Capítulo diecisiete.
Lobos especiales.

Los seis se esparcieron sobre el montón de sábanas y almohadas con las que los cachorros habían jugado por horas hasta caer profundamente dormidos sobre Taehyung, Jimin se aferradaba a la camiseta de este y sus ojos fuertemente cerrados, de esa manera logró conciliar el sueño, con el aroma del alfa brindándole tranquilidad.

Jungkook, por otro lado, dormía a modo estrella, ocupando tanto espacio como podía, con una de sus manitos agarrada al tobillo de Jimin mientras Byul daba caricias en su cabeza. Ambos envueltos en camisetas viejas de Taehyung para mayor comodidad.

—Muy bien, Byul— suspiró Seokjin— me temo que no te han informado muy bien acerca de las jerarquías principales y lo que deriva de estas, yo no puedo decirte mucho sobre omegas porque no sé nada más que lo básico y esto solo los degrada a bancos fértiles.

—Una máquina de bebés, básicamente.—le aclaró Kel, Byul asintió, comprendiendo mejor.

Byul se había criado en un clan que era muy apegado a las tradiciones y reglas de las tres jerarquías, por eso no conocía mucho más allá de eso y también era el porque de sus pensamientos e ideales como omega eran tan antiguos.

—Creo que debo comenzar contándote que en nuestra familia, todos somos lobos de sangre pura.— Taehyung asintió, no existía persona en su familia que no lo fuese o en su defecto que tenga un alto rango según la jerarquía a la que pertenezca— Mis abuelos son un alfa y una omega puros, mi padre era un alfa del más alto rango y mi madre era una omega pura en todo sentido de la palabra— contó— tuvieron tres hijos, yo soy el mayor y me casé con Kel, ella es una alfa pura sangre de alto rango y Namjoon es el menor, quién igual es un alfa muy bien posicionado, de hecho, él entrena a Taehyung.

—¿Qué ocurrió con el otro?

—Murió.

—Oh...

—Si, oh.— rió, solo para quitarle tensión al asunto— Voy a hablarte sobre él porque es...

—Creo que es similar a ti, Byul— le ayudó Kel, sonriendo— ahora que Seokjin menciona a su familia, creo entender a dónde quiere llegar.

Entonces, Taehyung lo captó y recordó igualmente a su tío, no compartió mucho con él, pero sabía de boca de su padre que fue un increíble hombre. Sonrió.

—El tío era un omega.

—El más especial de todo el clan.— susurró, sonriendo nostálgico— Escucha, Byul. No soy fanático de la jerarquía y no estoy a favor de dividir las tareas de cada quien basándome en si es un alfa, beta u omega, pienso que todos podemos hacer cualquier cosa según queramos, así que en esta sociedad que yo lidero, procuro dejar a los demás decidir que quieren hacer.

Esa era una de las cosas que le habían sorprendido cuando llegó al clan, nunca había presenciado tanta... libertad. Supuso que ese era uno de lo motivos por los que eran tan aclamados.

—¿Por eso no le gusta que le llamen enigma?— asintió— Pero, es uno.

—Para mi desgracia si. De la misma manera que a Namjoon no le gusta que lo pongan en un pedestal, y de la misma manera que a mi hermano no le gustaba que lo llamasen gamma.

Arrugó el puente de la nariz, nunca había escuchado sobre ese término, o tal vez si, pero no prestó mucha atención a lo que era. Intentó hacer memoria.

—Mm, ese tipo de omegas evolucionados o algo así.

—Nosotros tampoco creíamos en nada de eso, incluso Seokjin decía que términos como ese no existían en la jerarquía solo para evitar que los volviesen a usar de manera banal y tener como señalarse unos a otros— Kel suspiró, blanqueado los ojos más tarde— Pero, oh, sorpresa, todos esos tipos de lobos especiales si existieron y existen, pocos, pero los hay.— señaló al mayor— Aquí tienes a uno.

—Deja de presumirme tanto, mujer.

Lo ignoró.

—Los lobos enigma son una cosa complicada, menos mal Taehyung no es uno.

El mencionado resopló.

—Nace uno cada diez años y de milagro.

Kel también lo ignoró.

—No sólo pueden poner a sus pies a cualquiera sin importar su rango o raza, tienen una fuerza increíble...

—Que papá definitivamente desaprovecha.

—Pueden hablar con sus lobos.

—Taehyung también hace eso.

—Y tienen instintos de predicción.

Seokjin volvió a suspirar.

—Creí que hablábamos de Byul, no de lo impresionante que soy según tú.— gruñó, definitivamente no podría hablar con tantas interrupciones—Iba a decirte que tal vez sería bueno que te pasaras por mi oficina mañana, puedo darte las indicaciones para el asunto del orfanato y de paso explicarte mejor mi teoría.

—¿Teoría?

Asintió.

—Creo que existe la posibilidad de que entres en esa lista de lobos especiales, Byul.— sonrió— Y eso sería grandioso. Examinaré a tu loba.