Capítulo 60
—Así que, como tenemos que terminar, decides acabar nuestra relación sin aviso, y por teléfono— dije con la voz temblorosa. Lo oí respirar pesadamente—. Bueno, tengo tiempo, Luke. ¿Por qué es tan necesario terminar conmigo?
—Es una larga historia— suspiró.
—¿Tan larga que no me la puedes siquiera explicar un poco?— cuestioné tratando de no ser débil, y manteniendo mi tono de voz firme—. Luke, sólo te estoy pidiendo un poco de respeto. ¿Por qué no puedes decirme la razón pero sí puedes decirme que esto tiene que terminar?
—Te engañé.
Corté la llamada antes de que él tuviera la oportunidad de seguir hablando.
No, no quería saber nada más del tema, si le había rogado que me explicara, pues ya no lo quería. Las palabras «te engañé» fueron suficientes, no necesitaba más de él. Si él quería terminar, pues terminábamos. Si él me había engañado, pues me había engañado. Era demasiado tarde para regresar el tiempo, la llamada ya había sido y todo acababa aquí...
Esperen un instante.
—Dylan— contestó a la llamada entrante Luke—. Por favor, perdón por lo de antes. No quiero que me entiendas mal. Te engañé pero de verdad, te juro que lo lamento. Es solo que...
—Shh, cállate, pequeña perra— lo interrumpí frunciendo el ceño—. ¿Me engañaste con Michael?
—¿Qué? ¡No!
—OH POR DIOS, ERES UN MALDITO DESGRACIADO BASTARDO. QUIERES QUE TE DISCULPE PORQUE ME ENGAÑASTE Y NI SIQUIERA OCURRIÓ PORQUE ERES MUKE AF. ¿QUÉ CLASE DE SER HUMANO DESPRECIABLE CREES QUE ERES? DESPIADADO. QUÉ BUENO QUE CALUM HAYA DESEADO DESHONOR SOBRE TODA TU FAMILIA ANTES DE QUE TE HUBIERAS IDO A MIAMI. TE MERECÍAS ESO Y MUCHO MÁS, LUCAS ROBERTO CLIFFORD.
—Mi apellido es Hemmings...
Y corté la llamada otra vez.
—De acuerdo, esto es absurdo— habló cuando me volvió a llamar y yo le volví a responder—. Sé que eres Muke Shipper y todo lo que quieras, ¿pero podemos dejar eso a un lado y hablar de nuestra relación?
—¿Estás diciendo que el que yo sea Muke Af no importa en nuestra relación?
—Mike no tiene por qué entrometerse en algo entre tú y yo.
Y lo corté por tercera vez.
—¡Ya basta, Dylan! Estas llamadas internacionales son jodidamente caras— exclamó cuando me llamó por, probablemente pero definitivamente no última vez. Puse los ojos en blanco.
—Puedes decir la palabra "jodido" todo lo que quieras, pero recuerda que Liz escucha todo y sabe todo e irá por ti para agarrarte de la oreja— espeté.
—Ni siquiera te he hablado de mi mamá. ¡Ni siquiera la has llegado a conocer! ¿Cómo sabes siquiera que su nombre es Liz?
—Tu madre es como un extraño Dios, Clifford.
—Soy Hemmings.
—¿De verdad me vas a llegar a corregir a estas alturas?
—¿Puedes tan sólo guardar silencio un segundo y escucharme?
—Ño.
—Esto será más complicado de lo que pensé— masculló frustrado—. De acuerdo. Te engañé, Dylan. No fue con Mike, y no, sé lo que estás pensando, y con engañar no me refiero a que todo este tiempo fui gay y te engañé haciéndote pensar que yo era heterosexual.
—Maldición.
—No maldigas. Y pues, lamento haberte engañado— dijo bajando la voz.
—¿Quién fue la zorra?
—No es zorra.
—¿Quién fue la perra?
—No es perra, Dylan.
—Preguntaría quién fue la puta pero esa claramente eres tú así que tan sólo dime quién fue la desgraciada.
—Es Mikaela.
¿Él tendría claro que no tenía ni la más mínima idea de quién era Michelle?
«Mikaela»
Melaleh.
«MI-KA-E-LA»
¿Qué clase de nombre es ese de todas formas? Mi Kaela. ¿Qué es una Kaela?
«¿Sabes? Tan sólo dile Melaleh»
—¿Quién es Melaleh?
—Mikaela. Bueno, la conocí con Mike. Fuimos a ver una película...
—Detente ahí, hermano. ¿Fuiste a ver una película a solas con Mike?
—Sí— respondió confundido.
—¿Fue una romántica?
—Vimos Los Vengadores.
—Es lo mismo. Oh por Dios, hubo un momento Muke y yo no estuve ahí para presenciarlo. ¿Alguien los grabó?
—¡Maldita sea, Dylan, te estoy diciendo que te engañé! ¡Deja de fingir que estás bien con eso!— gritó exasperado.
—Lo único que está mal en todo este rompimiento, es que no estás rompiendo conmigo porque seas Muke Af.
—Sólo pedía una novia normal, Señor, ¿por qué es tan complicado cumplir con eso?— susurró tratando de que no lo escuchara.
—Tal vez Melalehchela es normal.
—Melaleh. Digo, Mikaela. ¡Deja de confundirme y concéntrate!
—Bien, bien. Fuiste a ver una película súper romántica y a solas con Mike al cine. ¿Cómo conociste a Melaleh?
—Atendía ahí— respondió—. Y me coqueteó porque obviamente soy irresistible.
A Luke Clifford se le había subido el ego aparentemente.
—Y cuéntame, irresistible Luke, rey de los guapetones, Dios de la sensualidad, ¿tú le coqueteaste de vuelta?
—Sólo un poquito— balbuceó nervioso.
—OH POR DIOS, LE COQUETEASTE A MELALEHJUCHI...
—Melaleh.
—... JUSTO FRENTE A MIKE. ¿CÓMO SE TE OCURRE HACER ALGO ASÍ? LE ROMPISTE EL CORAZÓN A MICHAEL.
—Está hablando con Andy en este instante, estoy seguro de que está bien— contestó.
—Pobre Mike, desahogando sus penas hablando con Ramona, tratando de fingir que está bien. ¡Pero no lo está, Luke! ¡El pobre debe tener el corazón roto!
—Dylan— me interrumpió en voz seria—. ¿Puede ser... que con Mike te refieres a ti misma, y que en el fondo, te sientes mal y con el corazón roto porque yo te engañé?
—No seas absurdo, Luke, ¿por quién me tomas? Jesucristo, mi primer novio es un idiota— resoplé dejándome caer sentada en la cama de Chrissy.
—Y tú eres Muke Shipper, hay cosas que tenemos bastante claras acerca del otro— dijo cortando, suspirando luego—. El punto es, Dyl, que luego Mikaela y yo decidimos juntarnos, luego del cine, en su departamento, a solas.
—¿Y qué hicieron? ¿Jugar al Ludo? ¿Jugar a las damas? ¿Jugar ajedrez? ¿Jugar piedra, papel o tijeras para ver quién traería las bebidas? ¿Ver Bob Esponja?
—¿Tú y yo no tuvimos las citas más románticas, cierto?
—La única vez que fuimos al cine, fuimos a ver una película de terror y te pasaste todo el tiempo tapándote los ojos y preguntándome si ya había terminado. Y la única vez que tuvimos el departamento para los dos, jugamos ajedrez y me obligaste a ver Bob Esponja. ¿Estás tratando de decirme que con Melaleh hiciste algo diferente?
—Ella tenía vodka, tomamos un poco, nada de quedarme borracho...— balbuceó. Se mantuvo un segundo en silencio—. BeséaMikaela.
—¿Qué?
—Lo siento.
—No, no, hablo en serio, no te entendí nada— le aclaré.
—Besé a Mikaela— repitió lentamente.
—¿Quién es Mikaela?
—Melaleh— me explicó. Oh, pensé tristemente, mientras escuchaba a lo lejos cómo se caía un mueble en la sala de estar—. Fue sólo una vez... aunque fue una vez muy larga.
—¿Qué tan larga?— cuestioné levantándome y abriendo la puerta de la habitación para ver qué había pasado afuera.
—Oh, no lo sé, déjame ver el cronometro que puse justo cuando me empecé a besar con ella.
—Ok.
—¡Es sarcasmo, Dylan! ¡No tengo idea de cuán largo fue el beso!— exclamó.
—¿Por qué tienes que ser tan agresivo conmigo? Yo soy la víctima aquí. Estás terminando conmigo porque me engañaste con Melaleh. Prácticamente me estás dejando viuda, Luke.
—Para dejarte viuda tendríamos que estar casados y yo tendría que estar muerto.
—Puedo asesinarte si quieres, al menos estaría a medio camino de hacerme viuda— dije pensativa mientras levantaba la mesa que Daniel y Freddie habían botado.
«Dave y Frodo»
Eso.
«Pero los que botaron la mesa fueron Klaus y Taurus»
Maldita sea, Patrice, voy a matar a estos once perros.
—¿Quieres que te siga contando cómo te engañé con Melaleh o prefieres seguir planeando cómo hacerte viuda?— habló repentinamente Luke a través del teléfono.
—Espera— dije poniendo mi mano encima del micrófono del celular. Me aclaré la garganta—. ESCUCHEN, KLAUS, DAVE, FÍGARO, POPPY, FRODO, ALFRED, WILLIAM, JUDAS, VIC, HILTON Y TAURUS, ESTOY TRATANDO DE HABLAR CON ALGUIEN AQUÍ, ASÍ QUE DEJEN DE BOTAR LAS MESAS Y ROMPER LOS SILLONES, Y VAYAN A OLERSE EL TRASERO O LAMERSE SUS PARTES, QUÉ SÉ YO.
Podía sentir a Chrissy lamentándose por haberme dejado a cargo de sus mascotas. Bueno, las personas cometían errores... El error de Chrissy fue creer que yo era capaz de ser una buena niñera. Sí, claro, habíamos perdido a tres perros en los primeros minutos, si en algún futuro me dejaba a cargo de niños yo probablemente los mataría accidentalmente.
—¿En qué estábamos?— pregunté volviendo a la llamada entre Luke y yo—. Oh cierto. Besaste a Melaleh.
—Sí. Y luego nos fuimos a su cuarto.
—¿Qué tal era su cuarto? ¿Bonito? Apuesto que tenía un estúpido póster de Jacob Patanson y su cama era al estilo de princesa Disney con un cubrecama de Bob Esponja.
—¿Estás intentando lucir como la típica novia celosa?— preguntó enternecido.
—Síp.
—Aw, Dyl, eres un amor— murmuró haciéndome sonreír—. Pero no, no tenía ningún póster de Robert Pattinson y su cama era bastante simple de hecho, con un cubrecama de color azul. Y luego... me acosté con ella.
—¿Disculpa?— espeté sorprendida por esa declaración.
—Dormimos juntos— dijo bajando la voz con inocencia. Fruncí el ceño.
—Espera ahí, vaquero. ¿Durmieron juntos o... ya sabes, durmieron juntos?
—¿Hay alguna diferencia?— cuestionó sin entender. Puse los ojos en blanco.
—Sí, ya sabes. Porque una cosa es que durmieron juntos, con ropa, cariñosos, sin tocarse de una forma lasciva. Y está el... dormir juntos con gemidos y gritos y escenas de Cincuenta Sombras de Grey.
—Solamente nos recostamos en su cama y nos quedamos dormidos— me explicó incomodo.
Y fue ahí, después de tanto tiempo, que me di cuenta de lo que en realidad estaba tratando de decirme.
—Dormiste con ella, sin tomar ninguna pastilla, sin estar en estado de borrachera... Te quedaste dormido con ella— balbuceé apoyando mi espalda en la pared.
—Sí.
—Sólo te quedabas dormido de esa manera conmigo— susurré sintiendo cómo me quedaba sin aire.
—Dyl, bonita...
—Era lo que... nos unía de algún modo— le expliqué. Cerré los ojos, resbalándome apoyada en la pared, hasta llegar sentada al piso—. Y ahora me estás diciendo, que ya no es algo nuestro, no más.
—Lo siento.
Me llevé una mano a la frente y traté de no sentir ese nudo en la garganta. Me habría sentido mucho mejor si tan sólo hubiera dicho que él era gay. ¿Por qué Luke no podía amar las pijetetas?
—Bien— dije finalmente en un pequeño suspiro—. Supongo que terminamos.
—En algún momento tendría que pasar. Un año lejos de ti, algo iba a cambiar en algún instante, Dylan.
—Pero no de esta forma. No contigo engañándome con una chica cualquiera y luego durmiendo con ella y luego... llamándome para decírmelo de esta forma— gruñí—. No estamos terminando mal, pero no digas que esto era predecible.
—Te quiero— susurró.
—Ajá. Bueno, debo irme antes de que Vic vuelva a morder a Poppy— dije, dándome cuenta luego de que él no sabía quiénes eran. Hum—. ¿Sabes? Olvida eso. Hablamos luego, Luke.
—Cuídate, Dyl— se despidió, y colgué la llamada. Suspiré. ¿Él y yo de verdad acabábamos de terminar por una tal Melaleh que trabajaba en el cine? Esto apestaba tanto.
No, esperen, lo que apestaba era otra cosa. Arrugué la nariz oliéndome la axila y luego salí a la sala de estar.
—OH POR DIOS, KLAUS, QUÉ ASCO— chillé al ver que el perro se había hecho en el sofá. Mi celular sonó en mi bolsillo y me sentí confundida al ver quién me llamaba—. ¿Natalie?
¿Esa no era nuestra vecina en el edificio? Contesté la llamada, a punto de abrir la boca para decir algo, cuando ella habló primero.
—¿Qué demonios le hiciste a Ashton y dónde está?
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