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Ch.2: Hanazono e Inda.

"Amo a mis novias" - Personajes hablando normalmente.

- {Quiero mucho, mucho, mucho, mucho, mucho a mis novias} - Pensamientos.

Disclaimer: Los personajes y lugares pertenecen a Kenkou Cross (autor de Monster Girl Encyclopedia), a Nozawa Yukiko y Rikito Nakamura, los fantásticos autores del manga Kimi no Koto ga Dai Dai Dai Dai Daisuki na 100-nin no Kanojo. No soy dueño de absolutamente nada.

==O==

El amor es una fuerza extraña y maravillosa, tan vigorizante como debilitante, afecta a la lógica, al sentido común, al oído y principalmente a la vista. Después de todo el amor es ciego.

Aijou Rentarou, como todo hombre que se enamoró a primera vista, paso momentáneamente por alto las características menos humanas de las dos chicas frente suyo como los cuernos morados con segmentos, las pequeñas alas de murciélago y la cola delgada con punta de corazón de la chica de pelo rosada; o las orejas de gato, las manos cubiertas de pelaje amarillo y la cola que ondeaba en el aire de la rubia de coletas.

Y poco a poco, Aijou comenzó a notar esas características tan poco "normales", lo suficiente como para poder identificar a las especies de ambas, una Súcubo y una Werecat. Ambas eran de especies relativamente raras de encontrar en la región.

Uno esperaría encontrar a una Kejourou o Kunoichi y a una Nekomata, siendo estas especies los equivalentes regionales de las dos chicas, ¿Qué hacían acá?...

Ante esto, el cazador de monstruos tenía un deber, pero como es obvio, este deber fue completamente obliterado en el momento que sus miradas se cruzaron.

Y lo mismo ocurrió con ellas...

- "Eh, p-perdónenme, ¿se encuentran bi-?" - El héroe del amor se acercó lo más que pudo ante ambas mamonos para intentar ayudarlas a levantarse, pero fue rápidamente interrumpido por la Súcubo ante la mirada atónita de la Werecat.

- "¡Ow, ow, ow!, ¡Mi tobillo!" - Fue la queja repentina de la Súcubo mientras se sentaba en el suelo dejando ver sus gruesos muslos e inclinando un poco su torso como para que el chico viera su escote.- "Lo siento, parece que no podre levantarme, ¿podrías cargarme todo el camino hasta mi guarida?" -

La situación era tan desconocida y extraña para Rentarou que no sabía cómo reaccionar, ¿Cómo no sentirse mal?, había dañado a una chica que era una de sus 100 almas gemelas. La reacción esperada fue pánico.

- "¡Lo siento, claro que te llevare!" - Fue la contestación rápida y atemorizada de Rentarou sin tomar en cuenta la treta de la Súcubo al intentar llevarlo a un lugar privado. La rubia de coletas comprendió lo que intentaba su compañera. - "¡¿Te duele mucho?!" -

- {¡He, he!, no creí que funcionaria, ¡por fin demostrare a mi madre que soy una súcubo hecha y derecha!} - Pensó feliz en sus adentros la peli rosa, era obvio que estaba fingiendo, pero aparentemente su "victima" había caído totalmente en la trampa. - "Oh, no me duele much-" -

- "¡L-lo siento, en serio!" -El chico empezó a llorar como si fueran cascadas y su voz le temblaba ante lo que había hecho. - {¡Soy el peor!, justamente conocí hoy a mi alma gemela y ya la lastimé... ¿Qué diablos estoy haciendo?} -

- "¡¿Eh?!" -La Súcubo tetona observo maravillada la reacción del cazador, era algo inusual pues era la primera vez que veía a un humano llorar por el bienestar de ella, para este punto ya debió intentar atacarla con flechas, cuchillos, espadas o lo que sea. Como se esperaba, fue suficiente para flecharla más. - {El... Se está lamentando de haber lastimado a una desconocida que también es una mamono... A pesar de ser enemigos... ¿Qué clase de alma es el?} -

Rentarou llevo su mano hacia la Súcubo con intención de poder cargarla, todo ante la nerviosa y atenta mirada de la Werecat, la cual no sabía que responder y su mente procesaba a mil por hora una respuesta adecuada para llamar la atención del chico.

- "Yo... Yo..." -La rubia se armó de mucho valor para poder decir algo. - "¡No es como si yo quisiera que me cargaras porque me lastime la pierna!" -

- "¡¿Uh?! ¡¿Que fue eso?!" - Aijou grito de la sorpresa, aunque no paso mucho hasta que comprendió lo que le dijo la evidente tsundere. - "¡Espera, espera!... ¿También te lastime?" -

- "Así es, ¿Y qué?, ¿Tienes algún problema con eso?" -La chica monstruo de coletas desvió la mirada con vergüenza mientras el rojo de su cara se hacía aún más intenso. La personalidad complicada de la chica salió a flote en estos momentos, eso era algo muy extraño de ver entre los monstruos.

Y en ese justo instante ocurrió algo que no esperaban ver ambas chicas...

¡BAM!

- "¡UWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!" - Rentarou comenzó a golpearse repetidas veces en la cara con la fuerza suficiente como para hacer que sus mejillas se hincharan un poco y pequeñas heridas se hicieran presentes en su cara. - "¡¿Qué demonios eres?! ¡¿un caballero pesado que no toma en cuenta su torpeza?!" -

- "¡¿H-hay algún problema...?!" - La Súcubo pregunto con incomodidad.

- "¡¿Estas teniendo un ataque?!" - La Werecat estaba atónita ante lo que veía.

Ambas se preocuparon por el chico y ambas olvidaron que estaban "lastimadas" del tobillo, por lo cual terminaron por levantarse.

- "¡¿Cómo es que te las arreglaste para lastimar a dos personas que apenas tocaste?! ¡MALDITO IDIOTA!" -Aijou siguió gritándose y culpándose a la vez que seguía golpeándose en la cara, y en esos instantes, de reojo, pudo ver como ambas se habían levantado. Dejo de golpearse. - "¿Uh?... Sus piernas... ¿No estaban lastimadas?" -

Lo siguiente que vio el cazador de Zipangu fue a ambas chicas tirándose al suelo mientras se sostenían sus tobillos.

- "Owie, owie, owie, owie" - Decían ambas al unísono.

Durante ese pequeño espacio de tiempo Rentarou recordó algo importante, era un cazador especializado en sellos, sellos de entre los cuales había uno específicamente hecho para la curación rápida de heridas.

Aijou casi comienza a golpearse al olvidar tal conveniencia de guion. Saco algunos papeles con los encantamientos escritos en tinta sobre estos y los pego en las piernas de las dos.

- "¡Perdónenme!, enserio, no puedo creer que las haya lastimado tanto, así que... ¡Permítanme curarlas!" - Dijo colocando los dos últimos papeles en las piernas de ambas, el no pudo más que lagrimear un poco y sonrojarse, esto último era por la cercanía a ellas, las cuales estaban en un estado aún más crítico al ver las acciones de Rentarou.- "Ya está, espero que sanen rápido" -

La mirada que él les daba era una de inocencia y cariño tan grande que hizo que el intenso flechazo en el corazón que tenían por él se hiciera aún más grande y potente. Ya era incontenible para ellas.

Acercaron sus manos lentamente al cuerpo de él, ya comenzaban a desear hacer cierta cosa que era común entre los monstruos...

Fue entonces, que sin que el chico se diera cuenta, ellas...

Lo abrazaron...

Solamente lo abrazaron, así de simple. No era un abrazo que sirviera para tocarlo de más en ciertas áreas o contaminarlo con mana mamono, era un simple abrazo de amor puro. Juntaron sus caras contra su pecho para sentir el calor que emanaba.

Como era de esperarse, Rentarou al ser alguien que había sido rechazado por múltiples mujeres, el encontrarse en esta situación solo provoco que se congelara y que su temperatura aumentara a tal punto que se podría confundir con fiebre mortal.

- "Ehhhhh..." - Era lo único que podía exteriorizar pues su interior era un caos total, fue muy repentino. - "Y-yo... Ehh, ustedes... ¿M-me podrían decir sus nombres?" -

- "Hanazono Hakari" / "Inda Karane" - Contestaron al instante y al mismo tiempo, pero con su toque personal cada una. Sin separar sus caras de su pecho. - "¿Cuál es tu nombre?" / "¡No es como si quisiera saber tu nombre o algo así!" -

- "Es Rentarou, Aijou Rentarou" - Como buen hombre con educación, contesto al instante, no permitiendo que la pregunta durara mucho tiempo en el aire. Después, no quiso nuevamente hablar, no por incomodidad o falta de palabras, sino porque incluso el silencio junto a ellas era agradable.

Un momento calmado y encantador para ellos tres, pero lamentablemente no siempre duran mucho este tipo de situaciones...

- "¡Oigan, ahí están los monstruos!, ¡Captúrenlas!" - Grito un hombre de cabello negro con una coleta y el área de su frente totalmente despejada. Usaba una especie de kimono verde opaco.

A su lado venían caballeros de la Orden montados a caballo o a pie, con espadas, hachas mazos, arcos y ballestas.

¡Oh!, cierto, en el capítulo anterior ellas estaban escapando de una turba enfurecida, cosas que uno olvida, ¿no?

Aijo trago fuerte al ver a la turba enfurecida, fue entonces que su mente hizo "click", él era un cazador de monstruos, el encargado de asesinar y capturar a estas creaturas, y ellas eran... Bueno, monstruos.

Aijou se volteo lentamente con los ojos cerrados hacia ellas no sabiendo que hacer y meditando sobre la acción a tomar, tenía que mínimo capturarlas lo que las llevaría a ser juzgadas por la Orden y... Aijo trago nuevamente, pero ellas eran sus almas gemelas, debe de haber otra manera, el sudor frio recorrió su frente y fue entonces que abrió los ojos para verlas, tal vez eso le dé la respuesta que busca...

Polvo, no había nada más que una nube de polvo causada por la feroz carrera de ambas mamono en dirección contraria al grupo de caballeros que las perseguía.

- "¡Hey, esperen!" -Les grito a la Súcubo y a la Werecat. - "¡Los sellos aun no terminan de curarlas!" -

Ellas ahora estaban tan lejos que de seguro no lo oyeron...

- "¡A por ellas!" -Grito un guerrero de la Orden que iba montado sobre un enorme caballo blanco que paso al lado suyo. - "¡No dejen que escapen!" -

- "¡Casi las tengo en la mira!" - Grito un ballestero con su cuerpo envuelto en una cota de malla.

El grupo de la Orden estaba confiado en acabar con las bestias y demonios. No dudarían en hacerlo con ellas, Rentarou debía hacer algo y rápido...

- "¡ALTO!" - Grito con toda la fuerza de sus pulmones, el sonido causo que los arqueros y ballesteros erraran sus disparos y alguno que otro fuera golpeado por su mismo arco tenso, los espadachines y lanceros dejaron de correr y lo voltearon a ver. - "¡Dije alto!" -

Aijo logro mira como Hakari y Karane desaparecían entre los árboles del oscuro bosque. Ellas estaban a salvo...

- "¡MALDICION!" - El guerrero del caballo blanco grito a los cuatro vientos y cabalgo hasta Rentarou para después bajarse frente suyo. - "¡¿QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO?! ¡ESTABAMOS CERCA DE ACABAR CON ESAS PLAGAS!" -

Así como gritaba, también escupía al hablar.

- "Y-yo... Tengo buenas razones, y son..." - Rentarou se esforzaba en pensar en una buena mentira en este momento crítico. - "Y es que ustedes están bajo los efectos de magia ilusoria" -

- "¿Magia ilusoria?" - El caballero y el resto lo miraban inquisitivos.

- "Dígame, ya... ¿ya le han hablado del Genjutsu?" -El cazador de Zipangu no podía creer la sarta de patrañas que estaba diciendo, después de todo esto no es Naruto. - "Son técnicas muy peligrosas y extrañas, no se le olvide que los monstruos son muy mañosos" -

Era una excusa muy mala... No, muchísimo peor que mala...

- "¡¿Peligrosas?!" / "¡¿Extrañas?!" -Fue lo que salió de las bocas de los miembros de la Orden.

Increíblemente se la están creyendo.

- "Si, si, tiene técnicas muy peligrosas que causan mucho daño a la mente como..." - Aijou tenía que inventar un nombre, miro a todos lados y fue en ese momento que noto una piedra con la forma de medialuna, ¡Perfecto!, ya tenía el nombre. - "... El Tsukuyomi" -

- "¡¿Y esto que tiene que ver con los monstruos que estábamos apunto de eliminar?!" -Dijo el único caballero que no creía en lo que decía Rentarou.

- "Muy fácil, las verdaderas utilizaron un potente genjutsu y se ocultaron nuevamente en el poblado" - El cazador no podía creer lo increíblemente efectiva que había sido su mentira.

- "Por la diosa, eso es lo más estu-" - Ese caballero fue cortado por el grito del resto.

- "¡¿En serio?! ¡Por ellas!" -Gritaron el resto mientras corrían hacia el pueblo, ignorando lo que iba a decir su compañero.

- "¡Esperen!, ¡¿a dónde van, tarados?!" - Ellos solo se alejaban sin importarles el resto. Volteo a ver al cazador con cara de pocos amigos. - "¡Tu!... ¡Cuida tu espalda la próxima vez que nos veamos!" -

Y sin decir más se fue corriendo detrás del resto de su grupo, Rentarou solo pudo soltar un suspiro.

- {Umm, me pregunto si ellas estaban realmente lastimadas del tobillo...) - Se preguntó finalmente recordando un poco de lo ocurrido. - (Diosa, no sé qué hacer... Tal vez tengo que ir con Eros nuevamente) -

==O==

Entre los altos arboles del bosque siempre verde corrían la Súcubo, Hakari Hanazono, y la Werecat, Karane Inda, algo cansadas por la enorme carrera que habían hecho para escapar de una muerte segura.

Ambas llegaron al pueblo buscando un sitio donde dormir y quizá encontrar al hombre indicado, lamentablemente la gente que comenzó a perseguirlas con fines nada buenos...

Si hubo algo que quedo incrustado en lo más profundo de sus corazones, no fue una flecha, al menos no una de manera literal.

No podían olvidar la cara de ese chico de cejas prominentes, de tacto suave, de labios expresivos, de mirada honesta, pura y preocupada por su bienestar, tal vez estas sensaciones eran algún tipo de acción realizada por la mismísima diosa del amor, Eros, o por sus Houris y Cupidos.

Pero la mejor parte era que ellas sabían su nombre, el cual se deslizaba en sus lenguas como si estas estuvieran hechas de seda fina... Aijou Rentarou, o simplemente Rentarou, pero aun así sentían que solo pronunciar su nombre no era suficiente.

Tal vez un "te amo" al principio y frente a él era necesario.

El sonrojo era persistente en sus caras.

- "Creo que ya no nos persiguen... Desde hace rato" - Hablo la súcubo mientras se detenían a un costado de un sendero. Su cabeza se llenaba de las imágenes de ese chico, las cuales empezaron como pequeñas ideas sobre como serian sus demás expresiones faciales, el cómo se sentiría estar tomados de las manos o, incluso, yendo más lejos, con la sensación de sus labios chocando el uno al otro... Pero como es natural en estas especies, la imaginación de la chica de pelo rosa se volvió lentamente más perversa y lujuriosa, comenzó a hacerse preguntas sobre el mwehehe. - {¿A que sabrá su esencia de hombre?} -

Ella comenzó a babear de solo imaginárselo.

- "Esa estuvo cerca... ¡No es como si estuviera agradecida con él por habernos dado más tiempo!" - Dijo con falsa vergüenza y enojo mientras se tomaba de sus propios brazos en una pose orgullosa mientras su cola ondeaba en el aire con gusto al recordar al chico de cejas enormes. Su evidente comportamiento tsundere ocultaba un corazón que rugía como un león y se agitaba un torbellino con solo pensar en Aijou, era la primera vez en toda su vida que sentía esto hacia alguien más, ese amor tan desbordante y salvaje que nublaba su sentido común.- {¡Que lindo era!, ¿podrá interesarse en mi a pesar de mi poca...?} -

Ella miro su pecho, antes de mirar al de Hakari con celos por dos muy grandes razones.

Cosa que la Súcubo noto, y de lo cual no iba a perder el tiempo en restregárselo en la cara...

- "Sera tan fácil con mis grandes pechos, fufufufu" - Se reía mientras agitaba sus senos cubiertos por la tela de la ropa, o, mejor dicho, esas inútiles bolsas de grasa según Karane.

Esta acción enojo en desmedida a la Werecat, la cual con furia dio un zarpazo a las enormes ubres que no servían en combate, nuevamente, en sus palabras.

- "¡Toma esto!" - Grito al hacer esa acción. Con lo que no contaba es que se produciría un efecto similar al de un resorte.

- "¡Ayy!" -Se quejo ella mientras sus pechos rebotaban, y jalando su todo su torso regreso el golpe, pero ahora dirigido a la cara de Karane.

- "¡Ahhhh!" - Casi podías ver y oír la queja de la felina en cámara lenta. Rápidamente recupero el equilibrio. - "¡Ahora si me hiciste enojar, rosadita!" -

- "¡Tú también, amarillita!" - La Súcubo miro a su compañera y la Werecat devolvió la vista, el espacio entre ellas se había electrificado ante el descontento que tenían la una con la otra.

Una batalla estaba por darse, una que movería la tierra y sus montañas, modificaría ríos y mares, que produciría tornados y vendavales...

- "¿Hay alguien ahí?" -Hablo una voz de mujer joven, de no más de 20 o 25 años.

Ambas mamonos se vieron sorprendidas y casi al instante saltaron abrazadas hacía unos arbustos. No tardaron mucho antes de ver a una pareja de mercaderes que pasaron por el sendero.

- "¿Umm?, que extraño, juraría que oí a alguien por acá" -Dijo la mujer de kimono verde menta.

- "¿C-crees que sean monstruos?" - Dijo la mujer de kimono rosa mientras temblaban, era muy conocido que los monstruos podían convertir a las mujeres humanas en otros monstruos y eso era aterrador.

- "Nah, estamos muy cerca del pueblo como para que se acerquen" - Continuo la mujer de kimono verde menta. - "Además, ¿no has oído?, el pueblo tiene una bendición de la diosa del amor, un campo de tréboles rosas" -

Esto último llamo poderosamente la atención de Hakari y Karane.

- "¡¿Enserio?!, ¿Qué clase de bendición?" - Respondió impresionada la del kimono rosa, uno no siempre se topa con un sitio sagrado.

- "Se dice que si te declaras con un trébol rosa de cuatro hojas, ¡la declaración será exitosa!" - Menciono a su compañera antes de caminar a su destino.

Cuando ambas mujeres humanas ya no se hallaban cerca del sitio, tanto Hanazono e Inda salieron de su escondite, viendo hacia la dirección del pueblo.

Se vieron entre ellas unos segundos antes de salir corriendo dejando una estela de polvo detrás suyo.

Tenían que enamorar a ese chico cueste lo que cueste.

==O==

- "¡Diosa!, ¡diosa Eros!" - Grito Aijou mientras corría nuevamente hacia la puerta principal del templo. - "¡Diosa Eros, tengo un serio problema y necesito de tu ayuda!" -

La diosa del amor hizo acto de presencia casi al instante en que el cazador toco la entrada de la pagoda.

- "¡Rentarou, viniste muy rápido!, dime, ¿Cómo te trata el amor?, ¿has tenido suerte?" - Dijo con bastante confianza la divinidad. - "No me digas, no me digas, quieres formar parte de mi iglesia, ja, ja, ¡tómenla!, Diosa de la Orden y Diosa caída, ¡por fin alguien que reconoce mi trabajo!" -

- "¡¿Que?! ¡No!" - La cara de felicidad de Eros se cayó rápidamente con la contestación del monstruo del amor. - "¡Me encontré con dos almas gemelas y no cual elegir, además, ambas son monstruos!, ¡¿que se supone que haga en estos casos?!" -

- "Oh, así que es sobre eso" -Ella llevo su mano a la barbilla. - "Digamos que olvide decirte ciertas cosas" -

- "¡¿Qué cosas?!" -Esto no le comenzaba a gustar nada.

- "Unas cositas sin importancia..." -Ahora la diosa estaba muy nerviosa, este tipo la había amenazado con quemar uno de sus muchos templos, y a pesar de controlar un aspecto tan fundamental del ser humano como lo es el amar, este no es que fuera muy útil contra los instintos pirómanos de Aijo pues ella no controla el fuego y él puede llegar a AMAR la idea de destruir la pagoda, lo que la volvía prácticamente inútil. - "Como que tu mala suerte en el amor fue culpa mía por agregarte dos dígitos, si, cosas sin importancia, ya sabes..." -

- "¿A qué te refieres?" -La fría contestación de Rentarou incomodo a Eros, casi podía ver una antorcha encendida en su mano.

- "B-bueno, se supone que todo ser vivo que no haya sido corrompido por la energía demoniaca solo debería tener un alma gemela, solo una desde que nace hasta que muere" - La divinidad trago fuerte al saber que lo que venía tal vez cause un incendio. - "El día que naciste accidentalmente agregue dos dígitos de más, puesto que ocurrió un evento muy importante..." -

El cazador esperaba la respuesta.

- "Era viernes... Y con el dios de la serie original estuvimos viendo El castillo en el cielo en el Kinyo road" -Dijo mientras se rascaba la mejilla.

- "¡¿Por qué demonios estaban viendo televisión mientras trabajan?! ¡Se supone que son dioses! ¡Además, dejar de referenciar elementos del Japón moderno, arruinas la inmersión de este mundo de fantasía medieval!" - En su mano tenía una antorcha prendida que había salido de la nada.

- "¡Escúchame, escúchame!, era mi primera vez viendo televisión y me estaba debatiendo si cantar o no la primera canción del festival de balse" - La diosa intentaba justificarse.

- "Ohh, lo entiendo, era tu primera vez viendo la película y... ¡Cómo crees idiota!" -Rentarou comenzó a temblar sobre su mismo sitio.- "¡¿Cómo pudiste hacerme eso y arruinar aún más la inmersión en la fantasía en el segundo capítulo?!" -

- "Aparte... Aijo, no sé cómo decirte lo siguiente" -

- "¡¿Aún hay más?!" - El cazador estaba preocupado.

- "Veras... Para aquellos que conocen a su alma gemela y no entablan una relación... Les espera la muerte por eventos desafortunados" -

- "¿Que?" - No podía creer lo que oía.

- "Las personas que se encuentran con su alma gemela ya tienen de por si mucha suerte, así que cuando estas se encuentran gastan toda la suerte de una vida entera, y si dejan que esa buena fortuna se vaya... Pues solo les quedaría la mala suerte" -

- "Eso quiere decir que si solo salgo con una... La otra..." -Solo había una conclusión fatal.

- "Así es, la otra morirá..." - Eros decía esto con una cara triste, antes de cambiarla por una más relajada. - "Pero no te preocupes, todas tus almas gemelas son o serán monstruos, y ellas están a favor de la poligamia" -

- "¡¿No hay otra opción?!, e-espera, ¿acaso escuche que todas mis almas gemelas son... Monstruos?" -

- "¡Eso es!, sabía que algo se me había olvidado" - La diosa del amor se dio una pequeña palmada en la frente. - "Además, no entiendo porque estas tan alterado, en el primer capítulo se dijo que no tenías problemas con tener una cita con una chica monstruo" -

- "Lo sé, lo sé, pero ¿por qué todas?" -Intentaba encontrarle lógica a una situación ilógica.

- "Okey, tú sabes del conflicto entre la diosa de la Orden y la diosa caída, bueno, pues..." - La diosa respondió con algo de conocimiento público. - "Desde hace años que entraron en una especie de tregua o acuerdo de paz donde una generación de humanos tendrá de alma gemela a alguna mamono y las siguientes dos serán de almas gemelas humanas, para regular la población... Y, si este pequeño experimento sale bien, en el futuro los monstruos obtendrán la capacidad de tener hijos varones y los humanos resistencia total al mana mamono, fantástico, ¿no?" -

- "Pero ¡¿cómo es eso posible?!, de ocurrir eso todos deberíamos saberlo y yo me hubiera retirado de este trabajo, ¡y no me vengas con que es un agujero de guion, apenas estamos en el segundo capítulo como para depender de un deus ex machina o cualquiera que sea el termino correcto!" -

- "Claro que se les dijo a los lideres de ambas facciones, pero ninguno decidió escucharlas, ya sabes, a veces las causas y los objetivos consumen a las personas en su totalidad, pero dejando eso de lado, eventualmente todos conocerán a sus almas gemelas" - Eso fue lo último que dijo la diosa antes de ver con asombro como el cazador se retiraba con la cabeza caída. - "Pues el amor siempre gana" -

Tener este tipo de revelaciones no es algo que pueda soportar la gran mayoría de personas.

Sin más que hacer, la diosa se encogió de hombros y se esfumo en el aire, segura de que su templo no sería quemado por hoy.

==O==

Rentarou caminaba con la cara tapada con ambas manos, toda la conversación anterior con la diosa no era fácil de procesar.

No solo estamos hablando del hecho de que todas sus almas gemelas eran monstruos y que su trabajo como cazador de monstruos estaba, teóricamente, obsoleto, sino que el simple hecho de toparse con una de sus almas predestinadas equivaldría a una decisión de vida o muerte para cualquiera de las 100 chicas monstruo...

Es... Complicado.

- {Fui al templo a recibir ayuda y termine más angustiado...} - Rentarou separo sus manos de la cara mientras caminaba hacia un pequeño mirador que daba al campo de tréboles, tal vez eso lo relaje y le permita pensar con más claridad. - {¿Qué debo hacer ahora?} -

El campo rosa se extendía por bastante espacio y era limitado por el bosque, era un sitio que siempre liberaba un aura que calmaba siempre a los espíritus y corazones más impasibles o alterados.

Aijou inhalo el aire con fuerza y exhalo con calma, a pesar de hacerlo múltiples veces no dejaba de estar preocupado.

Miro unos cuantos minutos a todas las variaciones de tono de las plantas hasta que noto a un par de manchas moviéndose en una de las esquinas más alejadas de todo el campo bendecido.

Eso le llamo poderosamente la atención, y mirando con un poco más de detenimiento pudo ver que eran...

Hakari y Karane, estaban buscando algo entre las plantas, en un día soleado... Tal vez necesiten de algo para refrescarse.

Su corazón latió como loco al saber que eran ellas, ¡por la diosa!, él no debía perder el tiempo, salto y fue corriendo hacia las chicas monstruo.

- "¡Hanazono-san!, ¡Inda-san!" - Alzo su voz y con eso logro llamar su atención.

En cuanto la imagen del humano cruzo la mirada de cada chica, sus corazones dieron un vuelco y sus mejillas se llenaron de un ligero rubor.

- "¡Aijou!" / "¡Aijou-kun!" - Exclamaron con cierta sorpresa.

- "¡Qué bueno que las encuentro!" - Dijo el humano mientras recuperaba el aliento. - "Las vi desde el templo y, bueno, me... Me preguntaba, ¿qué están haciendo?, ¿están buscando el trébol?" -

Usualmente sería más directo, pero en ese momento sentía que le faltaban las palabras.

Tal vez era consecuencia de la revelación que tuvo hace poco.

- "Y-yo... Eso no..." - Karane fue la primera en responder. El hecho de ser descubierta tan rápido causo que intentara buscar una excusa. - "¡Eso no es cierto!, ¡solo buscaba un lugar donde dejarlo salir, ya que repentinamente tuve ganas de ir!" -

- "¡Intentar ocultar tu vergüenza lo hizo quedar peor!, ¡¿no crees?!" - Expreso Rentarou ante lo dicho por la Werecat tsundere rubia de coletas.

- "Inda-san, por favor... No digas más..." - Hakari miraba esto con vergüenza y con una de sus manos intentando taparse la cara.

- "Dejando eso de lado, las vi desde el templo y pensé que tal vez necesitaban algo de ayuda" - El monstruo del amor saco de entre sus ropas una cantimplora metálica completamente llena de agua. - "No sé si quisieran tomar de mi cantimplora, deben estar algo cansadas" -

Había algo de calor y ellas realmente sentían un poco de sed.

Ellas estaban a punto de tomar del recipiente, hasta que ambas se dieron cuenta que esto podría ser una buena excusa para un beso indirecto.

- "Aijou-kun, me gustaría tomar, pero creo que tu deberías dar el primer sorbo, me preocupo por tu salud" / "¡T-tu deberías tomar del agua primero para asegurarme que no tenga veneno o algo parecido!" - Ambas respuestas eran curiosas, eran la aparente preocupación de Hakari y la orden de Karane.

Rentarou no vio problema, era algo que ambas querían, así que, ¿por qué negarse?, dio un pequeño sorbo al envase y lo ofreció a ambas chicas.

Y estaban a punto de agarrar la cantimplora de las manos de Rentarou... Hasta que surgió un problema... ¿Quién debía tomar primero?

El beso indirecto con el humano solo se podría con la primera persona que tome del recipiente, la siguiente que tomara daría un beso indirecto a la otra y eso no es algo que les interese... Por ahora.

Las manos de ambas llegaron al mismo tiempo al objeto y al instante comenzaron a forcejear por quien daría el primer sorbo.

- {A ellas sí que les debe gustar mucho el agua...} - Pensó el cazador de monstruo al verlas pelearse por tomar del envase. - "Deberían tener algo de cuidado, podrían lastimarse y-" -

Fue cortado por lo que decían ambas mamono.

- "O-oh, no sabía que intentabas obtener el beso indirecto de Aijou, Inda-san" - Dijo Hakari con cierta malicia hacia la Werecat. - "¿Sera que también te gusta?" -

La cual contesto gruñendo y jalando con más fuerza al objeto.

- "¡No te atrevas a decir lo que siento por el!" - Contesto sin pensarlo dos veces, pero fue muy tarde para cuando se dio cuenta, Rentarou había oído todo. Ella dejo de hacer fuerza y volteo a mirar a Aijou con vergüenza. - "¡No es como si me gustaras!, ¡¿Okay?!" -

- "¡Es muy tarde para arrepentirte!, ¡¿no crees?!" - Fue lo que dijo el cazador, aunque internamente creía que esa reacción era muy tierna.

Esa distracción fue utilizada por la Súcubo, la cual jalo con más fuerza al recipiente, aunque esto no sirvió de nada ya que la Werecat rápidamente se recuperó y jalo con fuerza el objeto.

La fuerza que aplicaban era mucha, y en cierto momento ocurrió algo horrible...

La cantimplora salió volando... Y todos los presentes no podían hacer más que mirar como el agua rociaba a ambas chicas hasta caer entre los tréboles. Todo en cámara lenta.

- "¡Nooooo, la cantimploraaa!" - Sollozaron las mamono mientras veían como se filtraba todo su contenido en la hierba.

El intento de beso indirecto fue perdido, una misión fallida si esto fuera un RPG.

Rentarou miro esto y decidió entrar en acción.

- "¡Hanazono-san, Inda-san!" - Exclamo Rentarou, pero no de enojo, en vez de eso les ofreció un pañuelo de tela cuadriculado. - "Se mojaron bastante, permítanme ofrecerles un pañuelo para secarse" -

Era una acción simple... Pero recordemos, ellas son monstruos, este tipo de acciones no son comunes con un humano, usualmente ellas lo tomarían de manera sexual en ese mismo lugar y en ese mismo momento, mientras que el debería estar intentando atacarlas para evitar transformarse en Incubo.

Pero ahí estaba el, ofreciéndoles un pañuelo para secarse...

Esta acción lleno sus mentes y corazones de un sentimiento que amenazaba por salir en ese mismo instante. Ellas sostuvieron la mano de Rentarou, y, viéndolo a los ojos, dijeron lo siguiente...

- "¡Por favor, Rentarou, se nuestra pareja!" - Dijeron mientras sus ojos brillaban de esperanza, incapaces de soportar la enorme ola de sentimientos que recibieron en ese entonces.

Mientras que Aijou...

- {Dos chicas hermosas se me declararon...} - Pensó mientras llegaba momentáneamente al nirvana, nunca creyó que alguien se le declararía a el. - {¡Esto es un sueño!} -

- "¡Alto ahí!" - Grito una voz gruesa, provenía de un soldado que era acompañado por otros tres espadachines, en cuanto oyeron las voces, Hakari y Karane se ocultaron en las copas de los árboles. Estaban lo suficientemente lejos que no notaron a ambas chicas monstruo.

- "¿Inda?, ¿Hanazono?" - Se pregunto Rentarou al ver que ambas habían desaparecido de su vista.

- "¡Usted!" - Grito uno de ellos mientras que se acercaba. - "¿Que hace acá?, ¿Qué no sabe de los avistamientos de monstruos?" -

- "Espera, espera... ¡Pero si ese no es más que un cazador de monstruos de Zipangu, de seguro debe de estar ayudando en la búsqueda de esas sucias criaturas!" - Hablo el ultimo. Nadie se dio cuenta, pero la forma con la que se referían a la Súcubo y a la Werecat causo que Rentarou apretara su puño con mucha fuerza, la suficiente como para que su mano se lastimara y que escurriera un poco de sangre entre los dedos.

Las chicas monstruo escuchaban atentamente lo que decían desde su escondite.

- "Perdónenos por interrumpir en su trabajo, pero dígame, ¿se ha topado con algún monstruo recientemente?" - Hablo el primero.

Rentarou se aguantaba las ganas de golpear a los tipos que tenía enfrente-

- "No... No me he topado con ninguno" - Fue lo que contesto.

- "¿Enserio?, que mal..." - Hablo el segundo. - "Oiga, pero cambiando de tema, siempre me ha gustado el trabajo de cazador, ¿a cuantos monstruos ha acabado?" -

Hakari y Karane se asustaron, ya sabían que era un cazador por su vestimenta, pero la pregunta hizo que se quisieran alejar y al mismo tiempo las mantenía en su lugar por una especie de curiosidad mórbida.

- "Yo... No lo sé..." - Contesto secamente.

- "¡Incontables!, mato a tantas que no puede contarlas, ¡no me esperaba menos de un habitante de Zipangu!" - Hablo el segundo con felicidad. Había furia que estaba a punto de hacer erupción en el pecho de Aijou.

Él se arrepentía mucho de su pasado...

- "¡Jo, jo, jo!, entonces contamos con usted para acabar con la plaga que recorre el santo mundo de nuestra diosa" - Dijo finalmente el tercero antes de que ellos se retiraran.

Dejando a Rentarou con un mal sabor de boca.

Las chicas monstruo oyeron todo y, a pesar de haber cierta duda, ellas... Se habían retirado agarrándose el pecho, era algo demasiado doloroso. Ambas tenían el corazón roto.

El miro y busco en todos lados.

Pero ellas ya no estaban por ningún sitio, se habían ido nuevamente y el seguía sin poder declarárseles o aceptar de manera adecuada las emociones de las chicas.

Mucha mala suerte.

El observo todo el campo de tréboles rosas y recordó lo que el caballero anónimo A le había dicho sobre este lugar.

- "Dicen que si encuentras un trébol de 4 hojas y te confiesas a alguien, definitivamente tendrás éxito" - Repitió en voz baja y supo al instante lo que debía hacer.

No iba a permitir que sus declaraciones fueran en vano, no lo permitiría hoy ni nunca.

- {Yo se mejor que nadie lo complicado de una declaración...} - Su cara oscurecida no tardo en llenarse de determinación, se agacho y comenzó a buscar por todo el campo...

A esa bendición de la diosa Eros.

A esos tréboles rosas de cuatro hojas

No importaba si tomaba unas cuantas horas o si tenía que estar buscando hasta el amanecer del siguiente día...

Él lo lograría ante el abrazador sol naranja de la tarde... Y así pasaron 4 hora

==O==

La luna llena de coronaba en medio de del cielo oscuro, las nubes blancas resplandecían con la luz del satélite natural y las copas de los árboles se asemejaban a una suave cama negra.

Rentarou se hallaba al borde del pueblo, con la ropa llena de suciedad, en uno de sus bolsillos tenía un par de objetos que esperaba que fueran a servirle para conquistar a las chicas monstruo.

Ya había tomado una decisión y la cumpliría fuese lo que fuese. Sus ojos cafés brillaban con valor.

Hay ventajas de ser un cazador de Zipangu, una de estas eran los hechizos con sellos que le permitían realizar acciones increíbles para la persona promedio...

Como en estos momentos, Aijou porta en su mano izquierda un papel café con kanjis, lo tenia fuertemente apretado hasta que abrió la palma y el pedazo de hoja salió volando... Antes de comenzar a doblarse en medio del aire y formar una flecha que apuntaba hacia un lugar en particular.

Una flecha que apuntaba hacia la dirección que su corazón quería o debía estar.

Una verdadera conveniencia de guion.

Rentarou dio un suspiro y comenzó a correr adentrándose en el bosque, sorteando ramas, arbustos y piedras.

Lo que no sabía era que una sombra observaba lo que había hecho y comenzó a seguirlo, acompañado por otras que estaban armadas.

==O==

- "¡Demonios, de seguro buscaba que bajáramos la guardia!" - Karane estaba enojada e intentaba expulsar toda la frustración acumulada, aunque muy en el fondo tenía el corazón roto junto a un mar de tristeza. - "Es tan típico de los guerreros de la Orden" -

- {Aijou no haría algo como eso, ¿verdad?} - Se preguntaba Hakari con una cara decaída. - {Pero... Él es un cazador de monstruos como nosotros} -

Ambas planeaban irse para nunca más volver, tal vez podrían encontrar a alguien más en algún otro lugar del enorme mundo, el solo pensamiento de esto les hacía doler el pecho.

Comenzaron a avanzar entre los árboles, cada arbusto les hacía recordar a él, a su cara inocente, a su voz decidida o a sus esplendidas cejas gruesas.

Avanzaron unos minutos hasta que llegaron a un claro en medio del bosque, ahora ellas se iban a separar y seguir caminos distintos.

En una historia seria y dramática, o trágica, este sería el momento de la despedida y el final de una historia de amor que nunca fue...

- "¡Esperen!" - La voz de Aijou las detuvo en seco.

Pero esta historia no es seria y tampoco es dramática, es una comedia romántica con fantasía y algo de acción.

Ambas miraron hacia atrás y lograron ver a Rentarou, cubierto de hojas, con su ropa llena de polvo y tierra, y muy cansado.

- "¡Esperen, por favor!" - Se inclino un poco mientras recuperaba el aliento. - "¡Esperen!, ¡Ahhh, déjenme respirar un poco!" -

La cara de ambas se ilumino, aunque Karane, como toda Tsundere, intento ocultarlo con una mueca de enojo que evidentemente estaba sonrojada.

- "¡Rentarou, viniste!" - Hakari se llevó las manos a la boca intentando evitar soltar un gritillo de felicidad.

- "Si, he venido a hacer algo que debí hacer desde hace rato..." - Él se acercó caminando con seguridad y una mirada seria que contrastaba mucho con el estado de la ropa que usaba.

- "¡Alto, no te acerques más!, a-a no ser que-" - El sentido común de la Werecat se hizo presente y ella se colocó enfrente de Hakari en pose de pelea, era un intento de proteger a su compañera. Su amenaza fue cortada por la aparición de dos objetos en las manos del humano. - "P-pero si esos son..." -

Los tréboles rosas de cuatro hojas, dos para ser más específicos.

Ambas quedaron congeladas ante lo que veían.

- "Pero ¿cómo?, Ni siquiera Karane y yo pudimos encontrara uno solo" - Hablo Hanazono con incredulidad.

- "Desde que se fueron he estado buscando incansablemente, creo que tarde casi cuatro horas" - Dijo apenado mientras se rascaba la mejilla.

- {Cuatro horas...} - Pensaron ambas.

- "Pero ahora, ¡Me gustaría salir con ambas, por favor!" - Dijo al final mientras hacia una reverencia y ofrecía los dos tréboles.

El golpe emocional fue tan fuerte que casi hace que las chicas monstruo se desmayen, pero recobraron la compostura con facilidad.

Karane se recuperó rápidamente de lo dicho por el hombre humano.

- "¡Ja!, ya entiendo, buscas nuevamente que bajemos la guardia con palabras vacías e intentas impresionarnos con una prueba física de tu amor, pues déjame decirte que no funcionara" - Ella decía esto con una sonrisa de confianza, como si ella hubiera resuelto un caso policiaco que llevaba más de 10 años sin resolver.

- "Esa no es mi intención..." - Respondió con honestidad.

- "¡¿Qué?!, ¡¿Entonces cuál es, eh?!, ¡Dime!" - Ella sí que se estaba enojando con Rentarou, al punto de que intento darle algunos rasguños, pero era detenida por Hakari desde atrás.

- "Bueno, vi que estaban buscando tréboles con mucha insistencia, y pensé que esto las haría felices" - Su cara mostraba una mirada soñadora, un leve sonrojo junto a una pequeña sonrisa. De nuevo, se volvió a rascar la mejilla con algo de inocencia.

- "¡AHHHHR!" - El presenciar tal muestra de ternura hizo que la Súcubo y la Werecat expulsara enormes cantidades de sangre de sus narices.

- {¡¿Como puede existir alguien tan puro?!} - Se pregunto Hakari mientras se limpiaba la nariz del líquido vital.

- {¡Lindo!} - Fue lo único que pensó Karane mientras hacía lo mismo que Hakari.

- "E-entonces, ¿Qué dicen?" - El nerviosismo recorrió su cuerpo, no solo porque ellas podrían morir, sino porque quería asegurarse que fueran felices.

Ellas estaban dispuestas... No, estarían encantadas de aceptar

Y cuando ellas estaban por su respuesta...

- "¡Atrápenlas!" - La voz de un hombre se escuchó y unos soldados de la Orden salieron de entre los árboles, los cuales separaron a Rentarou de las chicas monstruo al intentar atacarlo.

Las chicas rápidamente intentaron atacar a los caballeros, pero sin que se dieran cuanta un tercero salió de la arboleda y las tiro al suelo con todas sus fuerzas para posteriormente colocarles pesados grilletes.

- "Te dije que me las vería contigo" - Era el líder del grupo que las perseguía al principio del capítulo, lo había seguido junto a un grupo hasta llegar hasta ellas. - "¡Por fin los altos mandos de la Orden me tomaran enserio!... Y todo es gracias a ti, te estuvimos siguiendo" -

Rentarou casi se golpea la cabeza múltiples veces por el descuido. Pero no era tiempo de lamentos, debía actuar rápido.

- "Veremos qué hará la inquisición contigo, hereje" - Hablo con una sonrisa socarrona en la cara y continuo. - "En cuanto a ellas... Bueno, una hoguera siempre necesita de algo que quemar, ¡ja, ja, ja!" -

Los ojos del ex-cazador se abrieron de par en par antes de volverse una mirada de odio puro ante lo que sugería este tipo. Desvió la mirada para ver a sus almas gemelas...

Ellas... Tenían caras asustadas y llorosas.

Era Inaceptable...

La cara de Rentarou se oscureció... Y avanzo con rapidez.

- "¡Ja!, ¡¿Que harás ahora, hereje?!" - Se burlo el líder. - "¡¿Esconderte, llorar o tal vez- ¡Ahhh!" -

La cara del tipo se moldeo a la forma del puñetazo que Aijou le había propinado en la mejilla, fue tan fuerte que incluso lo arrojo por los aires y al caer termino por derribar a los caballeros que sostenían a las chicas monstruo, la furia era incontenible, ellos habían hecho algo que no tenía perdón.

- "Me han enojado, ustedes cometieron un terrible error..." - Sus ojos eran fríos como la muerte. - "¡Se atrevieron a hacer llorar a las chicas que me gustan!" -

Los caballeros restantes lo vieron y prepararon sus espadas, mazas y arcos, y Rentarou corrió hacia ellos con sus puños y pies listos para lastimar a sus enemigos.

El primer guerrero de la Orden intento dar un corte vertical con su espada, pero fue rápidamente vencido con un puñetazo que achato su casco y lo llevo a la inconciencia.

Los siguientes dos con mazas en sus manos intentaron golpearlo en el estómago antes de ser tomados de sus cabezas e impactados uno contra el otro y caer desmayados al piso, una flecha paso cerca de su cabeza, Rentarou vio al arquero y con un ligero movimiento arrojo un sello que se pegó en el torso de su armadura, en ese mismo momento una corriente eléctrica atravesó el cuerpo del guerrero, el cual termino por caer derrotado al piso.

Todo pasaba ante las chicas monstruo, que estaban anonadadas. Un deseo crecía en sus pechos, ayudar al chico que les gustaba.

- "¡Rápido, tenemos que ayudar!" - Pedía Hakari a la Karane, la cual intentaba quitarse las esposas que las sometían.

- "¡Eso intento, es solo que están muy duras!" - Karane intentaba separa las cadenas a pura fuerza bruta, pero simplemente no podía.

La Súcubo intento pensar en un método rápido para liberarse, pero en ese momento se dio cuenta de una manera para hacer que la Werecat tuviera un aumento de fuerza, utilizando algo en ella que estaba poco "desarrollado".

- "¡Vamos, Karane!, ¡Se supone que lo que te falta de pecho lo tienes en fuerza!" - La gata miro a la Súcubo. Si las miradas mataran...

- "¡¿Como fue que dijiste?!" - Inda estiro los grilletes, pero no los rompió, esto fue notado por Hanazono, se necesitaba un poco más de fuerza.

- "¡Pecho pequeño!" - La fuerza aumento en los grilletes de la rubia de coletas.

- "¡Lo dices una vez más y no me hago responsable de lo que te pueda ocurrir!" - Ella empezaba a gruñir, algunas grietas comenzaban a presentarse en el metal.

- "¡Plana!" - La mirada de Karane se volvió la de una bestia, un felino peligroso que estaba a punto de atacar.

¡CLANK!

- "¡Hasta ahí!" - El grito de la mamono rubia fue seguido por el sonido del metal rompiéndose en su totalidad, ella se preparó para dar un zarpazo poderoso a la Súcubo, la cual coloco las cadenas de sus grilletes hacía en frente. - "¡Toma!" -

La chica de cabello rosa solo cerro los ojos, ella creía que tal vez se había pasado. Los cortes no llegaron a Hakari, solo llegaron a cortar las cadenas como si fuera mantequilla.

- "¡Rápido!, hay que ayudar con Rentarou" - Ordeno Karane, la cual ofreció su mano para levantar a su compañera, la cual lo acepto con mucha facilidad.

- "¡A pelear por el amor!" - Exclamaron ambas al mismo tiempo a la vez que se arrojaban contra los caballeros, los cuales fueron arrojados por los aires por la enorme fuerza de gorila y las técnicas de lucha de la Werecat o se distraían por la magia ilusoria de la Súcubo para posteriormente ser rápidamente reducidos por golpes a sus nucas.

Un arquero apuntaba al ex-cazador de monstruos, y, sin perder el tiempo, disparo la flecha, la cual llego al blanco... El cual se desvaneció, era una simple ilusión, sintió como alguien tocaba su hombro, volteo a ver y vio a la Súcubo señalando hacia enfrente, giro su cabeza nuevamente solo para ver como el puño de la Werecat se acercaba a toda velocidad a su cara, sus ojos se abrieron como platos.

- "¡AHHH!" - Fue arrojado contra un árbol, el cual fue atravesado por su cuerpo, estaba vivo, pero seguramente mañana despertaría con algo más que una jaqueca y un brazo roto.

Los caballeros de la Orden no eran un desafío y en algún punto tanto Rentarou como Hakari y Karane pelearon codo a codo, cada caballero era derrotado, apaleado, subyugado, electrocutado, quemado, incrustado e incluso explotado sin razón aparente.

¿Por qué explotaban?

- "¡Hay te voy San Pedro!" - Grito uno que salió volando por la enorme explosión antes de caer en el duro suelo...

No, enserio, ¿por qué explotaban?

El ruido de la batalla alerto a los monstruos que habitaban la zona, desde Kunochis, Kappas, Inaris, Aka-Onis, Ao-onis, Oomukades, Jorou-gumos, Kamaitachis y algunos monstruos que no eran originarios de la región como Demonios, Lamias, Devils, Arpias y Phantoms.

Todas miraban con impresión al humano y a las dos chicas monstruos derrotando con facilidad a los guerreros, miraron por 10 minutos más hasta que finalmente todos los miembros de la Orden fueron derrotados, por supuesto, las demás chicas monstruo comenzaron a buscar a posibles esposos entre los heridos.

Todos sintieron shock de amor al ver a sus nuevas captoras, ¿Cuáles eran las probabilidades?

Ahí estaban los tres, Rentarou, Hakari y Karane, observando como cada caballero era tomado por una chica monstruo diferente, incluido el líder, el cual estaba siendo arrastrado por una chica demonio con enormes cuernos que se enroscaban en su cabeza, piel azul y ojos rojos.

- "¡Por la diosa, suéltame sucio monstruo!" - Gritaba con desesperación hasta que ambos, monstruo y humano, se vieron a los ojos y una poderosa corriente eléctrica los atravesó a los dos, el quedo callado ante las emociones que lo comenzaban a invadir.

Eran almas gemelas.

- "¡Pero que lindo eres!" - Grito de la emoción la chica de piel azul. - "¡Me dan ganas de comerte a besos!" -

- "¡O-oh!, y-y tu t-también eres muy hermosa, tus cuernos son muy- ¡no, no!, ¡Espera!" - En un principio hablo con un tono tímido y un ligero tartamudeo pero que repentinamente cambio en la última parte. Continúo hablando mientras señalaba a Rentarou. - "¡Me vengare!, ¡Esto no será lo último que-!" -

- "¡Eres muy tierno!" - Exclamo la demonio antes de levantarlo y comenzar a alejarse del lugar. - "¡Ven!, ¡vayamos a divertirnos en un lugar más privado!" -

- "¿E-enserio?, m-me encantaría pasar tiempo con- ¡espera, espera, espera!, ¡mi venganza, yo debo de-!" - Pudo haber continuado de no ser por el pequeño beso que la chica demonio le había dejado en su mejilla. Se sonrojo con intensidad. - "N-no debiste" -

- "Tan lindo~" - La chica con cuernos casi se largaba del lugar junto al caballero. - "Definitivamente serás el esposo perfecto." -

- "¡Si!, digo, ¡Noooo!" - Grito antes de perderse entre los árboles. El nunca volverá a aparecer en los siguientes capítulos.

El sufrió el peor castigo para un miembro de la Orden... Ser el esposo de una especie extremista como lo son los demonios.

Tenía razón Eros, el amor siempre gana, quieras o no. Eso era realmente aterrador...

Ahora Rentarou estaba solo con ellas, Hakari y Karane, en medio del bosque nocturno, habían derrotado a los caballeros de la Orden cuyos gemidos aún se escuchaban en la lejanía, ahora solo faltaba una cosa...

Rentarou dio un giro y quedo frente a frente con las chicas monstruo, no tardo en hacer una reverencia mientras ofrecía su mano con los dos tréboles rosas de cuatro hojas.

- "¡Me gustaría salir con ambas, por favor!" - Grito con seguridad.

- "¡¿Ehhhh?!" - La primera en reaccionar fue Karane que a pesar de tener un lado monstruoso y tsundere, también tenía un sentido común que era muchísimo mayor - "¡¿Enserio crees que vamos a estar interesadas en alguien que casi provoca que nos maten?!" -

- "¡Lo digo muy enserio!" - Dijo casi al instante. - "¡Prometo protegerlas, cuidarlas, amarlas y hacerlas felices tanto como pueda!" -

La Súcubo y la Werecat se agarraron el pecho con una mano ante lo dicho por el joven cazador, el tipo sí que estaba rompiendo cada una de sus defensas.

- "Además..." - Rentarou continuo. - "¡Cometeré seppuku si no logro hacerlas felices!" -

- {¡¿Seppuku?!} - Gritaron internamente, ellas podrían tomárselo como una promesa vacía, pero el problema yacía en la seriedad con la que decía esas cosas, como si de verdad estuviera dispuesto a suicidarse.

- "¡¿Enserio crees que...?!" - Nuevamente, el sentido común de Karane se hizo presente, pero ella fue rápidamente cortada por el ligero sollozo, o lo que creía que era un sollozo proveniente de la Súcubo. - "¡Ah!, Hakari, tu-" -

- "¡No puedo creerlo, sigues pensando en nosotras aun después de arriesgar tu vida!" - Ella no paraba de llorar de felicidad, avanzo rápidamente hacia el ex-cazador de monstruos y lo abrazo con fuerza. - "Acepto ser tu pareja, además~ podríamos hacer cosas intimas de parejas~" -

Para Rentarou, "las cosas intimas de parejas" eran llamarse por su nombre, tomarse de las manos, escribirse cartas de amor y caminar abrazados.

Aunque Hakari no sabe esto...

- "Hakari, yo..." - Intento hablar, pero la sensación suave de las montañas de la Súcubo apretándose contra su pecho le impedía terminar su frase.

- "¡No voy a dejar que te adelantes, rosada!" - Exclamo la Werecat, ella también se acercó a abrazarlo en un costado. - "¡No es como si ya te hubiera aceptado como pareja!... Pero, definitivamente tienes que hacerte cargo de lo que sentimos por ti..." -

- "Hablo muy enserio cuando digo que las voy a hacer felices" - Ellas lo miraron a los ojos como esperando una última confirmación, la cual llego con el simple hecho de que el no separaba sus ojos de los suyos.

Se pegaron más a su cuerpo... y lentamente lo iban empujando a los arbustos.

- "¿Chicas?" -

Las miradas de ellas estaban ensombrecidas.

- "Aijou" / "Aijou-kun" - Dijeron casi en voz baja las dos. Hakari se relamía los labios y la cola de Karane se agitaba furiosamente.

- "¿Eh, chicas?, Ahh..." - Rentarou comenzaba a preocuparse. Comenzó a retroceder hasta que eventualmente se resbalo y cayó sobre un arbusto. El chico las observo con un poco de miedo. pues ellas se veían algo tétricas con las sombras rodeando sus caras. - "¿C-c-chicas?" -

- "Aijo-kun, si dices cosas como esas, no podremos evitar convertirte en... Nuestro lindo esposo" - Sin perder tiempo se arrojaron sobre él, mientras lentamente se sacaban la ropa, dejando a la vista los bellos atributos con los que nacieron, por supuesto, Rentarou dejo de oponerse a sus avances al poco tiempo.

Dejándose llevar por el placer...

Hay algo que deben saber de los monstruos de este mundo, lo primero es que todos los monstruos son hembras y que dependen de los hombres humanos para poder procrear, y lo segundo, es que tienen un enorme instinto que las obliga a desear aparearse lo más rápido posible con el hombre que elijan... A los cuales llaman esposos...

Solo había un posible resultado.

- "¡Ahhhh~!" -

Esa noche... Casi no durmieron.


==O==

98/100 almas gemelas restantes.

Hanazono Hakari = Súcubo.

Inda Karane = Werecat.

Yoshimoto Shizuka = ?

==O==

¿Qué les pareció el capitulo?, como dije desde antes, acá no se busca seguir al pie de la letra al manga, van a haber ciertos cambios. Perdón por la entrega tardía del capitulo, tuve ciertos problemas personales que me dificultaron en terminar, prometo que el siguiente capitulo tardare mucho menos.

Sobre el anime, bueno, ¿Qué más decir?... Me encanto e incluso mejoraron algunos chistes del manga, solo pude sonreír mientras veía todo y sentirme nostálgico de cuando solo había 9 capítulos del manga... Así que solo puedo decir que fue una adaptación de 10/10.

Y vamos a tener segunda temporada, ¡que buen regalo!

Cambiando de tema, debo admitir que detesto a los que se toman muy enserio el rumor de que el autor quiere cancelar el manga, ya estoy hasta la chingada con los memes de "cancelen esa madre" porque para el que no lo sepa, ese rumor es falso.

Pero dejando eso de lado, ¿De qué especie quieren que sea Shizuka o Kusuri (tomando en cuenta características físicas y personalidad)?

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