Nineteen
--Su nombre es Song HyoRi. ¿Les es familiar?
Todos negaron con la cabeza mirando a la nada, todos excepto JiMin.
--Era... un compañero de secundaria, antes de que me mudara a Seúl. – miró la foto del muchacho sobre la mesa. – ¿Qué tiene que ver él en todo esto?
Le dio una rápida mirada a la detective y sintió la mano de JungKook aferrase a la suya a su lado. Miró al muchacho, este tenía una venda blanca alrededor de su cabeza, cubriendo su herida que había sido atendida hacía ya un poco más de media hora.
Policías, incluidos los dos criminólogos que se encargaban del caso desde el principio, iban y venían por toda la casa, tomando muestras y demás. Su manager estaba buscando un lugar para reubicarlos por órdenes de la detective Sook.
--Trabaja en el hotel Karashy, encaja en el perfil que buscamos, y tiene una relación contigo. – contesto el detective Jung observándolos, parecían idos, estaban callados, mirando a la nada, se sintió mal por ellos.
--No recuerdo haberlo visto, lo habría reconocido. – dijo JiMin frotando su rostro en un gesto frustración.
--Yo sí. – indicó YoonGi de repente. – A veces estaba en recepción, y un par de veces era el encargado del servicio a la habitación.
--¿Cómo es que JiMin nunca lo vio? – inquirió el doctor mirándolo con los brazos cruzados sobre el pecho.
--Soy muy despistado, y si pedíamos servicio a la habitación... siempre atendía YoonGi. – respondió mirando sus manos, sintiendo sus mejillas arder.
--¿Y eso por qué? – siguió.
Resopló con molestia, levanto a vista y vio a YoonGi rodar los ojos frente a él. - ¿Es necesario especificar por qué? – contestó el mayor, el sarcasmo rebasando cada palabra. El doctor negó con la cabeza dándole la razón a YoonGi, él miró a JungKook, y con cuidado acarició sus cabellos mirándolo apenado, el muchacho sólo cerró los ojos dejándose hacer.
--¿Qué clase de relación tuvo con Song? ¿Amorosa? ¿Amistosa? ¿O eran sólo compañeros? – le preguntó la detective.
Sintió como el aire se atoraba en su garganta y como un nudo se formaba en pecho, cerró sus propios ojos y se propuso calmarse, respiró profundamente antes de contestar.
--No teníamos ninguna relación de ese tipo.
--Sin embargo recuerdas su nombre.
--No podría olvidarlo. Me torturaba todos los días de mí maldita vida, lo soporté desde la primaria llamándome gordo, obeso y otro montón de apodos que ni quiero recordar. – de pronto JiMin parecía furioso había volteado apenas mirando a la detective de reojo y su voz se había vuelto dura. – Me llamaba marica porque me gustaba bailar, le decía a todos en la escuela que era gay y sus amigos y el me golpeaban a la salida. – apretaba su mandíbula y respiraba con dificultad, sus ojos estaban cristalinos y su rostro enrojeció ligeramente intentando contenerse mientras les contaba a todos, lo que jamás le había contado a nadie. – Fuimos a la misma primaria y luego me lo encontré en la secundaria. Ese maldito... intentó meter su asqueroso pene en mi boca.
La cara de los miembros, incluido YoonGi, eran atónitas, la de los detectives no era menor cuando la expresión de JiMin se había vuelto dolorosa, con la mandíbula apretada, su respiración pesada intentando contener su llanto que amenazaba con salir y hacerlo gritar. No miró a los miembros, sabía que si lo hacía, lloraría, solo centró su mirada en la detective que lo miraba dolida y apenada.
-- Cada día a la salida vivía con el miedo de que me agarraran, me golpearan y abusaran de mí. Al principio eran sólo golpes, pero después, mientras seguían diciendo que era gay intentaron que les hiciera... intentaron abusar de mí. Él intentó que le hiciera un oral mientras su amigos me sostenían y aunque les supliqué, no querían dejarme ir.
--¿Lo hicieron? ¿Abusaron de ti? – preguntó ella, ya no tenía sentido tener tacto, él estaba confesando por su cuenta.
Negó con la cabeza bajando la vista al suelo. – En ese tiempo iba al gimnasio, lo mordí, y logré golpearlos, apenas me liberé salí corriendo. Ese mismo día me llegó... me llegó una carta que decía que había pasado la audición. – volvió a mirarla. – No fui a la escuela por una semana y... luego me fui, me mudé a Seúl.
Los detectives se miraron entre ellos, él sólo pudo bajar la cabeza, avergonzado de sí mismo mientras las lágrimas empezaban a correr libre y silenciosamente por su rostro. Los demás miembros no salían de su sorpresa.
¿JiMin había cargado con todo ese peso, todo ese tiempo? ¿Solo? ¿Sin ningún apoyo verdaderamente?
Cubrió su boca ahogando un sollozo, y sintió como era fuertemente abrazado por alguien detrás, se sintió ahogado con el mar de emociones que lo arrollaron mientras y después de esa confesión. Había cargado con ese peso por tanto maldito tiempo, sentía como un nudo que estaba allí desde torturándolo desde siempre era por fin desatado, se sintió liberado y lloró más fuerte mientras los fuertes brazos de JungKook lo sostenían, apoyándose en su espalda y mojando su camisa. El menor también lloraba, pero lloraba por él. Porque había soltado una gran carga que lo atormentaba desde hacía años.
--Encaja perfectamente. – dijo Jung. – Amor platónico, lo molesta para obtener su atención, lo reencuentra... y lo quiere para él.
La detective y el doctor se miraron, como si pudieran entenderse y hablar sólo con eso. – ¿Recuerdas si alguna vez los atendió? – le preguntó Reid a YoonGi, este tenía sus manos hechas puño y tenía la mirada fija en el suelo. Unos segundos después respondió.
--Un par de veces, no muchas. – dijo seco, y suspiró pesadamente volviendo su vista a JiMin, quien apenas estaba calmándose mientras se aferraba a los brazos del maknae. También miró al resto, TaeHyung parecía completamente ido, quizás todavía no procesaba lo recién dicho por el rubio, SeokJin mordía su labio con ojos cristalinos mientras acariciaba el cabello del tercer maknae, y HoSeok y NamJoon, miraban a la nada, pensativos, seguramente intentando entender como una persona... como JiMin había sido capaz de vivir con eso en silencio tanto tiempo.
--Es él. Es quien buscamos. – afirmó Sook y miró al doctor y al detective. – Llamen a Kim, díganle que mande oficiales a su dirección en Seúl y que tomen todo lo que pueda darnos pruebas contundentes, estoy segura de que encontraran algo. Llamaremos a la policía local para que inicie una búsqueda, nos permitieron jurisdicción aquí así que tenemos permiso de arrestar al sospechoso si lo encontramos. También mandaremos efectivos que vayan a la dirección de sus padres aquí en Busan. – ambos hombres asintieron y rápidamente comenzaron a moverse.
--Entonces... ¿Esto está relacionado con él?... Lo del ladrillo – preguntó NamJoon mirándolo seriamente. Ella asintió.
--No sabemos como pero logró encontrarlos, pero lo hizo. Y está furioso.
--> Penúltimo capítulo. Sigue leyendo.
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