pensar una y otra vez que quizás de no ser por él, y el que haya ido a buscarlo, ahora Sunoo andaría escondiendo sus muñecas con cortes.

Y la idea de Sunoo lastimado no le gustaba ni un poco, las náuseas invadían su estómago y le daban ganas de llorar.

Sun es quien recuerda los mayores traumas, y quién los vivió en el pasado, supongo que por su actitud recibía castigos por cualquier cosa que hiciera, de allí su miedo a todo y el pensamiento de que merece un castigo, como nadie va a hacerlo lo hace él mismo en conductas autodestructivas.

Es un perseguidor, pero tengo esperanzas de que pueda superar sus recuerdos, ha conectado conmigo y demuestra que es capaz de hacer más que solo pensar en lo malo.

No sale mucho, pero trataré de ayudarlo cada vez que lo vea.

Cerró el cuaderno y volvió a guardarlo en su lugar secreto.

Sunoo aún estaba en clases, le quedaba alrededor de una hora, él estaba libre porque su profesor estaba enfermo, decidió consentir un poco al chico y fue hasta la pastelería para comprar los cupcakes de chocolate que tanto le gustaban.

Al regresar preparó su café y dejó agua caliente para cuando Sunoo regresara, al rato, el castaño entró en silencio y con la mirada baja.

— Sunsun, te traje tus cupcakes favoritos— anunció Sunghoon, mirando su celular.

— Gracias— murmuró él castaño, luego de un momento de silencio.

El mayor alzó la vista hacia él, de inmediato se preocupó al ver su rostro, levantándose de la silla y yendo hacia él.

— Dios, Sunoo, ¿Qué te pasó?

— No es nada — dijo, aunque Sunghoon no podía ignorar su ojo morado y su labio hinchado de un lado, por un golpe.

— ¿Cómo que no es nada? ¿Quién fue?

— No es nada, no importa— repitió, parpadeó rápido para apartar sus lágrimas.

— Sunoo...

— Sunghoon, déjame— el castaño se apartó, huyendo del abrazo que el mayor intentó darle—. No es nada importante, en serio, Sunwoo es un idiota que cree que puede pelear contra todo imbécil que diga algo malo de mí— se encogió de hombros, pero no sonó nada convincente —. Es todo.

Sunghoon lo miró sin decir nada, pero sintiéndose mal, Sunoo borró sus lágrimas y tomó un cupcake, y se volteó al rincón de la cocina para prepararse un té, dándole la espalda a su compañero de cuarto.

El mayor no podía dejar todo así e ignorarlo, y luego de pensarlo un momento, fue hacia él y lo abrazó por la espalda, rodeando su fina cintura con sus brazos.

— Sunghoon, en serio te voy a pedir que te alejes porque no quiero tu lástima — dijo el castaño, con su voz endurecida para evitar el llanto.

— Sunsun, deja de hacerte el difícil.

— Tú deja de sentirte mal por mí, estoy bien.

— ¿Quién te dijo que me siento mal por ti? — cuestionó el mayor—. El que no me guste que estés herido no significa que sienta pena.

Era diferente, él no se sentía mal por Sunoo, y mucho menos lástima, él sabía que era una persona muy fuerte y muy buena. Si se sentía mal porque estuviera lastimado, porque no merecía ningún golpe, ni críticas.

— Sunwoo lo dice, y él es muy bueno para conocer a las personas... Él dice que me tratas así sólo por lástima.

>> Y te voy a pedir que pares de hacerlo porque no necesitas fingir que te agrado, o que eres mi amigo... No necesitas sentir pena por mí.

Sunghoon pensó un momento sus palabras, y su mente conectó los dos puntos que Sunoo había planteado: alguien había dicho algo malo de él, alguien le había dicho que él era su amigo porque sentía pena.

Sunoo nunca se había metido en una pelea, por más comentarios malos que le dedicaran, los ignoraba, ¿Por qué esta vez sí? Algo había sido diferente.

Y Sunwoo era muy protector y amenazante pero no pondría en riesgo al cuerpo, no dejaría que se lastimara, ese era su trabajo.

Sólo alguien más impulsivo se metería en una pelea, y no debía ser por un comentario tonto de "el loco de la Uni", debía ser algo más importante.

— Sunoo, no tienes que mentirme— dijo Sunghoon, y lo escuchó sorber su nariz por el llanto—. Ven, ven, mírame— soltó el abrazo y se colocó a su lado, para mirarlo, se contuvo en limpiar sus lágrimas—. Déjame adivinar qué pasó, alguien te dijo algo que no te gustó y tú quisiste defenderte con esos puñitos que tienes.

Sunoo frunció sus labios, sin responder, en un intento de seguir aguantando el llanto, pero el silencio fue todo lo que Sunghoon necesitó como respuesta.

Esperó unos cuantos segundos en los cuales Sunoo parecía tener un debate interno.

— A Sunoo le gustas — dijo, por el tono de voz supo que era Sunwoo— ¡No! — lo interrumpió Sunoo —. Y un tipo lo molestó conque tú nunca querrás salir con un desquiciado— volvió a decir el protector — ¡Que te calles!

Sunoo se alejó de él, y golpeó su cabeza con sus manos para que Sunwoo dejara se molestar.

— ¡Sunsun, no te golpees! — Sunghoon fue detrás de él.

— ¡Déjame sólo! — gritó, y entró al dormitorio, Sunghoon se apresuró a seguirlo antes de que le cerrara la puerta en la cara, tuvo que empujarla para lograr entrar—. Sunghoon, basta...— rogó, entre llanto.

Sunghoon tomó sus manos y acercó su rostro al de él, quedando a centímetros de distancia, tan cerca que el castaño dejó de llorar de la sorpresa y sus mejillas se tiñeron de rojo.

— Sunoo, no siento ni un poco de lástima por ti, me siento mal porque no mereces que te lastimen así.

>> Siempre has sido muy amable y muy bueno conmigo, yo no soy malo y no tengo razones para ser malo contigo, te trato bien porque tú me tratas igual, eres un excelente compañero y amigo, y yo no finjo absolutamente nada de nuestra amistad tampoco.

>> No importa lo que otros digan, no es verdad ¿Cómo una persona que no conozco y que no conoces puede opinar sobre algo que es tuyo y mío, nuestro, y de nadie más? No tiene ni idea de nada, Sunoo y no tienes que ir a golpearlo por decir un montón de cosas sin argumentos cuando tú sabes la verdad, no dejes que te afecten un montón de palabras que están vacías.

Sunoo se quedó llorando en silencio, asintió levemente como respuesta, y Sunghoon lo abrazó de nuevo, el menor tardó un momento en responder, pero finalmente rodeó su cintura con firmeza y escondió el rostro en su hombro, mientras se dejaba dar mimos en su espalda y en su cabello.

— Y ya sabía que te gustaba, Sunoo— murmuró en voz baja —. Ddeonu me lo dijo.

— ¿Cuándo? — hasta sonaba asustado, Sunghoon continuó con los mimos para que se quedara tranquilo.

— Cuando le di el peluche, hace unas semanas.

Sunoo se mantuvo en silencio unos cuantos segundos, pensando en esas últimas semanas, en las actitudes que tenía Sunghoon con él y en cómo no había cambiado ni un poco, y que en realidad se había vuelto más demostrativo.

— Pero... No te alejaste de mí— dijo, sonó sorprendido y eso me rompió el corazón al mayor.

— Claro que no me alejé, ¿Por qué lo haría?

El castaño no respondió, se apartó y limpió sus mejillas solo, Sunghoon sólo esperó a que estuviera calmado.

— Porque eres "el loco de la Uni", ¿no? Porque te tengo mucha lástima, ¿verdad?

Sunoo asintió levemente, aunque comenzaba a sentir gran vergüenza por creer eso, ahora tenía miedo de que Sunghoon se enojara por pensar mal de él.

— Sunsun, mírame un momento— sus manos fueron hacia las mejillas del menor, que alzó sus ojitos llorosos hacia él, uno estaba medio cerrado y amoratado.

Sunghoon acortó la distancia de los pocos centímetros que los separaban y unió sus labios en un beso pequeño y suave, no sabía cómo iba a reaccionar, o si el contacto haría que otro Alter tomara el control, así que solo dio un pequeño pico y se volvió a alejar.

Sus grandes ojitos estaban más abiertos de lo normal, sin poder decir nada.

— No es algo malo que te guste alguien, Sunsun— dijo, en una voz suave y encantadora, sonrió de forma bonita, sus mejillas estaban rojas— ¿Estás bien?

Sunoo tardó un momento en asentir, estaba muy sorprendido como para responder.

En menos de media hora le habían dado un buen golpe, le había dicho acusaciones horribles a su crush, había llorado, Sunwoo se confesó por él, y Sunghoon lo había consolado muy bonito y luego besado.... Era mucha información.

— Bien, vamos a ponerte hielo en ese golpe.

Sunghoon lo guio como si fuera un niño pequeño perdido, le preparó su té y le dejó su cupcake de chocolate a un lado.

— Es la segunda vez que me preparas la merienda y tengo unas espinacas en la cara— dijo Sunoo, hablando por primera en mucho rato.

— Son las mismas espinacas de la última vez también, deberíamos comer más verdura.

— Son congeladas, duran como un año, cuando no tengamos otra cosa más que comer allí estarán.

Las dejó a un lado para dar un par de sorbos a su té.

— Gracias— murmuró—. Por tratarme tan bien y por... Todo. No sé cómo haces para estar tranquilo y hacer que me tranquilice.

— Bueno... Estudio para eso— se encogió de hombros—. Y no estaba tranquilo, creí que en cualquier momento aparecía Sunwoo y me golpearía en la cara.

— Oh, no... Tenemos una regla de si hay algún problema, o conflicto, cada uno tiene que arreglarlo por su parte, puede pedir consejos y eso, pero... En este caso yo estaba mal y enojado por algo estúpido y yo tenía que calmarme.... — volvió a colocarse las espinacas congeladas sobre su ojo hinchado—. Y los otros estaban cansados que molestara conque me gustas y también... Debía confesarme, pero no quería.

Sunghoon asintió, esperando que Sunoo siguiera hablando.

— Tenía miedo — dijo, bajo.

Con esa frase, Sunghoon pensó automáticamente en Sun.

— Sunsun, en la noche, Sun se despertó a buscar algo para cortarse— dijo—. Le dije que no les diría nada, así que no lo molestes.

Sunoo abrió sus ojos ampliamente, y de inmediato se fijó en sus antebrazos, pero estos estaban en perfecto estado.

— Lo encontré antes de que pudiera hacer algo, lo llevé al cuarto y se volvió a dormir— finalizó el mayor, mientras el castaño acomodaba sus mangas de nuevo.

— ¿No hizo nada?

— Nop.

— Bueno... Eso explica por qué desperté con el peluche, creí que había sido Ddeonu— fue a dejar las espinacas en la heladera de nuevo, para luego terminar con su merienda—. ¿En serio no hizo nada?

Sunghoon negó.

— Es un buen chico, sólo está un poco perdido, no sabe lo que hace.

Sunoo no dijo nada al respecto, después de un momento sonrió.

— Te has hecho amigo de todos, ¿no? Sin que yo tenga idea ya nos conociste a los cinco.

— Ellos aparecieron solos, y como su compañero de cuarto debo presentarme — dijo, con una sonrisa bonita—. Los cinco son muy agradables, menos Sunwoo.

— Púdrete.

No pudo evitar reír, Sunoo se sentía algo avergonzado.

A lo largo de su vida había tenido que disculparse muchas veces por comentarios medios agresivos que Sunwoo solía dedicarle a gente que no le agradaba, que solía ser gran parte de la humanidad.

Estaba bastante agradecido de que no tenía que corregirse o disculparse, ya que Sunghoon ya lo conocía, se sentía más relajado, más libre.

— Gracias por cuidarnos — dijo, con una leve sonrisa —. A todos.

— Lo dices como si fuera un gran esfuerzo— dijo el mayor—. Hago lo que cualquiera haría.

— No eres un cualquiera, Sunghoon.

— Soy el cualquiera que te gusta — sonrió ampliamente y le giñó un ojo.

— Eres un idiota— dijo—. Y eso no lo dice Sunwoo — finalizó, antes de levantarse de la mesa.

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