Capítulo Doce
Capítulo doce.
Dos niños que curan la tristeza.
—No lo sé, Tae... ¿Y si no les gusto?
—¿A quién no le gustarías?
Sonrió, Taehyung salía con esos cumplidos de la nada, haciéndola sentir avergonzada. Terminó por asentir y simplemente se despidió de él con la mano, escuchándolo desearle suerte.
Giró hacia la chica que estaba esperando para darle las indicaciones, se veía como alguien amable, pero su tono de voz era agresivo y un poco grosero.
—Estarás ayudando a los cachorros de cinco a siete años junto a otras dos mujeres que al igual que tú, empezaron apenas— entraron al que parecía ser un comedor— tienes que vigilar que consuman todos sus alimentos y luego ayudar a las demás a llevarlos al patio trasero, juegan unas horas y después vuelven aquí, toman refrigerio y a sus habitaciones. Ya tuvieron sus clases, así que mañana podrás venir más temprano y encargarte desde cero, es decir, ayudarlos a bañarse, vestirlos con sus uniformes, cepillar sus dientes y de más, mañana me reuniré contigo para explicarte en forma paso por paso.
Byul asintió, había escuchado cada indicación mientras observaba con ojos brillantes a todos esos niños y niñas de mejillas apretables y cabellos suaves, ella realmente amaba los niños, no sólo porque su madre le hubiese dicho desde pequeña que tenía que quererlos pues su deber como omega era traerlos al mundo, no, también estaba el hecho de que eran tan pequeños, tan inocentes, en ella solo estaba el fuerte sentimiento de querer darles mucho cariño.
Después de realizar las presentaciones, se acercó a distintas mesas asegurándose de que todos habían comido y en efecto eran muy obedientes, algunos le sonreían y otros le miraban con curiosidad, supuso que era porque no conocían su rostro.
—Disculpe, señorita— una mano jalo de sus pantalones y una vocecita reclamó su atención— ¿Me ayuda? Minnie no come.
Asintió y dejó que tomará su mano, bueno, solo sus dedos, llevándola con él, su corazón se derretía de ternura.
Llegaron a una mesa un poco más arrinconada, un niño de cabello castaño balanceaba sus piernas y observaba las puntas de sus pies en movimiento, aún no terminaba toda la comida en su plato y hacía pucheros.
—Minnie, si no comes ella se enojará.— el niño que la había buscado era un poco más alto que su amigo, también tenía el cabello castaño pero en un tono más claro y lo observaba con clara preocupación— Solo come, si quieres te doy de comer yo.
—No quero.
—Si quieres, escucho tus tripas.
Byul se tragó la risa y tomó asiento junto a ambos niños.
—¿Por qué no quieres comer? ¿Sabe feo?— negó, dejando de ver a sus pies para observar a Byul con ojos llorosos— No llores, eres muy guapo para estar llorando.
—¿Ves, Minnie? Ella dijo que eres bonito.—su cabeza miraba del uno al otro conforme hablaba— ¿Cuál es su...su...?
—¿Nombre?—asintió— Byul.
—¿Mul?
—Byul. B-yul.
—¡Aah! Bul.— ese será— Yo me llamo Jungkook y el se llama Jimin pero yo le digo Minnie.
Regresó la vista a Jimin.
—¿Y por qué no quieres comer, Jimin?
—Es que... no tengo ganas.
—Pero, si no comes, no tendrás energía para ir a jugar con Jungkook.
Sus ojitos se entrecerraron.
—¿No?— Byul negó— Kookie sólo puede jugar conmigo.
—Exacto, pero si no tienes energía, Jungkook tendrá que jugar con otros niños.
—Que asco, no quiero— se quejó el mencionado— come y vamos a jugar.
Jungkook y Jimin le habían pedido a Byul que los observara jugar con la pelota, ella obediente, lo hizo y ahora no podía sacar la vista de ambos niños.
—Vaya, es un milagro que alguien lograra acercarse a ellos dos— levantó la vista, era una de las otras mujeres que se ocupaban de los niños, le sonrió— Soy Kyunchae, un placer conocerte.
Tomó asiento a su lado y Byul se presentó de igual manera, conversaron un poco mientras continuaba viendo a los menores.
—¿Por qué es un milagro?
—Ese par es difícil, Jungkook no deja que nadie se acerque a él o a Jimin, son como hermanos, aunque no lo son.
—Oh, Jungkook fue él que me buscó para ayudarle a convencer a Jimin de comer.
Kyunchae arrugó la expresión.
—Algunos de los otros niños hacen sentir mal a Jimin porque es un poquito más rellenito que los demás, por eso es difícil que coma a veces.
Su corazón se arrugó.
Byul era un desastre lloroso en frente de Taehyung y su padre, aunque al último aún no lo había notado, estaba muy ocupada llorando y quejándose con su novio.
—¡No sabes el dolor que sentí escuchando eso!— esnifó— Tae...
—Ya, no pasa nada— le abrazó, demasiado consternado y mirando de mala manera a Seokjin por estar riéndose de la situación— ¿No quieres regresar, entonces?
Dejó de llorar.
—¿Estás loco? Si no regreso ¿Quién va a proteger a esos niños? Es mi deber ir y estar con ellos.
—Me alegra, creo, mañana te llevaré de nuevo ¿Mm? — se aclaró la garganta, cambiando el tema— Mira, saluda a mi padre.
El líder se acercó, ofreciendo su mano a la omega llorona que se suponía era el amor de su hijo, ella aceptó el apretón como saludo.
—Lamento presentarme en estas condiciones.
—No pasa nada, ya nos conocíamos, de todas maneras. Es bueno saber de ti, Byul.
Él mayor utilizó su tono de voz más suave e incluso intentó conversar con ella, quién le siguió la corriente mientras Taehyung observaba contento la escena.
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