Capítulo Siete
Capítulo siete.
La indicada.
—¿Dónde demonios te habías metido?—Taehyung detiene sus pasos, parecía que no tendría una huída exitosa— Tres días sin saber de ti, no contestas el teléfono, no apareciste para tus entrenamientos y sé de sobra que no has ayudado a tu madre como te lo pedí.
—Lo hice hoy.
—¡Pero no los tres días pasados que estoy reclamándote!— cerró los ojos, aquella exclamación había atemorizado a los demás presentes, Taehyung sólo suspiró— Espero que tengas una buena excusa, hijo.
Tomó aire y luego lo expulsó, intentando mantener el tono de voz bajo, aunque sabía que a su padre no le gustaría la respuesta.
—Estaba con Byul.
—¿Haciendo qué?
—Solo... pasando el rato en mi casa.
Seokjin arqueó ambas cejas, se cruzó de brazos y apoyó todo su peso en una pierna, ahí Taehyung supo que aquella charla duraría bastante.
—¿Por tres días?
—Si, se quedó a dormir.
—Déjame ver si estoy entendiendo— apretó el puente de su nariz antes de mirarle— No llegaste a trabajar durante tres días porque te quedaste con la omega. Tú, un alfa, durmiendo con una omega que le gusta.
—Ajá, eso es.
—Algo no me cuadra en esta excusa.
—Es... es mi omega ¿bien?— se aclaró la garganta, le era difícil hablar con público al fondo enterandose de la situación— Byul es mi omega, estoy... estoy...
Le daba vergüenza decirlo, así que su padre terminó por él.
—¿Cortejándola?— asintió— Oh...
—Si, oh.
—Entonces, eso quiere decir que-
—Papá— musitó— por lo que más quieras, no hablemos de esto aquí.
El mayor suspiró, asintiendo. De un empujón Taehyung terminó entrando a la oficina privada de su padre, este cerró la puerta con llave y dado que las paredes del lugar aislaban el sonido, se permitió gritar todo lo que quiso.
—Entonces no han tenido sexo.
—No, no ha sucedido.— se encogió de hombros, tirando su mochila al suelo— Te digo que estoy cortejándola.
—Significa que vas enserio.
—Mucho.— terminó confesando— Estoy seguro de que es ella.
—¿Qué tan seguro?
—Bueno, todo apunta a que lo es.— relame sus labios— Mi lobo está empeñado en que tengo que estar con ella.
Abrió los ojos, sentándose en el borde de su escritorio y dedicándose a mirar a su único hijo.
—Eso quiere decir mucho. Si tu lobo la quiere...
—Lo sé.
—¿Y tú? ¿También es accionar tuyo o solo iniciativa de tu parte animal?
Él era consciente de que entre Taehyung y aquella omega existía cierta conexión, eran muy obvios, sin embargo, no esperó que fuese algo tan serio. Nunca había visto un comportamiento como ese en el menor, por eso se sorprendía.
—Es algo totalmente de ambas partes.—sonrió a medias, sus ojos verdes parecía que brillaron como nunca— Me gusta mucho Byul, quiero intentarlo de verdad con ella.
—No puedo creerlo.
—Iba a contártelo, pero pasado un tiempo más, sabes que para mí es importante que apruebes esto— tragó saliva, frotando ambas manos entre sí— por favor, dime que le darás una oportunidad.
—Tae...
—Byul es muy linda. Es amable, considerada, muy tranquila y tierna.
—No se trata de sus, al parecer, magníficas cualidades.
—También es cero desastrosa y nada problemática, me ayuda mucho. Podrías darme algunos consejos, de hecho porque-
—Hijo, que no es eso, me alegra que te agrade tanto pero— se detuvo a mitad de frase— recuerda lo que hablamos, tienes que ir primero al clan de las pumas y rechazar la propuesta de unión. —aquello le cayó como un balde de agua fría, había olvidado que todo el mundo esperaba verlo con aquel alfa— Y yo no puedo darte consejos, no sé absolutamente nada sobre omegas, me casé con una alfa y ni yo sé cómo es que ha funcionado.
Le causó gracia eso último.
—Cierto ¿cómo lo han hecho? si ambos son igual de temperamentales, orgullosos y dominantes— Taehyung siempre lo diría; su madre daba mucho miedo y era la mujer más mandona que conocía, aunque a veces pensara lo contrario, pero era sólo por momentos— aguarda un segundo.
—Ya lo veo venir— cerró los ojos, divertido— pregunta.
—¿Cómo es que...?
—¿Por qué te da tanta vergüenza hablar de sexo? No puedes ni pronunciar la palabra.—negó— Y nada, como todo el mundo, nada raro, soy hombre, ella es mujer... no hay cosas extrañas que reportar.
Taehyung no se refería a eso, intentó explicarse mejor.
—Hablo de que, si ambos son alfas y sabemos que los alfas no... se dejan dominar de su pareja en ese aspecto por cuestiones de orgullo— aplaudió, aquello había sido difícil— ¿Cómo demonios funcionan ustedes dos? Honestamente siempre he querido preguntar.
Seokjin se rascó el mentón.
—Tendría que explicar a detalle muchas cosas— empezó— y te prometo que no quieres saberlas, Tae.
—Ok, ten un buen día.
Taehyung llegó a casa ansioso por encontrar a Byul, su alegría se mantuvo al ir escalas arriba y encontrarla durmiendo en su habitación, por supuesto le sintió llegar y abrió los ojos sólo para llamarlo con la mano para que se uniera a ella en la cama.
No objetó ni se negó a ello, solo gateó hasta estar sobre Byul, sonrió enternecido por la imagen de ella borracha por el sueño, dejó un pequeño beso en sus labios y luego otros cuantos más en todo su rostro, dándole mimos, a ella parecían gustarle mucho.
Dejó a su cabeza descansar sobre el abdomen de ella, su nariz paseándose mientras sus manos acariciaron sus piernas con la punta de sus dedos, el sueño acorralandole también a él.
—Byul...
—¿Mmm?
Besó la piel descubierta.
—Quédate.
La pequeña mano se enredó en las hebras de cabello rojas, acariciando y causando el ronroneo lleno de satisfacción, soltó una pequeña risilla, Taehyung disfrutaba de acciones tan simples.
—¿Por cuánto tiempo más quieres que me quede?
—Para siempre estaría perfecto.
—Muy gracioso, sabes que no pasará.
Puchereo, volviendo a ponerse a gatas y encerrar el cuerpo de Byul con el suyo, la vio rodar los ojos, traía la bufanda puesta, Taehyung no aguantó la tentación y se la quitó, enterrando su rostro en la curvatura que unía su cuello y hombro, regocijandose con el dulce aroma y de nueva cuenta, dejando que el propio se impregnara en Byul.
—¿Por qué no?
—Es muy pronto aún.—tenía razón, Taehyung sabía que tenía toda la razón del mundo, pero no quería que la tuviese—Esperemos un poco más.
—¿Cuando la etapa de cortejo acabe?
—Lo pensaré.
Aceptó, igual tenía asuntos pendientes.
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