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Capítulo 08

-La amo, y es lo más especial para mí- dijo Ashton abrazándola.

Bufé, volcando los ojos.

Habíamos salido del departamento hacía unos minutos y no nos tardamos demasiado en llegar a la pequeña sala de ensayo que tenían los chicos. Estaban sus respectivos instrumentos allá, excepto la guitarra de Luke, la cual parecía llevar a todas partes, ya fuera su habitación, una reunión o el baño, no me habría sorprendido verla ahí mientras Luke se quitaba lo azul del cuerpo.

-Hablas de la batería como si se tratara de tu novia- se rió Calum escuchando a Ashton. El chico le dirigió una mirada fría al moreno sin dejar de abrazar a su instrumento.

-Es mi novia- lo corrigió.

Y aquí empezábamos de nuevo.

Ashton parecía ser el más emocionado de todo el grupo en mostrarme toda la sala de música donde ensayaban. Me presentó desde las paredes hasta su preciada batería, la cual parecía no querer soltar a pesar de que ésta se estuviera incendiando.

Eran tal para cual: él la abrazaba, y ella... no podía escapar.

Me preguntaba si haría lo mismo si tuviera pies y suficiente mente y vida para darse cuenta de la situación. Me lo pensé.

Probablemente de ese modo se iría corriendo y escapando de Ashton.

-¿Con qué canción empezamos?- dijo Luke afinando su guitarra.

-La que tocáremos esta noche- respondió Michael-. Luego ya tendremos tiempo para practicar las otras ¿no?

-Eso creo- dijo encogiéndose de hombros. Luke suspiró, acabando de afinar su guitarra, y se levantó del asiento-. ¿Empezamos?

-Claro- asintieron todos los chicos. Se acomodaron arriba del pequeño escenario que tenían para practicar (la verdad, dudaba mucho que una pequeña diferencia provocada por una alfombra valiera como escenario, pero daba igual), y yo me senté en la cómoda silla que el antiguo avatar había dejado vacía para tocar.

Ashton dio el tiempo con sus baquetas, chocándolas en el aire rítmicamente. La verdad parecía llevarlas a todos lados, siempre ocultas en sus bolsillos como un extraño chico protector, aunque más bien, parecía una clase de obsesión descontrolada.

Quizá todos los chicos eran así.

Estaban a segundos de empezar a tocar, yo impaciente por escucharlos, cuando unos golpeteos fuertes en la puerta de la sala se escucharon a todo lo largo de la habitación, provocándome dar un respingón.

Esto no daba buena pinta.

-¡LUKEEEEY, BONITO!

Lina.

Ya sabía yo que algo así iría a pasar. Me podía imaginar nuestros rostros de espanto ante la situación.

La rubia psicópata había vuelto.

-¿Cómo me descubrió? Había mantenido en secreto esta habitación justamente para que ella no me encontrara- masculló el rubio.

-Claramente has subestimado el nivel de conocimiento de una psicópata- mencioné arqueando ambas cejas.

-¿Qué haremos ahora?- se quejó Ashton gimiendo molesto-. A este paso, Lina ya no nos va a dejar en paz. Ya se apareció en el departamento hoy, y ahora en la sala de música. ¿Qué haremos ahora? ¿Vivir en un iglú en la Antártida para que ella no nos encuentre?

-Es una buena idea- murmuró pensativo Luke.

-Hay que distraerla. Debemos practicar la canción y la única manera de que se vaya de una vez por todas es distraerla- dijo Calum.

-También podríamos amarrarla de pies y manos y cubrirle la boca con cinta adhesiva- ideó Luke soñador.

¿Pero qué clase de pensamientos sádicos últimamente pasaban por su cabeza?

-A ver, jirafa, deja esa mente criminal a un lado. ¿No puedes llamar a Aleisha para que se la lleve de aquí?- le preguntó Mike al rubio.

-Eliminé su número- se rascó la nuca él. Los demás chicos suspiraron-. ¡Lo siento! No creí que lo necesitara.

-De acuerdo, ¿y qué hacemos?- dijo Ashton-. Si uno de nosotros sale, Lina sabrá que Luke está aquí, y si Luke sale, estamos fritos. La única persona que podría salir de aquí y volver viva es...

Los cuatro voltearon a verme.

¿Pero qué...?

-¡Oh, no, claro que no!- me negué de inmediato al darme cuenta de sus intenciones.

-¡Por favor, Dylan! Si no eres tú, ¿quién?- me pidió Michael-. No queremos morir hoy, somos muy jóvenes. Y tenemos que practicar la canción. Tienes, tienes que ayudarnos.

-¡Me niego! Esa chica casi me mata. Me quitó mi sándwich y me jaló el cabello. ¿Y quieren que pase tiempo con ella para distraerla?- dije indignada.

-¿Podrías?- preguntó Ashton con una pequeña sonrisa santurrona. Negué con la cabeza firmemente-. ¿Por favor?

-No, Ashton, no. ¡No puedo hacerlo! Es irritante y chillona. Además, ni siquiera es rubia natural.

-¡ESCUCHÉ ESO!- gritó una voz desde afuera.

Uh... vaya, estaba en problemas.

-¿No puedes ir y... no sé, distraerla?- dijo impaciente Luke. Suspiré insegura-. Necesitamos ensayar y no podemos hacerlo con ella aquí.

-Bien- volqué los ojos interrumpiendo los próximos ruegos de los chicos hacia mí. Los cuatro sonrieron-. Pero me deben una.

-Por supuesto que sí. Gracias- sonrió el rubio. Asentí y di media vuelta encaminándome a la puerta de la sala.

Con algo de suerte la chica no me mataría esta vez.

-¿Hola?- dije abriendo la puerta y saliendo de la sala de ensayo. No había nadie. Quizá después de todo Lina no estaba ahí.

¿Habría sido imaginación nuestra?

-¡TE TENGO!- gritó una voz chillona antes de que una red de pescar me cayera en la cabeza.

Retiraba lo dicho.

-¡Hey! Tú no eres Luke- dijo Lina formando un puchero.

-Lamento decepcionarte- respondí encogiéndome cada vez más dentro de la red. Ella suspiró volcando los ojos y me dejó salir de su trampa. Gracias al cielo.

-¿Y qué hacías ahí adentro?- preguntó.

-Oh. Pues... hablaba sola- dije frunciendo el ceño al final. ¿Hablar sola? ¿Enserio, Dylan? ¡Vamos, que podía hacerlo peor!

-¿Hablar sola?- dijo con ironía arqueando una ceja. Claramente no me creía demasiado, pero lo único que podía hacer en ese momento era asentir con la cabeza torpemente-. Oh, pues bien. ¿Te importa si entro?- vaciló sencillamente dando un paso hacia adelante.

Me puse de brazos abiertos contra la puerta.

-No.

-¿No?- dijo extrañada.

-¡No!- me reí nerviosamente-. Porque... um... tienes que acompañarme a... a comprarle un regalo de cumpleaños a Luke. Sí.

-¿Cumpleaños?- frunció el ceño extrañada-. Pero si no es hasta dentro de seis...

-¡Mejor vamos a comprar!- chillé tomando su mano rápidamente y conduciéndola fuera del lugar.

-¡Oye! No me toques- se quejó alejando su mano de la mía una vez en la calle. Se limpió el dorso de ésta en su chaleco con asco-. Ugh.

-Y bueno, ¿qué le quieres comprar a Luke?- sonreí fingiendo emoción.

La última cosa que sentía en ese momento era emoción.

Quizá ganas de asesinarla. Pero no emoción.

-Siempre le regalo lo mismo- suspiró jugando con un mechón de su cabello.

-¿Y eso sería?- pregunté.

-Un peluche y un ticket que vale por un beso mío- respondió obvia, rodando los ojos a su tiempo.

¡Pero qué modesta era esta chica!

Y vaya sarcástica que era yo.

-¿Y ha usado los tickets?- cuestioné arqueando una ceja.

-¡Ay, por supuesto que no! Los está recolectando para que llegue el día en que tenga suficientes besos que pasáremos todo el día besuqueándonos en el sillón- dijo mordiendo su labio inferior.

No sabía por qué pero presentía que esos tickets estaban en la basura.

Y el que se venía, probablemente terminaría ahí también.

-Oh por cierto- sonrió ella volviendo a jugar con un mechón de su cabello-. Me enteré de que los chicos irán a tocar esta noche al restaurante. ¿Sabes algo de ello?

-Sé que tocarán y será en un restaurante- contesté, dándome cuenta de que era exactamente lo que ella me acababa de decir.

Pero bueno, era lo que a mí me habían dicho.

Un momento. ¿Lina estaría espiándonos y por eso lo sabía? Ugh, no quería saber más de la mente psicópata y obsesionada de esta chica. Ya me daba miedo.

-Yo los he visto cantar un par de veces antes, siempre asisto a sus presentaciones- dijo animada-. ¿Sabes en qué restaurante van a tocar esta vez?

-No- murmuré en respuesta.

-No- rugió ella fulminándome con su mirada. Sentí un escalofrío siguiéndome de pies a cabeza-. No me mientas.

-No lo hago- dije nerviosa.

-No me engañas, Summers- gruñó viéndome fijamente a los ojos.

De acuerdo, esto me empezaba a asustar. ¿¡Cómo carambolas sabía mi apellido!?

-Dios- me quedé sin aliento por el miedo que le tenía a Lina-. De verdad no lo sé. No me lo han dicho, enserio. Soy nueva en el departamento. ¿Por qué tendría que saberlo? Apenas he hablado con ellos.

«Más has visto que hablado»

Cállate, conciencia innecesaria.

-Bueno. Lo averiguaré- masculló decidida todavía mirándome furiosa. Sonreí nerviosamente y ella bufó volcando los ojos-. A la mierda, eres tan idiota, todavía no entiendo cómo él se fijó en ti alguna vez. En fin, Summers, nos vemos luego. No perderé mi tiempo aquí contigo mientras podría estar investigando en qué restaurante van a tocar. Adiós- canturreó finalizando, justo antes de dar media vuelta e irse en dirección contraria a la del edificio del departamento.

Esa chica estaba maniática.

¡Maniática!

-Eh, chicos- dije golpeando la puerta de la sala de ensayo y entrando a ésta después-. Adivinen quién se deshizo de... ¿Qué hace la cabra aquí?

¿Alguien recuerda a la cabra come-pantalones que hacía no tanto se había ido por culpa de Ashton del departamento?

Bueno, había vuelto.

-No sabemos cómo llegó- tembló Mike escondido detrás de la batería de Ashton-. Pero está aquí y no sabemos cómo sacarla.

-Lo intenté- mencionó la voz de Calum en algún lugar donde yo no lo veía. Fruncí el ceño y volteé, encontrándome con una especie de armario pequeño en el suelo. Abrí sus puertas encontrándome con Calum, quien temblaba también-. Casi me arranca los pantalones de nuevo.

-¡Yo casi pierdo la mano!- chilló Mike.

-A mí ya me arrancó los pantalones- lloriqueó Ashton apareciendo detrás de Michael.

-Es verdad- comentó la voz de Luke a la vez que salía de detrás de una caja.

Eran unos miedosos.

-¿Pero qué rayos les ocurre? Se supone que son valientes. ¿Y le tienen miedo a una cabra?- bufé incrédula dirigiéndome decidida al animal, para sacarlo de una vez por todas.

-No la toques- habló rápidamente Mike-. Podría matarte.

-Ustedes son unos inmaduros- dije volcando los ojos.

Claro, porque yo era la más madura.

Sí... obvio.

-A ver, cabrita, ven para acá- murmuré tiernamente acercando mi mano a la piel del animal. Cuando ya tuve mi mano sobre su lomo, sus ojos se posaron fríamente en mí.

Y luego pasó, lo que tenía que pasar, lo inevitable.

Es decir. ¡La muy bastarda no se tardó ni cinco segundos en quitarme los pantalones!

-¡Maldita desgracia, cabra de mierda, vuelve aquí!- chillé siguiéndola por toda la sala de ensayo.

Obviamente los chicos se rieron. Claro, ¿cómo no? ¿Había algo más chistoso que ver a una chica sin sus pantalones seguir a una cabra que se los estaba comiendo? ¡Para colmo que Mike no dejaba de echarme en cara que "me lo había dicho"!

Hijos de orgías.

¡Ojalá no tuvieran nada que comer a la noche!

-Y aquí podemos observar al extraño espécimen llamado Dylan, siguiendo a la cabra mientras chilla descontrolada, como un llamado de apareamiento- transmitió Michael volteando a ver a Ashton.

Me detuve de golpe frente a ambos, que seguían escondidos detrás de la batería.

-¡A mí no me hace ningún gracia!- chillé.

-Y aquí se nota también a la hembra Dylan que está llamando a otros machos en llamada de apareamiento- siguió el juego Michael haciendo a Ashton reír más.

-¡Ugh! ¡Son imposibles!- gruñí molesta.

-Vamos, Dylan, no te pongas así- se rió fuertemente Luke. Volteé a verlo arqueando una ceja.

-Sácate los pantalones.

Él me miró sorprendido.

-¡Y LA HEMBRA DYLAN SE LE LANZÓ AL MACHO LUKE!- gritó Michael haciéndome sonrojar.

Mientras durmiera, procuraría clavarle un cuchillo en su pequeño y jodido corazón.

-Vale- se encogió de hombros Luke saliendo de detrás de la caja y caminando en mi dirección, hasta quedar frente a mí. Llevó ambas manos a su cierre del pantalón y se lo sacó sin problemas, dejándolo botado en el suelo, y sacando sus pies de las bastillas de éste, saliendo completamente. Alzó ambas manos y sonrió, divertido por la situación.

Y la verdad tenía unas inmensas ganas de lanzarle los pantalones a la maldita cabra para que se los comiera y el idiota avatar tuviera un poco de su propia medicina.

Pero, preferí hacer algo más útil.

Y me los puse.

-Pareciera que una hormiguita se hubiera puesto una carpa de circo para vestirse- se burló Calum risueño viéndome con los pantalones de Luke.

-¿Me estás llamando hormiga?- espeté frunciendo el ceño.

-¿Me estás diciendo gigante?- soltó Luke cruzándose de brazos.

-Sí, y sí. Eres una bajita y Luke, eres un gigante. No dije nada que no fuera obvio- se encogió de hombros el moreno.

-Eres insoportable- dije entre dientes.

-Lo sé- admitió con una sonrisa.

-Oigan- balbuceó una voz asustada detrás de mí. Volteé a ver, era Ashton, quién se aferró a mí quizá más fuerte y peor que la vez de la araña-. Creo que la cabra quiere algo más...

Los cuatro vimos al mismo tiempo a la cabra.

El animal nos veía fijamente.

No tardamos ni dos segundos en espantarnos.

Y completamente sincronizados salimos corriendo de ahí en dirección al departamento, escapando de la cabra asesina come-pantalones.

No quería aceptarlo pero estaba casi el cien por ciento segura de que ver a un grupo de chicos, todos corriendo por la calle escapando de una cabra, dos de ellos sin pantalones, una chica que llevaba pantalones que le quedaban mil tallas más grande, y otros dos chicos que no dejaban de gritonear que el chupacabras los vendría a salvar...

Debía ser bastante raro a ojos de los demás.

Pero bueno.

Que la suerte me acompañe.

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