Capítulo 01
Tenía que ser una maldita broma.
-De acuerdo- dijo Luke, entregándome una pistola de agua-. ¿Estás lista?
¿Ya había mencionado que presentía que la entrevista no sería para nada normal? Bueno, ahí iba la prueba de ello.
Nos hallábamos en el patio trasero del edificio. Los chicos habían dicho que para pasar la primera etapa de la entrevista, debía ganarles en un juego, cuatro contra uno. Claramente yo era la de mala suerte que iba a jugar sola contra cuatro chicos ya profesionales en esta bobería de lanzar agua con pistolas de juguete.
Ayuda, por favor.
-Um, sí, supongo que estoy lista- balbuceé observando la pistola de agua que sujetaba entre mis manos. Alcé la mirada para ver a los chicos-. ¿Cómo funciona esta cosa?- murmuré.
Todos rieron.
-Es fácil- dijo Luke dirigiéndose a mí, tomando mi pistola y elevándola un poco de manera que yo pudiera verla también-. La tomas así, apuntas y lanzas con el gatillo de acá abajo- me la regresó-. Funciona igual que una de verdad- dijo encogiéndose de hombros.
Abrí mi boca levemente.
¿¡Había utilizado una pistola real!?
-Eh... de acuerdo- mascullé nerviosa.
-Genial. Ashton- lo señaló Luke-, conteo.
Ashton carraspeó, aclarando su garganta, y sin soltar del todo su pistola sacó de sus bolsillos dos baquetas de batería, y alzándolas un poco en el aire, las hizo sonar tres veces diciendo:
-¿Preparados? ¿Listos?- se detuvo un segundo-. ¡Que la guerra empiece!
Y vaya que la guerra empezó. Me sentía como en la tercera guerra mundial y no estaba exagerando.
De acuerdo, sí, quizás exageraba un poco.
Para empezar, los que atacaron primero fueron los chicos, y obviamente todos fueron contra mí. Tomé mi pistola temblando por culpa de mis nervios, y con manos resbaladizas e inseguras, presioné el gatillo disparándoles de regreso.
Sin embargo, piénsenlo. Cuatro contra uno. ¿Quién terminaría más empapado y con menos probabilidades de respirar?
Ajá, yo.
Sentí cómo la pistola de agua se me cayó de las manos de repente. Demonios, mi mala suerte no dejaba de perseguirme. Cubrí mis ojos para evitar que el agua de las pistolas de los chicos siguiera cegándome y con mi mano derecha busqué por el pasto mi arma de agua. Escuché cómo uno de mis contrincantes la tomaba por mí y ahora eran cinco pistolas las que me lanzaban agua bruscamente.
Alcé ambas manos completamente harta y las dejé caer de golpe haciendo un sonido seco (o mojado, como prefieran) contra mis piernas.
¿¡Era enserio!?
Abrí levemente un ojo y noté que mi pistola la tenía Luke, al menos eso suponía ya que era el único de los cuatro que tenía dos de ellas. Claramente el plan A, que consistía en no dejar caer mi arma de agua y ganarles fácilmente, no había funcionado. Por lo que, puse en funcionamiento mi plan B, en otras palabras, hacer el impulso más estúpido que se me viniera a la cabeza en el segundo de atacar.
Sin saber qué más hacer, me lancé al suelo y me colgué del tobillo de Luke como si mi vida dependiera de ello. Y en parte, sí, mi vida dependía de ello que si no, pues moría ahogada.
Moví un poco su tobillo tratando de botarlo y cuando lo conseguí, el ruido de un choque contra un lago se escuchó. Abrí mis ojos cuando sentí que los chicos ya no me lanzaban agua y noté... que había tirado a Luke a la piscina.
Oh, sí, ¿había mencionado que en el patio trasero del edificio había una piscina?
Um, factor importante, eh.
-¡A la piscina!- exclamaron emocionados las voces de Calum, Michael y Ashton antes de lanzarse junto a Luke al agua.
Dejé caer mi rostro contra el pasto y suspiré cansada.
Hágase la paz.
Sin embargo, no duré demasiado en el suelo, ya que unos segundos después sentí cómo era tomada por varios pares de brazos en el aire. Chillé asustada y luego vi quiénes eran.
Claro, los cuatro mosqueteros.
-¡Dylan al agua! ¡Dylan al agua!
Gritaban como unos cavernícolas y cada uno me sujetaba con una sola mano, mientras que con la que tenían libre se ocupaban de alzarla de una manera extraña como si todo esto fuera un ritual de iniciación o un sacrifico, como esos donde lanzaban a las pobres víctimas a un volcán.
En este caso, el volcán sería la piscina. Los cavernícolas eran los chicos a mi alrededor. Y la víctima, era yo.
Clases de natación, sean útiles esta vez.
Oh, maldita sea, ¡no sabía cómo mierda nadar con tacones!
No tardó demasiado la caminata hasta la piscina, ya que en un par de segundos ya me hallaba hundida en lo profundo de ésta. Intenté salir a flote, apoyando ambos pies en el suelo de la piscina par darme impulso, y saqué mi cabeza a la superficie.
Noté que mi cabeza quedaba perfectamente afuera del agua mientras mis pies tocaban el piso.
Vaya, los tacones aguja sí servían de algo después de todo.
-Qué alta es usted, señorita Summers- mencionó divertido Luke, agachándose para quedar a mi altura.
Volqué los ojos.
Él era un gigante de dos metros.
-Mira quién lo dice- ironicé dirigiéndome a las escaleras de la pileta y subiendo por éstas-. ¿Se divirtieron?
-Sí- respondieron todos al unísono, encogiéndose de hombros sencillamente.
-¿Siempre hacen esta extraña... prueba a sus postulantes de departamento?- pregunté cruzándome de brazos.
-Usualmente corren antes de poder hacerla- respondió Luke. Bufó-. Son unos miedosos.
-Pero claro, tú eres Dylan Summers- se rió por lo bajó Ashton. Fruncí el ceño un tanto confundida ante su comentario y vi cómo todos los demás chicos volteaban a verlo duramente-. Es decir... Um...- titubeó, ahora dirigiéndome su mirada a mí-. Deberías ponerte ropa seca.
Reí con ironía cortamente.
-¿Estás jugando verdad?- sonreí de lado, dejando caer ambos brazos a los lados de mi cuerpo-. Esto es lo único que traje. Normalmente no traigo cambios por si unos dementes me lanzan a su piscina.
-Hey- me cortó Luke, señalándome-. Tú empezaste- bromeó haciéndome reír.
-Bien, yo empecé..., pero no fui yo la que dio la idea de hacer la guerra de agua aquí- argumenté divertida.
-Bueno- se encogió de hombros Michael-. Nadie dijo que nuestras ideas fueran las más inteligentes. Si no te diste cuenta, la primera fase de tu entrevista para el departamento consistía en una guerra con pistolas de agua.
Asentí entretenida por sus palabras. Al parecer sí que estaban dementes.
-¿Y qué esperamos?- dijo Calum-. ¡A subir! Cuando la ropa se seque ya estaremos resfriados y tenemos que tocar mañana.
-Cierto- masculló y cerró los ojos Luke, dándose un golpecito en la cabeza-. Bien, vale, hay que subir- señaló a Calum antes de dirigirse a mí-. Nos acompañas. Te prestaremos un poco de ropa ¿de acuerdo? Para que no te enfermes.
-Gracias- murmuré, sintiéndome un poco ignorada ya que al segundo después ya se había dado media vuelta.
Linda espalda, Luke, pero no era lo que me interesaba ahora.
Entramos al edificio y subimos por las escaleras, empujándonos un poco, más que nada entre los chicos claro está. Es decir, eran los mejores amigos, ¿qué tenía que ver yo metida ahí? Solamente quería el cuarto del departamento.
Llegamos al piso y nos dirigimos a la puerta 305. Ashton la abrió con unas llaves que traía en uno de los bolsillos de su pantalón.
-Bien. Um... yo le prestaré un poco de ropa a Dylan- mencionó Luke encaminándose al final del pasillo. Yo lo seguí-. Si terminan antes que nosotros, ya saben, preparen la siguiente etapa de la entrevista.
-Sí, jefe- bromeó Ashton, señalándolo con sus baquetas de batería antes de que Luke y yo entráramos al que parecía ser su cuarto.
Suspiré asombrada.
En todas las paredes de su habitación habían pósters, estaban repletas de ellos. "Rolling Stones", "The Beatles", "Nirvana", "The Killers"...
-¿¡"All Time Low"!?- exclamé sorprendida y emocionada. No me podía creer que tuviera tan buen gusto musical.
-Sí- asintió mientras buscaba en los cajones de sus muebles algo de ropa para mí-. ¿Los pósters de los mejores? Ahí- señaló sus paredes sin siquiera voltear a ver-. Si no te gustan, estás más sorda que mi abuela Miranda.
Me reí levemente mordiendo mi labio inferior. Si en algo tenía razón, era que eran los mejores. Había escuchado "The Beatles" desde que tenía memoria, los "Rolling Stones" eran increíbles... ¡Y también tenía un póster de "Linkin Park"! Este chico definitivamente tenía un buen gusto acerca de la música.
-Ten- dijo de repente, lanzándome una camisa negra-. Pensaba venderla, ya que me queda un poco pequeña, pero si te queda bien, te la regalo.
-Gracias- sonreí débilmente.
-No es nada. El baño es la puerta de al fondo- me informó.
-Vale- respondí asintiendo levemente y saliendo de su habitación, para luego dirigirme al baño.
Entré y cerré con pestillo de forma que nadie irrumpiera mientras me cambiaba. Me miré en el espejo por unos segundos. Llevaba puesto un vestido color negro y debajo de éste unos pantalones cortos blancos. ¿Qué? Mi mejor amiga Andy me había dicho que fuera con vestido a la entrevista, pero siempre utilizaba pantalones, aquel día no sería la excepción.
Ladeé un poco mi cabeza al notar que el vestido se traslucía un poco, lo que provocaba que se viera mi sostén por debajo de él.
Me sonrojé al pensar en que los chicos lo habían notado.
Ugh.
Me deshice de mi vestido y me puse la camisa que Luke me había entregado. Me quedaba un tanto... grande. Culpa de él por ser un gigante de casi dos metros. Sí, también estaba el factor de que era un poco pequeña para mi edad, pero ni siquiera lo era tanto.
Suspiré y salí del cuarto de baño sintiéndome más seca gracias a la ropa prestada. Me dirigí a la habitación de Luke para agradecerle y golpeé su puerta a la espera de una contestación de parte del dueño, pero al no escuchar nada, me limité a poner los ojos en blanco y abrir la puerta entrando sin permiso al dormitorio.
Mis pies chocaron entre sí torpemente al encontrarme a un Luke solamente en pantalones y nada para arriba.
Um, vaya.
-¿No sabes tocar?- cuestionó frunciendo el ceño.
-Yo... lo hice. Um...- balbuceé rascando el dorso de una de mis manos. Tomé una bocanada de aire-. Quería darte las gracias y... preguntarte por la siguiente parte de la entrevista- carraspeé nerviosa.
Vi cómo se ponía una camisa encima.
Gracias al cielo.
-Vamos a la sala- dijo levantándose de su cama y dirigiéndose hacia mí. Ambos salimos de su cuarto-. Por cierto- mencionó. Volteé a verlo y me encontré con una sonrisa ladeada en su rostro-. Felicidades por tu triunfo en la guerra de agua, Summers.
Sonreí mordiendo mi labio inferior. Hasta ahora iba bastante bien.
Ugh. Ahora la segunda parte de la entrevista.
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Me da tanta vergüenza leer lo que yo misma escribí, quiero gRITAR. Por eso no lo edité, así que lamento los errores uwu Se viene el maratón, aH lxs amo, muakmuak
honey
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