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Capítulo 32.

El primer cumpleaños de Jiyoung había llegado, y con él, una sensación de felicidad que envolvía a Taehyung y Jungkook. Desde temprano en la mañana, la casa estaba llena de movimiento. Taehyung, con un delantal que tenía pequeñas manchas de harina y chocolate, estaba concentrado en decorar el pastel que había horneado él mismo. Había optado por un diseño sencillo pero lleno de amor: un pequeño oso de color beige con detalles en crema y azul pastel.

Jungkook, mientras tanto, estaba en la sala, rodeado de globos de colores. Los inflaba con una pequeña bomba manual, asegurándose de que todos quedaran perfectos. 

—¿Crees que doce globos sean suficientes o debería inflar más?—Preguntó, levantando la vista hacia Taehyung, quien apenas pudo responder entre risas.

—Son más que suficientes, Jungkook. Jiyoung ni siquiera notará si hay diez o veinte globos. Pero me encanta que te esfuerces tanto.—Comentó con diversión, a lo que Jungkook sonrió ampliamente, satisfecho con su trabajo. Ambos estaban decididos a hacer de este día algo inolvidable, no solo para Jiyoung, sino también para ellos mismos. Era una forma de celebrar cuánto habían crecido como familia en ese año.

Cuando el pastel estuvo listo y los globos colgaban en el techo, los primeros invitados comenzaron a llegar. Jimin y Hoseok fueron los primeros en tocar la puerta, cargados con regalos. Hoseok llevaba un enorme peluche que apenas cabía en sus brazos, mientras que Jimin traía una bolsa llena de ropa adorable para Jiyoung.

Ciertamente para Taehyung era un poco extraño saber que un compañero de trabajo de Jungkook estuviera formando parte de su círculo social, debido a que lo vió diversas veces en la guardería cuando llevaba a Jiyoung, sin embargo no podía negarse ante esa sonrisa que adornaba el rostro de Hoseok cada que lo veía, tan carismático que contagiaba su buen humor. Había sido una convivencia que no esperaba, pero que eso no contrarrestaba el disfrutar de su presencia. 

—¡Aquí está el cumpleañero!—Exclamó Jimin al entrar, corriendo hacia Jiyoung, quien estaba sentado en su sillita alta con una corona diminuta en la cabeza. El niño, con sus grandes ojos brillando de curiosidad, levantó las manos hacia Jimin, provocando risas de todos los presentes.—¡Míralo! Es el rey de la casa, ¿Verdad? Él no necesita ninguna corona para demostrarlo.—Jimin hizo una reverencia exagerada, arrancando más carcajadas.

Jiyoung estaba radiante en un pequeño traje azul con detalles bordados. Su risa llenaba el espacio mientras exploraba con curiosidad los regalos apilados en un rincón. Jungkook lo seguía de cerca, asegurándose de que no intentara abrir todo de una sola vez. Taehyung, mientras tanto, arreglaba algunos detalles de última hora, sintiéndose más ligero que en meses pasados.

La interacción entre los invitados y el pequeño fue entrañable. El pequeño no tardó en sentirse cómodo, gateando de un lado a otro mientras los adultos se turnaban para cargarlo y jugar con él. Jiyoung, al recibir cada regalo, dejaba escapar exclamaciones que provocaban risas entre los presentes. Especialmente cuando Hoseok intentó leerle un cuento en voz alta, y Jiyoung, en su entusiasmo, tiró del libro como si quisiera leerlo él mismo.

Taehyung y Jungkook observaron la escena con sonrisas en sus rostros. Era un alivio tener un día dedicado a la alegría, especialmente después de los meses difíciles que habían enfrentado. Mientras los invitados disfrutaban de la comida y charlaban, Jiyoung se convirtió en el centro de atención, especialmente cuando llegó el momento de soplar la vela de su pastel.

Con Jiyoung sentado en el regazo de Jungkook, Taehyung se inclinó para encender la pequeña vela en forma de número uno.—Muy bien, Jiyoung, vamos a soplar juntos.—Dijo Jungkook, acercándose más al pastel. Jiyoung, fascinado con la luz de la vela, aplaudió antes de que ambos lo ayudaran a apagarla. Los aplausos y vítores llenaron la sala, seguidos de una ola de risas cuando Jiyoung metió sus pequeñas manos en el pastel y comenzó a probarlo directamente, haciendo que Jungkook lo apartara para que Taehyung pudiera limpiar el glaseado entre sus manos. 

—Creo que le gusta.—Comentó Hoseok con una sonrisa, mientras tomaba una foto del momento. 

Jimin, a su lado, asintió emocionado.—Definitivamente es su favorito.

Más tarde, cuando todos estaban ocupados abriendo los regalos, Taehyung se tomó un momento para observar desde la distancia. Jiyoung estaba rodeado de juguetes nuevos, riendo mientras Hoseok le mostraba cómo apretar un botón para hacer que un carro se moviera solo. Taehyung suspiró, sintiendo una oleada de orgullo y gratitud. Habían pasado por tanto, pero habían llegado hasta aquí. Jiyoung estaba creciendo feliz, y eso era todo lo que importaba.

Jungkook, notando el silencio de Taehyung, se acercó y le pasó un brazo por los hombros.—¿En qué piensas?—Preguntó suavemente.

El pelinegro sonrió, inclinándose ligeramente hacia él.—Solo estaba recordando todo lo que hemos pasado este año. Me siento agradecido de que estemos aquí, de que podamos darle a Jiyoung un hogar lleno de amor. 

Jungkook apretó ligeramente su hombro.—Has hecho un buen trabajo, Tae. Y lo seguirás haciendo. Jiyoung tiene suerte de tenerte como papá. 

—Lo seguiremos haciendo, también me ayudas mucho con su crianza, así que hemos hecho un buen trabajo.—Envolviendo sus brazos alrededor del cuello ajeno, se acercó lo suficiente para plantar un casto beso sobre sus labios, sonriendo en medio de este.—Gracias, siempre estaré agradecido de que estés aquí. 

Después de que los invitados compartieran risas y recuerdos mientras disfrutaban de la comida, la noche comenzó a caer. Poco a poco, los amigos se despidieron, dejando a la pequeña familia en la tranquilidad de su hogar. Jiyoung, agotado de tantas emociones, estaba profundamente dormido en su cuna, dejando a Taehyung y Jungkook en la sala, rodeados del caos feliz de la fiesta.

Taehyung recogía algunos platos cuando Jungkook lo tomó de la mano.—Espera.—Dijo suavemente, guiándolo hacia el espacio despejado de la sala. Encendió el altavoz que había estado reproduciendo música ambiental durante la fiesta y eligió una melodía tranquila.—¿Bailamos?—Preguntó, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

Taehyung parpadeó, sorprendido.—¿Ahora? Todo está desordenado...

—Exactamente, es lo que hace especial esto.—Respondió el azabache, atrayéndolo hacia él.—Es el momento indicado.

Sin más palabras, Jungkook colocó una mano en la cintura de Taehyung y entrelazó sus dedos con la otra. Taehyung, al principio algo reticente, finalmente cedió, apoyando su cabeza en el hombro de Jungkook mientras se movían lentamente al ritmo de la música.

—Gracias por todo hoy.—Murmuró el pelinegro, cerrando los ojos.—Por ser quien eres. Por hacerme sentir que todo está bien. 

Jungkook lo abrazó con más fuerza.—Gracias a ti, Tae. Por dejarnos ser una familia, por dejarme ser parte de tu familia. 

El momento fue interrumpido solo por el suave sonido de Jiyoung moviéndose en su cuna, como si supiera que sus padres estaban en un instante mágico. Ambos rieron suavemente, deteniéndose para asegurarse de que el pequeño seguía dormido. Luego, con una última mirada a la sala, decidieron dejar el resto del desorden para la mañana siguiente.

Esa noche, mientras descansaban juntos en el sofá, Taehyung se sintió completamente en paz por primera vez en mucho tiempo. Rodeado de amor, con un futuro brillante delante de ellos, sabía que este era solo el comienzo de muchos momentos felices por venir.


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