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Capítulo 3 | Jimin & Taehyung
❥Dieciséis besos y Doce Candelabros
❝Doce Candelabros❞
-No te estas divirtiendo -puchereó Jimin frustrado -Tal vez debí invitar a más personas a esto... Taehyung, tú-
-Me gusta. No tienes por qué afligirte, ¿sabes? Solo estoy pensativo -Taehyung comió un trozo de pastel más y lo tragó duramente. Se supone que ese pastel no debió saber tan insípido, había sido preparado por Hoseok, después de todo, el mejor chef del reino.
-Hmm no creo que debas -las manos de Jimin se asomaron por los hombros de un Taehyung sentado y estresado; con cuidado, presionó sus pulagares en los lugares correctos para que Taehyung se relajara- Es tu cumpleaños después de todo. No siempre cumples quince, ¿sabes? Tal vez debas... Pensar menos con esa cabezota que tienes.
Jimin dió una risita para Taehyung. El chico ya tenía mucha fortuna de escuchar a Jimin reír de una forma tan linda y perfecta. Solo que no era el momento adecuado para él y quizá nada por el momento pudiera hacerlo cambiar de opinión. Bueno, Jimin podía. Jimin realmente podía hacerlo pensar que el día que tuvo fue una maravilla aunque terminara siendo una mierda. Y solo bastaba que Jimin dijera "hola" para ello.
-Es diferente... Yo... Tengo que preocuparme -Taehyung dejó caer su cabeza atrás, sobre el estómago de Jimin, sintiendo lo acolchonado y liso que era. Cerrando sus ojos por varios segundos, tan pacífico.
-¿Lo es? No lo creo. Es Jungkook, ¿verdad? -Taehyung abrió los ojos de golpe y vió la mandíbula de Jimin apretarse. Estaba harto de los problemas.
-No exactamente -Taehyung volvió a cerrar los párpados y casi caer en una siesta -Déjame dormir por ahora... eres muy suave. Solo, quiero descansar. El día de hoy fue estresante
-Lo sé. También lo fue para mi -Jimin se sorprendía cada vez más por las cosas que iban y venían del castillo. Había algo que realmente no le gustaba de todo esto. Esa pequeña parte del castillo que lo hacía temblar y enojar al mismo tiempo y es que ese algo siempre hacía que Taehyung estuviera con los pelos de punta. Tal vez el príncipe era esa pequeña parte que, realmente no le agradaba del todo.
Desde niños era así. No es que odiara al príncipe, solo, estaba en sus nervios lo que hacía. Bueno, no solo lo que hacía, lo que provocaba igual.
Los ojos de Jimin se pasearon por el rostro serio y preocupado de Taehyung, aún durmiendo era un paranoico. Aunque hace mucho tiempo no lo veía relajado, Taehyung no era así antes. La gente se estaba divirtiendo a su alrededor y lo único que quería Jimin era que su Taehyung también lo hiciera. Eso era mucho pedir estos días. Quizá su Taehyung no pueda ser cómo antes.
-Vamos, te llevaré a la cama -Murmuró bajito. Jimin acarició el pelo rubio de Taehyung por varios minutos antes de llevárselo. Era sedoso y suave.
Ambos caminaron hasta el cuarto de Jimin y este lo dejó en la cama. La manera en que Taehyung lo abrazó al dormirse fue cálido y no había una sensación más hermosa que esa.
-Tae -Jimin empujó su inmóvil brazo -Taehyung -repitió más fuerte. Taehyung se quitó sus cabellos de la frente y miró a Jimin somnoliento.
-¿Qué es? -murmuró ronco y bajo, estremeciendo a Jimin.
-¿El príncipe ya te ha dicho feliz cumpleaños? -¿Por qué Jimin preguntaba por el príncipe? Se supone que Taehyung tenía su vida privada. Era su vida amorosa y privada, santo cielo. Taehyung se acomodó mejor para ver a Jimin y suspiró.
-Lo hizo. -contestó cansado -¿Por qué la pregunta?
-Solo... mera curiosidad - Jimin coló sus manos entre ellos y acarició el cuello de Taehyung -Me hubiera gustado ser el primero -susurró. Taehyung tenía su piel erizada y algo en sus ojos brilló cuando Jimin dijo eso.
-Has sido mi primero en muchas cosas. Estás siendo un poco...
-¿Egoísta? Lo sé. Contigo me gusta serlo -Jimin acurrucó su cuerpo en el de Taehyung y bajó su rostro hasta el pecho de este, comenzando a ronronear mientras olfateaba, le gustaba ese reconfortante sentimiento que le daba su Taehyung cuando estaban cerca.
Taehyung siseó -No hagas eso, tu respiración es fría-Jimin le besó la boca. Estaba siendo poco suave y demasiado castigador, después, morderle su labio inferior hasta sangrar fue la respuesta más ruda. -Ouch, eso no está bien, Minnie...
-No debiste actuar así en la fiesta, yo sé que ese principito con cabellos sedosos es... tu adoración pero no es excusa...- la mano de Jimin tomó la mejilla de Taehyung y lo obligó a mirarle -Si él te hace daño debes decírmelo.-Taehyung se removió ansioso e intranquilo. Solo se quedó en silencio por unos minutos y le dio un beso profundo y castigador a Jimin igual.
"Mío" pensó Taehyung cuando estaba devolviendo el gesto.
-Creo que ya no tengo sueño -dijo torpemente mientras veía en la oscuridad la piel de las mejillas de Jimin en tono rojizo. Inconsciente de tener sus manos apretujando de repente su cuerpo más cerca, quería sentirse cálido y acompañado.
-Está bien, podemos solo besarnos como idiotas. -Taehyung rió algo cansado por la respuesta y prosiguió a entregarle muestras de afecto a su pequeño Jimin.
Esa noche de cumpleaños, pudo haber sido el mejor cumpleaños que haya tenido en mucho tiempo. Jimin pudo haber sido el mejor regalo que jamás tuvo.
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Jimin escuchó la música, era tan melodiosa, los cabellos rubios de Taehyung se balanceaban en el aire divertidos. A Jimin le gustaba como se veía Taehyung ese día. Mucho. Muy formal, con ese extraño traje confeccionado hace unos días. Sus fuertes brazos haciendo lucir al traje perfecto. Porque Taehyung era quien hacía lucir a los trajes no los trajes a él.
-Siento que es demasiado. La reina estuvo de acuerdo pero... -sin embargo, Taehyung estaba un poco en desacuerdo. Las elegancias nunca fueron su estilo, él amaba usar ropa cómoda y normal.
-Te ves... Muy bien -Jimin se tomó la "molestia" de recorrer el outfit de Taehyung con sus ojos y tragarse los demás halagos, porque le parecía muy vergonzoso pensar así de su amigo. Porque eso eran los dos. Amigos. Y tal vez no lo cambiaría.
-Gracias, Minnie -Taehyung suspiró y entró otra vez al salón con Jimin. Ese festín era muy fastidioso para él. Había muchas personas de la realeza y la nobleza, el cumpleaños número catorce del príncipe Jungkook era algo digno de celebrar, según el rey y la reina. Su hijo conocería a su prometido después de la fiesta, en la mañana siguiente. Jimin realmente esperaba que alguien salvara al muchacho, no se llevaban muy bien, pero igual creía horrible comprometerse con alguien que no deseara. Cada varón o dama que naciera en cuna de oro estaba siendo comprometido con alguna noble de conveniencia para su familia. La herencia era lo primordial y el reino de los Jeon era muy extenso y lleno de riquezas.
Jungkook en este caso, cumplía con la función de dar herencia con otro príncipe, pues, él podía concebir hijos. La simple idea le daba escalofríos a Jimin.
La vista de Jimin vagó en el salón, había muchas decoraciones doradas y una comida jugosa. Hoseok hizo un buen trabajo. Un desperdicio que nadie se pusiera a admirar el salón en verdad. Era hermoso como esos grandes candelabros colgaban del techo y hacían que todo brillara. La gente se divertía sin duda, hablando de cosas extravagantes entre ellos.
-Jiminnie -Taehyung lo sacó de sus pensamientos -Yo... -comenzó nervioso -Tú... Umm, ya sabes, cha... ¿chacha? -Taehyung hizo un movimiento extraño con sus manos simulando el baile. Jimin lo encontró adorable. Bailaría con Taehyung, por supuesto.
-Si, vamos -con nervios, esas grandes manos de Taehyung tomaron su cintura hasta jalarlo a la pista de baile. Taehyung lo empujó cerca de su pecho y apoyó su barbilla en la cabeza de Jimin. El pequeño muchacho posó sus manos alrededor del cuello de su acompañante y ambos se balancearon. Taehyung olía increíble. La nariz de Jimin se hundió en las ropas de Kim y aspiró gustoso. Taehyung rió al darse cuenta que su Jiminnie estaba olfateándolo. Era perfecto en muchos sentidos y vergonzoso en unos otros. Igualmente amaba estar así de cerca con Taehyung.
-Déjame verte -dijo Taehyung risueño, quitando su barbilla. Jimin levantó su cabeza suavemente y se vieron a los ojos. Los luceros de Jimin eran tan brillantes y hermosos esa noche. Su cabello caía sobre su frente cubriendo un poco su vista, esos labios tan jugosos y rojos-Jimin. Luces hermoso -un tomate era menos rojo que las mejillas de Jimin.
Era tan asfixiante. Amar a Taehyung era asfixiante. Tener que corretearlo por todo el palacio para estar con él o tener que encerrarse en un cuarto y pasar el rato. Era imposible estar a solas. Dios, besar a Taehyung era un crimen, aunque realmente jamás le pidió que se besaran en los labios, ciertamente. De solo imaginarlo era suficiente para ponerle la piel de gallina.
-Tae... Yo...
-¡TaeTae! ¡Es ahora o nunca! Mamá y papá están saludando a los lords -Jungkook se arrimó a ellos. Jungkook iba a quitarle a Taehyung esa noche y estaba seguro. No le gusta y aunque no le gustara tenía que permitirlo.
-Jungkook, estoy con Jimin, en seguida voy contigo -el príncipe hizo un puchero y pisoteó enfurruñado por la respuesta.
-Taehyung... -Jungkook era todo un caprichoso. No solo era un caprichoso. Era el caprichoso; el caprichoso de Taehyung. Kim Taehyung había mal acostumbrado al niño desde pequeño. Mimándolo y aplaudiendo por el hecho de que incluso rompiera algo. Jimin rodó los ojos molesto. Era suficiente y aún así el pequeño insistía en llevarse a Taehyung.
-Te veo en un rato, Jimin -dijo Taehyung, besando su mejilla y siguiendo a Jungkook. Se parece a un perrito faldero tras su amo. Un amo que adoraba tenerlo alrededor y saber que volverá siempre. Un amo que lo tenía atado a si y no lo soltaría jamás ni porque alguien lo amenazara. Un amo y un obediente perro que no podían estar juntos jamás de los jamases. Así era y siempre sería. Jungkook ya tenía a alguien con quien comprometerse y Taehyung sufriría por ello.
Jimin estaba ahí para evitarlo. No dejaría que Jungkook lo lastimara y se llevaría a Taehyung lejos de él. Lejos de Jungkook para que nunca sufra como ya lo hacía. Pero había algo. Algo que obviamente evitaba todo y eso era... Jimin no tenía poder o posesión de nada en ese castillo. Tal vez incluso era inútil esforzarse por ganarle a su majestad. Era claro que aunque le suplicara mil veces a Taehyung, Jungkook con solo una orden lo haría caer de rodillas para besar de sus piernas a sus pies. Era tiempo de aceptarlo, su majestad era invencible a este punto.
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-¡Eres un imposible! -Jimin lanzó el plato al suelo, rompiéndolo -¡¿Por qué rayos me gustaría hacer eso?! ¡No por ser el príncipe significa que puedas ordenarme hacer tales cosas! -Jungkook sonrió burlón y levantó sus hombros con irrelevancia fingida.
-Taehyung llegará en unas horas. Estoy aburrido, pero tengo deberes y tú no estás haciendo nada ahora. Mis padres me han dicho que te ponga a hacer algo y es justo lo que estoy haciendo -la sonrisa de Jungkook era tan radiante y burlesca, quería romperle los dientes con una piedra.
Jimin brincó furioso y salió del cuarto de "su majestad" dirigiéndose hacia el patio. El príncipe había claramente ordenado que contara cada puerta, llave, plato, ventana, cubierto, vaso, cortina, cama, vegetal, cuarto, animal, vela, cocinero, costurera, mucama y candelabro, entre otras cosas, que había en el palacio. Y Jimin sabía que esto solo lo está a haciendo para que se mantuviera alejado de Taehyung incluso cuando llegara. Si seguía abusando de su autoridad, seguramente sus padres lo castigarían. Y eso era lo que Jimin anhelaba más que otra cosa en esos momentos. Que Jungkook por fin fuera corregido.
Caminó por cada rincón del palacio, por cada habitación y estaba enloqueciendo. Sus cabellos naranjas se agitaron al abrir la ventana. Necesitaba unas vacaciones de todo el palacio, de Jungkook. Sus pies le dolieron por toda la mañana hasta en la tarde. Quería ver a Taehyung y abrazarlo. Sentarse sobre las piernas de Taehyung y abrazarlo como osito. No había algo existente en la tierra mejor que las cálidas caricias de Taehyung en su espalda y mejillas o sus fuertes brazos a su alrededor, durmiendo juntos o simplemente Taehyung encima dándole besitos por donde fuera.
Besos en su cuello, en su frente, en su nariz, en su mejilla en sus... Labios. Jimin suspiró pensándolo. Besar a Taehyung...
Sin duda algún día lograría convencerlo de que se quedase con él.
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Me obsesioné con esta historia ah
ヽ(・∀・)ノ
©N0CHUSHI
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