Capítulo 38
"Te quiero". Bueno, Houston, definitivamente no había estado preparada para esto, menos después de haber insultado a Mike y haber llamado a su propia ex novia una zorra. Alerta hoyuelos-hermosos-y-manos-de-orangután-sueltas, ¿qué se suponía que tenía que decir? ¿Que yo también lo quería? ¿A qué se refería con querer? ¿Había dicho que me quería o yo lo había escuchado mal? ¿Los extraterrestres eran grises o verdes? ¿Cómo se tenía que respirar? ¿Mi corazón seguía andando? ¿Cuánto tiempo llevaba preguntándome a mí misma mentalmente? ¿Había una mosca pegada a la pared? ¿Por qué estaba tan nerviosa? Creo que estaba sudando. Necesitaba una toalla. Si tenía que ser sincera no tenía ni la menor idea de qué decir, y por supuesto recurrí a hacer lo que cualquier persona no muy cuerda habría hecho en mi misma situación: lo noqueé con una sartén.
—Joder, ¿qué hice, qué hice, qué hice?— balbuceé agachándome hasta estar a su altura. Apoyé mi mejilla en su pecho para ver si seguía vivo. Mis ojos se abrieron con horror un segundo después.
Había matado a Ashton Irwin.
Necesitaba llamar a Lina para preguntarle dónde podía ocultar el cuerpo.
—Auch— se quejó levantándose un poco después. Suspiré en alivio. No había cometido un homicidio con una sartén, lo que era triste ya que era una de mis metas, pero al menos no iría a prisión por tercera vez consecutiva—. ¿Por qué me golpeaste, Dylan?— dijo Ashton llevándose una mano al cuello.
—Fue sin querer— mentí rápidamente.
—¿Sacaste una sartén de debajo del sillón sin querer para después golpearme con ella por accidente?— soltó. Asentí—. No me mientas, Dylan. ¿Por qué lo hiciste?
Y lo volví a golpear con la sartén.
—Hola— dijo Luke llegando a la sala de estar en pijama. Avanzó hasta el sillón y señaló a Ashton que seguía en el suelo—. ¿Qué le pasó al arbusto con patas?
—Lo maté— contesté con miedo volteando a verlo. Luke suspiró.
—Llamaré a Lina— masculló sacando su teléfono.
—¿Qué? ¡No! ¿No puedes ayudarme a llevarlo a la habitación o algo?— pregunté mordiéndome las uñas de los pies.
Sí, de los pies. No me critiquen, Mortimer juega a las cartas.
—¿Para qué quieres llevarlo a la habitación si ya murió? Hay que enterrarlo antes de que terminemos en prisión de nuevo— suspiró.
—Pero...
—NO QUIERO VOLVER A PRISION, DYLAN.
—SOLO ESTUVISTE CINCO MINUTOS AHÍ, ROBERTO, CALMA TU DIVA INTERIOR— exclamé. Resopló rindiéndose—. Como sea, yo... solamente lo golpeé en la cabeza y, pues, se desmayó o murió o se durmió o algo.
—¿Por qué lo golpeaste?— dijo frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
—Bueno, me dijo que me quería y yo entré en pánico y lo golpeé— respondí haciendo una mueca. Luke asintió mordiendo su labio inferior.
—Sí, habrá que tirarlo por las escaleras.
—¿Qué?
—Si eso no funciona, abre la ventana— indicó tomando a Ashton de los tobillos.
—¡Roberto!
—¡Claire!
—¡No me Clairees!
—¡Y tú no me Robertees! Mi segundo nombre ni siquiera es Roberto.
—Claro que lo es, Lucas.
—Eres una uva, Dylan, yo gano— respondió imitando lo que me había dicho Mike.
—Eres una jirafa— solté—. Una jirafa muy mala. Deberías ayudar al pobre de tu compañero con manos de orangután y llevarlo a la cama. Oh, espera, eso sonó mal.
—LASHTON ES REAL— exclamó una chica saliendo de la cocina, corriendo a través de la sala de estar y saliendo del departamento. Luke y yo nos volteamos a ver.
—¿La conoces?
—No.
—Yo tampoco.
—Tengo miedo— dijo haciendo una mueca de terror—. Ni siquiera sé si es normal que entren tantas personas extrañas a nuestro departamento.
—Vivimos con una cabra y un gato violador que no sabemos de dónde vino, Luke, el día que haya algo más raro e inesperado en el departamento, llámame.
Volvió a sacar su teléfono y marcó un numero, para que dos segundos después mi ladrillo con pantalla empezara a sonar. Puse los ojos en blanco y contesté.
—Hola, rubio con cabello de rampa.
—Encontré a una chica con el cabello morado que tiende a golpear gente con su sartén y me llama Roberto. ¿Podría llamar al control de animales?
—Sí, por favor hazlo, vivo con una jirafa, un simio, un unicornio y un oso— respondí. Frunció el ceño y cubrió el micrófono de su celular.
—¿Quién es el oso?— susurró. Volqué los ojos—. Yo diría que Calum es más como un conejo.
¿Por qué me acababa de imaginar a Calum vestido de conejita Playboy?
¿Por qué también me imaginé a Mortimer vestido de conejita Playboy?
—¿Te acabas de imaginar a Calum como un pequeño conejito peludo que deja huevos de Pascua también?— preguntó Luke. Fruncí el ceño y negué con la cabeza—. Ah. Pff, yo tampoco.
—¿Sabes qué? Tan sólo deberíamos...— dije, cortando la llamada y guardando mi ladrillo—, ya sabes, ayudar a Ashton y llevarlo a la habitación o algo así.
—Claro— dijo él, agachándose y cargando a Ashton en menos de un par de segundos. Abrí los ojos sorprendida.
—Bueno... wow. No esperaba eso— admití siguiendo a Luke hasta el cuarto de Fletcher—. Prácticamente no tienes músculos, ¿cómo hiciste eso, querido fideo? ¿Con los súper poderes que acabas de adquirir por dormir tanto?
—Un día Ashton y yo hicimos una apuesta y tuve que cargarlo durante un mes. Estoy algo acostumbrado— dijo haciendo sonar su cuello después de dejarlo en la cama. Hice una mueca—. No vuelvo a hacer apuestas sobre tortugas y perros.
—Y yo no preguntaré para evitar traumatizarme, gracias— añadí señalándolo. Él se rió—. Oh, por cierto, ¿qué pasó con Calum y Mike?
—Mike se está dando una ducha y Calum con Mortimer siguen durmiendo. Yo habría seguido durmiendo, pero desperté porque me estaba ahogando con una almohada que alguien me dejó encima del rostro. ¿Sabes quién fue?— preguntó rascándose la cabeza. Lo miré.
—Fue Michael.
—Lo suponía. Bueno, ¿nos acompañarás esta noche al restorán?— dijo dirigiéndose a la cocina. Lo miré extrañada—. Oh, no te dijimos. Vamos a tocar hoy, pensamos que Out Of My Limit sería una buena idea. Ashton y Calum votaron por esa canción. Michael quería que cantáramos La Macarena.
—DALE A TU CUERPO ALEGRÍA, MACARENA— cantó una chica saliendo de debajo de la mesa, antes de salir corriendo de ahí. Fruncí el ceño.
—¿De dónde salen estas personas?— cuestionó Luke.
—Esto es más aterrador que Annabelle— contesté bromeando acerca de la película. Lo volteé a ver para reírme de él, pero ya no estaba. Arqueé una ceja y alcé la mirada hacia el techo—. ¿Cómo subiste hasta allá?
—Nada es mas aterrador que Annabelle.
—¿A qué te refieres? Esa película fue...
—Nada.
—Eres un amargado. Bájate, hombre araña— dije cruzándome de brazos. Él negó con la cabeza—. Iré por la sartén.
—JÁ, no puedes, la escondí— canturreó en triunfo mientras abrazaba más el techo. Puse los ojos en blanco y me dirigí al refrigerador, sacando una sandía gigante de éste. Suspiré y miré directamente a Luke.
Y se la tiré a la cabeza.
—¿POR QUÉ ME TIRASTE UNA SANDÍA?
—No te querías bajar.
—PERO UNA SANDÍA.
—Jesucristo, por la tortuga de mi tía lesbiana que vive en Narnia, ¿qué les sucede?— se quejó Mike llegando a la cocina con pijama.
—¿No que te habías ido a bañar?— preguntó Luke sacándose un pedazo de sandía de los pantalones. Mike eructó haciéndome olfatear todo su aliento. Tacos, cereal... Oh santas piñas, tenía hambre.
—Sí, bueno, la verdad solo dije eso para que me dejaras de molestar. Seguí durmiendo un poco más en la bañera— admitió rascándose la nuca. Luke bufó sacándose un pedazo de sandía de la oreja—. Creo que tienes algo de sandía en el cabello.
—NO ME DIGAS, GORDON.
—NO ME GORDONEES, ROBERTO— exclamó, haciendo a Luke volcar los ojos. Mike me miró—. Y tú, mi querida uva parlante con cuerpo de tabla, deberías volver a tu estado natural de zanahoria, ya me está dando miedo, pareces un trol.
—No sé dónde me puedo teñir el cabello— me quejé mientras veía a Luke tratar de bailar la Macarena. Arqueé una ceja. Estaba segura de que uno de los pasos no era precisamente agarrarse el trasero... o las tetas... Esperen, Luke ni siquiera tenía tetas, ¿qué estaba pasando?
—Oh, yo lo sé. Nos lo iremos a teñir antes de la presentación. Quiero teñírmelo rojo pasión.
—Parecerá rojo menstruación.
—Y será un bonito rojo pasión— dijo sin escucharme. Suspiré—. Oye, vi a Ashton muerto en la habitación de al lado. ¿Tenemos que llamar a Lina o hacer que parezca un accidente y simplemente decir que se resbaló con una cascara de banana?
—Dylan lo golpeó con una sartén— informó Luke mientras se hacía trenzas en el pelo.
—¿¡Lo golpeaste con una sartén!?— exclamó Mike. Asentí—. Choca cinco.
—No chocaré cinco contigo, algodón de azúcar y próximamente menstruación andante.
—Pues yo no te volveré a dirigir la palabra, uva parlante y próximamente zanahoria deforme.
—Eso ni siquiera tiene sentido.
—TÚ NO TIENES SENTIDO— exclamó fingiendo llorar y saliendo del departamento azotando la puerta—. MALDITA SEA, ME GOLPEÉ EN EL DEDO CHIQUITO DEL PIE— gritó desde afuera. Volteé a ver a Luke.
—Salió en pijama.
—Una vez salió desnudo— contestó encogiéndose de hombros. Hice una mueca y él abrió los ojos al máximo—. La cliffoconda era real.
Bueno, la Lukeconda era real también. Presentía que no debía decirle eso.
—Claire— me llamó Luke en voz baja, cruzado de brazos y apoyando su espalda en uno de los muebles.
—Roberto— dije imitándolo. Sonrió cortamente y suspiró.
—Has pasado... demasiado meses viviendo con nosotros. Te has vuelto una parte tan importante para los cuatro, siempre ha sido así, y... quiero que sepas que todo lo hacemos es para protegerte, porque somos como una familia y... y yo sinceramente ya no puedo seguir haciendo esto.
—¿A qué te refieres?— pregunté confundida. Se relamió el labio inferior.
—Necesitas saber algo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro